Capítulo: 8 | Exiliado

-Buenos días señoritas-saludo cordialmente el mayordomo de piel blanca y ojos gatunos, ambas jóvenes respondieron a su saludo de la misma manera-, el señor Park está por venir, si gustan pueden tomar asiento.

Ambas se miraron y asintieron, siguieron las indicaciones del hombre y este muy amablemente las invito con vasos de agua o cualquier otra bebida que quisieran.

-Muchas gracias pero acabo de desayunar-dijo Jeongyeon mientras tocaba su estómago, el corsé que llevaba puesto la estaba asfixiando pero debía de llevarlo si salía a alguna parte, era una regla a la hora de vestir con elegancia.

-Yo también, muchas gracias señor-el hombre asintió y curvo sus labios en una sonrisa cansada.

-Con permiso, me retiro, si gustan de algo pueden llamarme- con pasos lentos pero firmes se retiró, dejándolas solas.

-Nunca había estado cerca de este lugar, no sabía qué aquí se encontraba un palacio tan elegante.

-Lo sé, es como si todo fuera de porcelana y los colores son tan frágiles como los colores de las rosas-Jeongyeon miro con admiración todo el lugar, hasta el sofá parecía irreal, era como estar sentada en un pedazo de algodón, tan esponjoso y suave-, Sana, ¿te encuentras bien? Tu rostro se nota pálido-estiro su mano derecha para tocar la mejilla de su amiga, no parecía tener fiebre.

-Estoy bien Jeongyeon, solo que hoy quise ponerme el nuevo corsé que mamá eligió para mi. -Sana llevo su mano derecha sobre su estómago y empezo a respirar profundamente mientras con la otra mano se daba un poco de aire, su piel se notaba más pálida de lo normal, a lo que Jeongyeon se sintió asustada.

-Si quieres llamo al mayordomo y le digo que te prepare algo o si quieres podemos regresar-...- rápidamente fue interrumpida por su amiga, que, con una sonrisa tomo su mano y negó lentamente con la cabeza.

-Estoy bien, lo importante es estar con Jimin.

Jeongyeon no muy contenta con aquella respuesta, solo calló y se dedicó a mirarla fijamente hasta que el sonido de unos pasos se acercaron al lugar donde se encontraban.

-Bueno días-la dulce voz de Jimin retumbó en sus oídos-, es un gusto verlas tan temprano.

-El gusto es para nosotras-Sana ni lenta ni perezosa fue la primera en hablar, levantándose en un parpadeo de su lugar, logrando que Jeongyeon desencajara una mueca en su rostro. Jimin camino unos pasos más hasta estar enfrente de ellas.
Con caballerosidad dió una reverencia frente a la pelirubia, a lo que Sana correspondió con total felicidad.

-Señorita Jeongyeon, que grata sorpresa verla aquí-en lugar de una reverencia, tomo de su mano y le dedicó un suave beso en la palma, la peli castaña abrió por completo sus ojos, y miro de reojo a su amiga que se encontraba igual o más sorprendida que ella.-quisiera saber porque tanto silencio en su persona.

Tenía razón desde que lo vio no había pronunciado ninguna palabra.

-Discúlpame por mis malos modales-dijo mientras quitaba su mano del agarre del más alto, con lentitud tomo las esquinas de su vestido y dió una leve reverencia, bajando la cabeza-, me tomo por sorpresa su presencia.

-¿Mi presencia en mi casa?- pronunció con gracia, soltó una carcajada a lo que Jeongyeon no sabía dónde meter la cabeza por ser tan estúpida a la hora de seleccionar las palabras correctas.

Con vergüenza mordió el interior de su mejilla.

- Lo siento por mi...

-Jimin, es mejor que se apresure, el sol a estas horas aún es suave.

Sana los interrumpió, el ambiente que formaban ellos se había vuelto un tanto pesado, y eso la molestaba, aún sin saber porque.

En cambio Jeongyeon la miro con los ojos totalmente abiertos, se encontraba feliz de haber salido de tan penosa situación, Jimin con una suave sonrisa, se retiró.

—¡Sana, me haz salvado!-susurró mientras corría en su dirección—, sentí que había metido la pata y me hundía cada vez más.

— Entonces me alegro por haber ayudado en algo, sabes, por un momento sentí que no encajaba con ustedes...

-¡No digas eso! Si eres la mujer mas bonita que hay en el reino, ¿Cómo piensas que podemos ignorarte?

La peli rubia tomo uno de sus mechones y lo único detrás de su oreja, y asintió, su pecho picaba con algo que ella desconocía hasta ese momento.

...

