Te amaré toda mi vida
Sentía mis manos sudar por debajo de la tela de los guantes y un escalofrío recorrió desde mi espalda baja hasta mi nuca alertándome sobre algo. Exactamente no sabía que era de lo que debía preocuparme, a parte de no morir, hasta que a mí mente vino aquella motocicleta.
-Al estacionamiento no, al estacionamiento no.-Repetía una y otra vez en mi mente mientras veía a Mikey bajar las escaleras lo más despacio que podía. -A la derecha, a la derecha.-Mi mente imploraba una vez estuvo en el último escalón.
Pero no fue así, al parecer su paseo sería más lejos de lo que creí pues lo vi dar vuelta a la izquierda en dirección al estacionamiento en donde hacía poco tiempo, dejé la motocicleta a la vista.
-Mikey.-Llamé su atención.
-¿Hm?
-¿No preferirías caminar?-Me interpuse en su camino y se detuvo quedando su rostro a escasos centímetros del mío.
-No.-Dijo muy seguro rodeándome.
Bueno, hoy es un gran día para morir.
Conforme fue bajando las escaleras podía sentir como mi corazón comenzaba a latir con mayor fuerza y mis manos sudaban en exceso. Mi cuerpo se llenó de un calor infernal y sentía como por mi nuca comenzaban a rodar pequeñas gotas de sudor.
-Entonces, espera.-Dije casi gritando. -Ponte esto en los ojos.-Me quité mi bufanda y se la tendí.
Él me veía muy confundido, pero seguí pidiéndoselo hasta que aceptó. Cuidadosamente lo ayudé a bajar el resto de las escaleras y lo guie hasta que quedó frente a su tan preciada motocicleta. Ahora sentía mis manos sudar y mi corazón latir con fuerza debido a la emoción.
¿Cómo vas a reaccionar, amado Manjiro?
-Quítatela.-Dije casi en un hilo de voz y él me obedeció.
Tenía mis manos enlazadas frente a mis labios esperando por su reacción. Cuando la vio más reluciente de lo normal sus ojos se llenaron de un enorme brillo, pero no sonrió.
-La llevé a arreglar hace dos años, iba a ser tu regalo de navidad, pero tuvimos muchos contratiempos.-Explicaba. -Y tampoco pensaba dártela ho-
-Danielle, no, no, no.-Comenzó a negar asustado. -Las piezas, las piezas eran refacciones que mi hermano ha-
-Ah sobre eso, no te preocupes.-Sonreí. -Vaya que te conoce demasiado bien.
Caminé hasta mi camioneta y abrí la cajuela en donde se encontraba aquella caja que contenía las viejas refacciones, no entendí muy bien cuando Draken dijo sobre porque las habría querido conservar hasta que Mikey mencionó a su hermano.
-Él dijo que tal vez te gustaría conservarlas, así que no se deshizo de ellas.
-¿Él quién?
-Draken, él la reparó.-Contesté muy segura.
Sin decir nada regresó su mirada a la motocicleta y comenzó a analizarla detenidamente. Era un excelente trabajo, se veía y brillaba como nueva en realidad.
-Súbete.-Ordenó. -¿Dónde están las llaves?
-En donde están las demás.-Señalé el porta llaves de la entrada.
Antes de subirme abrí mi camioneta y saqué el abrigo que había dejado ahí y el de Sanzu para tendérselo a Mikey, pues sí en los automóviles se sentía el frío, supongo que en la motocicleta nos íbamos a congelar.
El motor rugió con fuerza y podía sentir como su corazón se aceleró, sin estarlo viendo de frente podía afirmar que una sonrisa se había dibujado en su rostro. Y así fue como salimos a toda velocidad en la helada noche, únicamente él y yo.
Era un poco extraño estar con Mikey recorriendo la ciudad de noche sobre una motocicleta, pero esta nueva sensación me gustó e incluso sentí su cuerpo relajarse poco a poco con el paso del tiempo.
El frío calaba mi rostro debido a la gran velocidad a la que íbamos, sentía mi nariz y mejillas arder a pesar de la bufanda, y yo me preocupé más por él, ya que su cuerpo detenía un poco la fuerza con la que el frío golpeaba mi rostro, pero él lo recibía directo y seguramente se enfermaría, aunque aquello parecía no importarle justo ahora.
