𝑪𝒂𝒅𝒆𝒏𝒂𝒔 (XXXV)

Advertencias: Leve descripción de la muerte.

*Nota: Me avente está historia y ahorita que ya tengo escrito bastante (arco del gremio) me dí cuenta que serán muchísimos capitulos. 🤡

Pregunta seria, ¿Quién es su husbando favorito de BSD?. Yo diría que el mío es Akutagawa, y Chuuya.

La primavera llegará de nuevo, dice la gente.
Sigo sufriendo.
Nada pasará cuando la primavera llegue...
-Nakahara Chuuya
~•~

—¿Dónde demonios se metió Akutagawa?— el pelinaranja se le veía más que irritado.

—Salió en busca del tigre, lo llevarán al punto de encuentro— la rubia contestó su pregunta con eficacia.

—¿Y ese idiota?— la vió arquear las cejas por lo que tuvo que reformular su duda —El traidor.

—En la sala de interrogatorios— Higuchi había escuchado los rumores sobre Chuuya, su poder tan bárbaro era algo que hacía a la organización tan inalcanzable.

No dijo nada más, dió la vuelta en busca del sujeto que tanto detestaba, durante su ausencia la única que mencionaba su nombre además de Mori fué Jane.

Uno bostezo resonó en cada rincón de aquella habitación, Osamu sabía lo que vendría después y le desagradaba.

—¿Sigues con tus maquinaciones?.

—Esa voz— su cara cambio a una aterrada

—Me gusta lo que veo, vaya espectáculo— ambas manos estaban dentro de sus bolsillos —Esta a la altura de una obra de diez millones. ¿No estás de acuerdo Dazai?.

—Que asco, pero que asco— retuvo una arcada en su garganta.

—Que buena reacción— sonrió de lado —Dan ganas de estrangularte.

—No has cambiado en nada, Chuuya— el más alto miraba con desden al ejecutivo frente a el —Siempre me he preguntado de dónde sacas esos sombreros tan feos.

—Habla cuanto quieras, vagabundo. Apuesto que aún piensas en el suicidio apresar de tu edad ¿No?.

—Si.

—Al menos intenta negarlo— sacudió la cabeza en desaprobación —Pero ahora eres un simple prisionero. ¿No te dan ganas de llorar, Dazai?.

—¿Dónde está ella?— mantuvo esa cara en todo momento —No me ha visitado ni un día de mi cautiverio.

El del sombrero sostuvo su cabello para obligarlo a ver sus ojos —Puedes engañar a Akutagawa, pero a mí no. Después de todo soy tu excompañero, así que ahora tiempo y dime ¿Cuál es tu plan?.

Dazai inclino la cabeza ante su forma de evadir el tema de Jane, el podría seguir el juego —¿Cuál?, Es tal cual puedes ver, dejarme atrapar y ejecutar.

—El Dazai que conozco nunca caería por mala suerte, o negligencia— soltó bruscamente sus hebras castañas—, Si fueras tan torpe ya te habría matado desde hace mucho.

El de gabardina clara se propuso a analizar cada gesto del contrario —Piensas demasiado las cosas, además ¿Qué haces aquí?.

—Vine a molestarte, me trataste como un juguete en ese entonces, pero...— de una patada rompió las cadenas demostrando su fuerza—, Lo que haces se te regresa multiplicado por diez.

El de ojos chocolate seguía con esa expresión desinteresada casi aburrida. El de guantes recordó las palabras de Jane "Con el todo son conspiraciones".

—Pelea contra mi, Dazai. Te haré pedazos junto a tus planes— lo señaló con el dedo mientras quitaba su saco sosteniendolo por encima del hombro.

—Chuuya— el más alto trono los dedos haciendo que las esposas cayeran al suelo.

—¿Habrías podido escapar cuando quisieras?— estaba necesitado de darle un buen golpe en la cara.

—¿Te crees capaz de detener mis planes?, Debes estar bromeando— mostró de entre sus dedos un fino broche.

—¡Me agrada el curso que toma esto!.

Chuuya corrió directo a el delgado cuerpo, que fácilmente esquivó sus ataques retorciendo  lo suficiente para tomar su muñeca y darle un golpe en el abdomen —¡¿Llamas a eso un puñetazo?!— el más bajo soltó una patada que mandó al castaño contra la pared.

