02

Hwanwoong despertó desconcertado, chocando enseguida sus ojos con el techo de un auto.

¿Dónde carajos estaba?

Se incorporó algo débil, cansado y agotado. Reconoció que estaba en el automovil de Youngjo al ver el pequeño colgante aromatizante que tenía de un perrito gracias a Sunny, pero no había rastro de Youngjo dentro del auto.

Miró hacia afuera, ya estaba oscuro, y se encontraban en las afueras de la ciudad, aparcados en el costado de la carretera y frente a un pequeño mirador que daba la vista a una parte de la ciudad, que ahora mismo parecía una isla en medio del mar por toda la iluminación.

Y allí estaba Youngjo, afuera, sentado en el cerco que separaba el pequeño acantilado de la carretera y con su celular en mano, hablando con alguien. Hwanwoong, por a través del vidrio, pudo notarlo algo molesto con quien hablaba, al tiempo que ordenaba sus cabellos por el fuerte viento que se levantaba y miraba con el ceño fruncido hacia la ciudad.

Hwanwoong lo miró durante unos segundos. ¿Había algo que no le gustase de Youngjo? No, ni un gramo de él dejaba de gustarle. Youngjo había resultado ser todo lo contrario a lo que creía. ¿Era inteligente? Claro que sí, pero a la vez, Youngjo era una persona demasiado divertida y talentosa. Hwanwoong una vez había encontrado en su habitación una partitura creada por él, y de allí supo su gusto por la música. Youngjo era naturalmente divertido y bastante torpe,  tenía una suerte bastante mala pero gracias a eso podía hacer reir a Hwanwoong. Y por último, por más que Youngjo pareciese un inexperto que jamás ha tenido sexo ni tampoco haber fumado en su vida, era todo lo contrario, porque cuando le conoció, fue especialmente borracho, volado por fumar marihuana y casi sin ninguna capa de ropa suelta.

Hwanwoong intentó levantarse para abrir la puerta e ir a donde estaba. Pero sus piernas al intentar correrse en el asientro trasero para llegar a la puerta no pusieron de su parte, estaban tan temblorosas que Hwanwoong sentía que se iba a caer apenas pusiera un pie afuera del auto, al igual de sentir una dolorosa punzada en su entrada y cadera -que ya se estaba acostumbrando a tener después de cada encuentro-. Hwanwoong aún se sentía sucio, y llevando uno de sus dedos a tocar la zona de su entrada por sobre la ropa, supo enseguida que el semen seguía allí, ensuciandole y mojándole, esparciéndose por su culo, testículos y agujero. Gimió ante la agradable sensación.

Volvió a intentar moverse, esta vez y con mucho esfuerzo llegando a la puerta del auto, y sin quitarle la vista al perfil de Youngjo quien seguía hablando por teléfono.

Youngjo sin duda era muy guapo, bajo esos lentes inservibles habían unos ojos oscuros tan profundos y cálidos, que Hwanwoong siempre se veia hipnotizado cuando le miraba luego de sus encuentros, en donde dedicaban a acurrucarse en la cama o el auto -generalmente de Youngjo- por lo cansados que quedaban hasta dormirse, o hasta cuando Hwanwoong tuviese que irse.

"Geonhak, ya sé que falté a la reunión de consejo pero era por algo importante, lo siento, no podía quedarme", escuchó decir a Youngjo con un tono de voz algo irritado, uno que nunca Youngjo había ocupado con él, y ante aquello soltó una pequeña risita mimada.

Hwanwoong sabía que él era el bebé de Youngjo, y se sentía tan bien siendolo. Amaba tener la atención del pelinegro cada vez que estaba en su campo de visión, saber que Youngjo no se fijaba en nadie más por él. Y también sabía que lo que estaba sintiendo por él era demasiado.

Youngjo era su último pensamiento de la noche, y el primero de la mañana. Youngjo había logrado lo que nadie en sus 20 años de vida. Hwanwoong jamás había estado tan maravillado de una persona, tan colado por alguien. Le daba miedo el hecho de sentirse dependiente de alguien, más si era alguien como Youngjo, tan posesivo, celoso.

Pero al mismo tiempo amaba ser dependiente.

