17 • 𝑵𝒐𝒔𝒕𝒂𝒍𝒈𝒊𝒂 •
Estaba sentado en la isla de la cocina esperando a que Jungkook regrese del trabajo.
No sabía exactamente que hacer o como abordar el tema. Ni siquiera sabía que tema era puntualmente el que quería abordar.
Tenía muchas dudas. Sobre el divorcio, sobre mis padres, mis tíos, sobre su opinión con respecto a que haya hablado de eso con su ex esposa, pero principalmente el tema del testamento.
Un testamento para los ricos es algo que pasa puertas adentro para evitar conflictos de interés. Al punto de que mis tíos los Kim, no estuvieron al tanto de esto hasta pocos meses antes del accidente.
Se me hacía irreal que Jungkook lo haya sabido desde el momento en el que sucedió y neceitaba aclararlo.
No me cerraba la excusa del amigo cercano cuando el mismo Jungkook me dijo que, con los años, se había distanciado de mis padres.
Vi a una de las empleadas de Jungkook limpiando los trastes a unos metros mío. La mujer podría ser mi abuela, seguramente llevaba años trabajando para los Jeon.
-Disculpa- Llamé viendola desde la isla.
-¿Si, joven Min?- Me preguntó volteandose con una amable sonrisa. -¿Gusta algo para comer?-
-No, no, tranquila- Respondí enseguida para dejarla volver a su trabajo. -¿Tu llevas mucho tiempo trabajando aquí?-
-Oh si, unas décadas- Dijo con una suave sonrisa mientras continuaba con los trastes.
-¿Ha estado en el divorcio del señor Jeon?- Pregunté haciéndola detenerse.
-Así es- Dijo con voz tensa.
-¿Puede contarme sobre eso?- Pregunté alzando una ceja ante su reacción.
-No sé si al señor Jeon le agrade mucho que hable de él en aquél estado con su pareja actual- Respondió sin verme.
-Señora Jung- Llamé insistente. -Seré la pareja de Jungkook pero soy amigo de su hija y un empleado más de la famila- Enumerŕ haciendome notar que estaba cada día más envuelto en esta familia. -Puedes contarme, no le diré que has sido tu-
La señora Jung apretó el trapo en sus manos y lo dejó en su sitio antes de voltearse a verme, secando sus manos en su delantal para poder sentarse frente a mi.
-¿Que quiere saber?- Preguntó provocando una suave sonrisa de satisfacción en mi.
-Yeeun me dijo que Jungkook engañó a su madre- Solté y ella asintió apenada. -¿Estuvo ese día?- Pregunté y respiró hondo antes de volver a asentir. -¿Cómo fue?-
-Horrible- Murmuró viendo la isla. -El señor Jeon llegó a las siete de la mañana, con la ropa mal acomodada, marcas en el cuello y un olor espantoso-
-Sexo y alcohol- Aclaré y ella asintió.
-Alcohol barato, era obvio que no venía de la casa de los Min- Agregó haciéndome asentir. -Fui corriendo a atenderlo, recién había comenzado nuestro día laboral- Continuó con voz serena. -Me dijo que no me preocupara y se tiró contra la puerta de entrada- Dijo viendo al lugar en cuestión. -El ruido de la puera hizo venir a la señora Jeon que lo vio seria y fria desde la escalera-
-¿Cree que se había dado cuenta?- Preguntó y ella asintió.
-Tenía chupetones en todo su cuello- Aclaró con los ojos entrecerrados. -El señor Jeon estaba destrozado-
-¿A que se refiere?- Pregunté esperando su más sincera respuesta.
-Tenía el rostro rojo, los ojos llorozos y la voz quebrada- Explicó haciendome tragar duro. -Le dijo que era gay y que la había engañado, que lo lamentaba mucho pero que no podía seguir con eso-
Asentí ya sabiendo esto por Somin y esperé a que continuara con su sereno y nostálgico relato.
-Fueron con la señora Jeon arriba para hablar- Continuó. -No hubo gritos ni nada por el estilo, simplemente salieron una hirs después y la señora Jeon pudió que empacaramos sus cosas y las de la señorita Yeeun-
Asentí en silencio, sin saber que decir pero no queriendo tampoco interrumir el fluido de sus memorias.
-Se fueron ese mismo día y el señor Jeon quedó devastado- Siguió con mirada triste. -No quería ir a trabajar, ni a ver a tus padres, tampoco quería diseñar o coser- Explicó haciendome hacer una mueca de preocupación. -Iba de la cama a sue estudio a beber y volvía a la cama-
Soy consciente de que todo el mundo sufre, pero imaginarlo en alguien que quieres tanto y que fue un dolor ocacionado sin intención por tus propios padres, es mil veces peor.