—Ni siquiera cuenta como masaje, tu habilidad en las artes marciales no llega ni al promedio de la Port Mafia. Es un fastidio que anules poderes, pero no los necesito para esto— se puso derecho—. De pie, la fiesta acaba de comenzar.

—Por algo eres el mejor artista marcial de la Port Mafia, creí que me arrancarías el brazo — se levantó de un salto masajeando su extremidad—. Nos conocemos desde hace mucho, conozco tus movimientos, ritmo y hábitos, no habría sido un buen compañero de lo contrario, ¿verdad?.

El de ojos azules se lanzó con suma rapidez —¡Entonces, seguro que predijiste esto!— asentó un puñetazo y otro nuevamente, apretó su cuello estampando su cabeza contra el concreto—. ¿Pensaste que podrías ganar prediciendo mis movimientos?.

De un rápido movimiento desenfundó su filoso cuchillo para acercarlo a su garganta —¿Por qué te dejaste atrapar?, ¿Que esperas que pase?— al no obtener respuesta movió su mano acortando la distancia entre el metal y su cuello—. ¿No hablarás?, Está bien, me divertiré torturandote.

—La principal razón...— su voz sonaba quebrada debido a la falta de aire—, Es Atsushi.

—¿Atsushi?.

—El hombre tigre que tanto les obsesiona. Quería averiguar quién ofrece siente millones por su cabeza— su respuesta era pronunciada con obviedad.

—¿Pusiste tu vida en riesgo solo por eso?— sonrió de lado —Que conmovedor, pero mira como acabaste, incluso los genios pueden terminar como el resto. Te atrapé de en el mismo día que regresé de occidente tras controlar revueltas.

Una risita burlona se escucha por los labios de Osamu —Te diré algo, mañana habrá una reunión entre los líderes.

—Imposible, esas reuniones solo se hacen para determinar el rumbo de la organización— bajo la mano hasta su costado—. Si una estuviera por llevarse a cabo, me habría enterado.

—Ocurrirá por una carta que le envié a los altos mandos— acomodó su cara para sonreirle directamente—. Ahora haré una predicción, no me matarás, además me darás la información que necesito, y por último la imitarás a una mujer cuando salgas. Mis predicciones siempre se cumplen.

—En está situación ¿Cómo podrías...— su expresión cambio a una más sorprendida—. ¿Una carta?.

—La carta decía: "Si Dazai llegase a morir, todos sus secretos saldrán a la luz".

—¿No habrás...— una gota de sudor bajo por su frente.

—Es cierto que tienes al ex líder que traicionó a la organización, pero recuerda que saben que sus secretos se revelarán si muero— sonrió feliz—. Sus muertes serán peores que las mías.

—La Port Mafia no se deja intimidar por amenazas, ¡Morirás!— ahora el irritado era Chuuya.

—Talvez, pero es decisión del consejo, si lo haces antes será visto como traición.

—Y si ignoró todo lo que dijiste y te mató, te alegrará por fin morir.

—Dicho esto puedes hacer lo que quieras, aunque me pregunto ¿Cómo reaccionaría si asesinas a una persona qué ama tanto?— estiró su mano invitándolo a seguir—. ¿Te perdonará, o te odiaría?.

El del sombrero apretó los dientes, odiaba que se lo recordará. Agachó la cabeza por unos momentos.

—Vamos apúrate— el castaño rió por lo bajo —¿Todavía no?— canturreo con soberbia.

El sonido del metal impactar contra el cemento fué más alto, estaba clavado junto a su cabeza, había lastimado su mejilla. Se alejo de el con las manos en sus bolsillos.

—¿Qué?, ¿Te arrepentiste?— la mueca divertida aún permanecia en su cara sin importarle el hilito rojo que fluía de esta—. "Chuuya fué expulsado de la organización por mi culpa", también suena bien.

El más bajo estaba recogiendo su saco, cuando las palabras lo detuvieron en seco —No me digas que...¿La segunda razón fué para obligarme a tomar esa decisión?— al escuchar la risita de Osamu lo entiendo todo—. Tu eras el que esperaba para molestarme.

—Llevamos tiempo sin vernos, quería hacer presencia con una sorpresa— sujeto su cuchillo con esa actitud infantil.

—Te mataré, juro que algún día lo haré.

—Cortaste mis cadenas y me liberaste, si me voy ahora pensaran que me ayudaste a escapar— estaba divertido por hacerle la vida imposible—, Si haces lo que te digo, puedo hacer que parezca que mi salvador es alguien de la agencia.

