𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐



























































Itadori Yuuji es un amante a las películas, incluso a las bizarras, tiene unos gustos bastantes extraños la verdad. Todo lo contrario a su novio Hiroki Makris, quien nunca vió siquiera algún corto en el televisor porque le prohibían tener cualquier tipo de tecnología, en su lugar su bisabuela le daba la biblia para que leyera y lo forzaba a que se volviera un creyente.

El primero estaba enterado desde antes que el segundo nunca vió siquiera una serie animada infantil de pequeño porque este se lo comentó, desde ese día se había propuesto en llevarlo a cine para que vea buenas y memorables películas, pero su novio era bastante arisco con las personas. Lo desanimó, pero al momento decidió que lo mejor era ver películas en el interior de sus hogares.

En la casa de Hiroki no se podía por su bisabuela, además era muy homofobica, Yuuji a pesar que respete mucho los mayores es capaz de decirle cuatro cosas a aquella anciana, pero prefiere mantener la paz y ver películas juntos los dias en su casa, que era más cómodo. Antes se planeaba verlas en su cuarto, pero su hermano mayor le preocupaba que las hormonas de los dos le ganasen e hicieran cualquier cosa menos ver películas. Así que la veían en la sala.

Eso no significa que no lo hayan hecho antes.

Esta vez la casa estaba solo para ambos jóvenes, Choso fue a dejar a su novia al apartamento donde vive junto con sus dos amigas, su gemelo; Sukuna, quien sabe donde estaba. Lo más seguro metido en un club o peleándose por ahí. Le dijo a sus amigos en un grupo de WhatsApp que iba a estar ocupado, aunque dos de sus mejores amigas sabían que iba a pasar tiempo junto con su novio, cuando Makris no había respondido nada.

Se encontraban los dos sin nadie más presente en casa, sentados uno al lado del otro en el sofá de la sala cubiertos por una gran cobija completamente a oscuras siendo alumbrados nada más por la pantalla del televisor colgado en la pared, con los teléfonos en silencio descansando en la mesa de tamaño medianamente pequeño para no distraerse. Toda la comida y las bebidas que se prepararon para poder llenar sus estomagos fue devorado por parte de los dos, más por el de cabello rosado que el de añil mientras miraban casi el final de la película animada "El cadáver de la novia."

A Yuuji al ser alguien muy sentimental se le escaparon algunas lágrimas por algunas escenas y sobre todo del final, le gustaba mucho las peliculas de Tim Burton, más si se trataba de las caricaturas. Todo lo contrario a Hiroki, quien miraba las susodichas con una expresión de tranquilidad, parece que no tiene alma, pero si lo tiene, solo que miraba la película a su manera y apenas se estaba adaptando a estos tipos de salida a escondidas de su bisabuela.

Hasta que al final de esta notó que su novio estaba llorando.

—Que sensible eres.—Blanquea sus ojos, con un brillo de burla aparecer en su mirada e intentando sostener su expresión de frialdad al verlo de esa manera.

Hiroki al ser un chico de estatura más bajita que su novio, con una apariencia más delicada y afeminada, uno pensaría que fácilmente sería alguien más sensible por esos rasgos físicos que poseía él, pero tenía una personalidad más fría, solamente que se suaviza un poco cuando se trata de su pareja.

Aunque no es alguien que llore con mucha facilidad.

—Pe-Pero ella merecía ser feliz.—El de cabello rosado se pasa el brazo por encima de sus ojos para limpiarse las lágrimas, pero mientras más se limpiaba, más le salían.

—Es una película nada más.

—¡¿Una película nada más?!—El de cabello añil entrecierra más sus ojos rasgados, los cuales tenían un lindo delineador rojo, ladeando su cabeza a un su lado derecho ante el grito del otro. Le molestaba que le griten, pero solo le lanza una mirada de molestia a su pareja, quien igual estaba enojado por las palabras de él y aún con lagrimas rodeando en sus mejillas.—Es una bella-

—No me expliqués nada, por favor. Ya vi la película.—Lo interrumpe al mismo tiempo que inclinaba su espalda hacia atrás para acomodarse en el asiento y liberando sus piernas de la posición que estaba sentado, sintiéndola adormecidas.

