Pequeño rayito de sol

Aparqué mi camioneta frente a la tienda de mascotas de Fuyu y Tora. Tomé mi bolso de donde saqué mi base de maquillaje, el corrector y un espejo para darle un retoque a los tonos morados que aún estaban presentes en mi piel pues lo que menos quería era dar explicaciones, o mejor dicho, mentirles sobre eso.

Después de una buena capa de corrector y base no logré disipar los moretones del todo, aunque no pudieran verse a simple vista ya que necesitaban ponerles especial atención para darse cuenta de que estaban ahí, no tenía otra opción que usar los lentes de sol para asegurar que no los vieran, pero mierda, siempre me los quitaba en cuanto entraba a algún lugar. Al menos sería una visita rápida pues aún debo ir en busca del regalo para mi Mikey.

-Buenas tardes chicos.-Dije en cuanto crucé la puerta.

-Danielle.-Dijo Fuyu mientras se abalanzaba a mis brazos haciendo que un pequeño quejido saliera de mí debido a los moretones que aún dolían un poco. -Pensamos que algo malo te había sucedido.-Dijo separándose de mí.

-Lamento tanto venir hasta ahora.-Dije mientras le devolvía el abrazo. -Hola chicos.-Sonreí en dirección a Kazutora, Takemichi y Draken. Había casa llena.

-Desapareciste un buen tiempo.-Draken comenzó a revolver mis cabellos con su mano a modo de saludo.

-Lo siento tanto, perdí mi celular y estuve un poco ocupada en casa.-Volví a sonreír en dirección a todos.

-¿Estás bien?-Preguntó Kazutora mientras todos me veían algo confundidos.

-Sí, perfectamente, ¿Por qué?

-Sólo pregunto.-Tora me dedicó una leve sonrisa.

-Bueno, venía de rápido a darles mi nuevo número.-Sonreí.

Todos sacaron su celular para apuntar mi nuevo número, yo seguía con los lentes puestos así que estaba a nada de salir de ahí victoriosa.

-Chicos los dejó que aun debo ir a comprar un obsequio, fue cumpleaños de un amigo y no le di regalo.-Solté una leve risa mientras me encogía de hombros.

-¿Cuándo fue?-Preguntó Take y todos le lanzaron una mirada asesina.

-Takemichi, no seas entrometido.-Draken apretó los labios después de aquello.

-No, no es entrometido.-Reí. -Fue el 20 de agosto.-Sonreí a Takemichi quien se puso nervioso.

-Bueno Dani, no te quitamos más tu tiempo.-Interrumpió Draken antes de que Takemichi hablara, posó su mano sobre mi hombro con fuerza y no pude evitar quejarme un poco.

-Venga ya, no nos haces tontos.-Dijo Fuyu quitándome los lentes de sol.

Ante su acción no pude evitar dirigir mi mirada hacía otro lado, pero Kazutora no tardo en voltear mi rostro hacía ellos con dos de sus dedos.

-Danielle, ¿Qué te paso?-Preguntó Draken muy serio.

Mala idea haber venido hoy, vaya estúpida.

-¿De qué hablan?-Pregunté nerviosa. -Sólo tengo una terrible resaca.-Mentí mientras cubría mis ojos con una de mis manos.

-Mira, no sabíamos que la resaca dejaba ojos morados y dolor ante el tacto.-Contestó Draken molesto.

-¿Te golpearon?-Takemichi cuestionó preocupado.

-No...-Comencé a negar con ambas manos, pero ya no tenía caso mentir y en sus rostros podía observar la preocupación. -Bueno sí, pero todo fue un lamentable accidente.

-¿Quién fue?-Preguntó Tora serio.

-Un par de hombres me asaltaron poco antes de llegar a casa, intentaron abusar de mí y por eso los golpes, pero unos amigos salieron justo a tiempo y se encargaron de ellos.-Expliqué lo más tranquila que pude. -Ahí perdí mi celular y no salí de casa porque me estaba recuperando de la paliza que me dieron.