Después de unos minutos más de camino llegamos a lo que parecía ser una colina con una hermosa vista de la ciudad.
-Ven conmigo.-Dijo estirando su brazo para que tomara su mano y yo obedecí.
Caminábamos en silencio mientras yo veía como la ciudad se alejaba cada vez más. La luz de la luna nos ayudaba a caminar y no tropezar pues no había farolas que alumbraran nuestro camino y el frío comenzaba a calar más.
Estábamos en un cementerio.
-¿Qué hacemos aquí Mikey?-Pregunté temerosa, pero no tuve respuesta.
Tenía una ligera sonrisa en el rostro y sus ojos se veían algo cansados, pero se veía tranquilo, se veía en paz.
Continuamos caminando aproximadamente tres minutos más hasta que se detuvo frente a una lápida.
-"Familia Sano"-Leí y sentí un profundo dolor en mi corazón.
Sin decir nada me reverencie con mucho respeto ante la lápida y Mikey seguía de rodillas, supongo que rezando. Me quedé de pie junto a él observando todo nuestro alrededor y en verdad era escalofriante estar en un cementerio a estas horas de la noche, pensé que todo ese tipo de comentarios y sentimientos que la gente relataba era solo para infligir miedo en la gente, pero no, realmente se podían sentir energías raras y al menos yo, estaba muerta de miedo.
-Shinichiro, ¿Recuerdas la CB250T qué dejaste para mí en mi cumpleaños número 13?-Bufó. -Hace mil años de eso.-Rio ligeramente mientras yo lo veía atenta. -Ella, es Danielle y después de que el cacharro estuvo como 10 años arrumbado la mando a arreglar ¿Y sabes con quién? Con Draken... E hizo un excelente trabajo, el motor se escucha idéntico, sino es que hasta un poco mejor que hace 16 años.
Me miró y pude ver sus ojos cristalinos y la enorme sonrisa dibujada en su rostro, esa sonrisa...
Yo me reverencié nuevamente ante aquella lápida. Realmente nunca había estado en una situación parecida por lo que no sabía que es lo que realmente debía hacer o decir.
-Un placer Shinichiro.-Sonreí. -Ojalá tu hermano hubiera salido igual de guapo como tú.-Dije un tanto burlona y él rio.
¿En serio? ¿Fue lo único que se te ocurrió, Danielle? De cierto modo te está presentando a su familia y lo único que te sale es ¿Coquetearle? Ay no, que vergüenza.
-Es una joya de mujer ¿Verdad? Quien diría que el amor de mi vida estaría al otro lado del mundo, pero para mi fortuna, llegó a tiempo.
Mis mejillas ardieron y mi corazón fue invadido por una sensación de paz y amor ¿Cómo me había llamado? Las sensaciones que estaba sintiendo precisamente ahora no podía describirlas y lo único que sabía en ese momento es que me gusta sentirme así y no sólo con él, sino con todos. Me encanta que me hagan sentir así.
-Ella me recuerda mucho a ti, Emma.-Habló por lo bajo. -Tienen la misma luz y energía, y sé que algún día me va a volver loco, así como tú lo hacías.-Rio ante su comentario y no pude evitar sonreír. -Estoy seguro de que se hubieran llevado muy bien.
-No lo dudo, me han contado mucho sobre ella.-Afirmé viendo la lápida. -Draken es un gran hombre y es muy trabajador, a veces le digo que no se sobre exija, pero es algo necio. Respecto al amor me cuenta que no se centra en eso, que prefiere dejar que todo suceda por sí solo, pero ¿Cómo piensa enamorarse si no sale de ese taller jamás? Deberías enviarle a alguien buena o se hará viejo muy pronto, Emma.-Reí ligeramente.
Mikey me veía atento, podía verlo de reojo, pero yo seguía atenta a aquella lápida con el apellido Sano grabado. Mi corazón dolió terriblemente al pensar en todo el sufrimiento que Mikey tuvo que pasar y todas las lágrimas que derramó debido a cada perdida. Mi niño ha resistido tanto que lo único que merece es toda la felicidad del mundo.