No quiere que le cuente todo lo que pasó, cuando ya lo hizo visualmente.

—Eres cruel.

—Y tú un llorón.—Yuuji forma un puchero en sus labios por las palabras cargadas de burla de su novio. Podía notar la diminuta sonrisa burlona que se quería asomar en sus labios.

—Deja de burlarte de mí. Al menos tengo sentimientos, no como tú.—La suave y ronca risa de su chico hizo que sus mejillas se tiñeran de un suave color rojo y su corazón palpitara un poco rápido.

—Al menos no doy vergüenza llorando por personajes que ni siquiera existen.—Y se le escapa otra risa cuando el contrario le da un suave golpe en su hombro izquierdo, diciéndole "Basta."—¿Qué?—Este se mueve a otro lado, quitandose la cobija de encima a su vez gesticulaba con sus "manos".—Es la verdad.

—En serio que eres de lo peor.—Yuuji niega con la cabeza, intentando sostener su enojo.

Pero al ver su novio reírse, su enojo se disminuye, pese que se este burlando de él por ser más sentimental, no puede evitar pensar en lo precioso que se veía siendo alegre y no siendo un pequeño malhumorado, y creído como todo el mundo se lo pinta.

Que gran parte es verdad su manera de ser. Pero solo Yuuji puede ver el otro lado de Hiroki.

—Te voy a imitar, para que veas lo ridículo que te veías.—Itadori deja escapar una ligera risa, viendo como Makris tomaba una bocanada de aire y luego lo exhalaba para acto seguido formar una exagerada expresión de tristeza en su delicado rostro mientras hacía ruidos de llanto, que se supone que es como estaba llorando el contrario.—Mirenme, soy Itadori Yuuji sniff sniff.—El nombrado niega con su cabeza, nuevamente, sonriendo con la boca cerrada por la burla del otro a su persona a médida que el de ojos rasgados seguía actuando, estira sus manos, posicionándolas lentamente en los hombros ajenos y aproximándose a él.—Lloro por una muerta y-¡Mmhp!

Sus siguientes palabras fueron suspendidas por un repentino jalón, cuando iba a seguir burlándose, es silenciado por unos suaves labios impactando contra los suyos. Hiroki abre de más sus ojos de miamo color de su cabello de par en par, sorprendido de la acción del otro, haciendo sujetara con fuerza los hombros fornidos de su pareja. No es que fuera su primer beso, ya tuvieron muchos, hasta los más apasionados y fogosos cuando la calentura le ganaban a los dos, pero siempre se medio congelaba con los besos robados.

Unos segundos después, le corresponde, cerrando sus ojos, ladeando su cabeza a otro lado para besar mejor y suavizando su agarre, para mover sus manos de lugar, dejando estas en el cuello del otro, quien siente un escalofrío al sentir la frialdad que emitía el metal de las prótesis y no puede evitar soltar un suspiro en medio del beso, sintiendo como el contrario sonrie entre sus labios. Aunque está vez quiere jugar con él por burlarse de ser alguien con corazón sensible, así que antes que su pareja toque sus puntos sensibles y lo enloquezca, Yuuji se mueve más rápido, desplazando sus grandes manos en la nuca de su pareja, con sus dedos enterrándose sutilmente entre las cortas hebras de Hiroki y terminando jalandolos de la misma manera sintiendo un pequeño jadeo del contrario.

Yuuji e Hiroki cuando se besaban a escondidas para la comodidad del segundo que no le gustaba llamar atención, ha descubierto que el cabello de este era un punto muy sensible, de hecho era como una especie de estimulo cuando le jalaba los pelos. El primero no es alguien de ser rudo cuando le hace el amor a su pareja, está noche puede que lo sea.