-Que infelices.-Take empuño ambas manos.

-¿Estás segura qué eso fue lo pasó?-Fuyu cuestionó acariciando mi espalda.

-De verdad eso fue lo que pasó, no hay de que preocuparse.-Les dediqué una pequeña sonrisa. -Me voy que me las tengo que apañar para conseguir un buen regalo en menos de una hora.

-Danielle, no dudes en contar con nosotros para cualquier cosa.-Draken mencionó mientras me dedicaba una cálida sonrisa. -Somos demasiado buenos peleando por si algún día llegas a necesitarnos.

-Serán los primeros a quienes recurra cuando los necesite.-Sonreí para intentar tranquilizarlos.

Todos se despidieron de mí con un buen abrazo mientras no dejaban de repetirme que tuviera mucho más cuidado cuando saliera sola.

-Yo también me voy, hoy llegan unas piezas al taller y debo recibirlas.-Escuché decir a Draken antes de montarse en su motocicleta.

Ahí fue cuando recordé que un día Mikey me contó sobre una motocicleta que amaba cuando era más joven, la cual tiene por ahí arrumbada debido a que le hace falta un buen mantenimiento y que le cambien algunas piezas.

-Draken, tienes un taller de motocicletas ¿Cierto?

-Así es.-Sonrió en mi dirección.

-¿Crees que un día pueda llevarte una motocicleta para que la cheques? Es una...-Intenté recordar el nombre que Mikey me había dicho. -Algo de CB no sé qué.

-CB205T.-Dijo mientras volteaba a ver a todos con felicidad y un gran brillo en sus ojos.

-Sí, eso.-Lo señalé con el brazo emocionada.

-Cuando quieras, para ti estoy disponible cualquier día.-Dijo mientras se colocaba el casco y no pude evitar sonrojarme ante su comentario.

-Te mando mensaje.-Dije sonriente antes de subir a la camioneta.

Me despedí de todos con la mano por última vez y emprendí el camino a Roppongi para buscar el regalo para Mikey.

-Mierda, olvidé preguntarles que les gustaría a ellos como hombres de regalo.-Bufé mientras estacionaba la camioneta sobre la avenida.

Después de un rato caminando entre las calles opté por comprarle 3 pares de sandalias como las que suele usar siempre y dos cambios de ropa completos, ya que se aproxima la temporada de frío aproveché y le compré un abrigo color gris que sin duda combinará a la perfección con su cabello. Como toque final para su regalo de cumpleaños le compré sus postres favoritos y un pastel.

Cuando iba camino a la camioneta con los postres en mano pasé por una joyería en donde vi un hermoso brazalete en el aparador. Dejé los postres en la camioneta y tomé mi bolso para adentrarme en la joyería en donde aquel brazalete para hombre me llamaba a gritos.

-Buenas tardes señorita, ¿Le interesa algo en particular?-Preguntó una pelirroja en mi dirección.

-Aquel brazalete, ¿Me lo puede mostrar? Por favor.-Dije señalando el brazalete que tanto me había gustado.

-Por supuesto señorita.-Dijo mientras tomaba el brazalete y lo tendía hacía mí.

-Es un brazalete de cadena en oro de 18 quilates.-Sonrío en mi dirección. -Tiene un costo de 1,013,000 yenes.

Me encantaba por lo sencillo y bonito que se veía. Iba tan bien con la pinta de todos siempre con sus trajes tan a la perfección e impecables y podría ser mi manera de agradecer que salvaron mi vida, quería darles algo y aunque sé que ellos podrían comprar esto y más quería hacerles este pequeño detalle. Cada que lo utilizaran se acordarían de mí.

-Quiero siete brazaletes, por favor.-Dije sonriente y la señorita se quedó ojiabierta.

-Po-por supuesto señorita.-Dijo casi sin creerlo y la entendía, no es normal que alguien venga y de buenas a primeras compre más de un articulo como este.

Mientras realizaban los certificados de autentificación de cada uno de los brazaletes seguí observando los demás artículos, y otro llamo mi especial atención.