—¡¿Por qué confiaría en ti?!

—No miento en mis mis negociaciones— arrojó el cuchillo que fue detenido por el pelinaranja.

—¿Qué quieres?

—Ya te lo dije— hizo una pausa observando los ojos zafiro —, Y saber dónde está Jane.

—Si se trata del hombre tigre, Akutagawa lidera la operación, debe tener la información en el segundo piso— lo miro con desconfianza—. Lo demás no te lo diré, no te interesa.

—Entonces tenía razón, tampoco sabes dónde está— sus mejillas se inflaron.

—Acaba con tus asuntos y vete, maldito imbécil— prefirió caminar hasta la salida para no romperle los dientes ahí mismo.

—Te lo agradezco, y te equivocas, mi sueño ahora es cometer suicidio doble con una linda señorita— cerró los ojos confiado—. Se lo quería proponer a mi amada flor de loto.

Un tic en la ceja del pelinaranja se manifestó, quería regresar y patearlo, pero optó por ignorarlo —Pues vendré con otra hermosa chica suicida la próxima vez.

—¡Chuuya!, No sabía que eras tan bueno— junto ambas palmas y su rostro se iluminó.

—Es mi manera de mandarte al infierno, idiota— detuvo su paso en las escaleras—. Te diré algo, ¡Esto no se a terminado, no tendrás otra oportunidad!.

—Así no, ¿No se te olvida algo— empezó a fastidiarlo nuevamente—, ¡¿No se te olvida algo?!.

El de ojos azules apretó la mandíbula y se dió la vuelta, la opción de matarlo seguía siendo tentadora, pero no le haría eso a Jane. Cruzó ambas piernas y tomó aire, mucho en realidad —¡Esto no se ha terminado!.

El silencio reino por segundos —No se ha... termina...— al no ver reacción alguna volvió a gritar —Deberias reírte.



Fragmento perdido.

Lindos guantes de cuero cafés, una falda blanca tipo polo. Hacía frío, y le molestaba, pero era necesario para la misión. A él le gustaban esas prendas.

Al azabache sedujo a uno de los funcionarios del gobierno alemán, corto sus venas justo en su oficina, y lo acomodó de tal forma que pareciera un suicidios, junto a el una nota donde pedía perdón a sus familiares y amigos.

No tenía que ser tan meticulosa pero no quería levantar sospechas, ni dejar un rastro, o patrón que la delatará. Buscaba en su laptop todo sobre aquel hombre asesino que fué llevado a Francia. Al estar un poco harta sacó el disco de la computadora, y en su lugar dejó uno dañado, no tenía que borrar los vídeos del lugar, pues dos días antes desactivo el sistema de seguridad desde fuera, aunque claro eso fué un encargo a un hacker alemán.

Salió por la ventana y caminó por unas horas hasta donde sería el encuentro con el muchacho de cabellos tenidos de rosa, el cobró la mitad por adelantado, el resto se lo daría ese día. Al llegar el joven estaba viendo alguna película mientras comía una rebanada de pizza.

Traje tu dinerono hablaba alemán, solo podían comunicarse en inglés.

Linda, de verdad eres mi mejor clientecaminó hasta ella abriendo la ventana de aquella casa lúgubre—. ¿Quieres algún otro servicio?.

La más baja sonrió de lado asintiendo mientras lo seguíaEste no requiere de tus conocimientos, es más físico.

Me gusta a dónde va esto— la empujó a un cuarto donde había una cama, no le dió tiempo de quitarse la mochila.

Despaciosello sus labios con su dedo anular—. Primero debería pagarte.

Soltó algún insulto en alemán que en realidad no le molestó a Jane. Abrió la mochila con cautela y mostró un arma que ya tenía el silenciador puesto.

Necesito que muerasse posicionó a su costado, y tiro del gatillo atravesando la sien del muchacho—. Que bueno que no me quite los guantes.

Quitó el silenciador del arma y la puso entre sus manos, no habría problema con ella, el la compró bajo su propia identidad como parte del negocio con la más baja.

Al final resultase muy útil abandonó la residencia utilizando la misma ventana por la que entró.

Caminó por las frías calles de Alemania, en realidad de haber visitado los países que ya había pasado en sus vacaciones le habrían encantado. Era frívola, también egoísta, y aún así jamás dejó de trabajar, solo descansaba un día a la semana.

~Cuando regrese haré que Mori-san le suelte la cadena y podamos tener algunas citas~

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