Llámenlo tóxico, como sea, pero Hwanwoong estaba muy seguro de que estar entre los brazos de Youngjo era el mejor lugar del mundo.

Hwanwoong jamás pensó que iba a caer por alguien como él, tan inteligente, tan educado y correcto a simple vista, hasta catalogado como nerd. Pero Hwanwoong no lo había conocido de esa manera, y cuando volvió a ver a Youngjo en el primer día de su segundo año de universidad, algo en su organismo hizo electroshock al ver a quien le dejó con marcas por más de una semana y semen hasta en el cabello, con pantalones de tela, un sweater asqueroso y horrendo cuello de tortuga y lentes, siendo nombrado como presidente del consejo estudiantil.

Hwanwoong apenas pisó mal el suelo de la carretera, aún sujetandose de la puerta y casi rindiéndose porque no se podía el cuerpo, cuando Youngjo giró la cabeza, con el celular en la oreja, hacia él. Hwanwoong vió la irritada mueca de Youngjo y su ceño fruncido, que fue rápidamente borrado al verlo, y cambiado por una mueca de preocupación que le hizo sonreir.

"Geonhak, lo siento de nuevo, pero debo cortar", apenas dijo aquello, Youngjo cortó la llamada y guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta, para bajarse del cerco en la cual estaba sentado y trotar hacia Hwanwoong, quien tenia piernas tiritonas y no se soltaba de la manilla del auto.

Ver a Youngjo trotar hacia él le llenó de calidez el pecho, pero no era algo que iba a admitir en voz alta, claro que no, ni si quiera a su mejor amigo Dongju.

Tembló cuando sintió las manos venosas de Youngjo tomarle de la cintura, gimiendo con un poco de dolor debido a los cardenales que Youngjo había dejado la vez pasada con sus dedos y aún no desaparecían. Se dejó caer en el fuerte pecho del pelinegro, rindiéndose a moverse hasta por lo menos una hora más y escuchando la burbujeante risa de Youngjo retumbar contra su oido.

"Despertaste, cosita", Youngjo susurró, recibiendo un pequeño sonidito de Hwanwoong como respuesta. El mayor se separó un poco del pequeñito cuerpo del menor, lo suficiente para ver su rostro, y dejó un pequeño besito en la punta de la perfilada nariz de Hwanwoong, justo por encima del septum. Eso desconcertó un poco a Hwanwoong, usualmente ellos no se dan besos así por así, y al ver a Youngjo, él parecía no tener ninguna intención de desnudarle y empotrarlo contra el auto.

"N-no me puedo... l-las piernas", habló Hwanwoong, con la garganta seca y gimoteando ante el fuerte apretón de Youngjo en su cintura.

Youngjo soltó una risita, antes de bajar un poco y atrapar las rodillas de Hwanwoong por detrás, el pelilila chilló, antes de ser alzado por el pelinegro y acomodado entre sus brazos. Enseguida se enredó en el cuello de este para no caer hacia atrás cuando Yongjo se inclinó para volver a meterse a los asientos traseros de su auto con Hwanwoong en brazos. Recostó nuevamente a Hwanwoong a través de los asientos traseros, con él entre sus piernas, antes de girar lo suficiente como para estirar el brazo y cerrar la puerta del automóvil detrás suyo.

Hwanwoong se acomodó un poco más arriba, y abrió como pudo las piernas un poco más, con un dolor punzante pero queriendo sentir a Youngjo más cerca de él. Y Youngjo claro que se dió cuenta al volver a su posición original. Con una suave sonrisa, sujetó la cadera de Hwanwoong para levantarla un poco y dejar las piernas débiles encima de sus muslos, y acercarse lo que más pudiese antes de inclinarse nuevamente y dejar acorralado a Hwanwoong entre sus brazos.

"¿Estás muy débil, cosita?", susurró Youngjo, con una de esas sonrisas de costado que hipnotizaban a Hwanwoong y aquellos ojos brillantes y caidos que le parecían de lo más bonito. De pronto, sintió una pequeña presión fría y húmeda en su entrada pegajosa que lo hizo soltar un gritito, saliendo de su ensoñación por lo guapo que era Youngjo y dándose cuenta de que este ahora tenía su mano en su trasero, y justo uno de sus dedos presionaba en su entrada por sobre la ropa. Gimoteó ante el ardor y el contacto, removiéndose un poco para que Youngjo quitase la mano de allí, pero sin resultados.

