30 • 𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐 •

Tragué duro, viendo aquellas grandes puertas frente a mi y sintiendome más pequeño que hace dos años, la primera vez que entré por ellas.

Vi mis pies y mordí mi labio inferior con nerviosismo, con mis manos sudando y mis piernas temblando.

Suspiré cuando alcé el puño tembloroso y toqué el timbre rápidamente intentando no arrepentirme y sufrir una baja de azucar, desmayandome en su entrada y acabando, de nuevo, en el hospital.

La puerta se abrió de par en par tras haber oido pasos apresurados, rozando con el trote, acercarse a esta.

Estaba tan guapo, joder...

Tenía el cabello más largo, estaba bien afeitado y esos pequeños cabellos blanquecinos que se asomaban por sus cienes se veína como destellos plateados.

Su sonrisa me iluminó el alma y abrí los barzos lentamente para sentirlo rodear mi cintura con sus  brazos, alzandome del suelo y escondiendo su rostro en mi hombro.

Sr me partió el corazón cuando lo oí llorar y las lágrimas que creía secas escaparon de mis ojos ya rojizos.

Rodeé su cintura con mis piernas y dejé que me adentre a su casa, cerrando la puerta de una patada y pegandome a una pared para poder besarme.

Correspondí sin dudarlo. Adentrando mis falanges en su melena y sintiendo mi corazón latir a mil por hora contra su pecho.

El beso era profundo y necesitado pero lleno de amor. Sus manos estaban clavadas en mi cadera y yo tenía todo mi peso en su vientre duro.

Me separé para tomar algo de aire y volver a pegar mis beflos a los suyos, lamiendo la piel sensible a mi paso y dándole pie a adentrar su lengua en mi boca.

Para cuando nos separamos intentando llenar nuestros pulmones de aire, sonreí agitado sobre sus labios hinchados y acaricié su mejilla con cariño.

-Hazme el amor- Susurré haciendolo sonreír.

Sus manos bajaron a mi trasero al instante en el que acabé aquella frase, permitiéndole separarme de la pared y subirme por las escaleras a paso apresurado mientras yo devolvía mis labios a su cuello.

Una parte de mí quería que me arranque la ropa en la entrada y me folle como animal ahí mismo, y la otra quería tener un momento intimo con el hombre que amo sin arriesgarme a que nadie nos viera.

Definitivamente me quedaba mil veces con la segunda opción si seguiría siendo arrojado así a la cama para verlo quitarse la camisa lentamente con la mirada fija en mí.

-¿Te has cuidado?- Preguntó con voz pesada.

Asentí sin dudarlo.

Me había llevado meses en terapia poder cumplir por completo los requerimiento que el distanciamiento pedían, pero jamás me había arriesgado a no poder volver a sentir a Jungkook.

Una vez la camisa estuvo en el suelo, suspiré excitado al ver su perfecto cuerpo marcado y cubierto de tinta, agitado y acercándose a mi suplicando en silencio que pase mi lengua por cada músculo.

-¿Y tu?- Pregunté abriendo las piernas y dejando que se acomode entre éstas. -¿Has podido hacerlo?-

Asintió con un gruñido gutural cuando su entrepierna dura se apoyó en mi trasero, pegando su pecho al mio y comenzando un vaivén  de empujes sobre la ropa.

-Me ha costado horrores- Dijo subiendo sus labios por mi cuello. -Pero he podido-

Sonreí satisfecho y arqueé el cuello, retrasando el camino hasta mis labios pero disfrutando del calor en aquella sensible zona.

-¿Te ha gustado más que estar conmigo?- Pregunté con una sonrisa pícara, deteniendo sus besos con mi mano para verlo a los ojos.

Negó en silencio, haciendo que quite mi mano de allí y permitiendole lamerse los labios viéndome a los ojos.

-Nada en el mundo me gusta más que estar contigo- Soltó antes de besarme.

Solté un gemido y rodeé su cintura con mis pieras, sintiendo el roce de su erección contra mi trasero y mi cuerpo despegarse de la cama para permitirme arrojar mi chaqueta a un lado de la habitación.

Me soltó, dejando un hilo de saliva cortarse entre nosotros, para poder quitarme la camiseta casi con desesperación en sus manos temblorosas.

Dios, amaba tanto a este hombre.

El resto de la ropa no tardó en caer. La parte difícil siempre era separarnos para eso pero, cuando lo lograbamos, solo queríamos estar desnudos lo antes posible.

