La otra cara de la moneda
Sanzu.
El agua caliente caía sobre mi cuerpo y el vapor llenaba la habitación mientras mi mano derecha masajeaba mi miembro de arriba hacia abajo y mi mano izquierda se apoyaba con fuerza sobre la pared de la ducha. Intentaba ahogar los gemidos para que ella no me escuchara.
Desde que había estado con Danielle no podía dejar de pensar en ella. Tenía tres días que había regresado a Macao y cada que tenía oportunidad me masturbaba mientras ella cruzaba por mi mente, vaya idiota.
-Ya me voy cariño.-La escuché gritar desde fuera del baño. -Te amo.
-Con cuidado, te amo más.-Contesté lo más normal que pude para que no notara mi respiración agitada.
Después de unos cuantos minutos terminé expulsando todo el líquido de mi interior imaginando que terminaba sobre su cara, pues es lo que más deseaba hacer en este momento. Continué con mi baño y justo cuando terminé de envolver la toalla sobre mi cadera mi celular sonó, era Mikey.
-Dime.-Dije en cuanto contesté.
-¿Por qué Danielle no contesta el celular?
-¿Por qué sabría yo eso?-Pregunté muy confundido.
-Porque despertamos y no estaba en casa y cuando le marcamos dijo que tú le habías pedido ir a Macao.
El silencio se hizo presente durante unos segundos mientras intentábamos comprender la situación.
-Mierda.-Dijimos los dos al unísono.
-Voy para allá, mierda.-Dije desesperado antes de colgar el teléfono.
Salí corriendo del baño en dirección al vestidor, tomé lo primero que encontré y en menos de 2 minutos estaba listo, en cuanto salí vi una pequeña tarjeta sobre la cama.
-Mierda.-Grité enojado mientras salía corriendo.
Después de unas horas llegué al edificio y en cuanto entré todos estaban en el comedor con un montón de papeles, fotografías, folders y quien sabe que tanto más sobre la mesa.
Todos me veían enojados, en cuanto me acerqué a ellos dejé la tarjeta sobre el comedor y todos me voltearon a ver, había tantas emociones apoderándose de nosotros de las cuales predominaban el miedo y el enojo.
-Eres un hijo de puta.-Dijo Ran mientras soltaba un gran puñetazo sobre mi mandíbula haciéndome caer, al parecer había ejercido fuerza de más pues se sobaba la mano.
Aun consternado por el golpe de Ran intenté levantarme, pero no pude hacerlo pues Kakucho se sentó sobre mí y comenzó a dejar golpes sobre mi rostro.
-Le pasa algo por tu puta culpa y te juro que te entierro vivo.-Gritó enojado mientras me golpeaba.
-Déjalo.-Ordenó Mikey y se quitó de encima mío. -Si algo le pasa a Danielle quien lo mate seré yo.
Cuando logré recuperarme un poco de sus golpes me levanté mientras sentía mi cara doler, su maldita fuerza era bestial.
-¿Cuándo la viste?-Preguntó Rin serio mientras empuñaba sus manos.
-Hace tres días.-Contesté resignado mientras sobaba mi mandíbula.
-Eres un hijo de puta.-Gritó Koko mientras dejaba de hacer lo que hacía en la computadora y golpeó el comedor.
-Ella no sabía nada, pero tú sí idiota.-Gritó Takeomi mientras se levantaba de la silla enojado.
Tenían toda la razón, ella no sabía absolutamente nada de lo que estaba sucediendo y se dejó llevar por el momento, yo la provoqué hasta el punto en que terminó cediendo de nuevo ante mí. Mi único trabajo era protegerla y no pude hacerlo, no pude mantenerme alejado de ella como debía hacerlo.
Flashback de Sanzu.
En cuanto llegué a Macao me dirigí a la casa de Shun pues era en donde siempre me hospedaba. Mientras me llevaban a mi habitación me encontré con Yun en el gran pasillo de la mansión.