"H-hyung, no", se quejó, extendiendo inconscientemente sus labios en un puchero suave de ojos entrecerrados fuertemente al sentir una nueva presión en su entrada.

Hwanwoong no estaba consciente del tiempo que había pasado luego de su ronda de sexo en la sala de consejo estudiantil, solo sabía que en ese momento eran las 7 y media, y ahora mismo estaba oscuro, por lo que intuyó que más de dos horas no deberían haber pasado por el hecho de que seguía botando un poco de semen y chorreandolo por su boxer.

Gimió por completo esta vez, cuando Youngjo presionó con otro de sus dedos entre sus testículos y comenzó a masajear la zona sin dejar de mirar a Hwanwoong con hambre. El pequeño pelilila estaba adolorido, con sus músculos aún entumecidos, pero los mimos de Youngjo en esa zona jamás dejarían de gustarle. Youngjo le tocaba como si fuese una muñeca, pero también con una fuerza y brutalidad que le llevaban a su límite.

Cerró los ojos por un simple momento al sentir aquella presión, y jadeó de sorpresa al sentir la boca de Youngjo colisionar con la suya en un cerrado choque de labios bastante tranquilo. Sintió aquella mano alejarse de su entrada y ahora se escurria por debajo de su camiseta para sostener su espalda baja.

Se sintió raro, aquellas cosquillas en su cuerpo volvieron a resurgir al sentir los labios finos de Youngjo moverse contra los suyos. Muy pocas veces eran cuando terminaba siendo mimado por Youngjo fuera del sexo, y en todas él las aprovechaba al máximo. Porque Youngjo se encargaba de hacerlo sentir tan bien, tan especial. Todas aquellas veces Hwanwoong se sentía en el cielo -de buena manera-, eran aquellos los momentos en donde él podía sacar a relucir el cariño que le había tomado a Youngjo sin que él se lo cuestionase.

Ahora, con el tranquilo beso de Youngjo, sintiendo aquella mano en la curvatura de su espalda y culo, y con la otra al lado de su cabeza, Hwanwoong se sentía tan correcto, tan correspondido. Abrió los ojos, encontrándose con los profundos, oscuros, castaños y caidos ojos que le miraban mientras le besaba con un brillo tan inusual.

Un brillo lleno de algo que Hwanwoong no quería confirmar, ya que tenía miedo. Miedo más que nada a quedar como un imbécil frente a Youngjo, no ser correspondido y alejarse por completo entre los dos.

Y Hwanwoong no podía permitir aquello. Porque Youngjo era tan suyo, a veces lo veía y lo único que notaba era que en todas partes decía propiedad de Hwanwoong, aunque solo ellos dos lo viesen. Saber que existía la posibilidad de no poder volver a sentir a Youngjo dentro suyo, acariciarlo, enrrollarse en lugares indebidos, de no poder ver aquellos ojos que Hwanwoong tanto amaba mirarle al estar recostados y abrazados en su cama.

Hwanwoong tenía a Youngjo en tantas partes de si mismo, que si él rompía contacto con Hwanwoong, estaba seguro de que sufriría como los mil demonios. Porque Youngjo ya había dejado su marca en él, Hwanwoong solamente podía decir que Youngjo le había jodido la vida de una manera tan irreal y asombrosa, que tenía miedo de hacer algo que terminara con aquella ensoñación que se creía estar.

Enredó sus brazos por detrás del cuello de Youngjo, jalándole aún más abajo para profundizar el beso, sintió un suave apretón en su cintura y escuchó una pequeña risita del chico que estaba encima suya, y entrecerró sus ojos con alegría desbordante al ver los cálidos orbes oscuros. Youngjo se dejó caer encima suyo, sin aplastarle y acunándole suavemente una de las mejillas. Hwanwoong se sintió extraño, las únicas veces que Youngjo le había acunado las mejillas era para luego golpearselas suavemente mientras le penetraba, o para ingresar sus dedos a la boca.