Todo lo que estaba platicando frente aquella tumba lo decía con la intención de que Mikey lo escuchara y se enterara un poco más de la situación actual de Draken, pero... algo dentro de mí sentía que realmente estaba platicando con aquella hermosa rubia como si la conociera de años y estuviera a mi lado.
-Ah! Y Hina será madre, tiene poco menos de un mes así que estoy segura de que vendrá a contártelo pronto, pero no le digas que yo te dije primero o me golpeará. Es una mujer con un gran carácter y sinceramente le tengo miedo.
El silencio reino mientras el aire movía las hojas de los árboles a nuestro alrededor generando ese sonido tan relajante, pero de verdad escalofriante a la vez.
-Shinichiro, Emma, mamá, papá, abuelos.-Comenzó a nombrar uno por uno mientras se reincorporaba.
Se veía tranquilo y feliz, esa sonrisa era distinta a las demás y su mirada estaba llena de brillo, tal vez hacer esto le ayudó de mucho pues ahora se veía en paz.
-Ya no tienen de que preocuparse, ahora estoy a salvo.-Tomó mi mano y la llevó a sus labios para dejar un ligero beso.
A salvo... Que satisfactorio poder ser su lugar seguro.
Después de estar un buen rato platicando frente a su familia decidimos retirarnos y nos quedamos en la colina, ambos sentados sobre la barda de concreto que dividía la carretera del acantilado mientras él tomaba mi mano entre las suyas y apreciábamos la vista y los sonidos que la ciudad nos ofrecía desde la distancia.
-Entonces... Hina está embarazada.-Habló después de unos pocos minutos rompiendo el silencio, nada incomodo por supuesto.
-Así es, increíble teniendo en cuenta a Takemichi ¿No? Me da como la pinta de que ni siquiera sabe poner un condón bien.-Solté una risa nasal.
-Y seguramente no supo y por eso quedó embarazada.-Ambos reímos.
-Pero me alegro mucho por ellos, ambos se veían realmente contentos y entusiasmados por la noticia. Serán unos excelentes padres.
-¿Sabes, cielo? Estuve pensando las cosas desde aquel día y ahora con lo que nos has contado pienso que un poco de información sobre su vida diaria de vez en cuando no me hará daño.-Sonrió.
Poco a poco se empieza, estoy viendo la luz al final del túnel y eso me hace feliz.
-De acuerdo, cariño. Yo te contaré lo relevante sobre ellos.-Le sonreí cálidamente y me acerqué a besar sus labios.
Poco a poco, pasito a pasito, algún día estarás con ellos y tu vida estará plena, amor de mi vida.
-Quise venir hoy al cementerio porque tenía demasiados años sin venir, más de los que puedo recordar y el que me acompañaras fue una buena idea. Creo que no lo veía necesario o simplemente no me apetecía visitarlos siendo lo que soy hoy en día, con mis manos tan llenas de sangre y tantos delitos cargando en mi espalda.
-Cariño...
-Pero tú, tú viniste a demostrarme que no importa con que o contra quien estemos luchando, que tan malos hemos sido, que tanta sangre hemos derramado, el amor que me diste me salvo. Me amaste sin importar que tan jodido estaba.
-Y así lo haré el resto de mi vida sin importar su pasado o qué es lo que hagan, Manjiro... Te amaré toda mi vida a ti y esos 6 que esperan en casa, incluso si tú y ellos ya no me quieren junto a ustedes, siempre los llevaré en mi corazón.-Llevé mi mano a su mejilla y la acaricié delicadamente.
-Eso jamás vida mía. Te considero un milagro ¿Sabes? Llegaste a nuestra vida en el momento menos esperado y poco a poco fuiste creciendo dentro de nosotros, como una semilla.-Rio ligeramente. -Dentro de mi ser, dentro de mi alma, dentro de mis pensamientos, dentro de mi corazón, fuiste creciendo hasta que llegaste a cada pequeño rincón y tornaste toda mi vida del blanco y negro a una vida llena de colores.
¿Frío? El frío fue vencido por la calidez que sus palabras me brindaban y mi cuerpo se invadió de tanta serotonina que en mi rostro una enorme sonrisa se dibujó con cada palabra que pronunciaba.
