—¿Qué dices qué? —Preguntó Jung Hee desde el sillón, más que sorprendido.

—Como escuchas —dijo emocionado, mostrando claramente aquella característica sonrisa. —Puedo seguir viéndolo, claro, si es que él lo quiere. Me dijo que necesitaba tiempo para pensar y lo entiendo perfectamente. Luego de eso, le pase mi número, por si quería saber más sobre su vida y... Sobre mí.

Esto último lo susurró, Jung Hee entendió inmediatamente que, a pesar de haberlo encontrado, aún la tristeza no lograba salir.

Se puso de pie y caminó hacia su amigo, luego para darle algunas palmaditas en la espalda. Dong Sun lo miró con la esperanza de que le dijera algunas palabras de aliento.

Pero no fue así.

—¿Tú crees que algún día me recuerde? —Preguntó después de algunos segundos en silencio.

—No lo sé. —Él quería ser muy sincero. —Pero si te esfuerzas, sé que lo lograras.

—¿Qué podría hacer? —dijo lentamente, sin dejar de apartar la vista del frente.

—Deja que él te llame, si es así, es porqué hay un interés.

—¿Y si no lo hace? —Aquellos ojos se estaban llenando de lágrimas, algo que su amigo ya no quería volver a ver y mucho menos que este fuera por Han Gil. Dong Sun estaba sufriendo demasiado por él, tanto física como psicológicamente; sin embargo, a pesar de todo el apoyo, Dong Sun nunca pudo sacárselo de la cabeza. Era momento que el rumbo de la historia tuviera un giro de ciento ochenta grados.

—No soy adivino, pero si estuviera en su lugar la curiosidad me mataría. No pierdas las esperanzas y mucho menos ahora que por fin lo tienes tan cerca. Sólo hay que dejar que esa pequeña chispa comience a iluminar esa habitación vacía. —Apuntó al pecho de su amigo, haciendo que el mencionado observara la acción lentamente. Dejando que su cabeza diera la bienvenida a varios pensamientos.

—Supongo que sabrás las inmensas ganas que tengo de abrazarlo y decirle cuando he sufrido por él. Quiero besarlo, tomarlo de las manos y hablar sobre el futuro; todo esto es tan difícil Jung Hee, siento que cada vez mi cuerpo no logra soportarlo. ¿Por qué ahora tengo más ganas de llorar? ¿Que hicimos para que el universo nos castigará de esta manera? ¿Por qué?

Y sin más, las lágrimas ya eran parte de su rostro, como aquellas noches de soledad en las que se encerraba en su habitación y no era capaz de salir o comer.

Como en medio de la oscuridad sus sollozos y gritos de desesperación se escuchaban por todo el departamento.

Y, sobre todo, la sensación de un vacío.

—Hay cosas por las cuales no hay respuesta, me gustaría tener algo que decir; pero yo también estoy buscando ese por qué.

—Me pregunto bastante, qué fue lo que realmente paso para que no pueda recordar su antigua vida.

🗻

—Yori... por favor, esto no es necesario. —Susurró el castaño.

—¿Ah? ¿Será que al pequeño Han Gil le da vergüenza que su hermano mayor lo acompañe hasta la escuela? —Se cruzó de brazos.

—¿Qué? —Sus ojos se abrieron como platos, algunos estudiantes voltearon al notar su tono alto de voz, poniendo al chico nervioso—. Por supuesto que no, sólo que... tu nivel de protección es un poco...

—¿Exagerado? ¿Tonto? ¿Innecesario? ¿Común?

—Ya han pasado dos semanas en los que ni siquiera lo he visto, debe saber que no me va a pasar nada. Además, él me había dicho que si quería saber más de mi vida pasada le podía marcar.

—¿Qué? Espera... ¿Aceptaste su número? ¿Por qué me lo ocultaste todo este tiempo? ¿Acaso has estado en contacto con él?— Preguntó alarmante.

El castaño estaba a punto de hablar, pero fue interrumpido por la mano del chico al ponerse frente a él.

—Ni una sola palabra... —dijo serio. El joven mojó sus labios. —Dámelo.

—¿Ah? ¿Qué está tratando de decir?

—Han Gil, dámelo.

—Escúcheme por favor.

—No lo volveré a repetir.

—Es que... —Retrocedió asustado. —N-no lo tengo, est-tá en mi habitación.

—Con eso basta. —Se metió las manos a los bolsillos delanteros sin preocupación. —Es hora de entrar.

—Yori...

—¿Ese no es Chin Hwa? —Preguntó mientras miraba arriba de su hombro un tanto confundido.

Han Gil se giró sobre sus talones y vio como el rubio entraba al lado de otro chico, chico que no era Min Ki.
A estas alturas, al joven ya no le sorprendía ver tales imágenes.

Aunque sus dos amigos ya no se hablaban eso no significaba que también lo ignoraran, era una especie de padres divorciados, maso menos, a veces pasaba el tiempo con Min Ki y después con Chin Hwa.
Tomando en cuenta todos los aspectos, escolares, económicos, familiares, personales, etc.

Aunque la situación lo confundía y a la vez lo molestaba, no iba a tirar las pocas oportunidades que le daba la vida.

—Oh, parece que sí...

—Iré a hablar con él.

Su tono de voz se escuchó tan firme que a Han Gil inmediatamente le comenzó a temblarle las piernas, luego de permanecer sumergido en el silencio corrió hasta el chico y lo tomó del brazo; llevándolo hasta el barandal de la institución.

El castaño lo miró enfadado e intentó soltarse de su agarre, pero el chico logró sujetarse con más fuerza.

—B-basta...

—¿Por qué estás haciendo esto? ¿Acaso no ves que quiero ayudarte?

—Lo sé, pero... —Tragó duro. —Creo que esto no está bien, o sea, que me ayude realmente es algo que siempre agradeceré... —Su voz tembló. —Pero... entendí que son problemas de ellos y que deben solucionarlos, ya intenté bastante para que se volvieran a dirigir la palabra y no lo he logrado, así que no creo que sea la excepción con usted. —Lo miró rápidamente con un toque de nerviosismo, dándose cuenta que el chico lo miraba en completo silencio. —M-me t-tengo que ir, lo veo en la tarde.

Sin más se giró sobre sus talones y a paso rápido entró. Dejando escapar un largo suspiro cuando tomó asiento en su butaca.

HyunJack.