Hwanwoong pudo ver como Youngjo cerraba los ojos y se separaba suavemente de él para apoyar la frente en la suya con una media sonrisa y decir algo que dejó completamente helado a Hwanwoong.

"Sé mi novio, Hwanwoong".

Hwanwoong, lo único que atinó a hacer, fue colocar una expresión de pánico que contagió a Youngjo en milisegundos. Y ambos procesando lo que acaba de pasar, se separaron como imanes de polos iguales hacia cada extremo del auto.

Hwanwoong se mordió el labio con los ojos abiertos como platos, el corazón se le había acelerado de tal forma al escuchar esa frase y sentía la cara caliente, debía estar tan sonrojado. Sintió vergüenza al estar sonrojado, ¡él jamás lo había hecho!

Giró la cabeza suavemente hacia Youngjo, sin dejar su expresión, y vió como el pelinegro tenía los ojos cerrados y el ceño fruncido, parecía maldecir en voz baja y con las manos tapando los labios que Hwanwoong acaba de besar.

El auto se tiñó de una incomodidad latente, algo que nunca les había pasado a ninguno de los dos con el otro. Y tampoco ninguno sabía como rayos romper aquello. Ahora mismo tenían una pared de concreto entre ellos dos que se había alzado tan repentinamente que aún Hwanwoong no salía de su pequeño trance.

El pelilila subió sus temblorosas piernas al asiento y se acurrucó entre ellas, nervioso, sin saber qué decir o hacer y mirando a Youngjo entre sus rodillas. Youngjo acaba de pedirle ser su novio, ¿qué debía responder a aquello?

Si lo pensaba un poco, sería una terrible idea. Él era una persona demasiado insegura y celosa, no querría que ninguna chica se acercara a Youngjo y le lloraría todas las noches al no ser suficiente para todo lo que era Youngjo. Y el pelinegro, era terriblemente celoso y posesivo, o aquello le demostraba a Hwanwoong con los moretones y chupones que le dejaba, ¿cómo actuaria Youngjo al ser oficialmente novios? Seguramente estaría todo el día detrás suyo, sosteniéndole la cintura y besándole suciamente frente a todos.

Eso le gustaría, pero seguía siendo terrible la idea al ser tan celosos los dos.

Se ocultó más entre sus rodillas, y de reojo observó por la ventana del auto, las luces de la ciudad se veían hermosas desde lo alto de la carretera, y lo único que se escuchaba era la naturaleza y el viento bastante fuerte que había por el comienzo del otoño, aparte de los pocos autos que pasaban de vez en cuando por la carretera. No tenía la cara para mirar a Youngjo sin sonrojarse, y al parecer, el pelinegro tampoco ahora mismo, aún lo escuchaba maldecir en pequeños quejidos y el sonido de sus movimientos por la ropa de tan silencioso que el auto estaba.

Un par de segundos -o minutos, Hwanwoong no sabía- más de silencio, ninguno de los dos mirándose ni diciendo palabra alguna. Ambos se sentían tan tontos, ya que literalmente se habían visto por completo, se habían disfrutado por completo tantas veces, pero todo había sido con la terminación de solo amigos, nada más, aunque tampoco se consideraban amigos, pocas veces habían tenido conversaciones medianamente largas que no se basaran en nuevas posiciones, fetiches o celos incontrolables que terminaban si o si con ellos en la cama.

"Lo siento, no quise decir eso...", escuchó Hwanwoong, y alzó la vista tan rápido, con ahora el nerviosismo pasando a ser una decepción casi demasiado transparente y obvia que cuando Youngjo chocó sus ojos con los de él, enseguida se dio cuenta. "¡Osea! no es que no lo haya querido decir, pero fue repentino y de verdad no quise incomodarte", explicó rápidamente, tanto que Hwanwoong no pudo procesarlo bien y se quedó mirando a un punto fijo detrás suyo.

Youngjo se pasó una de las manos por el rostro, queriendo golpearse ahora mismo hasta sacarse un diente por la idiotez que había soltado. Pero no lo había podido evitar, no con los ojitos de Hwanwoong, tan brillantes y relucientes concentrados en él mientras se besaban.

