❁•° V E I N T I S I E T E °•❁

El tiempo era igual de caluroso como los días anteriores, Dong Sun había sugerido en llevar un paraguas para que la caminata no se volviera una tortura. Sin embargo, las mejillas del castaño se tornaron carmesí cuando se enteró de que sólo tenían uno, así que durante el trayecto tendrían que avanzar muy pegados.

Y justamente eso era lo que estaba sucediendo, mientras que el peli-negro sostenía el objeto con bastante firmeza (ya que sus manos comenzaban a sudar), Han Gil miraba al frente esperando que el camino de tierra fuera más corto para terminar con el incómodo silencio. Los temas de conversación al parecer no eran parte de ese día, y aunque Han Gil podía recordar un poco más, aún no se atrevía a decírselo al chico; tal vez primero lo consultaría con su hermano y luego, ya tomaría una decisión de su futuro.

Siete minutos de caminata y el menor sonrió cuando vio que su hogar estaba a unos cuantos pasos, su compañero lo siguió con una pizca de tristeza al saber que el tiempo ya se había terminado para ellos. Aunque la palabras no salían, por lo menos se sentía satisfecho con su presencia.

Han Gil se detuvo frente al buzón oxidado seguido por el otro chico, finalmente se giró sobre sus talones para mirarlo a los ojos y despedirse con un típico movimiento de mano. Sin embargo, su cerebro no lograba mandar señales a cada parte del cuerpo, poniendo al joven algo nervioso ante la mirada del castaño.

Al parecer Dong Sun esperaba alguna respuesta mientras examinaba cada parte del rostro del contrario, pero al igual que este, tampoco era capaz de mover un solo músculo. Tragó duro cuando su vista cayó en los labios de su antigua pareja y las ganas de tocarlos estaban creciendo cada vez más, pero luego pensó si eso estaba bien.

El menor vio perfectamente como esa manzana de Adán se movía con rapidez, así que el prosiguió por hacer lo mismo. Luego de esto, se dio cuenta como el chico se acercaba lentamente a su rostro, con el único propósito de besarlo.

Pero a pesar de todo, él también lo quería.

—¡Han Gil! —Un tono enfadado se escuchó de fondo, provocando que el nombrado reaccionara y diera unos cuantos pasos hacia atrás. Dejando al peli-negro un poco confundido. Se giró en dirección a la entrada de su hogar y sonrió al ver a su hermano. —¡Abuela, Han Gil regresó!

El mayor no espero más y corrió en dirección a su pariente, dándole un gran abrazo y un beso en la frente sin importar que alguien más estuviera mirando.

—Niño malcriado, ¿dónde demonios te metiste? Ni siquiera pude dormir toda la maldita noche por tener el pendiente de que te haya pasado algo. Y ni hablar de nuestra abuela porque ella...

—Entendí. —Lo interrumpió antes de que diera todo su sermón. —De verdad lo siento, y-yo... les explicaré luego.

El chico miró detrás de su hombro para percatarse de la otra persona que se encontraba en la escena, al principio frunció las cejas, pero esta acción se fue relajando cuando el castaño le explico todo. Ante esto, el mayor hizo una gran reverencia y por muestra de agradecimiento lo invitó a comer el fin de semana al lado de toda la familia.

Dong Sun estaba emocionado de que poco a poco se estaba acercando al chico. Y por parte de este, contaba las horas para que llegara ese esperado día.

🗻

—Yori, ¿Podemos hablar? —dijo en voz baja, antes de esto miró cada rincón de la cocina para asegurarse que su abuela no estuviera cerca.

—Por supuesto, soy todo oídos —contestó luego de dejar unos platos en la secadora. Se quitó los guantes de hule y miró al menor nada preocupado.

—El chico que me acompaño...

—Oh, de eso también te quería hablar. —Sonrió al momento de caminar a la pequeña sala y tomar asiento, su voz se escuchó con baja potencia, así que Han Gil se apuró para alcanzarlo. Rezando para que su abuela no estuviera por ahí. —Es alguien muy agradable, y, además, que bueno que habla coreano. Es satisfactorio conocer personas del extranjero.

—Ah... si... —También tomó asiento, pero del lado opuesto de su hermano. —Es que... no te conté todo sobre él.

—¿Mhm? ¿Llevas mucho tiempo conociéndolo?

—¡No! bueno... sí, espera, no es lo que yo... ¿Ahg! Algo así...

El castaño lo analizó bastante fuera de sí, se acomodó sobre su asiento para dejar sus codos sobre las rodillas y entrelazó las manos, esperando atentamente que su pariente siguiera hablando.

—Es un poco complicado. —Se rascó detrás de su oreja izquierda mientras soltada una pequeña mueca, esta vez sin mirar a Yori. —Siento que te vas a alterar cuando te lo diga.

—Me voy a alterar más si no me lo dices de una buena vez.

Han Gil al escuchar esto, no pudo evitar tragar duro al pensar que se acercaba un momento difícil. Estaba tan aterrado.

—Ese chico, es... Dong Sun...

—¡¿Qué?! —Gritó. El menor estaba seguro que, si su vida fuera una animación, los ojos de su hermano estarían rodando por el suelo de madera. —¿Cómo es eso posible? ¿Qué está pasando con el mund...? —Su pregunta quedó en el aire al examinar la vestimenta del contrario, luego se puso de pie para tomar a su hermano del brazo y llevarlo al segundo piso casi arrastrando. Han Gil ahogó un grito de dolor e intentó librarse del agarre de su hermano, pero este había tomado demasiada fuerza.

—¿Qué está haciendo? ¡Suélteme! me está lastimando. —Volvió a chillar.

—Iras a tu habitación, te cambiaras de ropa y quiero ver cómo te deshaces de ese pijama. No quiero que algo relacionado con ese chico permanezca en nuestra casa, así que luego marcas a su teléfono y le dices que la cena se ha cancelado.

—¿Q-qué? ¡Un momento! —Se detuvo de golpe provocando que el mayor también se detuviera, este se giró y lo miró algo enfadado. Han Gil tembló de miedo. —¿Por qué? —Preguntó con una pizca de tristeza, poniendo a Yori algo incómodo. —¿Por qué reacciona así? ¿Qué tiene de malo que él me haya encontrado?

—Han Gil, ¿Te has puesto a pensar que esto puede ser una mentira? ¿Qué tal si es un secuestrador? Sabes bien que no toleraría que algo te ocurra.

—Él no es un extraño porque... Porque, puedo recordarlo.

HyunJack.

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