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La familia del clan Ember no esperaron ni un minuto tras el clan Grimhade dejar la sala de audiencias estos comenzaron a tener un platica muy formal.

- Como se atreven a usar el nombre de nuestra madre y padre para hacer su salvaje proclamación! – la mujer miraba enojada a sus hermanos y cuñado.

- Madre cálmate – el hijo mayor de la mujer la sostenía del brazo, esta parecía dispuesta a pelear con quien fuera que se le parara de frente.

El menor de los hermanos estaba al frente, a pesar de su joven edad era el mas maduro de sus hermanos y conocía perfectamente su lugar en la familia.

- Yuna compórtate, aun cuando seas hija de mis padres el jefe del clan es Leime así que conoce tu lugar y actúa como debes – parecía burlarse de su hermana mayor.

- Y yo soy tu hermana mayor idiota, ¡la única hija de esta familia que tiene una hija con magia! – estaba celosa de los hombres frente a ella, todos sabían eso, pero preferían ignorarlo, por lo menos hasta ahora.

El jefe del clan miro a sus cuñados serio, aun que sabía lo que era bueno para el clan que lo había acogido como su hijo y familiar el seguía siendo un externo a la familia y si algo le sucedía a su hija, un hombre como el no podría cuidarla.

- Leime se perfectamente tu compromiso con nuestra familia, pero Radyn ya no está aquí, murió y con ello sabe muy bien mejor que nadie que tu compromiso con la familia debió morir al mismo tiempo – la mayor parecía dispuesta a pelear la sucesión de la familia a como diese lugar.

- Yuna no cruces la línea – el mayor de los hermanos al fin hablo, el hombre fuerte y alto miraba molesto y amenazante su hermana.

- Un maldito ebrio sin futuro y mantenido no va a venir a decirme que hacer – el odio a si a su familia parecía no poder esconderse.

El mayor no dudo ni un segundo en caminar así a la mujer y pararse frente a ella, esta lo miro divertida y sonrió con cierto cinismo.

- No me amenaces Ories, alguien tan débil mágicamente como tu no puede hacerme daño – se reía en la cara del hombre y este sonrió igual que ella.

- No necesito magia para esto – la alzo rápidamente de la ropa casi tocándola por el cuello y la azoto en la pared, un estruendo fuerte se escucho por el golpe en la pared.

- Tío basta por favor suéltala! – el joven miraba aterrado como su tío tomaba fuertemente a su madre.

Intento tomarlo del brazo, pero este lo pateo fuertemente sacándolo a volar al suelo, este desde el suelo adolorido miraba al jefe del clan.

- Tío Leime, por favor – rogaba el joven con los ojos aterrados de mirar a su madre luchar contra los brazos del hombre.

- Ories baja a Yuna – dudo unos segundos antes de pedirlo, pero el grandulón lo ignoro disfrutando su actuación – es una orden Ories Ember – dijo esta vez en tono fuerte y firme, el hombre suspiro y bajo a la mujer que cayo directo al suelo mientras sostenía su cuello. Su hijo corrió a mirarla y asegurarse que estuviera bien.

- Los hombres de esta familia podremos ser inútiles en magia Yuna, pero por algo trabajamos la fuerza bruta hermanita – este miro al jefe del clan – me retiro mi señor, tengo una comida con mi esposa esperándome – después de una leve reverencia se fue.

- Yo igual me retiro Leime, deje a mi hijo con la nana – el menor igual se despidió y salió de la habitación.

- Vas a dejarlos ir así? -pregunto molesta con la voz un tanto ronca por haber gritado y por la presión que recibió su garganta.

El jefe del clan suspiro y miro a su cuñada.

- Acepte el compromiso de Yuram por mi deber como jefe del clan y para evitar perder nuestra alianza con el clan Grimhade – esta lo miro curiosa – aun así, Inna aun puede heredar el clan sin necesidad del heredero de los Grimhade así que no olvides eso Yuna o levantare un juicio por traición y serás exiliada de la familia – no espero una respuesta de la mujer y se fue del salón.

...

Me había sentado en un rincón del jardín, me sentía tan angustiada y sola por lo sucedido. Durante años había soñado e idealizado mi vida junto a Howk un futuro donde formaría una familia mi hogar y todo se había desvanecido en minutos de mis manos, todo lo que siempre soñé se me había arrebatado sin avisar.

- Mi niña linda, por favor entra a la casa tu padre está esperándote – mi nana llego a sentarse junto a mí, su voz tan dulce me hacía sentir querida.