-Hola guapo, ¿Qué haces aquí?-Me cuestionó mientras dejaba un beso sobre mi mejilla.
-Tu hermana me dijo que tu padre quería hablar conmigo sobre un asunto en las nuevas tiendas.-Le contesté mientras le dedicaba una leve sonrisa.
-Uy, será mejor que ella no te vea.-Hizo una mueca que representaba preocupación. -Está enojada contigo.
-¿Por qué?-Pregunté mientras enarcaba mi ceja.
-Bueno...
Yun.
Flashback de Yun
-Ay, por fin llegaste.-Escuché a la perra decir desde las escaleras.
-Lamentablemente sí, ahora tendré que volver a soportarte.-Contesté burlona volteando en su dirección mientras ella bajaba las escaleras para caminar hacía mí.
Mi relación con mi hermana nunca había sido buena, siempre se había creído superior solo por el hecho de ser mayor que yo y porque no le parecía mi modo de vivir mi vida, era una maldita hipócrita pues ella era igual e incluso peor que yo.
-¿Te divertiste?-Preguntó burlonamente.
Este era mi momento perfecto para cerrarle la puta boca de una vez por todos, quiero ver que cara pondrás maldita.
-Más de lo que te imaginas.-Sonreí orgullosa. -Me acosté con tu querido Sanzu.-Y en ese momento su semblante cambio totalmente.
-¿Qué tú no eras más lesbiana que nada, adefesio?-Dijo mientras se cruzaba de brazos como si intentara desmentirme.
-Ay y claro que lo soy.-Dije con orgullo mientras llevaba mi mano al pecho. -Pero una verdadera Diosa está viviendo con ellos y ella fue mi contacto.-Me encogí de hombros orgullosa. -Tiene un miembro exquisito.-Mentí pues Sanzu en ningún momento me tocó. -Pero bueno, eso tú ya lo sabes.
Debido a que no dijo nada más, me di media vuelta para dirigirme a mi habitación mientras ella se quedaba ahí intentando procesar lo que acababa de escuchar. Que bonito era dejarla como una estúpida.
-Ah y por cierto, despídete del corazón de tu amado Sanzu, ya te lo ganaron.-Dije como si sintiera pena por ella y desaparecí escaleras arriba.
Sanzu.
Flashback de Sanzu.
En cuanto entré a la sala la vi, estaba sentada sosteniendo un vaso de whisky mientras hojeaba una revista.
-Tu padre me dijo que no es verdad lo que dijiste, que todo está a la perfección aquí.-Dije enojado en su dirección y se levantó dejando el vaso sobre la mesa de centro.
-Perdóname querido, pero es que ya te extrañaba.-Intentó abrazarme y yo la separé a lo que ella me miró confundida.
-No juegues así conmigo, no tengo tu tiempo.-Me di la vuelta para irme.
-Tú no te puedes ir cariño.-Dijo y en ese momento 5 hombres se colocaron en la entrada de la sala impidiéndome el paso.
-¿Qué mierda?- Pregunté mientras volteaba a verla bastante confundido.
-Me enteré que alguien ya robó tu corazón, ¿Cuál era su nombre?-Llevó su mano a su mentón intentando recordarlo. -Ah sí, Danielle ¿Verdad?
Y en cuanto la escuché pronunciar su nombre mi cuerpo se tensó.
-Bingo, sí se llama así.-Dio un brinco de felicidad.
-¿Qué mierda quieres?-Pregunté de la manera más fría que pude.
-¿No es obvio cariño? Estoy encaprichada contigo.- Hizo un puchero. -Te quiero sólo para mí.-Sonrió enormemente. -Y por eso la vas a dejar.-La sonrisa de su rostro se borró y yo solté una gran carcajada.
-¿Es una broma no?-Dije aun riendo.
-No lo sé, ¿Tú qué crees?-Comenzó a caminar hasta uno de los muebles de dónde sacó un folder que me entregó.