"Oh...", soltó quedito el pelilila, volviendo a mirarle. Y Youngjo de verdad tenía una fijación por esos ojitos brillantes, ya que él podía leer tan fácilmente a Hwanwoong, sus ojos le expresaban todo, le transparentaban todos sus pensamientos desde la primera vez que habló con él. Y ahora mismo, los veía con ese mismo deje de decepción de hace un par de segundos, pero también con algo de añoranza que infló el pecho de Youngjo por alguna razón. "Yo..., está bien, supongo"

Youngjo de verdad quiso golpearse a si mismo luego de aquello, y perforarse la boca con una sutura para no volver a abrirla nunca más.

"Hwanwoong, quiero que seas mi novio", dijo, con más determinación y firmeza esta vez, volviendo sus manos en fuertes puños por si llegaba el momento en donde su cuerpo le obedecería y se golpearía en el rostro. 

¿Qué carajos estaba haciendo? Nunca se había planteado a Hwanwoong como novio, ni si quiera cuando le veía convivir con otros chicos que no eran él y que obviamente tenían intenciones más allá de lo amistosas con Hwanwoong. Una relación como la suya.

Vio a su cosita cambiar su expresión alrededor de tres veces en ese nuevo minuto de silencio incómodo y abrir la boca para intentar responderle. Y por un momento quiso reir de la ternura que le causó aquello, pero el repentino miedo de que quizás esta sería la última vez que estaría con Hwanwoong asentándose en su estómago se lo impidió como una patada.

"¿E-estás hablando en serio, hyung?", preguntó con un leve tartamudeo por el nerviosismo. Youngjo le miraba de una forma tan extraña, tan anhelante y deseosa, al igual que algo apagada y apenada.

Youngjo, quien no sabía que mierda estaba haciendo, tomó una bocanada de aire antes de bajar la mirada y decir:

"Si. No estoy bromeando", Hwanwoong inhaló el aire que se le había escapado del asombro, "Hwanwoong, creo que ya no puedo soportarlo más"

Younjo no sabía que carajos sentía por Hwanwoong, estaba seguro de que no era amor aún, quizás era la necesidad de tenerlo consigo y la seguridad de que nadie se lo quitaría de al lado. ¿Si sonaba enfermo? claro que si, hasta él mismo lo confirmaba. Tampoco estaba seguro de que Hwanwoong quisiese aceptar, así que estaba dándolo todo antes de perderlo o ganarlo.

Antes de que Hwanwoong pudiese hablar de nuevo, se le adelantó.

"Te necesito conmigo", Youngjo alzó la vista y la conectó con Hwanwoong, "Llevamos 7 meses en esto, acostándonos aquí y allá, y creo que me hice tan dependiente a ti en este último tiempo que te necesito reclamar por completo como mío, ¿me entiendes?. Necesito demostrarles a los demás que eres de mi propiedad, joder", exclamó, revolviéndose el cabello y pensando un poco en lo siguiente a decir, "Quiero que te vean y se demuestre que eres mío, que yo soy la única persona capaz de tocarte, de acariciarte, de tomarte. Ya no soporto ver a todos esos chicos y chicas detrás tuya, y no poder hacer nada porque soy el maldito presi-"

"Amor", musitó Hwanwoong, con el rostro de piedra e intentando procesar todo lo que le acababa de decir Youngjo.

El pelinegro se detuvo enseguida, boqueando un par de veces hasta apretar los labios en una fina linea.

"Esa es... esa es nuestra palabra de seguridad", recordó Youngjo. Hwanwoong y él la habían creado luego de su segunda semana acostándose todos los días y cuando se dieron cuenta de que lo que sea que hubiera entre los dos no se terminaría luego.

Hwanwoong asintió  lentamente, antes de relamerse los labios y acercarse un poco a Youngjo gateando en el asiento.

