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La luna brillaba en lo alto del cielo estrellado mientras el clan Ember celebraba con júbilo la unión de su hija menor Radyn, con Leime Starfrost, el hijo menor del clan Starfrost. La mezcla de un joven de un clan con poca influencia mágica con una de las hijas del prestigioso clan Ember parecía un sueño. Sin embargo, el amor de la pareja parecía haber superado las expectativas de todos.

Leime Starfrost, con un gesto solemne, colocó un anillo en la mano de Radyn - Me entrego a ti, Radyn Ember, para servirte y protegerte con toda mi magia hasta el último de mis días. -

Radyn, sonriente puso un anillo en la mano de Leime - Acepto tu entrega, Leime Starfrost, y me comprometo a cuidarte y protegerte hasta el final. -

El jefe del clan Ember avanzó y tomó una pequeña daga, haciendo cortes en las palmas de ambos jóvenes, dejando que su sangre fluyera. Sonrió, dando su aprobación.

- Mediante esta daga, abro el flujo de sangre de mi hija Radyn Ember y el flujo de sangre de mi nuevo hijo Leime Starfrost.

Radyn y Leime entrelazaron sus manos, mezclando sus sangres y sellando así la eterna unión entre los clanes Ember y Starfrost.

...

18 años después

La fortaleza del clan Ember, adornada con su emblema de una flor de jazmín en una bandera azul, se alzaba imponente, aunque siempre había un flujo constante de visitantes alrededor. Sin embargo, pocos se atrevían a entrar en la casa principal, reservada exclusivamente para los jefes del clan y sus hijos. Y considerando que solo estábamos mi padre y yo, la exclusividad de esa parte de la fortaleza me parecía aún más injusta.

Aburrida y sola en casa, ya que mi padre estaba de viaje en Eldorya con algunos amigos, me resignaba a mi falta de magia. Si tuviera el don de la hechicería, quizás podría acompañarlo por el continente, pero como una "himperia" —un término que usaban para describir a los hijos de brujas sin poder—era demasiado arriesgado aventurarse fuera.

Mirando por la ventana al gran jardín, me preguntaba si Yuram estaría en casa. Mi prima adoraba pasar las tardes allí, y si no estaba en el jardín, estaría en el ala sur, donde tenían su propia casa.

Rápidamente me dirigí a la casa de Yuram, ya que junto a ella me sentía útil. Era la única persona que nunca me juzgó por mi falta de magia y siempre me hablaba sobre hechizos y encantamientos.

Al llegar, una de las empleadas de la casa me miró con sorpresa.

- Qué hace aquí, señorita Inna? - le sonreí, sintiendo un poco de vergüenza.

- Solo vine a buscar a Yuram. Aún es temprano, así que espero que no le cuentes a... -

- A mí? - la voz áspera de mi tía resonó en la habitación. Su figura, con cabello oscuro como la noche y un vestido rojo ceñido, se hizo presente, el collar con el emblema del clan colgaba de su cuello.

- Hola tía, no quería molestarte, lo siento- dije, inclinando un poco la cabeza.

- Entiendo que, como heredera del clan, te sientas con derecho sobre todo en esta fortaleza- dijo con frialdad mientras se acercaba - Pero esta es mi casa, y sigo siendo la hija de la jefa del clan Ember- Miró a la empleada que estaba acompañándonos en la plática - Lárgate.

La empleada algo incómoda, se marchó rápidamente. Mi tía se volvió hacia mí con una sonrisa que apenas escondía su desprecio.

- No era mi intención hacerte sentir que tienes menos autoridad, tía- expliqué, tratando de mantener la calma - Solo quería ver a Yuram.

- Querida Inna, debes entender que esta familia necesita un líder real- comenzó, atacándome indirectamente. - Si hubieras tenido magia y hubieras entrado a la academia, sabrías que Yuram regresó a Songrim ayer, Pero claro como himperia, eres más una carga que una ayuda.

Sentí un nudo en el estómago, pero intenté no mostrar mi malestar.

-Lo siento, olvidé que Yuram regresó a Songrim.

Mi tía se acercó, acariciando mi cabello con una mezcla de dulzura y burla. - Cuando tu madre se casó con tu padre, sabíamos que no era una buena idea, pero ¿cómo convencer a una joven enamorada? - Su sonrisa era inquietante - El mundo sabe lo que pasa cuando una bruja poderosa se une a un hechicero de clase baja.

- Tía, yo...