-Cada tanto lo escuchabamos gritar, romper cosas y subir al tercer piso- Dijo haciendome fruncir el ceño.
Había olvidado completamente que el tercer piso está cerrado.
-Creí que no saldría de esa- Susurró haciendo que vuelva mi atención a ella. -Decía que no se merecía esto, que estaba solo y que jamás le había querido hacer daño a nadie-
Apreté mis labios al ver los ojos cristalizados de la señora Jung, haciendo que mi corazón se contraiga de dolor.
-¿Y como lo hizo?- Pregunté y mi voz salió más rota de lo que esperaba.
-Tu padre- Soltó haciendome alzar la vista sorprendido. -Era un gran hombre-
Juro que oí el latir de mi corazón.
-¿Usted lo sabe?- Pregunté anonadado.
-Claro que lo sé- Asintió sin dudarlo. -Hace veinte años, tus padres habían llegado aquí con un lindo bebé en brazos y las mejores intenciones- Dijo con una sonrisa plasmada en su rostro. -Hablaron con el señor Jeon de hacerte un cuarto aquí y que vengas a pasar días enteros con su tío Jungkook para que tus padres tengan tiempo a solas-
No pude evitar sonreír ante la imagen, pero esa linda sensación en el pecho, se volvió un dolor en el estómago.
-El señor Jeon mandó a hacer el cuarto, pero nunca te hizo venir- Dijo pensativa. -Supongo que se arrepintió de la propuesta-
-¿Tengo un cuarto aquí desde hace veinte años?- Pregunté incrédulo y ella asintió.
-Él mismo escogió el color celeste más lindo que había- Rió entre dientes haciéndome darme cuenta de algo.
-¿Es el cuarto que me asignó cuando comencé a trabajar aquí?- Pregunté sorprendido y ella asintió.
-No había dejado que nadie lo use hasta entonces- Dijo alzando los hombros. -Así te reconocí-
-¿Y cómo...?- Susurré sin saber como formular la pregunta.
-¿Tu padre lo ayudó?- Preguntó y asentí. -El señor Min se presentó diciendo que estaba preocupado que hacía mucho no hablaba con el señor Jeon- Explicó más relajada. -Le dije que no quería ver a nadie, que fue la orden que me había dado, pero él pasó corriendo y subió la escalera-
Se puso de pie y siguió limpiando los trastes. Creía que la conversación había terminado ahí puesto a que estuvo unos cuantos segundos en silencio. Segundos que me parecieron horas.
-Estuvieron arriba por horas- Continuó al fin. -Yo no pude detenerlo, ya estaba entrada en años, querido- Dijo haciendome sonreír enternecido. -Pero a día de hoy, agradezco cada mañana al despertar, el no haber detenido a tu padre-
-¿Por qué?- Susurré con la voz apagada.
-El señor Min me llamó para hablar antes de retirarse esa noche- Dijo con la vista en la espuma de los trastes. -Dijo que el señor Jeon tenía un arma en las manos cuando entró-
Abrí los ojos de par en par y cubrí mi bica con mi mano que, de un segundo al otro, estaba temblando.
Mi corazón había comenzado a doler con cada latido y el nudo en la garganta se me volvió tan grande que me costaba respirar.
-Tus padres comenzaron a venir a diario luegi de eso- Continuó sin ver lo mal que me había sentado aquella declaración. -Uno se quedaba la noche contigo, y el otro venía a verlo- Sonrió con tristeza y la mirada perdida mientras yo intentaba tragar el malestar de mi garganta. -Recuerdo un día entrar a las diez de la mañana porque ya era tarde para no tener señales de vida del señor Jeon, y los encontré, a él y a tu madre, abrazados durmiendo en su cama-
Sonreí sin poder evitarlo. Jungkook me había dicho tantas cosas lindas de mis padres, que oir algo así era demasiado tierno para lo que mo corazón estaba sintiendo en ese momento.
-Pero bueno- Dijo intentando sonar casual. -El señor Jeon ha logrado seguir adelante, y si ha podido pasar el luto de sus mejores amigos, tengo fe de que no volverá a recaer en eso-
-¿Eso?- Pregunté ladeando la cabeza y me miró por sobre su hombro con el entrecejo alzado.
-No me hagas decirlo, cariño- Me pidió y comprendí al fin, asintiendo con la cabeza y dejandola regresar a su trabajo.
-Gracias por hablar conmigo, señora Jung- Dije poniendome de pie.
-Un placer, muchachito- Dijo sonriente. -Es un gusto poder tener a alguien con quien hablar-
-¿Jungkook no pasa mucho tiempo con ustedes, no?- Pregunté desde la puerta de la cocina y negó suavemente.