En cuanto lo abrí había infinidad de fotos de Danielle, saliendo de la escuela de cocina, comiendo conmigo, comiendo con Mikey, paseando con los hermanos, caminando por las calles con Kakucho. ¿Cómo mierda es que ninguno de nosotros se dio cuenta de que nos estaban siguiendo? Imposible.
-De ti depende su seguridad, sí te quedas conmigo hasta que mi capricho por ti pase, nada le sucederá, pero si no aceptas, bueno...-Se encogió de hombros y llevó el vaso de whisky a sus labios. -Acepta querido, que seguro me aburro de ti en a lo mucho dos meses.
-Estás loca, nosotros podemos protegerla.-Me reí y aventé el folder sobre el sofá.
-Que triste tendrá que ser su vida.-Suspiró. -Siempre acompañada por alguno de ustedes, no podrá ni comer sin preocuparse.-Soltó fríamente.
-No me importa si debo protegerla toda la vida.-Aseguré y me di media vuelta en dirección a la salida.
-Acéptalo cariño, dos meses conmigo por garantizar su seguridad no es nada.-La ignoré.
En cuanto me iba acercando los cinco hombres se cerraron aún más impidiendo que pudiera salir y escuché el seguro de un arma quitarse.
-Bueno..., Dios esto es como de película.-Dio un brinco de emoción.-Estaba malditamente loca .-Si yo no puedo estar contigo, entonces nadie lo hará.-Sonrió malvadamente mientras me apuntaba con el arma.
-¿Es en serio?-Pregunté al ver hasta que punto estaba llegando.
-Cariño, yo no bromeo.-Caminó hasta mí y puso la pistola sobre mi frente. -Quédate conmigo, ya te dije, seguro no cumples ni el mes aquí, ya me conoces.-Acercó sus labios hasta los míos y dejó un pequeño beso.
En este momento no tenía escapatoria alguna, pues el arma apuntándome y los cinco hombres cubriendo la puerta me lo impedían. Sí intentaba hacer algo seguramente mientras me entretenía con ellos, ella podía fácilmente eliminarme.
Y a juzgar por la cantidad de fotos que había en la carpeta la tenía bien vigilada, y tenía razón, ella se sentiría agobiada de tener que salir siempre con alguno de nosotros y sabiendo lo necia que es no aceptaría por nada del mundo.
-Dos meses.-Volvió a repetir con una sonrisa sacándome de mis pensamientos.
Conociéndola no iba a durar ni un mes aquí, tenía toda la razón pues ella no era de estar con un solo hombre, siempre que podía cambiaba pues según ella le terminaban aburriendo.
"Garantiza su seguridad" resonaba en mi cabeza una y otra vez, un mes lejos de mi pequeña reina por garantizar su seguridad no sonaba mal. Podía decirle que tendría que estar en Macao durante unos dos meses a lo mucho para verificar el inicio de las tiendas para que todo marchara perfectamente y posiblemente podría verla de vez en cuando sin que supiera la verdad.
Pero mierda, el sentimiento de tener que engañarla... Me desgarraba la idea solo de pensarlo, saber el daño que le ocasionaría si se llegase a enterar, pero me desgarraría más el hecho de una vida sin ella.
-De acuerdo.-Dije sin pensar más. ¿Qué mierda hiciste pendejo? ¿Qué mierda hiciste?
-Ese es mi querido Sanzu.-Brincó de emoción mientras colocaba el seguro al arma.
-Debo regresar a empacar para el mes que estaré aquí.-Dije serio y ella asintió.
-Sabes que pasará si no regresas querido.-Volvió a recalcar.
Sin decir nada di media vuelta y los hombres se quitaron de la salida dejándome por fin el camino libre.
-Ah, y una cosa más.-La escuché gritar. -Rómpele el corazón.-Mencionó emocionada con una enorme sonrisa en su rostro.
-No, no voy a hacer eso.-Negué con la cabeza. -Ya bastante la voy a cagar engañándola contigo.