-Es un anillo de platino con diamantes de corte brillante redondo. Para el diseñador la representación de la "X" es el símbolo popular de amor, tiene un peso total de 1.18 quilates.-Sonrió delicadamente mientras lo dejaba sobre mi mano. -Su costo es de 1,170,000 yenes.

En cuanto lo vi no pude pensar en alguien más que no fuera Sanzu, la manera en que aquellas "X" decoraban el anillo me recordaban de alguna manera a sus cicatrices. Él se convirtió en la persona que no quiero perder nunca. Cuando estoy con él, la vida se torna de colores cálidos volviéndola más tranquila y acogedora, el sol deja de ser abrazador y el frío deja de sentirse extremo. Cuando él no está conmigo siento un vacío dentro de mí, estar sin él es un castigo que no estaría dispuesta a cumplir por nada del mundo.

-También démelo, por favor.-Sonreí enormemente.

Terminaron los certificados de autentificación al igual que las grabaciones que pedí y emprendí el camino a casa más emocionada que nunca, quería ver sus caras en cuanto recibieran los brazaletes.

Di un doble viaje desde la camioneta hasta la puerta para subir todas las cosas que había comprado, abrí la puerta y comencé a meter todo de poco en poco.

-Cariño.-Dijo Sanzu entre risas. -¿No ibas sólo por la comida?

-Se me atravesó el regalo de Mikey cariño, y otro pequeño obsequió para ustedes.-Sonreí emocionada y camine hacía él.

-¿De qué se trata cariño?-Me abrazo con su brazo libre.

-Por algo es sorpresa amor.-Dejé un largo beso sobre sus labios. -Voy a cocinar cariño, sino se hará más tarde y la comida no estará lista para cuando lleguen.

-De acuerdo, mi niña.-Acarició mi mejilla y dejo un último beso en mis labios.

Después de un tiempo dentro de la cocina terminé haciendo un poco de todo. Lo primero que estoy segura de que se terminara es el sashimi que a pesar de haber comprado bastante pescado y marisco no durará ni 10 minutos sobre la mesa. Por esa razón es que también me decidí por hacer una sopa miso y aprovechando el caldo de la sopa decidí hacer udon.

-Huele delicioso.-Escuché decir a Sanzu desde la sala.

-Y espera a que pruebes cariño.-Le respondí mientras terminaba de acomodar todo lo que había utilizado.

Salí de la cocina y entré a la oficina de Koko en busca de una libreta y un bolígrafo para comenzar a escribir las pistas para que cada uno dé con su brazalete. En cuanto terminé de escribir doble las hojas y las metí dentro del bolsillo de mis jeans, esperaría hasta después de la comida para dárselas.

-Justo a tiempo.-Sonreí cuando los vi entrar por la puerta.

-¿Qué huele tan bien?-Preguntó Mikey mientras caminaba hacia mí.

-Sashimi, udon y sopa miso.-Dije antes de que aprisionara mis labios en un corto beso.

-Que rico amor.-Gritó Rin antes de cargarme por el aire.

-Lávense las manos, vamos a comer o se enfría.-Dije en cuanto mis pies volvieron a tocar el piso.

La comida paso entre risas, platicas y burlas. Y justo como supuse, el sashimi no duró ni diez minutos sobre la mesa, en cuanto al udon y la sopa miso no paraban de decir que esas clases de cocina eran lo mejor que pude haber tomado en la vida.

-¿Terminaron?-Pregunté cuando vi que todos estaban haciendo sobremesa.

-Sí.-Dijeron todos al unísono y entonces me levanté en dirección a la cocina.

-Espero hayan guardado un espacio.-Grité desde la cocina mientras encendía la vela del pastel de Mikey.

Dejé el pastel frente a Mikey y sus ojos se iluminaron cual los de un niño pequeño, aquel brillo y sonrisa que tanto me encantaban.

-Feliz cumpleaños atrasado Mikey.-Sonreí y él se levanto de su lugar para darme un gran abrazo.