"Lo siento", Youngjo volvió a tomarle por sorpresa ante eso, "Lo siento por todo lo que te dije, sé que habíamos acordado de que cuando se volviese incómodo terminaría y creo que acabo de hacerlo", Youngjo soltó una risita algo amarga, "No me tomes en cuenta, ¿si?, y solo dime si me he sobrepasado con esto de la posesividad, y entiendo que ya no quieras volver a verme y-"

"Amor", volvió a musitar Hwanwoong, acercándose nuevamente hacia Youngjo con una pequeña sonrisita cursando sus labios, "Si quiero"

Youngjo se le quedó mirando a escasos centímetros con una expresión de confusión total, sus labios algo extendidos y aquellos ojos pestañeando repetidas veces intentando entender aquellas dos palabras que acaba de decir. 

Hwanwoong también estaba seguro de que no sentía amor por Youngjo, pero si lo sentía tan suyo, tan de su propiedad, que si puede ser oficialmente su novio para demostrarle a todos que aquel hombre tan "correcto" era suyo, el diría que si.

¿Tenia miedo de que la relación no funcionara para nada con sus personalidades tan explosivas y tóxicas? Claro que si, pero no quería perder a Youngjo cuando aún podía tenerlo, no cuando todo su cuerpo gritaba Youngjo, no cuando pasaba horas enteras siendo mimado en la cama de Youngjo, no cuando el pelinegro le trataba de una manera tan especial, tan única, tan correctamente su estilo. Youngjo ahora sería completamente suyo, y aquella idea le emocionaba tanto que no puedo evitar no robarle un pequeño pico a la estupefacción de Youngjo, cosa que lo alarmó y sobresaltó hasta reaccionar.

"¿Dijiste que si?", preguntó, como si se lo estuviese replanteando por haberle dado a la respuesta incorrecta.

Hwanwoong rodó los ojos con una risita picarona, y asintió mordiéndose el labio bajo la atenta mirada de los hambrientos ojos de Youngjo.

"Si te das cuenta de que nuestra relación va a ser prácticamente una mierda, estaremos en la boca de la gente por un buen tiempo y tu puesto como presidente del consejo estudiantil y reputación van a correr riesgo, ¿cierto?", Hwanwoong enarcó una ceja.

¿Si Youngjo se había dado cuenta? No, claro que no, pero ahora mismo todo parecía importarle bastante poco ante la confirmación de Hwanwoong. de poder reclamar como suyo a ese bajito chico rebelde frente a toda la universidad, poder tenerlo cada maldito segundo a su lado y besarlo cuando se le dé la regalada gana, transformaban su reputación y su puesto en el consejo como la nada misma.

Hwanwoong le había jodido los sesos, pero absolutamente no se arrepentía para nada. "Si, y no me importa"

Hwanwoong rió suavemente, cautivando a Youngjo de tan cerca que estaba y de poder ver su risa en un primer plano por completo.

 "Oh dios, te voy a comer completo, cosita", susurró Youngjo, antes de volver a empujar a Hwanwoong nuevamente hacia el asiento para que se recostara, el chico cayó sin dejar su sonrisa y con sus cabellos revoloteando y enmarcando su rostro de porcelana.

Hwanwoong se dejó hacer por completo, viendo y disfrutando se como Youngjo volvía a acomodarse encima de él apoyado en sus dos manos a cada lado de su cabeza y las piernas metidas entre la suyas, y como se flexionó para buscar sus labios y chocarlos bruscamente contra su boca. No esperó demasiado tiempo para succionar el belfo inferior de Hwanwoong, arrancándole un jadeo e introducir su lengua en la húmeda cavidad.

Hwanwoong volvió a entrelazar sus brazos por detrás del cuello de Youngjo, empujándole a acercarse a él cada vez más. Exhaló por la nariz al enredar su lengua contra la de Youngjo, sintiendo una de aquellas manos enredarse en sus cabellos y tironear de ellos para que abriese más la boca. y como otra escurridiza mano abría aún mas sus piernas.

"Levanta las caderas" Musitó Youngjo en medio del beso, y Hwanwoong se tomó su tiempo en entenderlo y acatarlo, levantando sus caderas con la poca fuerza que tenía en sus piernas y sintiendo el tirón que quemaba de estas en sus muslos. Sintió a Youngjo impulsarse un poco para acomodarse en las extendidas piernas de Hwanwoong, y soltó un lastimero gemido al sentir la entrepierna ya despierta de Youngjo chocar con la suya que seguía adolorida por no haberse corrido en la tarde en la sala de profesores.

