06; 𝑬𝒔𝒕𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔
Abrí mis ojos poco a poco y mientras parpadeaba intentando comprender que fue lo que sucedió sentí como mi cabeza dolía. Estaba recostada cuando a mi mente llegó lo que había sucedido, inmediatamente el pánico volvió a apoderarse de mí y de un impulso intenté levantarme, pero una mano en mi brazo me detuvo.
— Siéntate bonita — era la mano de Sanzu.
Sentados alrededor de mí, en la orilla de la cama estaban Koko, Sanzu, Ran y el otro pelilila. En la puerta estaba recargado el chico de cabello blanco platinado, y después dos personas que no había visto antes. En una silla estaba un pelinegro con una gran cicatriz que pasaba por el ojo izquierdo y terminaba en el comienzo de la oreja, y sentado sobre el escritorio se encontraba otro pelinegro de cabellos más largos con mechas rubias en las sienes, éste también tenía una cicatriz en el ojo derecho que iba de su frente hasta la mejilla.
— ¿Cómo te sientes? — Koko preguntó mientras intentaba acariciar mi rostro a lo cual solo reaccioné haciendo mi cuerpo hacía atrás. Él comprendió mi acción y alejó su mano de mí.
— Te caíste de las escaleras y te golpeaste la cabeza, ¿Te duele? — mi mirada se encontró con la del pelirrosa.
— ¿Qué mierda les pasa? ¿De verdad van a fingir que no ha pasado nada? — grité, pero el dolor era bastante fuerte por lo que instintivamente llevé mi mano a mi cara en señal de queja.
— Tienes que descansar un poco más, cuando estés más tranquila y tu cabeza ya no duela hablaremos sobre lo que viste y el asunto con tu padre — dijo el hombre de cabello blanco platinado mientras se sentaba a lado del pelinegro en el sillón de la habitación.
— Necesito saber ahora mismo que fue lo que pasó allá abajo. No podré descansar o estar tranquila hasta que sepa que fue lo que pasó exactamente — mantuve mi mirada baja pues me daba miedo voltear a verlos.
La habitación se quedó en silencio unos segundos y finalmente una voz lo rompió.
— Cuando dije conocernos un poco más no pensé que ibas a terminar conociendo el peor lado de nosotros — reconocí la voz de Ran y levanté mi mirada hacia él — Eso que viste allá abajo, es el peor lado de Bonten, resumiendo lo que pasó allá abajo fu-
— Hoy fuimos a la casa de apuestas — Sanzu lo interrumpió para continuar explicando entonces dirigí mi mirada a él — El hombre al que viste perdió mucho dinero hoy contra nosotros, su deuda aumentó a un monto que él dijo no podía pagar. Él era igual que nosotros, así que, sacó un arma y me amenazó, pero la seguridad de la casa de apuestas lo detuvo. Nosotros no nos íbamos a quedar así, porque si nosotros hubiésemos sido los que perdieron, él hubiera hecho hasta lo imposible para que pagáramos ese dinero. Entonces fuimos a buscarlo y lo trajimos aquí, empezamos amablemente ofreciéndole un trato de pago, pero él seguía negándose a todas las opciones que le dábamos, entonces no nos quedó otra solución más que matarlo.
— Nada es justificación para matar a alguien — dije horrorizada al escuchar esa historia.
— En nuestro mundo no es así, Danielle — escuché decir al de cabello blanco platinado — Nuestro mundo son apuestas, fraude, prostitución y asesinatos. En nuestro mundo es normal, esto es Bonten, la mafia más grande Japón.
— Mikey — Ran y uno de los pelinegros interrumpieron al unísono. Al parecer había revelado mucha información sin tomarle importancia.
¿Mikey? Al parecer ese era nombre del hombre con cabellos blancos platinados y el líder.
— Así que, aquello que viste es una parte de lo que somos, sólo cuando es necesario — prosiguió ignorando a los dos, mientras se levantaba del sillón para acercarse a la cama.
— Estamos dispuestos a ayudar a cubrir el desfalco que tu padre realizó con dos condiciones — Sanzu acercaba su cuerpo más a mí — Una de ellas es tu silencio, nada de lo que viste y verás aquí puedes comentarlo con nadie.
— Y la segunda es que te quedes a vivir con nosotros hasta fin de año — terminó de decir Koko.
Mis ojos se abrieron de par en par justo cuando aquellas palabras salieron de su boca, pues tenía que ser una broma.
