07; 𝑾𝒆𝒍𝒄𝒐𝒎𝒆 𝒉𝒐𝒎𝒆
Cruzamos las puertas del edificio, Rindou y Sanzu me ayudaron con mis maletas dejándome ayudar únicamente con mi pequeña maleta de mano. Con las chicas todo había salido bien pues las había dejado tranquilas y sin dar información de más para que no llegaran a hacerles o hacerme algo. C0reyeron la pequeña historia que practiqué antes de subir a verlas así que ellas ya no eran problema por el momento.
La estancia seguía vacía y en silencio, no sabía si los demás ya habían ido a dormir o si seguían en el lugar donde los vi meterse antes de irnos.
Sanzu y Rindou comenzaron a subir las escaleras con mis maletas en mano.
— Hoy vas a dormir en el cuarto de Ran, él dormirá conmigo — Rindou caminó hasta el final del pasillo para quedar frente a la puerta del cuarto que aquella tarde había conocido.
— Mañana te acondicionaremos el cuarto que está junto a las escaleras, por hoy dormirás aquí así que te recomiendo no desempaques — ambos entraron detrás de mí al cuarto.
— Voy abajo a ver como van con esa situación, los dejó — Rindou dejó las maletas a lado de la cama y me dedicó una gran sonrisa dirigiéndose a la puerta.
— Gracias por ayudarme Rin — hice una pequeña reverencia y le devolví la sonrisa mientras lo vi desaparecer por la puerta.
— Bueno, ya conoces el cuarto ¿No, "Elle"? — dijo haciendo el ademan de las comillas con sus manos y rodando los ojos — No necesito decirte donde está el baño — se acercaba cada vez más a mí y antes de darme cuenta ya estaba pegada contra la pared con sus manos a mis lados acorralándome.
— S-sí, gracias Sanzu — el tono nervioso se hacía presente en mi voz cuando sus ojos voltearon a ver los míos, ¿Acaso estaba celoso? Porque yo sí lo estaba, pero de sus malditas pestañas.
La sonrisa de su rostro cuando me escuchó titubear fue enorme, seguramente le gustaba poner nerviosas a las mujeres o mejor dicho, le gustaba jugar sucio.
— Muy bien, vamos a que cenes algo ligero para después ir a dormir — quitó sus brazos de la pared para dejarme salir.
Salimos del cuarto, caminando por el gran pasillo mientras él me decía de quien era el cuarto detrás de cada puerta.
Frente al cuarto de Ran estaba el cuarto de Rindou, saltándose la explicación de una puerta que se encontraba en medio de estos cuartos justo al final del pasillo. A lado del cuarto de Ran estaba el cuarto de Koko y frente a éste estaba el cuarto de Takeomi. Junto al cuarto de Koko estaba el cuarto de Sanzu y frente a éste era el cuarto de Kakucho. Seguido del cuarto de Kakucho estaba el cuarto de Mikey, éste último quedaba frente a las escaleras. Y finalmente mi cuarto sería el que estaba frente al de Mikey y a lado de Sanzu.
— ¿Y qué hay de esa puerta? — señalé la puerta que se había saltado al principio de la explicación.
— Oh, ese sería el cuarto de Mochizuki, pero es muy rara la vez que viene y si viene se va casi enseguida, así que lo convertimos en una bodega — se encogió de hombros — Y esa puerta restante es el baño, ilógico si nos ponemos a pensar en que cada uno tenemos baño en nuestro cuarto — señaló la puerta que estaba al principio del pasillo de lado izquierdo a las escaleras.
Bajamos para que siguiera explicándome todo el lugar.
La puerta que estaba en la sala era la oficina de Koko, el gran cuarto detrás del comedor era una gran cocina en la cual podías encontrar todo tipo de utensilios como si alguien dedicado a la cocina viviera ahí, en el centro tenía una isla de mármol.
Debajo de las escaleras había un pasillo con dos puertas, una de cada lado que me explicó, eran un baño y la otra un pequeño gimnasio.
Al fondo de este pasillo podía observarse lo que parecía ser un ventanal, pero con los vidrios polarizados.
— ¿Qué hay al fondo? — volteé a verlo con el ceño fruncido.
— ¿Quieres ir? — sonrió.
— Claro, a fin de cuentas debo saber todo lo que hay en esta casa — asentí con una sonrisa en el rostro.
Me tomó de la cintura para guiarme y en cuanto llegamos Sanzu presionó un botón quitando el polarizado de los vidrios e inmediatamente el ventanal comenzó a abrirse encendiendo las luces de fuera permitiéndome ver de qué se trataba.
Era una gran terraza, lo primero que podías observar era una gran sala color negro con una mesa de centro, era bastante elegante y frente a aquella pequeña estancia había una enorme pantalla colgada en la pared de madera que decoraba el lugar. Más al fondo podía observarse una barra de mármol negro de aproximadamente cinco metros, la que supuse su función era el bar, el piso de ese lado era de mármol blanco.
De lado izquierdo a esta sala de estar había una gran alberca la cual era iluminada por luces led, estaba rodeada por cinco camastros y el piso eran decks de madera. Era un lugar bastante hermoso y terminaba de ser decorado por algunas plantas.
— ¿Y qué pasa cuando la nieve llega? ¿No arruina todo este lugar? — volteé a ver a Sanzu quien solo me observaba recargado de brazos cruzados en la entrada.