- Porque me haría algo así Adeliza? Howk era lindo cuando éramos niños entiendo que maduro y creció y su deber, pero me dejo de una manera tan fría y con un desprecio como si siempre me hubiera odiado – me sentía destrozada.

- Todo es culpa de la vieja esa – Saera hablo de la nada, no sé cuánto tiempo llevaba ahí escuchándome o solo mirándome, pero al fin hablo.

- Mi señorita no hable así de su tía, podría escucharla alguien de la familia – Adeliza miro aterrada a Saera que se encogió de hombros.

- Y que mas da si la llamo así Adeliza? No es como que yo me quedare en la familia para siempre seguro me casen algún día con un hombre de otro clan y deje mi clan – se encogió de hombros, era un destino un tanto triste, pero al menos Saera con 15 años entendía el poder de la unión de clanes y sabia que era útil...algo que yo no.

- Lo se mi señorita, pero recuerde que su tía tiene un temperamento muy volátil evitemos que quiera lastimarlas – Adeliza insistía en el respeto y suspire.

- Mi madre no se lo permitiría, aun cuando es linda es muy fuerte podría enfrentarla por nosotras y defendernos – Saera me tomo del brazo y sonreí levemente, aun cuando la tía Yuna no me quisiera me sentía feliz de que mi familia me estimara un poco.

Después de algunas horas platicando con mi nana y mi prima la hora de la cena se hizo presente, iba a enfrentar a mi familia en la hora de la cena y no había opción.

- Hija mía, si deseas puedo mandar tu cena a tu habitación y acompañarte a cenar ahí – mi padre me miro con pena y negué caminando con él al comedor.

-Mis sentimientos no se deben ver involucrados con mi deber como futura jefa del clan, malos momentos siempre habrán, ¿cierto? – pregunte y este asintió sonriendo con nostalgia.

- Eres idéntica a tu madre mi niña – mi padre acaricio mi cara y sonrió, note como evito después mi mirada y seguía caminando, quizás hoy entendía por completo su sentir, ¿perder al amor de tu vida debe sentirse así cierto?

Ambos entramos por fin al comedor, toda la familia estaba ahí esperándonos, Mi tío Ories acompañado de mi tía Jeine y sus hijos Garret y Saera, la tía Yuna con el tío Bryden y mi primo Carise y por último mi Jaicen, la tía Elinor y el pequeño Gawen.

Al sentarnos comenzaron a poner los platillos en la mesa, todos comenzaron a comer y yo igual, aunque solo podía picar la comida en mi plato, mi mente aún seguía un poco ida por lo recién acontecido en la mañana.

- Aprovechando que la familia esta reunida, escuche que hoy hubo una disputa en el salón de audiencias ¿no es así Leime? – mi tío Bryden miro a mi padre.

- Soy la persona menos indicada para explicártelo Vexx, te aconsejo preguntárselo a tu esposa – mi tío soltó una risa que más bien parecía una queja.

- Creo que si pregunto al jefe de nuestro clan es obvio mi razón no? ¿Violentaron a mi esposa y esperas que me comporte? – mi tío alzo un poco la voz y mi padre paso saliva.

- Puedes denunciarnos Vexx, pero si el consejo nos escucha y se pone de nuestro lado sería muy satisfactorio verte regresar corriendo con tu familia y llevarte a tus hijos – mi tío Ories hablo de golpe.

- Por lo poco que escuche mi hija se casara con Grimhade cuñado, te comento para que tu conozcas tu lugar en la familia – el tío Bryden miro mal al grandulón.

- Te recuerdo Bryden que según las normas familiares solo una hija nacida de una hija hereda el clan – mi tío Jaicen comento uniéndose a la plática.

- Claro cunado, igual que recuerden que debe heredarlo una mujer con magia – al mirar de reojo note que eso ultimo iba dirigido así a mí - Mientras tanto, no olviden que nosotros mantendremos la promesa de que Yuram herede el clan si nace una hija con magia – menciono sin mas tomando su copa de vino.

Era inevitable sentir una gran sensación de inutilidad y frustración, no le era de ayuda a mi familia en nada prácticamente solo tenía un título, un título que sin flujo mágico me volvía inútil.

...

Me encontraba en la biblioteca, intentando distraerme entre los libros antiguos y los pergaminos. Las palabras en los textos parecían confusas y lejanas, y la habitación se llenaba de la luz de una sola lámpara. Hacia años pasaba horas aquí esperando recolectar información para que cuando mi magia apareciera fuera una bruja excelente, pero cuando a mis 16 años nunca vimos una pisca de esta todos descartaron el seguir ensenándome...abandonándome.