— A diferencia de la bola de adolescentes hormonales que tienes a tu alrededor, nosotros queremos que te quedes aquí para que nos conozcas en verdad. Que conozcas que no siempre somos lo que viste allá abajo y lo que Mikey dijo, queremos que nos conozcas como solemos ser día con día, personas comunes y corrientes — dijo el pelinegro de cabellos largos y la cicatriz en su ojo — Aunque bueno, si deseas darnos compañía creo que ninguno nos negaríamos — sonrió burlón y sólo pude rodar los ojos.
— ¿Y qué si no acepto lo segundo? Juro no decir nada de lo que acaban de decir y de lo que vi — volteé en dirección a Mikey.
— Bueno, es sencillo — se encogió de hombros — Simplemente no ayudaremos a tu padre, y a juzgar por como se escuchaba en la llamada, no tiene otra opción más que nosotros.
— ¿Hablaron con mi padre? — fruncí el ceño.
— Linda, ya tenemos hasta los papeles que necesitamos para ayudarlo, sólo estamos esperando tu respuesta y mañana mismo la situación estará resuelta — sonrió el pelinegro de cabello corto.
— ¿Qué? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
— Aproximadamente una hora, nos movemos rápido, guapa — Koko sonrió de manera pervertida, sabía a qué se refería.
— ¿Y cómo sé que eso es verdad? No sé si puedo confiar en ustedes, yo no he hablado con mi padre aún.
Vi a Sanzu sacar mi celular del bolso de su pantalón y me lo tendió, ¿Qué hacía él con mi celular?
— Llámale y verás que nada de lo que te decimos es mentira.
Desbloqueé mi celular, busque el contacto de papá y cuando di con él, lo marqué.
— Querida, no sabes cuan agradecido estoy contigo, ¿Cómo diste con esas personas? Sea como sea me has salvado — dijo inmediatamente contestó. Podía escucharlo bastante feliz.
— ¿O sea qué me mentiste al decir que todo estaba en orden y qué no me preocupara? — el tono de mi voz podía hacerle notar mi enojo.
— Sí querida, no quería preocuparte, pero ahora todo estará bajo control gracias a ti — de verdad se escuchaba la emoción en su voz. Era como escuchar a un niño hablando sobre su película favorita.
— Te amo papá, sabes que haría cualquier cosa por ti — ni siquiera esperé una respuesta de su parte, simplemente colgué.
Entonces era cierto, ya habían hablado con él y estaban dispuestos a ayudarnos. Solté un gran suspiro pues al parecer no había otra opción más que aceptar debido a que papá no tenía otra solución al problema, me mintió para no preocuparme. Aunque sinceramente eso de vivir con unos total desconocidos me generaba incertidumbre, aunque por otro lado, si aquello no me importó al momento de acostarme con ellos no tendría que importar justo ahora y por otro lado, a pesar de todo lo malo que Mikey dijo, no debían ser personas tan malas como para aceptar ayudar a unos total desconocidos sin nada más a cambio.
Comencé a asentir — Está bien, lo voy a hacer — a todos se les dibujó una enorme sonrisa ante mi respuesta.
— Entonces bonita, bienvenida a casa — Ran habló.
— Pero necesitaré mis cosas si voy a estar aquí hasta fin de año. Traje ropa únicamente para tres semanas, no será suficiente, a parte de mis zapatos, mi camioneta.
— No necesitas tu camioneta. Tú no saldrás de aquí si alguien de nosotros no te acompaña, así que, transporte siempre tendrás, y en cuanto a tu ropa puedes pedir que te la envíen — Mikey me interrumpió.
— ¿En serio no puedo salir? ¿Y qué pasará con mis vacaciones con mis amigas? Es como si me tuvieran secuestrada — pude hacer notar mi enojo y decepción.
— Corrección, puedes salir, pero no puedes salir sola y respecto a tus amigas será mejor que les digas que tienes que salir del país por un asunto con la empresa de tu padre, pues recuerda que no puedes contar nada de lo sucedido ni por muy amigas que sean — el pelilila finalmente entró en la conversación.
Estaba enojada, claro que lo estaba, pero sería bastante egoísta de mi parte negarme a recibir su ayuda por cumplir mis vacaciones, claro que también lo hacían en beneficio propio debido a lo que había visto unas horas antes, aunque, Ran se había ofrecido a ayudarme antes de que viera aquella escena ¿Qué ganarían con haberme ayudado?