Lo vi presionar otro botón y en ese momento un techo comenzó a cubrir el lugar en su totalidad.
— Ahora entiendo porque el lugar sigue impecable, es hermoso — eché un último vistazo al lugar y me dirigí a Sanzu quien apago las luces y cerró el ventanal — Vamos a cenar — le ofrecí una leve sonrisa.
— Vamos, pequeña.
Terminamos de cenar y ninguno de los mayores había salido aún de la oficina de Koko. La medianoche había caído y desde que terminaron de comer no habían salido de ahí, me preocupaba un poco pues yo era la razón por la cual estaban trabajando tanto.
— Hora de dormir — Sanzu me sacó de mis pensamientos mientras me tomaba de los hombros para guiarme a las escaleras.
Una vez arriba me acompañó hasta el cuarto de Ran, abrió la puerta y entró después de mí.
— Deberías descansar ya, fue un día bastante largo — vi como se dirigía a la salida.
— Tienes razón. Hasta mañana Sanzu, que descanses — sonreí.
Vi como se paró en seco y durante unos segundos no dijo absolutamente nada ni hizo ningún movimiento, no sabía si había dicho o pronunciado algo mal, él me volteó a ver y pude notar un ligero brillo en sus ojos.
— Buenas noches, Danielle — sonrío levemente para finalmente abandonar el cuarto cerrando la puerta tras de él.
Me acerqué a una de mis maletas y saqué una de mis pijamas para comenzar a vestirme, no me había puesto a pensar en el detalle de que todas mis pijamas eran pequeñas y sexys. Dios me libre de esta situación pues no pensaba hacer nada con ellos. Había cedido a los encantos de tres de ellos porque pensé que jamás los volvería a ver, pero ahora era diferente, ahora estaría viviendo con siete hombres bastante atractivos y debía controlarme o terminaría en la cama de cada uno de ellos.
Me metí en la cama e inmediatamente cerré los ojos, no sabía sí en realidad podía dormir tranquila después de lo que vi aquella tarde, no sabía si sólo habían dicho todo eso y habían ayudado a mi padre como consuelo porque algo me iban a hacer, pero mi cansancio fue más y entonces caí en un profundo sueño.
Me desperté y el cuarto aún estaba envuelto en total oscuridad, descubrí que la sed fue la razón de que despertará así que me levanté de la cama en dirección a la puerta.
— Espero no estés intentando huir — dijo una voz de repente haciéndome soltar un pequeño grito y saltar por el susto.
Volteé a ver de quien se trataba y era Mikey. Se encontraba en la ventana mirando hacía la calle, sus ojeras podían verse gracias a la luz de la luna que iluminaba su cara y mantenía ese semblante serio y cansado.
— ¡Por Dios, Mikey! Si siguen sacándome sustos como el de la tarde y este no viviré más de un mes — llevé mi mano a mi pecho para tratar de calmar el susto. Mi respiración se volvió acelerada — ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo? — me acerqué a la mesa de noche para tomar mi celular y ver que hora era, eran casi las cuatro de la mañana.
— No puedo dormir, siempre me ha costado trabajo — se encogió de hombros volviendo la vista hacía mí — Bueno ahora que lo recuerdo no fue siempre así, cuando era más joven podía dormir mucho — sonrió con melancolía regresando la mirada a la ventana.
Tenía mucha curiosidad de porque su comportamiento como si nada le importara, pero a penas y lo conocía y no iba a meterme en donde no me habían llamado, no sabía que tan malo sería preguntar, y pensé que sería mejor conseguir respuestas con los demás. En cuanto a esas grandes ojeras tan pronunciadas que tenía ahora ya sabía el porqué, problemas para dormir ¿Qué lo atormentaba tanto por las noches? No podía evitar sentirme mal, por él pues en realidad se veía fatal.
— ¿Estás bien? — pregunté pues no dejaba de sonreír melancólicamente.
— Sí — volvió su mirada a mí — ¿A qué ibas? — caminó hasta quedar frente a mí.
— Iba por un vaso de agua — tenerlo de cerca era una sensación extraña, me hacía sentir intimidada.
— Vamos, te acompaño — salimos de la habitación y todo estaba en silencio, supongo que los demás se encontraban durmiendo como era normal hacerlo a estas horas de la madrugada.
Bajamos, me sirvió un vaso de agua y volvimos a subir al cuarto de Ran, todo el camino fue silencio total.
— ¿Qué hacías aquí, no se supone tienes tu cuarto? — pregunté mientras llevaba el vaso de agua a mi boca.
— Alguien tenía que cuidar que no escaparas — se sentó en el sillón de la habitación.
— ¿Cómo podría escapar si la puerta necesita huella digital para salir? — se encogió de hombros.
— Vuelve a dormir Danielle — fue lo último que dijo antes de recostarse en el sillón, al parecer hoy dormiría aquí.
Definitivamente Mikey intimidaba a cualquiera y no por nada todos lo seguían sin poner objeción alguna, pero no podía dejar de sentir curiosidad del porque era tan callado y serio, esperaba algún momento descubrirlo.
Mis ojos comenzaron a hacerse más pesados y finalmente volví a caer en un profundo sueño.
Hola, hola! Espero estén de maravilla 💕
Éste fue un capítulo corto, pero espero haya sido de su agrado 🥰
Cuídense mucho, un besito 😚
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