El sonido de pasos me hizo mirar hacia atrás. La silueta de Carise, se le acercaba y en su rostro una expresión preocupada.

- Inna, ¿estás aquí sola? ¿Por qué no estás descansando? – me miro curioso y sonreí a medias dejando aquel libro en su lugar.

- No quería ir a dormir, Carise. Necesitaba estar aquí, en silencio, tratando de comprender lo que acaba de suceder, me da miedo dormir y despertar creyendo que fue un sueno y cuando despierte saber que no era un sueño y todo realmente sucedió – me sentí como una tonta por sentirme de esa manera.

- De verdad te entiendo Inna, lo que te pasó hoy fue muy duro – me miraba tan arrepentido - No es justo que te haya echo eso mi madre, mi madre ha perdido la cabeza – negó molesto - No entiendo cómo puede ignorar el bien de la familia por un capricho personal – dijo lo ultimo con una gran molestia en su voz.

- Lose, a veces me pregunto si hay algún lugar en este mundo para mí – lo mire con tristeza, me sentía bien hablar con Carise.

- No digas eso, cuando estaba en el colegio tomaba una clase de Custodio de conocimientos, los viejos sabios siempre decían que todos pertenecíamos a un lugar y un momento, solo que aún no estábamos en el – me sonrió y negué.

- No Carise, para mí que lo veo todo desde afuera, todo parece tan claro para todos menos para mí – suspire frustrada por tan malos pensamientos.

Carise se acercó y me ofreció una sonrisa cálida.

- Créeme Inna, tal vez no entiendas ahora, pero eres fuerte. Y no estás sola en esto – me acaricio el cabello, como todo un hermano mayor- Estoy aquí para lo que necesites Inna, no soy mis padres, yo siempre voy a ver primero por la familia y tu eres mi familia – sonrió de manera tan sincera que sentí mi corazón tan relajado.

Le agradecí con una mirada de aprecio, nos quedamos ahí un rato más en silencio, sumidos en la contemplación de la vasta biblioteca.

...

La noche cayó sobre la fortaleza Ember, dejando una atmósfera densa y sombría en los pasillos iluminados únicamente por las luces titilantes de las lámparas. Aun me sentía completamente abatida mientras caminaba lentamente hacia mi habitación, mi mente reviviendo una y otra vez las escenas de la mañana. Con el corazón aún adolorido por el rechazo de Howk y la fría determinación de su tía Yuna por no solo quitarme mi hogar y derecho.

Cuando entre a la habitación, el aire estaba pesado con el silencio. No pude evitar ir a sentarme en una silla cerca de la ventana, donde el frío aire nocturno ayudaba a calmar la opresión en mi pecho. Escuche unos pasos y Adeliza entró con su expresión de preocupación y simpatía.

- Mi señorita, ¿cómo te encuentras ahora?" —preguntó mientras se acercaba, sosteniendo una pequeña manta que coloco en mis hombros.

La primera persona que me había dado un poco de cariño fuera de mi familia fue ella, era como una madre para mí.

- Estoy... tan cansada, Adeliza. Cansada de pelear contra lo que no puedo cambiar —dije con voz un tanto quebrada, mirando hacia el jardín. Mi corazón y mi garganta ardían.

Escuche como esta tomaba un banco y lo colocaba junto a mí tomando mi mano, Adeliza se sentó en el con la intención de ofrecerme consuelo.

- Mi niña no debes cargar con todo esto sola, Inna. A veces, el dolor nos parece insoportable, pero no estamos solas en él, muchas personas en este hogar te adoran – me miraba con tanto cariño que me parecía imposible decirle lo contrario.

- Pero no entiendo por qué mi familia insiste en este destino cruel. ¿Por qué no puedo simplemente tener una oportunidad para demostrar que valgo algo? ¿Qué puedo cuidar a la familia y el clan? – miro a la mujer frente a mi con los ojos llorosos.

Adeliza me miró con tristeza, sabía que sus palabras no podían eliminar el dolor que mi corazón sentía, pero sí podían ofrecer un mínimo consuelo.

- Escúchame bien, lo que te hicieron hoy no define quién eres – me miro seria y sonreí levemente – La magia no es lo único que te hace valiosa. Eres fuerte, valiente, y eso es algo que ni el destino ni la magia pueden cambiar – sentía con tanto calor aquellas palabras, pero al mismo tiempo sentía que mi subconsciente gritaba que solo eran unas mentiras.