Con una de sus manos comenzó a tantear el pecho de Youngjo, mientras sentía como una pequeña estela de saliva comenzaba a correr por su cuello para perderse en su mandibula. Y cuando sus rechonchos dedos encontraron los botones de la camisa de Youngjo, torpemente intentó desabotonarlas del hojal y dejar al descubierto el delicioso y firme torso que se cargaba su -ahora- novio.

Pero claro, no llegó ni a la mitad de los botones cuando sintió su tono de llamada del teléfono en el asiento delantero.

Youngjo se separó de él al escuchar el tono también, con una mueca de molestia por la interrupción que a Hwanwoong le dio risa. Con los primeros cuatro botones de aquella pulcra camisa que llevaba Youngjo desabrochados, Hwanwoong pudo ver uno de los pequeños tatuajes que tenía escondidos por allí cuando se inclinó para alcanzar su teléfono y ver quién osaba a interrumpir. Youngjo al ver la pantalla hizo una pequeña mueca de terror, antes de que cortasen la llamada sin poder contestar a tiempo.

Hwanwoong le arrebató su celular, chillando al ver que eran las 10 de la noche y su madre le había enviado una cantidad de mensajes y llamado.

"Me tengo que ir urgentemente, Hyung", habló mirando su mensajería, sintiéndose algo decepcionado al escuchar como Youngjo resoplaba y se quitaba de encima suyo. Pero no le había avisado a su madre a que hora llegaría y notaba su preocupación ante su único hijo.

"Me he dado cuenta", Hwanwoong alzó la vista algo apenado, viendo a Youngjo abrocharse nuevamente la camisa, "Te paso a dejar a casa, cosita. Pero te prometo que mañana no te dejaré ir ni un segundo. porque ya eres oficialmente mio, mi novio"

Y Hwanwoong ante aquel tono, no pudo evitar impulsarse y volver a besar suciamente a Youngjo, dejándose una que otra marca antes de partir.

Al siguiente día, Hwanwoong llegó un poco más temprano de lo previsto a la universidad, con un sueño terrible y viendo a la gente pasar a su lado tan alegre que a Hwanwoong le daba migraña. Y solamente porque Youngjo quería mostrarle algo.

Le esperó al frente de uno de los salones del primer piso, tal como le había indicado. Y Hwanwoong se quiso golpear cuando sintió sus pantalones caerseles sutilmente de la cintura, había bajado de peso y ahora casi toda su ropa le quedaba una talla grande.

Bueno, pero al menos a Youngjo no le costaría sacárselo si se dignaba a meterle su pene hoy.

Hwanwoong sentía las piernas pesadas, en la mañana casi se había caido ante las pocas horas que las mantuvo quietas durmiendo y tenía dos grandes cardenales en cada rodilla y unos pocos más en la cintura.

Y bueno, le dolía la garganta, aunque eso no le importaba demasiado, le gustaba sentir los dedos de Youngjo en su cuello.

Miró su teléfono luego de un par de minutos de espera, yendo enseguida al chat que tenía con Youngjo para preguntarle dónde estaba, y por qué le había citado aquí, con la excusa de que aquí no podría chuparle la polla.

A Hwanwoong se le hizo agua la boca imaginar lo último.

Se quedó mirando su teléfono, específicamente el chat de Youngjo mientras se imaginaba a este expandiendo su boca con su gruesa polla y embistiendole la garganta. Y chilló de pronto, casi soltando su teléfono al sentir una fuerte mano agarrarle de la cintura y de un gran tirón girarle y apegarle a un fuerte cuerpo ancho que reconoció enseguida como Youngjo por el olor a perfume varonil que llevaba.

"¿Y-young-?", no pudo ni decir el nombre del pelinegro, cuando este ya le había tomado de la barbilla e impactado sus finos labios con los suyos.