- No te culpo por venir al mundo, Inna- dijo con un tono más severo - Culpo a tus padres por traerte al mundo. Sabían bien las posibilidades de que nacieras sin magia y aun así decidieron tenerte- trono un poco los dientes- Si hubieras sido un varón, la historia sería diferente, pero lamentablemente para ti y para nosotros, solo las mujeres nacidas de una hija del clan pueden heredar el poder.

- Yo...

La voz agitada de Adeliza me sacó de mi estado de shock. - ¡Mi señorita! - exclamó, mientras se dirigía hacia mí.

- Adeliza- dije, aliviada al ver a mi nana.

- Con permiso, señora, me llevaré a mi señorita y heredera del clan Ember- anunció Adeliza, dirigiendo una mirada desafiante a mi tía.

- Claro, Adeliza. Llévatela- dijo mi tía con una sonrisa burlona.

Adeliza me tomó del brazo y me condujo en silencio hacia la casa principal. Una vez que cruzamos las puertas, me detuve y dije, un poco sonrojada - Si vas a regañarme, hazlo pronto.

- Una simple empleada de este hogar regañando a la heredera de la familia? – una sonrisa dibujada en su rostro me hizo sentir molestar.

- Vamos sabes perfectamente que no eres eso Adeliza, prácticamente eres la única que quiso criarme después de que mi madre muriera -las arrugas en su rostro por sonreír me dejaban ver lo agradecida que estaba.

- Teniendo su bendición...- ni siquiera termino de hablar y me dio un golpe en la cabeza dejándome sorprendida – evitemos la casa de su tía ahora que sus primos están fuera de acuerdo? - me miro seria y suspire.

- Carise salió del colegio hace un ano, así que al menos puedo seguir viéndolo no? - pregunte nerviosa por su respuesta.

Me miro como si estuviera a punto de regañarme, pero miro a mis espaldas para quedarse en silencio y agachar la mirada en forma de saludo.

- Hola Adeliza! – la rubia pequeña de la casa venia entrando, Saera la hija menor de mi tío Ories vestía un elegante vestido azul.

- Que te trae aquí? – pregunte curiosa a mi prima menor, esta sonrió y se puso frente a mi lo más cerca que pudo.

- Howk Grimhade – susurro con una sonrisa traviesa en su rostro, no pude evitar seguirla y sentir mis mejillas arder un poco.

Howk Grimhade, era mi futuro esposo y también el hijo de una gran y poderosa familia de hechiceros, hacia casi dos años que no lo veía desde su ingreso al colegio Songrim ya que este evitaba regresa incluso en vacaciones.

- Donde?

- Entraron a la sala de audiencias, junto a su padre y mi tío Leime – parecía aun mas emocionada que yo por la llegada del pelinegro.

- Adeliza, regáñame más tarde que tengo cosas que hacer! – grite después de empezar a correr con Saera persiguiéndome, no podía entrar a la sala de audiencias, pero si podía escuchar todo desde un cuarto secreto que usábamos para vigilar por detrás de las paredes.

- ¡Debes estar tan emocionada, se veía muy guapo y es tan alto! – Saera parecía estar hipnotizada por la belleza del heredero del clan Grimhade.

Ambas llegamos por detrás de las paredes al cuarto secreto, al entrar podíamos ver por aquellos huecos tres figuras masculinas, mi padre sentado en aquella especie de trono de piedra al centro y el padre de Howk junto a este debajo de pie.

- Me honra poder tener a ambos en mi hogar después de dos largos años – mi padre sonreía mirando a su amigo de pie frente a este, pero no parecía la misma reacción en el padre de Howk.

- Padre -la voz masculina del alto y ahora fornido Howk se hizo presente, el eco en el lugar me hizo sentir como si hubiera escuchado su voz tras de mí.

- Jefe del gran clan Ember – el padre de Howk se miraba apenado.

- Porque parece preocupado? – Saera susurro a mi lado y negué, me encontraba igual de confundida, mi padre miro al jefe del clan que se acerco a darle un pergamino.

Mi padre comenzó a desenvolver aquel pergamino y mientras lo leía pude notar como sus ojos miraban a los hombres frente a él con cierto coraje y sorpresa.

- Mi señor...

- Permíteme padre – la voz de Howk interrumpió a su padre que miraba con pena al mío – como ve en aquel documento presentado mi señor, le pido su misericordia para desistir de mi compromiso con la heredera de su clan – al terminar la oración sentía como mi corazón se rompía.