Después de unos minutos hablando me había arropado y esta recostada en mi cama, buscando conciliar el sueño, pero unos pequeños toques en mi puerta me sacaron de mis pensamientos.

- Inna, ¿puedo hablar contigo un momento? – mi padre estaba detrás de la puerta y suspire sentándome en la cama.

- Claro, adelante padre – la puerta se abrió y me dejo ver a mi padre, su rostro lucía un tanto agotado.

Se acerco poco a poco y se sentó junto a mí, este me miraba con una expresión cansada pero comprensiva.

- Cariño, lo siento tanto no sabes cómo me duele mucho que todo esto haya sucedido. Siento que no fui de ayuda en cuanto a controlar tu vida – me miro apenado y negué.

- Tu no eres el culpable padre, yo lo soy no merezco nada de lo que tengo. Ellos tienen razón, debería dejarles mi vida en sus manos – lo mire triste y negó.

- Inna, la vida no siempre nos da lo que deseamos, a veces debemos encontrar nuestra fortaleza en los momentos difíciles. Tienes que saber que estás haciendo lo mejor que puedes en una situación que no elegiste mi cielo – su mano acariciando mi cabello me hizo sentir tan pequeña, como si fuera esa niña de 5 años que acababa de perder a su madre.

- A veces siento que todo está en mi contra, no tengo magia y ahora también eh perdido mi compromiso con Howk – mi voz se escuchaba tan apagada.

Mi padre siguió acariciando mi cabello y haciéndome sentir tan segura en sus brazos.

- No te definas por lo que otros piensan de ti o por lo que te falta – mi padre me soltó y me miro – Eres más que cualquier magia o compromiso. Eres mi hija y siempre estaré aquí para apoyarte, lo prometí a tu madre, si tengo que cuidarte con mi vida así será – sonrió tiernamente y asentí.

- Gracias padre, de verdad lo agradezco – lo abrace en silencio, en ese momento ambos encontrábamos un breve consuelo el uno con el otro.

...

A la mañana siguiente me despertaron las personas en mi alcoba, Adeliza venia con un sequito de mujer que trabajaban en la casa y todas me miraban sonrientes.

- Porque están aquí? ¿soy el sacrificio de esta mañana? – pregunté divertida pero mi nana se acercó a destaparme – oye, eso es grosero – temblé un poco por el frio de la mañana.

- Su padre ha llamado a Kael, la espera en la sala de audiencia y lleve pantalones – dijo sin mas saliendo con todas las mujeres tras de ella.

Mi padre había llamado a Kael Vexx. Mi maestro e instructor que hacia 2 años de no verlo tampoco desde que me abandono por ordenes que era una "himperia"

Después de cambiarme fui a la sala de audiencia, el hombre cabellos blancos estaba con mi padre sonriéndose ampliamente.

- Inna mi querida niña, cada día mas parecida a nuestra amada Radyn – la voz gruesa y juguetona del peli blanco me dejo un sentimiento raro.

- Pasa cielo, Kael vino a ayudarnos un poco – asentí entrando y saludando a este – esta al tanto de todo así que no te preocupes – me menciono mi padre y volví a asentir un tanto apenada.

- Llevaré a Inna a la sala de entrenamiento mi señor – el hombre se despidió de mi padre y me tomo del brazo llevándome con él.

Lo seguí durante todo el camino en silencio sin saber como reaccionar o si quiera que preguntar, me encontraba confundida en todo esto. Al llegar a la sala de entrenamiento al fin hable.

- Porque viniste, ¿me abandonaste igual que todos así que dime que haces aquí? – mire firme y seria al peli blanco que suspiro, cuando la sonrisa de su rostro desaparecía era la verdadera personalidad de Kael la que salía.

- Si la familia de mi maestra me necesita, soy un siervo mas dispuesto a ayudar Inna – dijo serio y negué.

- Pues lamento recordarte que mi flujo de magia es nulo, no hay y tendré uno jamás – espeté de mala gana y sonrió.

- Y por eso mismo estoy aquí mi señora – se acercó a mí y sonrió muy tétricamente – te voy a ensenar lo que un no mago puede hacer con su cuerpo, solo si de verdad quieres valer algo en esta familia – lo mire sorprendida, ¿ellos me iban a ayudar a mí?

- Bien, destrózame el cuerpo y hazme fuerte para poder defender a mi familia y mi derecho a jefa del clan – dije firme y asintió orgulloso.


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