Hwanwoong ahogó un grito, congelado en medio del pasillo y con los ojos llenos de pánico al darse cuenta en milésimas que estaba siendo besando por Youngjo frente al pasillo más concurrido de la universidad. Tenía el cuerpo tieso, las manos a la defensiva y los ojos abiertos mirando la satisfactoria expresión de Youngjo mientras este movía sus propios labios con los estáticos de Hwanwoong.

El pelilila miró de reojo como la gente se les quedaba viendo con asombro al pasar por el lado, y volvió a tensarse al sentir ambos brazos de Youngjo rodear su cintura para apegarle un poco más mientras se separaba de sus labios un par de milimetros.

"Dejate llevar, Hwanwoong", le susurró, sin abrir los ojos, y volviendo a besarlo tan rápido como dejó de pronunciar su nombre.

Hwanwoong dejó caer sus manos en los hombros de Youngjo, sin saber si empujarle lejos o corresponderle aquel dulce beso con un toque picante.

Sintió un pequeño mordisqueo y una succión sutil en su labio inferior, sacándole un pequeño jadeo involuntario y volviendo a sentir como Youngjo le acercaba mucho más a su cuerpo, dejando que su aroma impregnara la nariz de Hwanwoong y comenzara a rendirse ante el delicioso beso público.

Relajó sus manos, apoyando sus antebrazos en los hombros de Youngjo y cerrando sus ojos. Inclinó sutilmente su cabeza, para profundizar el beso y comenzar a mover sus belfos contra los de Youngjo. Sintió una pequeña presión en su espalda baja de uno de los dedos de Youngjo antes de recibir un nuevo mordisco.

Hwanwoong realmente logró relajarse, los labios de Youngjo sabían a bálsamo labial y los movía tan bien sobre los suyos que llegaba a adormecerlos. La forma en la que Youngjo le sujetaba, como si jamás fuese a soltarle y con un deje de protección y posesividad bastante potente. Sus mejillas se calentaron al relamer el labio superior de Youngjo, recordando que estaban en público y que si seguramente seguían, Youngjo bajaría la mano hacia su culo, y no quería pasar más vergüenza de la que ya tenía.

Se tambaleó un poco al alejarse y romper el beso, abriendo suavemente sus ojos y topándose con la sonrisa de labios cerrados de Youngjo, tan reluciente y calmada. Hwanwoong realmente podría acostumbrarse a ella si comenzaba a verla más de cerca.

Sintió las miradas poco sutiles de todos los estudiantes en su espalda, por lo que escondió su rostro entre sus brazos y apoyó su frente en el pecho enfundado en una camisa de Youngjo.

"Buenos días, novio mío, ¿cómo dormiste?", susurró Youngjo con un deje de diversión.

"¿Qué demonios acabamos de hacer?", musitó Hwanwoong mordiendose el labio.

Youngjo se lo pensó un momento, antes de decir:

"Acabo de demostrarle a todo el mundo que tú eres mio y yo soy tuyo. Que solo yo puedo follarte, acariciarte, besarte y todo lo demás"

Hwanwoong rió sutilmente, elevando la vista y evitando chocarla contra alguien que no fuese Youngjo.

"Eres un idiota, ¿lo sabes?", Hwanwoong hizo un puchero, que Youngjo se atrevió a volver a besar cortamente para sacarle una sonrisa a Hwanwoong.

"Mmm, solo vengo a marcar finalmente en presencia de todos que me perteneces, Hwanwoong", Youngjo escurrió su mano hasta la de Hwanwoong, envolviendo los pequeños deditos en su mano y dándole un apretón a Hwanwoong, "No tomes en cuenta a la gente, solo importamos nosotros, ¿no?"

Hwanwoong sonrió, antes de separarse por completo de Youngjo -exceptuando sus manos- y ser arrastrado a quien sabe donde por su ahora novio.

Ahora, para la universidad, ellos ya no eran simples desconocidos. Si no que ahora eran novios  aunque nunca los hubiesen visto hablar el uno con el otro.

hwalight | 200103

AAAAAA hola xd
Feliz año nuevooo
Aqui traigo +5000 palabras de nuevo♡

SE ACWRCA EL ANIVERSAEIO DE ONEUS Y EL CUMPLEAÑOS DE XION Y NO ESTOY RPEPARADA AYUAAAA

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