Mi padre dio un golpe en seco y podíamos ver como energía empezaba a salir de su cuerpo, mi padre era un hombre con un flujo de magia muy limitado como para iniciar una pelea, pero en este momento parecía no importarle.

- ¿Inna, estas bien? – Saera sostuvo mi mano y la mire confundida – estas llorando – explico y toque mi mejilla, había una lagrima bajando por mi rostro.

- Vienen a mi hogar, me piden cancelar un matrimonio pactado hace 18 años – mi padre parecía furioso – ¿saben la deshonra que le traería esto a mi familia? – el grito que emano mi padre nos puso nerviosas a Saera y a mí.

- Mi señor, le pido me escuche antes de tomar una decisión contra nuestro clan – Howk seguía hablando mientras su padre solo miraba- como sabe nuestro clan y el clan Ember han sido aliados por siglos y planeamos mantenerlo de esa manera en cuanto yo Howk Grimhade tome al clan como jefe – explico el pelinegro.

Mi padre poco a poco dejo de emanar energía, parecía dispuesto a charlar.

- No piensa hablar el jefe del clan Grimhade? – mi padre miro al padre del pelinegro y este lo interrumpió.

- Mi padre mi señor, no tuvo nada que ver con esta decisión – expreso serio y mi padre asintió, indicándole que hablara – como sabe la intensión principal de esta unión era que la hija de la bruja mas poderosa del clan Ember y yo el heredero del clan Grimhade me uniera a su familia para fortalecer a la mía – mi padre asintió con una mirada de molestia.

- Crees que soy estúpido? Claro que lo sé, yo firme aquel tratado niño – mi padre lo miro frunciendo la nariz con demasiado enojo.

- Si conoce muy bien la naturaleza del tratado, ¿usted cree que fortalecerá a nuestro clan si yo me caso con la heredera "himperia" de su clan? – aquella palabra me hizo doler el corazón, tantas personas me habían llamado así, pero Howk...el no.

- Como te atreves! – mi padre se levanto molesto y note a Howk emanar un poco de energía.

- Basta Howk! – su padre lo toco anulando aquella energía.

- Vinieron a insultar a mi hija y mi clan? – mi padre parecía realmente molesto.

- Como le dije mi señor, pido el retiro de matrimonio con su heredera, pero no mi compromiso con su clan – mi padre lo miro confundido.

Note como la puerta de la sala se abría, mi tía Yuna venia entrando con Carise a su lado ¿qué hacían ellos ahí?

- Hermana, te pido cordialmente te retires esta es una reunión privada – mi padre miro a mi tía que negó.

- Mi querido Leime, esto ya no se trata de el matrimonio de Inna – note como sonreía feliz – estamos aquí por el futuro del clan Ember, como hija segunda de este clan tengo un derecho y lo sabes – parecía decidida.

- Como mencione mi señor, al aceptar mi cancelación de matrimonio le pido ahora considere mi unión a su familia comprometiéndome con la segunda mujer futura a heredera del clan Ember – no, era mentira... Howk estaba pidiendo un matrimonio con – Yuram Ember, cuyo flujo mágico es fuerte y podría traer una hija para su clan y un futuro heredero para mi clan, ambos hijos con flujo de magia –¿él había cancelado nuestro compromiso por mi nulo flujo de magia?

- Me pides cancelar tu matrimonio con mi hija y casarte con su prima? – mi padre parecía horrorizado y ofendido – sabias de esto Yuna? – mi padre miro a mi tía que suspiro.

- Claro hermano, en cuanto el clan Grimhade tomo la decisión vinieron a mi primero para meditarlo... y acepte su futura unión – miraba a mi padre con diversión- como bien sabes si el clan a matrimonio de la heredera la considera no apta, la segunda persona a heredar puede tomarlo en matrimonio mi querido hermano – le divertía llamarlo de esa manera.

- Basta – una voz varonil se escucho y mire a mis demás tíos entrar.

- Que hacen?

- Yuna tiene razón Leime – mi tío Ories miro a mi padre acercándose a él.

- Ya viste querido hermano, la familia original los verederos hijos del clan Ember están de acuerdo – mi tía miraba con la cabeza en alto a mi padre.

- Yuna tiene razón, pero igualmente existe una falla en esto – mi tío Jaicen comenzó a hablar – Inna tiene un derecho impuesto de nacimiento no como Yuram, aun y cuando la unión de matrimonio sea permitida, hasta que Inna no tenga una hija podrán quitarle el clan – mi padre suspiro.