El recorrido por la ciudad era de lo más cálido, el príncipe parecía maravillado con cada paisaje que veía, la fría nieve de dónde provenía le había arrebatado la oportunidad de disfrutar del sol, de los colores que ofrecían las plantas y de la diversión que veía en los animales, todo parecía más vigoroso y reconfortante.

En más de una ocasión Jeongyeon había pillado a Jimin mirándola de reojo lo que la dejo en un estado de confusión, ya que Sana iba caminando en medio de ellos.

Su amiga no era tonta y pero por alguna extraña razón parecía no darse cuenta, lo que ocasionaba que se sintiera incómoda ya que sabía sobre los pensamientos y sentimientos de ella.

- Jeongyeon, ¿te encuentras bien? Te veo un tanto pálida.

- ¿Enserio? Yo me siento bien-dijo tocando su frente. El peli gris rápidamente le tendió unos dulces.

-Toma, es probable que sea por el calor-la pelinegra tomo algunos y agradeció en voz baja- es mejor que regresemos, puede que esté apunto de ocasionarle un golpe de calor .

-¿Y usted cómo se siente?-preguntó preocupada Sana.

-Me encuentro bastante bien, he mantenido un riguroso entrenamiento para mantenerme de pie bajo el sol.

La rubia asintió reconfortada con su respuesta, y tomo a Jeongyeon del brazo para llevarla a la carroza, antes de que pudiera subirse en el, Jimin tomó de su mano libre y la ayudó, tomándola por sorpresa. En cuanto la peli rubia noto eso sin siquiera notarlo hizo tambalear a su amiga, asustandola.

-¡Por Dios! Lo siento tanto Jeongyeon, no fue mi intención.

-No, no te preocupes estoy bien...

Luego del inconveniente ninguno había pronunciado palabra alguna, solo el sonido del galope de los caballos resonaba hasta que se escucharon los gritos de una turba furiosa.

La curiosidad fue poderosa para Jeongyeon, haciendo que mirara por la ventana.

Las personas estaban gritando y abucheando a un chico, los soldados trataban de detener el bullicio y de repente de en medio de todo ese atraco un chico cayo rendido sobre sus pies, sangre borraba de su ceja y labios, parecía que lo habían apedreado.

Jeongyeon fijo si vista y trato de ver quién era.

Y una maldición ¡Era aquel chico de la mañana!

Rápidamente llevo una mano sobre sus labios, estaba asustada, ¿Que sucedera con ese chico?

— Jeongyeon, tranquila, te estás alterando.-dijo Sana al ver lo que estaba sucediendo.

—¡PAREN LA CARROZA!- su grito sucumbio a todos, haciendo que se detuvieran casi al instante, rápidamente quiso salir corriendo pero una mano la detuvo.

—¿Que te sucede? Normalmente no eres así-Sana la miro extrañada, a lo que Jeongyeon no supo responder, su vista viajo de Sana a Jimin, el se encontraba de la misma manera, pero a ella no le importaba.

—Lo siento, ni yo puedo explicarlo.

Era verdad, no sabía porque se estaba comportando de esa manera, pero algo dentro suyo gritaba que ayudará a ese chico.

—¡SUFICIENTE!- grito con todas sus fuerzas cuando estuvo a pasos de ellos- ¿Que está sucediendo aquí?

—¡Princesa, no se acerque!- uno de los oficiales la detuvo, Jeongyeon lo miro por unos segundos, mientras sentía que estaba siendo rodeada.

— ¿Que le están haciendo a ese chico?

— Ha cometido robo, pero no sé preocupe princesa, ya lo detuvimos, no debería de preocuparse por alguien sin importancia como él- unos guardias tomaron de los brazos al chico que seguía escupiendo sangre.

Al terminar de oír aquello, su sangre empezó a hervir de la rabia.

— Ningún ser humano merece ser tratado de está forma- pronunció entre dientes- Sueltenlo ahora, ¡se los ordenó!

—Pero princesa, este sujeto a robado una manzana y no pronunciado ninguna sola palabra.

— ¡Es cierto! —gritaba la multitud.

—Yo mismo ví que tiene la marca que se le otorga a los exiliados.

Al escuchar eso, el oficial que la había tenido se dirigió a aquel chico y lo tomo de sus hebras para levantar su cabeza.

— Tiene razón, tiene la marca- admitió.

¡Maldición! ¿Que haré!

— Llevenlo al palacio, ahí veremos qué haremos con él.

—Pero princesa—...—

— Solo háganlo.

...




Las marcas que tiene Taehyung en su cuello son similares a esto.

Está historia a estado tanto tiempo en hiatus que no creo que alguien lo lea ahora jaja.

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