-No aprietes tanto cariño.-Pedí casi en un susurro.

-Perdón cariño.-Se separó de mí. -Gracias, mi niña.

-Pide tu deseo querido.-Brinqué de emoción y todos prestamos toda nuestra atención a él.

Cerró sus ojos mientras lo único que se podía escuchar era el sonido de las chispas que brotaban de la vela que poco a poco se iba derritiendo debido a la flama. El semblante de Mikey había cambiado en su totalidad al de cuando lo conocí, ahora se veía más calmado, más en paz, más feliz, más cuerdo, aquello me causaba una tremenda felicidad pues el saber por todo lo que ha pasado y que aun siga de pie es digno de admirar.

Sopló con delicadeza y la flama se apagó obligándonos a aplaudir, yo más emocionada que los demás claro, pues aun no se acostumbraban a esto.

-Felices 28 cariño.-Dije antes de retirar el pastel a la cocina.

Comencé a partirlo y todos comenzaron a recoger los platos y vasos de la mesa dejándolos en el lavaplatos.

-¿Todos van a querer past-

No terminé de preguntar cuando todos dijeron que sí, era lógico, no sé ni porque pregunté.

-Terminando su pastel les tengo una sorpresa.-Dije emocionada mientras bailaba sobre mi silla.

-¿De qué se trata?-Preguntó Koko.

-¿Por qué todos preguntas lo mismo?-Me crucé de brazos. -Sorpresa.-Hice un mayor énfasis en la palabra y todos comenzaron a comer más aprisa.

-Todos menos Sanzu al cuarto de Mikey, vamos a jugar un pequeño juego de pistas.-Dije emocionada cuando todos terminaron de comer y me miraron con los ojos entrecerrados. -Bueno si no quieren entonces no.

-¿Por qué Sanzu no?-Rin cuestionó molesto.

-¿Vas a andar empujando su silla de rudas entrando y saliendo de los cuartos?-Me crucé de brazos.

-Tienes razón, que se quedé sin jugar.

-Arriba.-Volví a insistir.

-Está bien.-Bufaron todos sin opción y subieron escaleras arriba ayudando a Sanzu de igual manera a subir.

-Tú calladito.-Amenacé a Sanzu quien solo apretó sus labios y levantó las manos en señal de inocencia.

Comencé a entrar a los cuartos de todos para tomar alguna pertenencia de ellos y colocarla en el cuarto de los otros. Con cada pertenencia dejé la misma nota para todos.

-Muy bien amores míos, su pista está en su cuarto.- Dije en cuanto abrí la puerta. -Menos la de Mikey y Rin, la tuya Mikey está en el cuarto de Rin y la tuya Rin está en mi cuarto.-Sonreí y les dejé el pasó libre.

Comencé a grabar desde el final del pasillo para tener una vista completa de todo, todos entraron a su cuarto correspondiente y el primero en salir fue Ran.

-¿De quién es esta mierda de zapato?-Gritó elevándolo y no pude evitar soltar una carcajada.

-Sin trampas Ran, averígualo.-Solté entre risas. -No puedo creer que vivan juntos y no sepan de quien es cada cosa.-Giré los ojos sin dejar de reír.

Todos se volteaban a ver confundidos con la prenda que le tocó a cada uno y en ese momento Mikey salió con una de mis bragas triunfante del cuarto de Rin.

-Oye eso no es justo, a él le tocó la mejor parte.-Kaku se quejó seguido de todos y yo me solté a reír aún más cuando Mikey pasó mi braga por su nariz.

-Es el cumpleañero, ¿Qué esperaban?-Seguía riendo y estaba segura que para cuando terminará de grabar no se escucharía otra cosa que no fueran las risas.

Sanzu de igual manera no hacía más que reír conmigo mientras los veíamos entrar y salir una y otra vez del cuarto de los demás. Mikey finalmente salió de mi cuarto con la otra nota que había dejado para todos.