-Lo vas a hacer porque si no lo haces sería lo mismo que si no hubieras aceptado.-Mencionó como si no tuviera otra opción. -Quiero un audio o algo por el estilo, quiero escucharlo sufrir.-Sonrió enormemente.
-Por fav-
-Ya dije.-Gritó y volvió a apuntarme con el arma.
-Mierda.-Grité enojado golpeando la mesa.
Nada de esto hubiera pasado si Yun no hubiera abierto la boca de más, maldita sea.
Un mensaje de Danielle me llegó preguntando a que hora regresaba y lo contesté de la manera más seca que pude, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos.
-¿Por qué?-Pregunté entre lágrimas para después cubrir mi rostro con las manos.
Estaba destrozado por lo que haría en la noche, estaba destrozado por el simple hecho de pensar en como reaccionaria, estaba destrozado por tener que engañarla, estaba destrozado por tener que alejarme de ella.
-¿Y si me escapo con ella?-Me cuestioné en un susurro. -No, no seas estúpido, jamás viviríamos tranquilos.-Dije mientras comencé a golpear con mis manos empuñadas mi cabeza intentando liberarme de ese tipo de pensamientos. -¿No tengo más opción eh?-Solté un largo suspiro mientras la lágrimas seguían bajando por mi rostro. -Sólo son dos meses.-Dije intentando consolarme.
En cuanto entré al edificio los vi a todos esparcidos entre la sala y el comedor.
-¿Y Danielle?-Pregunté al aire.
-Durmiendo en su cuarto.-Contestó Rin.
-Tengo que hablar con ustedes.-Dije serio mientras me sentaba en la sala.
Todos se colocaron a mi alrededor prestándome toda su atención y comencé a contarles todo lo sucedido en Macao, desde la parte de Yun hasta la peor parte del viaje. Del como vigilaron a Danielle toda la semana de cuando Yun se fue hasta el día en que tuve que ir, el como me había amenazado y prácticamente acorralado hasta la parte en la que acepté.
-Bueno, es un mes, simplemente dile que vas a ir a ver asuntos con las nuevas tiendas y ya.-Dijo Mikey muy seguro.
-Hiciste bien en aceptar, no es mucho tiempo.-Takeomi se encogió de hombros. -La conocemos, en menos de un mes ya estarás aquí.-Me dedicó una leve sonrisa.
-Eso no es todo.-Fruncí mi boca y solté un gran suspiro. -Tengo que romperle el corazón.
En ese momento todos se voltearon a ver entre ellos.
-No lo hagas, simplemente dile que lo hiciste y nosotros la mantendremos entretenida para que no salga en los próximos días, así creeran que realmente tiene el corazón roto.-Dijo Rin.
-Quiere pruebas.
-Mierda.-Los escuché susurrar.
-No tengo más opción, debo hacerlo.-Dejé escapar un largo suspiro que pareció más un sollozo.
-Ella sabrá entender después que le expliques todo, no hay de que preocuparnos.-Aseguró Kakucho.
-No sabemos como vaya a reaccionar así que, hay que estar listos.-Dijo Koko mientras regresaba a la computadora y los demás volvían a lo que antes hacían.
Dejé que pasarán dos horas más pues no quería despertarla, pero no por nada le decíamos la bella durmiente y tenía que hacerlo ya para regresar antes del lapso de tiempo que me dio, no tenía más opción que despertarla.
Tomé mi maleta y subí a dejarla a mi cuarto, antes de entrar a su cuarto saqué mi celular en donde puse la grabadora se voz y finalmente entré a su cuarto en donde para mi sorpresa ya estaba despierta mirando su celular.
-Cariño.-Dijo con una gran sonrisa y se abalanzó contra mi cuerpo.
-Te extrañé mucho mi vida.-Comenzó a restregar su cabeza en mi pecho. -Ya no me dejes, se sintió como una eternidad.-Y en ese momento vi como elevó su mirada hacía mí.