— Bueno Elle, permíteme presentarte a los demás. A Koko, Sanzu y a mí ya nos conoces muy bien — Ran me sacó de mis pensamientos y cuando lo vi, tenía una enorme sonrisa dibujada rostro. No pude evitar sonrojarme ante su comentario, aunque para disimular aquello rodé mis ojos — Kakucho, ella es Danielle, Danielle él es Kakucho — señaló al pelinegro de la cicatriz más grande, él hizo una reverencia y lo imité — Takeomi, ella es Danielle, Danielle él es Takeomi — se refería al otro pelinegro — Mikey, Danielle, Danielle él es Mikey, nuestro jefe — ahí no me había equivocado entonces. Hice una reverencia y él solo me observó detenidamente — Y finalmente Rindou, Danielle él es mi hermano, hermanito, saluda a nuestra huésped — dijo refiriéndose al pelilila quien me dedicó una sonrisa, se la devolví y ahí comprendía porque el tatuaje en el mismo lugar.
— No te vas a arrepentir de quedarte a conocernos, preciosa. Sé que ahorita no podrás borrar lo que viste de tu mente, pero con el tiempo verás que somos diferentes a eso, o al menos nosotros — Koko volteó a ver a Sanzu quien parecía matarlo con la mirada ante su comentario.
— Entonces Danielle, esto queda entre nosotros. Tú guardas nuestro secreto y nosotros guardaremos el tuyo — Mikey esbozó una pequeña sonrisa en su rostro siendo esa la primera vez que lo veía hacerlo a pesar de los comentarios pasados.
— Bueno, si ya terminamos aquí, ¿Quién tiene hambre? — Kakucho se levantó del sillón.
— Yo muero de hambre, hice mucho esfuerzo y necesito comida para recuperar mis energías — mencionó Ran dirigiéndose a la salida.
Yo me quedé aún en la cama procesando todo lo que había sucedido en todo un día.
Me enteré de un desfalco del cual mi padre había sido responsable, tuve sexo con Ran, vi el asesinato de alguien, pude ayudar a papá a que no se metiera en problemas y ahora vivía con la mafia más grande de Japón, definitivamente tenía que ser un sueño.
Me volví a recostar mientras que con la almohada cubrí mi cara para dar un grito y así no hacer tanto ruido en la habitación. Necesitaba despertar de esta locura ya.
— Debes estar hambrienta, vamos abajo a comer algo para que después te llevemos a donde te quedabas por tus maletas y a que te despidas de tus amigas — escuché la voz de Sanzu mientras me quitaba la almohada de la cara.
Solté un gran suspiro para finalmente ponerme de pie, no podía hacerme la difícil pues moría de hambre y no tenía escapatoria de aquella situación, y aunque sentía miedo por ellos debido a lo que había visto anteriormente, conmigo eran muy amables.
Bajamos las escaleras mientras Koko me sostenía del brazo para que no llegará a tropezar o algo, me estaban procurando mucho debido a la caída que tuve. Al bajar, el lugar estaba impecablemente limpio, como si nada hubiera pasado, pero no podía evitar sentirme mal por aquel hombre que, aunque mencionaron fuera igual que ellos, su vida había terminado hace apenas unas horas en ese lugar.
— Siéntate aquí bonita — Koko dio pequeñas palmadas en la silla junto a él.
La mesa estaba llena de comida, sinceramente olía delicioso y de tantas cosas que tenía en la cabeza no había pensado en el hambre que tenía hasta ese momento. Todos se sentaron excepto Sanzu, que se quedó parado esperando me sentará. Me acerqué y él hizo la silla hacía atrás para que pudiera sentarme, al parecer eran todos unos caballeros pues recordé la acción de Ran al abrirme la puerta.
Los observé uno a uno detenidamente, al parecer uno de los requisitos para pertenecer a esa mafia era ser extremadamente guapo y vestir impecablemente. Sus facciones eran de envidia y a pesar de las cicatrices que adornaban en los rostros de los pelinegros, éstas los hacían ver muy atractivos.
— Oye Elle, nos vas a terminar con la mirada — Rindou llamó mi atención mientras reía ligeramente. Entonces recordé que no estaba siendo nada discreta al observarlos, todos comenzaron a reír y sentí mi cara tornarse de un rojo vivo.
— L-lo siento — estaba tan apenada que tuve que bajar mi mirada al suelo.
— No te disculpes, bonita. Y mejor come algo o terminarás desmayándote de nuevo — Koko me acercó un plato y entonces me levanté para ver todo lo que había sobre la mesa.
No sabía que era cada cosa ni tampoco cuales eran los ingredientes básicos de cada platillo, estaba totalmente perdida en cuanto a su gastronomía pues no conocía nada que no fuese el sushi. Todos dejaron de comer y comenzaron a observarme confundidos.
