La jornada escolar había resultado igual de aburrida como los últimos días, a decir verdad, Han Gil no lo veía así ya que, la mayor parte del tiempo se la pasaba con sus dos mejores amigos. Hablando de cualquier tontería o por lo menos riendo un poco.

Y dado este resultado, el día le rendía tan poco.

Ahora que la situación había dado un giro de ciento ochenta grados, ya no le resultaba triste observar cómo esos dos jóvenes tomaban asientos en filas diferentes, formando nuevos amigos como si él nunca hubiera existido.

¿Y él? Bueno, ya se estaba tardando.

—Oye, ¿Qué pasa? ¿Por qué tan decaído? —Llegó Min Ki de sorpresa, ocasionando que el chico se llevará un pequeño susto.

Algunas de las tiendas eran parte del gran escenario, se podía sentir la brisa fresca acariciar el cabello de ambos chicos. El sol estaba en lo más alto y las voces en el fondo no podían faltar.

—Uhm... No esperaba que llegaras —contestó algo serio. Mirando el camino de piedras mientras que ambos chicos caminaban hacia un rumbo desconocido.

—Bueno... en todo el día no hemos hablado lo suficiente como para preguntarte lo que realmente pasa.

Fueron las palabras suficientes como para que Han Gil levantara la mirada y detuviera su caminata. El castaño al darse cuenta de esto también se detuvo y miró detrás de él en busca de una razón.

Logró darse cuenta que las manos de su amigo se habían formado en dos grandes puños. A partir de ahí entendió que las cosas iban mal, así que su expresión cambió a una de preocupación.

—¿No crees que es un poco tonto preguntar eso? Siendo que desde hace dos semanas tengo la misma actitud. ¿O es que no te habías dado cuenta?

—¿Qué es esto? —Rió nervioso. —¿Mi tigrecito enfadado? ¡Wow! Es realmente sorprendente vivir esto.

—Min Ki, por favor, esto no es un juego.

—Lo que sucede es que quieres que me acerque a Chin Hwa y le pida disculpas por lo que paso aquella noche, pero ya me cansé de repetirlo, no lo haré a pesar de que pongas esa cara de pocos amigos. Realmente no lo merece una persona como él. —Se cruzó de brazos.

El menor al escuchar esto último no dudo en golpear su frente y dar una gran bocanada de aire antes de hablar. Se volvía a repetir la misma historia.

—Y dime, ¿Qué clase de persona es Chin Hwa? Aquella que te ha apoyado bastante, más que yo, tal vez. Una de las pocas personas que ha sido sincero y, además, que a pesar de todos esos juegos pesados ha sido capaz de aguantarlos. Lo que realmente sucede aquí es que no debiste responderle mal sin ninguna explicación, está bien que estés enfadado, pero tampoco tenemos la culpa de recibir toda esa ira, o más bien, nadie. Ambos estábamos preocupados por ti y lo único que hiciste fue explotar hacia él, ahora actúa a la defensiva y se entiende. Sin embargo, tú te estás haciendo la victima cuando realmente no es así. ¿Acaso dejarás que el tiempo se coma todos nuestros planes y recuerdos? —comentó el chico bastante serio.

Min Ki miró a un lado de él mientras que su mandíbula hacía presión, decidió respirar para luego mantenerse callado; intentando formar frases coherentes y a la vez que no resultaran hirientes, pero ¿cómo lo haría? Aquel comentario lo había puesto tan enojado que ni siquiera podía mirarlo a los ojos.

¿En qué clase de persona se estaba convirtiendo?

Min Ki será el último en darse cuenta que sus acciones lo estaban llevando a tomar malas decisiones, y había altas posibilidades que cuando quisiera arreglar todos sus errores; ya no darán efecto.

Es cuando uno se puede dar cuenta que el amor es tan poderoso como para cambiar la actitud de una persona.

Pero... ¿Realmente lo era?

—Han Gil... —dijo luego de unos segundos en silencio, sin apartar la vista seria del frente. —Me duele que me digas eso, y mucho más ahora, ¿te digo por qué? porque me he dado cuenta que estas de su parte.

—Yo no apoyo a ninguno, ustedes se están comportando como unos idiotas y realmente me cansa verlos de esa manera.

—Tal vez... Esto es lo que la vida quiera para nosotros. —Regresó la vista al frente, siendo capaz de mirar a su amigo directamente a esos grandes ojos. El mencionado tembló un poco al escuchar su tono de voz, era como si estuviera conversando con otra persona. Algo así como, una nueva personalidad.

—Eso no es verdad, solo se están lastimando cuando no es necesario. Min Ki, por favor, escúchame, es preferible perder un poco el orgullo a perder una amistad de tantos años. ¿O es que eso no te preocupa?

—Te llevaré a casa.

—N-no me moveré de aquí hasta que me respondas.

El castaño frunció el ceño. —¿Acaso tienes cuatro años? Mientras pasen las horas la temperatura subirá y te puedes enfermar; ya sabes cómo se porta tu hermano cuando estas en peligro.

—¿Entonces cuando serás capaz de escucharme?

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, no volveré a pesar de que estés en el suelo sangrando. —dicho esto, se giró sobre sus talones dispuesto a huir de la escena, Han Gil cambió su expresión a una de sorpresa y rápidamente intentó tomarlo del brazo.

Cuando su mano tocó el antebrazo del contrario, este se alejó en modo de defensa, provocando que el menor casi cayera de la banqueta. La respiración de Min Ki se aceleró y cuando quiso dar sus primeros pasos se percató que alguien más miraba la escena.

Su cuerpo se quedó quieto y lentamente levantó la mirada, topándose con la persona que menos quería ver.

Por otro lado, cuando Han Gil fue capaz de recobrar la postura también se dio cuenta sobre la presencia del hombre. Sus ojos se abrieron como platos y por primera vez sintió como su ritmo cardíaco se aceleró cuando la mirada del extraño se dirigió a él.

HyunJack.