Yo evité observarla, no quería hacer lo que estaba a punto de hacer, pero era necesario por la seguridad de nosotros. En cuanto observo que no la veía ni abrazaba se separó de mí.
-¿Qué ocurre?-Susurró.
-Danielle...-Dije soltando un enorme suspiro, no quiero hacerlo, no quiero.
Llevé una de mis manos a la cadera y otra al tabique de mi nariz intentado agarrar valor para decirlo sin soltarme a llorar aquí frente a ella.
La habitación estaba en completo silencio con la excepción de la fuerte lluvia chocando con el ventanal y el gran trueno que volvió a retumbar los vidrios.
-¿Estás enojado? ¿Hice algo mal?-La escuché decir mientras se sentaba en la orilla de la cama.
-Tú no tienes nada que ver con esto.-Dije mientras dirigía mi mirada a la ventana. -Ya no podemos estar juntos...-Solté en el tono más frío que pude.
Mierda, las ganas de abalanzarme sobre ella y abrazarla me mataban por dentro, quería sentir sus labios sobre los míos. Tenía que terminar con esto de una vez por todas pues no sé cuanto tiempo podría seguir conteniendo más las lágrimas.
-¿Por qué tan repentinamente me dice eso?-Dijo con voz entrecortada.
-Danielle, ah.-Solté un suspiro aún sin verla a los ojos. Pasé mi mano por mi rostro con desesperación pues en verdad estaba que me moría por dentro. -¿No puedes simplemente aceptar que ya no quiero estar contigo y ya?
No me creas nada de lo que te digo, quiero estar contigo el resto de mi vida.
-No, no puedo.-Dijo enojada y comencé a negar con la cabeza. -¿Qué mierda paso para que tan repentinamente me estés dejando?-Se levantó y camino hasta mí.
Solté una risa nasal acompañada de una sonrisa burlona y comencé a negar con la cabeza. Tenía que fingir que esta situación me causaba gracia, tenía que actuar que todo lo que le decía era verdad.
-No, no tengo porque darte explicaciones.-Dije colocando mis manos en los bolsillos de mi pantalón. -Simplemente ya no quiero estar contigo.
No me creas, por favor no creas nada de lo que te digo. Sabes que soy él hombre más feliz a tu lado y sí llegó a perderte me muero.
-No te creo nada.-Exacto, no me creas. -Haruchiyo te juro que sí esto es una broma te voy a matar.
Que más quisiera que eso fuera, una broma, mi vida.
-¿Y por qué estaría bromeando con esto? No soy un mocoso para bromear con ese tipo de cosas, simplemente ya no siento nada al verte.-Mencioné cruelmente con una risa burlona.
Me detesto, me odio, ¿Por qué soy tan cobarde?
-Justo eso, ya no eres un maldito mocoso como para haber jugado conmigo de esta manera.-Gritó y me soltó una fuerte bofetada en la mejilla obligándome a girar la cabeza.
Me lo merezco, estás es todo tu derecho.
-Auch.-Dije burlonamente sobando mi mejilla. -Ya Danielle, acepta esto, fuiste un capricho y hasta ahí.-Me encogí de hombros. -Ya te disfruté lo que debía, pero ya me aburrí de ti, necesito más variedad.
Nada de lo que te estoy diciendo es verdad, te juro que en cuanto esto termine te explicaré todo y te compensaré por todas las mentiras que te estoy diciendo mi vida, te lo juro.
-No te creo ni una puta mierda.-Gritó con la voz entrecortada.
No llores, sé que soy un maldito cobarde y un imbécil, por favor no llores.
-Pues cree-Iba a decir cuando me interrumpió.
-Mírame!-Sus manos tomaron mis mejillas y mis ojos se encontraron con los de ella.
Esos maldito ojos que me vuelven loco.
-No sabes la sensación que siento al verte, no sabes cuánto tiempo estás en mi cabeza, realmente no sabes nada.-Las lagrimas comenzaron a salir de sus ojos y la aparte con fuerza.