-Es un hombre muy ocupado y sabe que al fin y al cabo, somos sus empleados- Dijo serena. -Cuando está él, aunque no nos dé trabajo, estamos atentos y esperando a que lo haga-
-¿Dice que Jungkook no pasa tiempo con ustedes para no molestarlos?- Pregunté apoyandome en el marco de la puerta.
-Cree que su presencia nos quita tiempo libre- Explicó con una tierna sonrisa. -Sé que no debería decir esto de mi jefe, pero ese hombre se merece el cielo-
Sonreí enternecido de que una empleada de tantos años de Jungkook piense así de él, dejandome un poco más tranquilo de todas las horribles sensaciones que abrumaron mi día.
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Cuando oí la puerta de entrada cerrarse y los tacones golpeando el piso, bajé de la cama y salí corriendo del cuarto.
Tenía puesta solo su camisa y unos boxers. Me importaba un bledo no estar descente para los empleados, quería sentirlo.
Bajé las grandes escaleras casi a saltos, arrojandome a sus brazos y haciéndolo soltar un quejido por el peso.
-Hola, pequeño- Dijo tomandome de la cintura. -Se me hizo tarde en el trabajo, lo siento mucho-
-Te extrañé- Dije enterrando mi rostro en su pecho. -Te extrañé tanto-
-Y yo a ti- Dijo con la voz suave acariciando mi cabello. -Dowon-
La señora Jung a un lado nuestro, que nos miraba enternecida y con una sonrisa en el rostro, fijó su vista en Jungkook luego de soltar una afirmación de escucha.
-Llevame la cena al cuarto, por favor- Dijo y la señora Jung asintió. -No está en mis planes separarme de mi rubio favorito-
Sonreí sonrojado, intentando esconder mi rostro entre los pligues de su camisa y provocando una risa rasposa en él.
-Vamos, Yoon- Dijo besando mi coronilla. -Necesito cambiarme y tomar un baño-
-Dijiste que no te separarías de mi- Dije haciendo un puchero con los labios.
-Por eso mismo-
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Definitivamente nunca encontraré a un hombre que pueda provocar más cosas en mi que Jeon Jungkook.
Sentía mis piernas doler por estar de puntas de pie, mi piel caliente y empapada, sus besos en mi cuello y sus manos en mis caderas impidiendo que apoye toda la planta del pie en el piso mojado.
-¿Te he dicho que amo tu piel?- Preguntó con voz ronca mientras se empujaba dentro de mi una y otra vez.
-¡Mhg!- Gemí sin poder responder.
Mi mente no podía procesar nada. Solo podia gemir y temblar, intentando sostenerme de la pared para no caer.
-Es tan rosa, joder- Susurró separandose de mi. -Deberías ver lo bien que se ve mi polla en tu culo rosado-
Dios ¿Como podía pasar de ser un estirado reprimido, a esto? Joder, no quería perderlo jamás.
-Kookie- Gemí casi en un sollozo. -Más, por favor-
Sentí su frente en mi espalda y como la velocidad aumentaba junto al sonido del agua chocando contra nuestros cuerpos calientes.
No podía más. Sentía que con cada golpe en mi próstata, el orgasmo comenzaba a cubrir mi cuerpo.
Solo ayer habíamos hecho el amor por primera vez y ahora teníamos sexo en la ducha a penas nos volvimos a ver.
Por favor Dios, escucha mis suplicas y haz que esto sea solo un presagio de una exelente relación con una activa vida sexual satisfactoria.
-¡Dios, Dios, Dios, me vengo!- Grité viendo mis piernas comenzar a tener espasmos.
Jungkook tomó mi miembro con su mano, tan grande y firme que me corrí en ella.
No sé si fue el tacto o lo caliente que se veía mi polla en su mano tatuada y roja.
Respiré agitado mientras me recuperaba del orgasmo, sintiendo como, poco después, se corría dentro mío.
Fruncí el ceño al enfocar mi concentración en el hecho de que su mano estaba negra por la tinta, y totalmente roja.
Alcé la mirada del piso y noté el vapor que había empañado todos los azulejos, vidrios y pisos.
Mi piel estaba al rojo vivo y no lo había notado.
-Amor- Susurré apoyando mis pies por completo en el suelo y sacando su polla de mi interior como consecuencia.
-¿Que, bebé?- Preguntó agitado y sin alejarse de mí.
-Cierra el agua caliente antes de que nos quememos los huesos- Susurré y oí su risa mientras cerraba la llave.
Mierda, realmente amo esto.
⊰᯽⊱┈ ── 𝑷𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐 ── ┈⊰᯽⊱
Le cambié el nombre al capitulo
para que no quede repeitivo
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