Sentirlo sin nada separándolo de mi, pegarse a mk cuerpo y empujando su polla contra mi trasero mientras devoraba mis labios con hambre, era la mejor sensación del mundo.

Sus musculos chocando con mi cuerpo, su suave piel bronceada y tatuada bajo mis yemas, sus miembro duro y grande clavandose en mí, sus manos apretando mi cintura y sus jadeos roncos entre besos. Dios, no había nada mejor.

Sus besos pasaron a mis muslos y sus dedos a mi interior en cuestión de pocos segundos.
Estábamos ansiosos. Era más que evidente.

Arqueé la espalda y abrí las piernas cuando sus labios rodearon mi miembro, sintiendo su caliente y húmeda garganta contra mi glande, y sus firmes dedos contra mi próstata.

-Amor- Jadeé con los ojos en blanco y mis manos empuñando su cabello. -No quiero correrme solo-

Se separó de mí apresuradamente para tomar el lubricante que guardaba en la mesa de noche y cubrir su miembro con él, limpiando su mano en mi entrada y viéndome directamente a los ojos.

-No sabes cuantas veces he soñado con esto este año- Susurró con la voz rasposa por la excitación.

-Espero que tantas como yo- Jadeé mordiendo mi labio inferior. -Hazlo, por favor-

Jungkook asintió y se acomodó sobre mí. Toda la desesperación animal había quedado opacada por el cuidado y el amor con el que entró en mí.

Cerré los ojos y separé los labios, arqueando la espalda y sintiendo mi interior abrirse más de lo que se abrió en todo un año, sintiéndolo tan dentro como nadie había entrado en mi.

Clavé mis uñas en su espalda y lo atraje a mi para besar sus labios, apretando su cintura con mis piernas y sintiendo sus grandes manos en mi cadera.

-Te amo, precioso- Susurró sobre mis labios.

-Y yo a ti, amor- Jadeé acariciando su espalda cuando el dolor pasó y pude quitar mis uñas.

Sonrió antes de dejar rápidos besos sobre mis labios y comenzar a empujarse dentro de mi, lenta y constantemente, haciendo que nuestros cuerpos se sincronicen y provoquen un suave golpeteo contra la pared.

Los movimientos de su cadera fueron aumentando la fuerza hasta que mis gemidos salían como gritos amortiguados por sus labios.

-Más- Susurré clavando mis uñas en su nuca, separandome para poder respirar.

Jungkook aumentó la velocidad de sus caderas, haciendo que nuestros cuerpos choquen con fuerza y rapidez hasta que el sonido sucio de el lubricante llegó hasta sus testículos que golpeaban con mi trasero.

-¡Dios!- Grité arqueando la espalda y llevando mis manos a las sábanas para apretarlas con toda mi fuerza.

Lo vi sonreír antes de tener que cerrar mis ojos con fuerza cuando una descarga de electricidad contrajo todo mi cuerpo.

Sus labios se pegaron a mi cuello y la velocidad de sus caderas aumentó justo contra mi punto, haciendo que mis ojos se abran de par en par y clave mi mirada en el techo, sintiendo el orgasmo pegarme desde mi vientre hasta la punta de mis pies.

-¡Kook!- Grité intentando advertirle, pero acabé corriendome en su pecho al sentirlo llenarme tan profundo y tan caliente.

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Sonreí al abrazar su fina cintura desnuda, apoyando mi rostro en su pecho duro y sintiendo su corazón latiendo calmado contra mí.

-Dime algo- Dijo acariciando mi espalda desnuda. -¿Te has acostado con más chicas o chicos?-

Reí entre dientes y dejé un beso en su pecho para acomodarme sobre él y verlo a los ojos.

-Con chicas- Admití pensativo. -Al principio creí que con chicos sería más sencillo, pero te recordaba y comenzaba a llorar-

Hizo una mueca de pena y acarició mi rostro, haciéndome sonreír y dejar un rápido beso en sus labios.

Dios, había pasado un año y se sentía como si nos hubiésemos visto ayer. No podía amarlo más de lo que lo hacía.

-¿Tu?- Pregunté peinando con mis dedos sus largos cabellos.

-Soy gay- Soltó haciéndome reír.