—Mierda, Yuuji

El nombrado se mofa al ver al otro ya con la cara enrojecida, conociéndolo sabe bien que no por vergüenza. Estampa sus labios contra los de él, moviendolos con algo de desespero, siendo correspondido con la misma intensidad, sin embargo vuelve hacer el mismo patrón: Caricia con sutileza el cuero cabelludo y jala sin ser tan brusco las hebras de este sacandole otro jadeo.

—Vas a ver como yo te voy a poner a llorar a tí.

Una sonrisa ladina llena de ironía y de lascivia se forma en los labios de Hiroki, quien pasa su lengua en sus propios labios ante el doble sentido mientras sus ojos se cerraban un poco, dedicándole una mirada un tanto seductora para Itadori, quien se muerde un poco el labio superior por la faceta del contrario.

—Vamos a ver si eres capaz de hacerlo, llorica.

Deja salir una risa cargada de burla, que fue silenciada al instante por los labios de su novio, quien lo empuja usando su cuerpo, terminando Makris abajo e Itadori arriba de este, el primero mete sus manos de inmediato dentro del abrigo de su novio, sintiendo el abdomen duro y trabajado del chico debajo de las palmas de sus manos. No podría concentrarse en buscar los puntos sensibles de este cuando el muy maldito no dejaba su pelo en paz, sacandole suaves jadeos tras jadeos más ruidosos a medida que se volvía algo brusco, hasta que en un segundo dejó de hacerlo, pero no quitó sus manos de ahí.

Aprieta sus labios para no soltar otro ruido cuando el contrario deja sus labios en paz, dejando un recorrido de besos a sus mejillas enrojecidas, bajando a su barbilla hasta bajar a su cuello y rozando la punta de su nariz por su piel, deteniéndose en su clavícula. Pensó que podía hacer algo, pero un gemido se le escapa cuando Yuuji le jala con un poco de fuerza sus hebras mientras enterraba suavemente sus dientes en su piel, suelta una mala palabra en baja voz, presionando sus dedos con fuerza en la cintura de este.

—¡Deja de jalarme el pelo!—Aprieta sus labios, de nuevo mientras el de cabello rosado aleja un poco su rostro en la clavícula del ajeno, contemplando la marca que hizo.

No le gusta hacerle marcas a su pareja, pero no es como que el otro sea tan bueno, porque siempre cuando tenían relaciones sexuales o momento cuando las hormonas se le subían le dejaba chupetones. Al final no sabía como esconderlos después y tenia que soportar las burlas de su gemelo, más cuando lo amenazaba de decirle a Choso sino le limpiaba la habitación.

Siendo sinceros, no quiere que le explique como funciona la abejita y la flor.

—Por cruel.

Es lo único que contesta e Hiroki no lo puede tomar en serio cuando el ajeno todavía tiene el rostro como el color de su cabello, como una tierna y sabrosa fresa. Sube su torso al sentir los jalones en la parte baja de su remera, sabiendo lo que quería el otro, se quita solo la prenda dejando la vista su torso desnudo. Al menos Itadori dejó su pelo en paz, por ahora.

—Lo seguiré siendo.—Suspira de placer al sentir los labios del contrario bajar de su cuello a su pecho, dejandole suaves besos en toda su piel y vuelve acostarse en el sofá, mientras se encargaba de jalar la parte baja del abrigo de este, con ayuda del otro logra quitarle la prenda.

Solamente puede alcanzar verle la espalda ancha, posando sus prótesis en la zona más arriba a su vez presionaba sus dedos en la piel de este, dejándole arañazos. A pesar que Makris sea de una complexión mucho más delgada, Yuuji admiraba el cuerpo de su novio. Porque era lindo.

Él le gustaba ver cosas lindas.

A veces Hiroki se imaginaba su bisabuela atrapandolo con otro chico, dios mio. Lo asesinaria, eso lo más seguro, pero sería muy gracioso como le entraba el diablo al cuerpo si se enteraba que no planeaba casarse con una chica y tuviera relaciones sexuales con uno de su mismo género antes en la luna de miel. Deja de pensar en eso al sentir a su pareja moverse más abajo sobre su cuerpo a medida que los besos ajenos recorrían con dulzura en su piel hasta sentir las manos ajenas en el borde de su pantalón.