Después de gritos de desesperación por no encontrar a que lugar pertenecía las prendas, risas y quejas finalmente todos salieron con la nota en mano.

-¿La de todos dice lo mismo?-Koko dijo "enojado" y yo comencé a reírme más fuerte.

-Que bonito fue verlos sufrir.-Dije entre risas. -Vamos que su sorpresa está allá abajo.

Cuando estuvimos en la planta baja saqué las hojas dobladas de mis jeans y vi como todos me estaban asesinando con la mirada, fue demasiado divertidos hacerlos perder el tiempo.

-Comenzaré a darles su última pista, pero no la abran hasta que yo les diga ¿De acuerdo? Tampoco se vale abrirla hasta que estén de nuevo aquí.

-Mikey.

-Takeomi.

-Kaku.

-Ran.

-Rin.

-Koko.

-Y finalmente, Sanzu.

-Ahora sí, ábranlas y corran, los espero aquí.-Sonreí emocionada.

Los vi leerlas y pensar durante pocos segundos, después todos corrieron al lugar respectivo donde su pista estaba oculta. Me giré en dirección a Sanzu quien me veía con un gran brillo en sus ojos.

-Dame un beso y te doy tu obsequio.-Le dije agachándome para quedar a su altura y sin decir nada junto nuestros labios en un pequeño beso.

-Te amo.-Susurró contra mis labios antes de separarnos y en ese momento todos llegaron con la pequeña caja entre sus manos.

-Muy bien.-Saqué de mi abrigo la caja de Sanzu y se la tendí. -Ábranlas.-Dije emocionada y todos comenzaron a romper el envoltorio cual niños chiquitos dejando a la vista la caja negra con el logo de la joyería.

-Elle.-Dijo Ran en cuanto la abrió.

Cuando todos se dieron cuenta que tenían el mismo brazalete me voltearon a ver anonadados.

-Es un pequeño obsequio que quise darles como agradecimiento por salvar mi vida y ser tan buenos conmigo. Creo que nunca les había dado las gracias por todo lo que han hecho por mí y lo que hicieron por mi padre. Este es el primero de muchos obsequios que comenzaran a recibir de mí, todos y cada uno de ellos son de corazón, los amo.

-¿Cuánto dinero gastaste?-Mikey me cuestionó.

-Ay basta, ¿Les digo todo eso y sólo puedes contestarme eso? No vayan a empezar con que es mucho dinero y cosas por el estilo. Ustedes no son los únicos con dinero aquí.-Dije un tanto molesta.

-Está precioso.-Takeomi dijo mientras me daba un largo abrazo. -Muchas gracias pequeña.-Me dio un beso en la frente.

-Son preciosos, mi niña, gracias.-Kaku me abrazo y dejó un beso fugaz en mis labios.

-Te amamos pequeña.-Dijo Ran mientras él y Rin me abrazaban mientras me llenaban de besos todos el rostro.

-Yo también los amo.-Dije entre pequeñas risas mientras se separaban de mí.

-Muchas gracias princesa.-Koko me abrazo con delicadeza y dejo un gran beso sobre mis labios.

-Pequeña, te amamos con todo nuestro corazón. Tú dulzura, calidez y amor nos sacó de hoyo en donde estábamos hundidos.-Mikey me tomó de la mano. -Quienes deberíamos darte las gracias por todo lo que haz hecho somos nosotros.-Sonrió. -Llegaste a cambiar nuestra vida, fuiste nuestro pequeño rayito de sol que vino a iluminar nuestro tan nublado mundo.-Mikey me beso mientras me envolvía en un profundo abrazo.

-Soy la más feliz del mundo con ustedes en mi vida.-Susurré contra su pecho y él se separó de mí.

-Tengo otra sorpresa para ti, pero eso será ya en la noche que vayamos a dormir.-Susurré contra el odio de Sanzu mientras lo abrazaba y dejaba un beso sobre sus labios.

-Amor, sabes que no puedo.-Dijo un tanto decepcionado y su comentario me hizo reír.