-Ya lo sé, bobo- Solté besando su nariz. -Pero ¿Cómo ha sido?-

-Al principio me costó horrores- Dijo llevando sus manos a su nuca. -Pero Yeeun insistió con que debería hacerlo por nuestro bien- Explicó pensativo. -Me obligó a tener citas-

-¿Y?- Pregunté sonriendo con picardía al imaginarlo sonrojado y avergonzado.

-Me he dado cuenta que no quiero a nadie más en mi cama que a ti- Dijo firme. -Pero me he acostado con Hoseok ¿Lo recuerdas?-

Alcé las cejas y asentí curioso. Se veía pensativo y divertido haciendo memoria sobre él.

-Me dijo algo curioso- Soltó desviando la mirada. -Que tu yo ya estabamos comprometidos-

Intenté ahogar una risa avergonzada y me senté a su lado al oirlo reír con mis carcajadas incintrolables.

-Me pregunté "¿Por qué este tipo sabe que estoy comprometido y yo no?"-  Soltó haciendo que mi risa aumente. -¿Tienes algo que decieme?-

-Fue antes del accidente- Dijo intentando calmarme. -Me salió solo, estaba celoso y quería que se alejara de ti-

-Eres hermoso- Dijo sentandose y dejando un beso en mi mejilla. -No te cambiaría nada-

Sonreí enternecido y besé sus labios suavemente, acariciando su mandíbula y separandome con cuidado para poder apartar su caebllo.

-¿Sabes? Estuve pensando mucho en la boda este año- Dije separandome por completo para ponerme mis boxers.  -Al principio pensaba en que flores usaríamos- Dije poniendo de pie. - ¿Rosas o jazmines? Pero acabé eligiendo las hortensias- Dije volteandome a verlo. -Son hermosas, de distintos colores y no neceitas muchas para llenar un ramo-

Jungkook soltó una risa y se apoyó contra la pared viendome comenzar a caminar por su cuarto hasta llegar al baño.

-Luego pensé en como iríamos al altar, en como nos vestiríamos y en la ironía de que no haya un vestido de novia en la boda de un diseñador de vestidos de novia- Dije mientras orinaba con la puerta abierta.

Me acerqué al lavado y limpié mis manos con el jabón con aroma a coco que siempre compraba la señora Jung para cuidar la piel de Jungkook.

-Eso me hizo recordar cuando hablaste de mi masculinidad frágil- Solté junto a una risa, haciéndolo reír cuando salí del baño. -Y entonces recordé en todo lo que hemos pasado-

Jungkook se sentó mejor al ver que estaba más serio cuando me detuve frente a los pies de la cama y respiré hondo tragando duro.

-Me di cuenta lo mucho que me asustan tus reacciones- Solté alzando el entrecejo. -Cuando te enteraste que soy bisexual, cuándo me contaste del ex de Yeeun, joder, nos conocimos cuando me noqueaste y me ataste- Dije mordiendo mi labio inferior y desviando mi mirada. -Pero nada me asustó tanto como cuando encontré el arma en el tercer piso y la señora Jung me dijo que habías intentado suicidate-

-Yoongi, yo...- Dijo intentando detenerme al ver que estaba comenzando a llorar pero lo detuve.

-Me costó horrores pensar en esto, déjame acabar- Dije tragando el nudo en mi garganta. -Me da pánico pensar en perderte, cuando estaba en el hospital solo podía pensar en que no estés solo- Dije viendo como sus ojos se volvían aguados. -Empecé a ir a terapia-

Suspiré caminando s su lado de la cama y sentandome en el piso, limpiando las lagrimas de mis mejillas y tomando mi chaqueta militar para cubrirme con ella.

-Se llama Jieun, es muy linda- Dije viendo al techo para evitar llorar. -Me hizo ver que tenían razón, soy muy joven para casarme-

Lo ví soltar un quejido mudo con dolor en su mirada y el entrecejo alzado con tristeza evidente.

-Pero Jieun me dijo que nadie está preparado para casarse- Dije recordando las palabras de mi psicóloga. -Mira a tu ex, estaba lista y su esposo resultó ser gay- Solté junto a una risa seca. -Nunca podemos controlar todo lo que pasa a nuestro al rededor-

Pegué mis piernas a mi pecho, viéndolo sentarse para quedar frente a mi, cubierto hasta la cadera únicamente por las sabanas grises que había.