No llores, mierda no llores, no quiero hacer esto, pero tengo que hacerlo. Tengo que ser más duro con ella o terminaré cagandola más de lo que ya lo estoy haciendo.
-Basta, no seas inmadura, acéptalo y ya.-Le grité enojado haciendo que retrocediera un poco. Volví mi vista a la ventana.
-Mírame, por favor. Mira mis ojos, no hace falta decir una palabra si mis ojos dicen todo.-Dijo con voz entrecortada debido a las lágrimas.
Soy un maldito idiota, que mierda de persona soy para hacer llorar a mi pequeña, pero mi vida entiende, es por tu bien. Las ganas de abrazarla en ese momento me estaban matando.
-Se terminó Danielle, aléjate de mí, te lo advierto.-Dije y di media vuelta para salir de una vez por todas.
-Te amo.-Gritó entre llanto y escuchar aquello me hizo parar en seco. -Te amo, mírame, te amo. Estoy enamorada de ti Haru.
No me digas eso ahorita mi cielo, yo también te amo como no te imaginas, estoy perdidamente enamorado de ti, yo también te amo. Quería lanzarme a sus brazos y comenzar a besar sus labios, quería pasar toda la noche recostado con ella repitiéndole a cada rato que yo también la amaba. Yo también te amo mi vida.
-No, no lo digo por la situación.-Susurró. -Te amo en verdad, quería decirlo desde hace mucho, pero no encontraba el momento adecuado.-Porque ahora, porque tuvo que ser ahora mi niña. -Te amo como no tiene idea.-Dijo entre sollozos.
Tienes todo el derecho a odiarme, tienes todo el derecho a perder todo el interés en mí, pero si es por garantizar tu seguridad no me importaba perderte.
-Tendrás que superarlo.-Dije cruelmente. -Te lo advierto una última vez, no soy un buen hombre para ti.-Y en cuanto dije eso salí de su habitación.
-Sanzu.-La escuchaba gritar desde el pasillo. -¿Y quién mierda te crees para decirme quién es bueno para mí o no?-Volvió a gritar mientras bajaba las escaleras.
Las miradas de todos nos observaban y le hice una muy leve reverencia a Mikey indicándole que me iba.
-¿Qué pasa?-Preguntó Takeomi levantándose del comedor y todos comenzaron a correr detrás de nosotros.
En cuanto llegué al estacionamiento me subí lo más rápido que pude a la camioneta y la encendí para irme de una buena vez por todas.
-Sanzu, no te atrevas a dejarme.-Gritó descontroladamente mientras corría detrás de la camioneta.
Verla de ese modo me estaba destrozando, mis ojos comenzaron a humedecerse ya no podía aguantar más y ella seguía corriendo mientras la lluvia caía.
-Te vas a enfermar, mi cielo.-Susurré viéndola por el retrovisor y pequeñas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
-Púdrete.-La escuché gritar antes de desaparecer totalmente de su vista, avance unos metros más y me estacioné en una desolada calle.
-Mierda, mierda, mierda.-Repetía una y otra vez mientras golpeaba el tablero de la camioneta.
Mis ojos comenzaron a arder más y las lágrimas comenzaron a salir con desesperación de mis ojos, podía sentir mi corazón destrozado e incluso podía sentir mi pulso débil.
-Yo también te amo.-Grité entre llanto.
Sólo serían dos meses máximo, mi alma rogaba y suplicaba que ese no fuera tiempo suficiente para que se olvidara de mí.
Y si lo hacía, perdería mi vida completa...
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Hola, hola! ¿Cómo están? ❤
Aquí les dejo un capítulo más, tenemos el otro lado de la moneda y aquí resolvemos muchas dudas 💖
Espacio para decir lo que tengan que decir a Sanzu aquí:
Nuestra pequeña Danielle está secuestradaaaaa *gritos internos*, ¿Cuál será el nombre de aquella misteriosa mujer? En el próximo capítulo lo sabremos ❤
Cuídense mucho, los amo 🥰❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top