-No se trata de eso bobo.-Volví a susurrar y me separé de él. -Enfrente tiene grabado "Bonten" y detrás tiene su nombre en español y mi nombre en japonés.-Expliqué las grabaciones que tenía cada brazalete.

-Me encanta.-Dijeron todos al unísono y todos se voltearon a ver sorprendidos por tan perfecta coordinación.

Cada decisión que había tomado hasta el día de hoy sin duda la consideraba las mejores decisiones de mi vida, no cambiaría ninguno de los momentos junto a ellos por nada en este mundo.

-Adelante cariño.-Escuché decir a Sanzu desde el otro lado de la puerta.

-¿Por qué sigues despierto, mi vida?-Pregunté mientras me sentaba con él en la cama.

-Estaba esperando la sorpresa que me dijiste esta tarde preciosa.-Colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Primero lo primero, ¿Crees que le gustaron sus regalos a Mikey?-Pregunté algo preocupada.

-¿Bromeas no? ¿Viste su cara? Parecía un niño pequeño en navidad, lo conozco y sin duda le encantaron.-Dio un beso en mi frente .-Por cierto que aquel abrigo me fascino, que buen gusto.-Halago mi decisión.

-Es un alivio escuchar eso en verdad, no sabía si escogí bien.-Solté la respiración que había estado aguantando. -Por cierto, ¿Tú sabes dónde está la moto de Mikey? Quiero arreglarla sin que se enteré.

-Si cariño, cuando me recuperé te ayudo a llevarla.

-Por eso te amo.-Lo abracé y me quedé así por un rato hasta que recordé el porque había venido. -Bueno ahora sí, tu regalo.-Dije emocionada mientras me acomodaba para quedar frente a él.

-¿De qué se trata, mi vida?-Enarcó una ceja.

Saqué la pequeña caja negra de mi bata de noche y la coloqué frente a él.

-Oye no, no, no.-Comenzó a negar con la cabeza. -Eso me corresponde a mí pedirlo.-Y ante su comentario no pude evitar soltar una pequeña risa nasal.

-No seas tonto, eso ya lo sé.-Dije con una pequeña risa. -Mientras me realizaban los certificados de autentificación de los brazaletes seguí viendo el lugar, y esta pequeña belleza me deslumbró. Cuando lo vi, no pude pensar en nadie más que no fueras tú.-Abrí la cajita frente a él dejando a la vista el anillo. -Las equis me recordaron tanto a tus cicatrices, los diamantes me recordaron tanto a tus preciosos ojos que no pude evitar no comprarlo.

En cuanto terminé de hablar se abalanzó contra mis labios mientras que con su mano libre me pegaba a él evitando que me separará. Era un beso sin segundas intenciones, lo único que quería demostrar con este era hacerme saber el cuanto me amaba.

-Te amo.-Repetía una y otra vez entre el beso. -Te amo de una manera que ya no sé si es posible amarte más.-Comenzó a dejar pequeños besos sobre mis labios dando por terminada aquel increíble beso. -No me vayas a dejar nunca y si te vas llévame contigo. No me importa si vamos hasta el fin del mundo, pero que sea juntos, amor de mi vida.

-Contigo hasta el fin del mundo, amor de mi vida.-Dije tomando su mano mientras colocaba el anillo en su dedo índice.

Volvió a unir nuestros labios en un beso más corto y me recostó junto a él quedando frente a frente permitiendo que de esta manera pudiera observar sus preciosos ojos.

-¿Te gustó?-Sonreí un tanto sonrojada.

-Me encanto mi reina.-Dijo mientras me abrazaba más a él.

Sentía que mi vida estaba plenamente realizada con él a mí lado, mi mayor deseo esa noche fue que esto durará para siempre...

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Hola, hola 💖 Espero estén de maravilla 🥰🥰🥰

Aquí les dejó un capítulo más, espero que les haya gustado 🥰❤

Los amo infinito 🥺❤

Cuídense mucho y tomen agüita ✨🥰

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top