-Me dijo que la salud mental no es algo de adolescentes sensibles- Dije mordiendo mi labio inferior y sintiendo mis manos temblando.-Que es algo con lo que hay que lidear hasta la muerte y que lo mejor que se puede hacer, es enfrentarte a las cosas con el pensamiento de que es lo mejor que puede pasar- Continué respirando hondo pero las lágrimas continuaron empapando mis mejillas sin permiso. -No puedo casarme con miedo a que mi esposo se mate por recordar quien es su suego-

Cubrí mi rostro con mis manos para intentar calmar mi llanto, pero oirlo suspirar frustrado solo me hizo aumentar mis jadeos.

-Necesito saber que puedes jurarme ir a terapia, Jungkook- Dije alzando la mirada para verlo.

Él quitó las manos de su rostro y me vió sorprendido, confundido y dudoso pero asintió y tragó duro.

-Te lo juro- Soltó con un hilo de voz apagada.

-Menos mal- Dije rebuscando en la chaqueta sobre mi y apartandola nuevamente. -Porque ya traje esto y sería una pena volver sin dartelo-

Abrió los ojos de par en par cuando vio la cajita entre mis manos, y abrió los labios cuando dejé ver el anillo de oro en su interior.

-¿Es en serio?- Preguntó viéndome incrédulo mientras asentía.

-Jeon Jungkook- Dije poniendome de rodillas frente a él.  -¿Quieres casarte conmigo?-

Sus lágrimas comenzaron a caer con más ganas en sus mejillas, y asintió haciendome ponerle el anillo en su anular izquierdo.

Subi sobre sus muslos y limpié sus lágrimas como si mis propias mejillas no estuviesen igual de saladas. Besé sus labios rápidamente, sintiendo sus brazos rodear mi cintura con fuerza y pegarme a él.

-¿Esa es tu idea de una propuesta de matrimonio?- Preguntó riendo sobre mis labios.

-Tenía que ser algo nuestro- Reí pegandonmi frente a la suya. -No me servía una propuesta romántica sacada de una película norteamericana-

Jungkook soltó una risa y escondió su rostro en mi hombro, abrazandome con tanta fuerza que me hubiese hecho doler si no amara tanto esta sensación.

-Me encantan las hortensias- Dijo haciéndome reír.

-Hortensias serán- Solté besando rápidamente sus labios.

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Yeeun se había marchado hace dos horas.

Habíamos cenado todos en la mesa eel comedor y eso incluía a todos los empleados de Jungkook y su ex esposa que había venido a recojer a su hija y asegurarse de que Jungkook estuviera bien.

Soomin parecía feliz de ver a Jungkook tan emocionado y me abrazó con fuerza antes de salir, agradeciendome por hacerlo sonreír como nunca lo había visto hacerlo.

Realmente amé la sensación que quedó en el aire cuando todos se marcharon y quedé a solas con Jungkook.

-Está fría- Dije entrando a la piscina viendo a Jungkook flotando desnudo en el medio del agua.

-No está fria, tu estás caliente- Dijo acercandose a mi para tomar mi mano y hacerme entrar más rápido.

-¿Está seduciendome, señor Jeon?- Pregunté alzando una ceja divertido.

-Depende- Dijo abrazandome una vez estuve dentro. -¿Me corresponderías?-

-¿Al padre de mi mejor amiga, a mi jefe o a mi prometido?- Pregunté pícaro mientras rodeaba su cintura con mis piernas.

-Son todos el mismo imbécil enamorado- Dijo pasando sus manos por mi espalda baja hasta mi trasero desnudo.

-Al que no puedo decirle que no- Susurré juntando mis labios con los suyos y sintiendo como me acorralaba contra una pared de la piscina. -Te amo-

-Y yo a ti- Dijo mientras pasaba mis manos por sus empapados cabellos.

-Amo como te queda el pelo así de largo- Dije sonriendo contra sus labios.

-Amo como se te marcan los músculos- Dijos viéndome desde arriba. -Has hecho ejercicio este año-

-Lo mejor para mi futuro esposo- Dije besando sus labios rápidamente.

-Tu eres lo mejor- Murmuró antes de besarme con amor y cuidado.

Dios, cada segundo con él se sentía mejor que el anterior.
No podía esperar a pasar el resto de mi vida con él...

⊰᯽⊱┈──╌𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐╌──┈⊰᯽⊱

Decidí hacer dos epílogos, sorpresa! (?)

El siguiente es la boda ☺

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