—Ah, mierda.—Suelta otro suspiro de placer cuando Itadori le deja otro chupeton en un costado de su abdomen, baja con las intenciones de bajarle los pantalones al otro. No sin antes de dejar un pequeño beso en la nueva marca sintiendo la mano metálica del ajeno enredarse en su cabeza y presionarlo a su anatomía para mantenerlo cerca.

Makris no quiere despegar su vista de su novio, quiere ver como le hace el oral y demostrarle que no iba hacerlo llorar. Hasta que la luz de la sala se enciende y a ambos se le bajan la calentura al instante, siendo reemplazados por el miedo recorrerle en sus cuerpos al notar que ya dejaron de estar solos en la casa.

—¡¡Pero qué mierda!?—Itadori cae al suelo al oír la voz Sukuna e Hiroki cae junto a él porque la pareja se medio enredaron con la cobija. El más bajito suelta un quejido de dolor al recibir un golpe en el borde de la mesa—¡Vayan hacer sus homosexualidades a otro lado!

—¡Sukuna, idiota! ¡Avisa!—Grita avergonzado Yuuji mientras Hiroki se frota el rostro, jalando sus mejillas con sus dedos algo frustrado por la repentina presencia del odioso del tatuado y al mismo tiempo avergonzado de que lo atrapara.

También adolorido por el golpe, sin duda alguna va a tener un chichón.

—¡Ustedes vayan a follar en el cuarto! No tengo que estar viendo como se...¡Ahg!

Sukuna forma una mueca de desagrado total en su rostro, frotándose los ojos con ayuda de sus dedos de solo imaginar al idiota de su hermano dándole en la retaguardia al santo no tan santo a su parecer. Esta noche definitivamente no iba dormir, maldiciendo a su mente de porque le creó esa imagen.

—¡Ya vete!

—¡Me voy!

Yuuji mira como su gemelo se va enojado a su habitación, jalandose los pelos mientras murmuraba en baja voz como un viejo cascarrabias. Ambos oyen el sonido del puertazo y saben que ya se había encerrado. El de cabello rosado aún avergonzado mira a su novio, quien no quitó sus protesis en su rostro mientras le daba la espalda, notando que también estaba avergonzado por sus orejas enrojecidas

—Creo que deberíamos vestirnos.—Comenta rascándose la mejilla con el dedo índice, apartando la vista y percibiendo el sonido de un suspiro por parte del otro.

—Si, seria lo mejor.—Y el sonido de un motor hicieron que ambos se asustaran más.

Era Choso.

—¡Mierda! Apúrate, Hiro.

—¡Pero quítate primero!

—¡Ah!

Unos minutos después. Choso abre la puerta y alza su vista, viendo la sala encendida donde estaba su hermano menor junto a su novio. Se acerca detrás del sofá, notando que la película se había terminado, aunque al ver que estos tenían una cobija encima cree que se quedaron dormidos, así que solamente les da un beso por encima de la cabeza de ambos y yendo a ver si su otro hermano estaba en casa.

Los novios al ver la silueta del pelinegro desaparecer, no pueden evitar reír lo más bajo posible por la adrenalina al ponerse cada uno sus prendas y no matarse en el intento por la cobija. Hasta que oyen los pasos del mayor aproximarse y fingir estar dormidos de nuevo.

《¿Soy yo o Hiroki tiene el abrigo de Yuuji? ¿Se habrá dado un golpe en la cabeza antes? No me había fijado...Espera...¿Esa no es la polera de Hiroki?》

El pelinegro deja salir un suspiro, negando con su cabeza, pensando que al no dormir bien estará imaginándose cualquier cosa y empieza a recoger el desastre en la mesa, para fregarlos. Mientras los novios intentaban no reírse, apretando sus manos con disimulo.

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