Esa noche llegamos a casa de madrugada, lo cual lamentaría al día siguiente, pues debía estar a primera hora en el hospital, pero sin duda valió mantenerme despierta a su lado.
Esa noche no tuvimos sexo como todas las veces pasadas. Esta vez fue con demasiada delicadeza, cada caricia, cada beso, cada mordida, cada estocada fue dada con el toque más delicado que jamás me habían dado. Esa noche Mikey fue una persona totalmente diferente y lo disfrute como nunca, pues como he mencionado anteriormente, un sexo vainilla de vez en cuando se disfruta como el cielo y el infierno juntos.
-Muy bien.-Grité llamando su atención.
-¿Qué sucede, cariño?-Koko me cuestionó.
-Decidan, mes y medio sin sexo o preservativos.-Levanté las cajas que llevaba en mano y todos me veían confundidos.
-¿Por qué están esas dos opciones?-Ran enarcó la ceja.
-Porque me acaban de quitar el implante y debo dejar que mi cuerpo se purifique mes y medio antes de que me vuelvan a poner el otro.-Sonreí y todos se voltearon a ver entre ellos.
-¿Por qué te lo haz quitado?-Rin abrió los ojos como platos.
-Porque ya pasaron los 3 años desde que me lo puse, su tiempo de efectividad estaba próximo a vencer, así que, preservativos o abstinencia, decidan.
-Preservativos, obvio.-Sanzu me quitó una caja de las manos y los demás le siguieron.
-Que bueno, porque compré todos estos.-Levanté una bolsa que tendría otros 10 paquetes más.
-Amor, ¿No te ha dado pena pedir todos estos preservativos en la farmacia?-Kaku se rio.
-Pena ellos que no cogen.-Dije burlona.
-Estás loca.-Sanzu comenzó a negar con una sonrisa en el rostro.
-No, mentira, sí me dio pena, pero se me quitó cuando le dije que tendría una despedida de soltera. Hubieran visto como se sonrojó al escuchar eso.-Solté una carcajada.
-Vaya, es raro saber que usaremos preservativos después de mucho tiempo sin ellos.-Takeomi veía raro la caja.
-Un pequeño sacrificio que deben hacer ahora ustedes.
-Esto no es nada comparado a lo que estamos dispuestos a sacrificar por ti.-Ran besó mi frente.
-Los amo.-Sonreí enormemente. -Ah y por cierto, donde me molesten el brazo les juro que los mato porque me duele horrores.
-A 10 metros de ella, ahora.-Mikey ordenó y yo comencé a reír.
Vaya que esto sería raro para todos, pero el mes y medio pasaría más rápido de lo que pienso y de eso estoy segura porque al tiempo le encanta jugar conmigo.
Hina tiene tres meses de gestación y un niño está esperando llegar a este mundo para que todos lo amemos y sea el más consentido por todos, pues todos estamos igual de emocionados por la llegada del primer bebé del grupo.
Yo, por otro lado, hoy me vuelvo a poner el implante subdérmico para evitar traer niños a este mundo, o al menos por el momento.
-Se me hace tarde.-Dije bebiendo el resto del jugo que tenía en mi vaso.
Mi cita era a las 11 am y mi reloj marcaba las 10:25 am, no me gusta llegar tarde, pero al parecer a ellos no les importa tanto la puntualidad.
-¿Quién me va a llevar? Saben que no voy a poder manejar de regreso, el brazo duele mucho después.
-Yo te llevo, cariño.-Mikey se ofreció.
-Vamos entonces amor, necesitamos correr.-Me levanté y él me imitó.
Me estaba poniendo mi abrigo al igual que Mikey listos para salir de ahí, cuando una gruesa voz nos detuvo.
-No te lo pongas.-Ran pidió.
-¿Qué dices? Gastaremos mucho dinero en preservativos amor, necesito ponérmelo.-Expliqué.
-Amor, tengamos un hijo.
Sus palabras me dejaron congelada, ¿Estoy escuchando bien?, ¿Me hizo daño el desayuno?, ¿Qué pasa por tu mente, Ran?
-Amor...
-Por favor, tengamos un hijo ya. Este mes y medio estuve pensándolo mucho y luego el embarazo de tu amiga me hizo darme cuenta de que ya es momento.-Hizo una ligera pausa. -Tengo 31 años y para cuando nazca tendré 32, no quiero esperar más pues el tiempo me está pisando los talones.