— ¿Qué pasa? — Takeomi preguntó ante mi expresión de confusión.
— Yo, yo no sé que es cada cosa — señalé con mi dedo la mesa.
Todos se tomaron un tiempo para explicarme que era cada uno de los platillos que decoraban la mesa y los ingredientes básicos de estos, les agradecí haciendo una pequeña reverencia y me decidí por tomar un poco de sukiyaki.
— Te recomiendo el tofu agedashi, es bastante rico — Kakucho me ofreció un poco sirviéndolo en mi plato.
— ¿De dónde eres, Danielle? — Rindou me preguntó antes de llevar la copa de vino a su boca.
— Soy de México, Ciudad de México para ser exactos.
— Tendremos profesora de español, imbéciles — Ran soltó una pequeña risa.
— ¿Y cómo es que sabes japonés a la perfección? No te he escuchado titubear ni pronunciar mal nada — Mikey me miró confundido, pero manteniendo esa expresión seria de siempre.
— Mi padre es Japonés, él se empeñó en que aprendiera japonés a la perfección desde que era pequeña — terminé de decir y llevé un bocado a mi boca.
— Podríamos preguntarte miles de cosas ahorita, pero necesitamos apurarnos con el asunto de tu padre y ellos deben llevarte por tus cosas, así que necesitamos apurarnos — Takeomi se levantó de su lugar para dirigirse a la cocina.
El resto de la cena pasó en silencio a excepción de los hermanos que se la pasaban susurrando cosas y riéndose, parecían unos niños pequeños a comparación de los demás adultos en la sala.
Todos habían terminado y vi como Koko, Takeomi, Kakucho, Ran y Mikey se metieron a una puerta que no había notado antes en la sala, no alcance a ver mucho pero parecía ser una oficina.
— Vamos pequeña, te llevaremos por tus cosas — Sanzu y Rindou se acercaban a la puerta.
Ésta necesitaba huella digital para salir y entrar, así que de verdad no podía salir de ahí sin ninguno de ellos. Bajamos las escaleras, pero en vez de ir en dirección a la puerta, las manos de Sanzu me guiaron en sentido contrario encontrándonos con otras escaleras, las bajamos y la luz comenzaba a hacerse presente. Se trataba de un estacionamiento subterráneo en donde conté diez carros y camionetas de lujo, pero no me sorprendió pues ya sabía a que se dedicaban. Era como un pequeño paraíso ese lugar.
— ¿En el tuyo o en el mío? — escuché a Rindou entrando detrás de nosotros.
— Manejo yo — vi a Sanzu acercarse a un hermoso Maserati Levante Trofeo.
¿Qué todo lo que tenía este hombre sería igual de irresistible que él?
— No es cierto — dije a penas para mí y volteó a verme con una gran sonrisa en su rostro.
— ¿Te gusta? — preguntó con orgullo en su voz.
— Me encanta — dije admirándolo como una niña chiquita a su juguete favorito.
Ambos soltaron una pequeña risa al verme tan emocionada.
— Ven Elle, arriba que se hace tarde — Rindou me abrió la puerta y me ayudó a subir.
El camino fue silencio total, Sanzu se concentraba en manejar y Rindou estaba en su celular. No podía dejar de observar a Sanzu a través del retrovisor, ese hombre me traía loca, pero una persona así no podía traer nada bueno ¿Verdad?
En ese momento sus ojos se dirigieron al retrovisor encontrando su mirada con la mía e inmediatamente la desvié hacía mi celular fingiendo que no lo estaba observando. Mis mejillas las sentía arder, me había atrapado observándolo y ante aquello escuché como soltaba una pequeña risa nasal.
Estaciono la suv frente al edificio del penthouse y ambos me voltearon a ver.
— Subiremos contigo, estaremos frente a la puerta esperándote para ayudarte a bajar tus maletas y recuerda pequeña, ni una palabra de lo sucedido a tus amigas. Por ahora diles que tienes que salir del país por un asunto con la empresa, ya después veremos que les inventas — Sanzu se bajó y me abrió la puerta, me dio su mano ayudándome a bajar.
Tenía que convencerlas de que todo estaba bien, sin preocuparlas ni darles más información de la que podía. Entonces intenté hacer un guion en mi mente, que cuando me convenció, fue que finalmente entre al edificio con ellos a mis lados.
Aquí les dejo el capítulo 6! Espero les haya gustado 💖
Que tengan una excelente semana y nos vemos después con otro cap 😚
Cuídense mucho 💕
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