- Y que esperaremos? ¿Que nazca una hija nacida de otra hija, pero siendo una "himperia" como su madre? – mi tía alzo la voz molesta.

- Jaicen tiene razón Yuna, esta escrito en el destino y solo el nos dirá si Yuram algún día podrá heredar el clan – mis tíos parecían serios.

- Leime, te pedimos apruebes el nuevo contrato de matrimonio para Yuram Ember con Howk Grimhade – mi tío Jaicen miro a mi padre.

- jefe del clan Grimhade, Layden Grimhade – mi padre llamo al padre del pelinegro que asintió – te otorgó el permiso a cancelamiento del matrimonio con Inna Ember y así mismo te otorgó la bendición como jefe del clan Ember, a que tu futuro heredero despose a Yuram Ember – parecían dolerle igual que a mi aquel permiso.

- Gracias mi señor – el padre de Howk se inclinó agradecido.

- Y la familia del clan Ember, le seguimos otorgando el derecho por nacimiento a heredar el clan a Inna Ember, hija de Radyn Ember y Leime Starfrost en nombre de Jaicen Ember, Ories Ember, Radyn Ember y nuestros padres Sianna Ember madre del clan y Garse Darkspell nuestro padre – mi tío sonrió a mi padre y mire mi tía gritar un poco molesta.

Mi padre bajo de aquel trono y miro a los dos invitados.

- Lo que ahora acontece incluye solo la presencia de los hijos de la familia, pueden retirarse mis señores – mi padre le dio la mano al padre de Howk, estos estrecharon sus manos y comenzaron a salir del salón.

- A donde vas? – Saera sostenía aun mi mano y la mire sintiendo que en cualquier momento lloraría.

- Debe haber otra razón, Howk no me puede dejar así al menos debe decírmelo a la cara – mi prima negó.

- Inna, no vale la pena esa humillación – parecía que igual quería llorar – pero ve, yo escuchare todo y te lo contare después, alcanza a ese idiota – me soltó y asentí saliendo de entre las paredes.

Mientras corría por el pasillo pensaba en mil y un cosas, que insulto decirle, como golpearlo con que amenazarlo, pero al llegar a la entrada de la casa solo puede hacer una cosa mientras me acercaba a el de espaldas.

- Howk! – este que caminaba junto a su padre le dijo algo y el que se quedó de pie esperándome mientras su padre se retiraba.

- Si mi señora – era tan formal su hablar, sus ojos estabas fríos me miraba como si fuese cualquier persona frente a él, sin emoción alguna.

- Es una mentira verdad? – lo mire con lágrimas recorriendo mi rostro.

- Le pido disculpas, pero su pregunta me resulta confusa – dijo serio y negué levemente.

- No cancelaste el compromiso y no te casaras con Yuram cierto? – sentía mi voz balbucear un poco y este suspiro.

- Como dije en la audiencia con el jefe del clan, mi intención es reforzar la fuerza de mi clan... no llevarlo a la ruina – dijo lo último mirándome de arriba abajo.

- 18 años hemos estado comprometidos, toda mi vida esperando nuestro matrimonio y lo cancelaras así? – pregunte con un dolor intenso, sentía como este tenía mi corazón en sus manos.

- Este compromiso siempre fue un contrato, y mi señora eh decidido romperlo – dijo serio, y si acaba de tirar mi corazón al suelo – si no hay mas que hablar me retiro mi señora – dijo dándose la vuelta, se iba...

- Detente! – grite, pero no me hizo caso – que te detengas, es una orden de la jefa del clan Ember -dije firme y molesta, aun lloraba pero de rabia.

Este se quedo quieto y volteo nuevamente a mirarme.

- Le daré este consejo como su ex prometido mi señora – se acerco a mi y me miro a los ojos – no amenace a un jefe de otro clan, menos si se hace llamar la heredera su clan sin tener magia para poder enfrentarse a otro clan – me miro molesto – ya es suficiente que su familia tengan como heredera a una "himperia" no humille mas a su familia haciéndolos perder su poder y posición en el continente – dijo para después darse la vuelta y dejarme ahí.

Sentí mi respiración pesada, me dolía el pecho y pasar saliva me hacía arder la garganta... ¿porque los dioses me habían castigado así? ¿Porque me traían a un mundo así? ¿Porque no solo morí yo en vez de mi madre?

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