-Pero car-
-Takeomi va para los 39, Mikey este año cumple 29, Kakucho 28 y ese trío de ancianos llegan a los 30. Estamos en la edad perfecta.-Me tomó de las manos llevándolas a su pecho.
-Y-yo, no sé, es que.-No sabía que decir y los demás tampoco decían nada, no sabía que cruzaba por sus mentes.
-Tal vez ya es hora.-Sanzu le siguió.
-Sí, quizás Ran tenga razón.-Kaku afirmó.
¿Hijos? ¿Ahora? Ni siquiera puedo cuidarme bien sola. Cuando tengo hambre y mi flojera gana prefiero esperar hasta que de verdad ya no puedo aguantarla y la desesperación me obliga a levantarme. Ahora yo cuidando a un pequeño ser humano que requiere mi atención al 100% no sabría como sobrellevarlo.
-No saben cuanto lo deseo con el alma, pero yo este año cumpliré a penas 24 años y sinceramente me gustaría viajar con ustedes al menos por un tiempo antes de tener que compartir su amor y atención con alguien más y desgastarme de la forma en que lo requiere el ser madre.
Todos me veían atentos con un ligero toque de decepción en su mirada.
-Aunque sea un año viajando, únicamente ustedes y yo, disfrutandonos como sólo nosotros sabemos hacer, embriagándome hasta perder la conciencia antes de tener que abstenerme de todo eso y después, estaré lista para ser madre.
-De acuerdo, hagámoslo.-Mikey asintió. -Vámonos de viaje un tiempo antes de convertirnos en padres.
-De acuerdo, acepto.-Ran sonrió enormemente.
-Perfecto.-Koko se veía aún indeciso, pero decidido.
El solo hecho de ser madre me pone los nervios de punta, pero la emoción que recorre mi cuerpo es indescriptible, pues desde siempre quise formar una familia grande y no por nada mi casa en México era enorme.
-Madre.-Susurré a penas para mí mientras tocaba mi vientre.
-Te llevo cariño, vamos.-Mikey llamó mi atención desde la puerta.
-Nosotros comenzaremos a planear el viaje, bitácora, todo, ¿Algún destino en especial, cariño?-Koko pregunto en mi dirección.
-Grecia, amo Grecia.-Respondí. -Italia y Noruega.-Dije muy emocionada. -Países con pueblos pintorescos y países como Las Vegas, quiero tranquilidad y emoción.
-Está bien, princesa.-Dijo Ran entrando a la oficina con todos detrás de él.
-Perfecto.-Les sonreí y salí con Mikey del lugar.
Llegamos justo a tiempo gracias a que Mikey maneja muy bien a grandes velocidades, pero ahora el dolor de brazo era alto insoportable al igual que las náuseas que este me provocaba como sucedió la primera vez.
-Párate, por favor cariño.-Pedí a Mikey quien avanzó unos metros más para estacionarse en un lugar autorizado.
Daba arcadas debido a las náuseas mientras Mikey me recogía los cabellos para evitar que se ensuciaran. Es realmente detestable como me pone está cosa los primeros días.
-Los hombres deberíamos valorar más este tipo de sacrificios que hacen las mujeres.-Dijo Mikey muy seguro y yo asentí ante aquello mientras intentaba calmar mi respiración.
Las náuseas ya estaban cesando, inhalaba y exhalaba calmando mi respiración y me reincorpore mientras me echaba aire con la mano.
-Amor, ¿Podrías llevar a Takemichi a casa algún día de estos?-Mikey pidió y yo lo vi atónita.
Esa petición bastó para que el desayuno saliera de mi cuerpo.
¿Qué planeas, Mikey?
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Hola mis amores, espero estén de maravilla 🥰💖
Lamentó la tardanza, pero estuve muy ocupada haciendo mis deberes, ya que el lunes regreso a clases presenciales y pues estoy dejando todo en orden antes de regresar a vivir en la escuela jajajajaja 😩💔
Espero que tengan un buen fin de semana preciosos, disfruten mucho 💗💐
Los amo infinitoooooo 🥰💖🥺💐✨
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