02; 𝑺𝒐́𝒍𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆
Habían dado las siete de la noche y todas habíamos descansado después de aquél largo viaje. Ixel, Suzette y yo nos arreglábamos para salir de fiesta a una de las discotecas más famosas de Tokio.
Optamos por utilizar diseños del famoso diseñador Takashi Mitsuya, el mío era un vestido dorado que contaba con un gran escote en la espalda el cual llegaba justo arriba de la cadera, los tirantes eran de una cadena color dorado haciendo juego con el brillo que éste soltaba cuando la luz se posaba sobre el, llegaba a la mitad de mis muslos cosa que era bueno, ya que así podría bailar sin estarme preocupando por si llegase a subirse, le hice juego con unos tacones color negro y una pequeña bolsa que hacía juego con ellos. Ixel llevaba un vestido negro con una sola manga y un escote que llegaba a la mitad de la espalda, éste era un poco más corto que el mío, pero nada de qué preocuparse, finalizó el outfit con unos tacones negros y una pequeña bolsa blanca. Suzette vestía un conjunto de dos piezas color blanco que dejaba ver un poco de su abdomen y un buen tramo de sus piernas, ya que, la falda de este conjunto a pesar de llegar poco arriba de la rodilla contaba con un escote en la pierna derecha que llegaba poco abajo de la zona donde el muslo terminaba, acompañando este conjunto con unos tacones y bolsa negros.
Era el estilo perfecto, ya que rozábamos la sensualidad sin llegar a lo vulgar.
Al terminar de maquillarnos nos volteamos a ver y comenzamos a reír ante la emoción de finalmente comenzar a disfrutar este viaje.
Una vez entramos a la discoteca pude sentir la música a todo volumen envolverme, sonaba NO WAY de DONGURIZU. Nos guiaron hasta nuestros asientos en una de las zonas VIP, y bueno, no era difícil comunicarnos gracias a mí que sabía japonés a la perfección gracias a mi papá.
A los pocos minutos nos llevaron una botella de Champagne Dom Pérignon Rosé Gold pues la situación que festejábamos lo ameritaba, nos sirvieron una copa a cada una.
— ¡Salud por Danielle! Feliz cumpleaños querida, te amamos — Ixel brindó y como acto seguido Suzette y yo, con una sonrisa en labios, levantamos nuestra copa para chocarlas un poco y como acto seguido procedí a dar un sorbo.
Comencé a observar mi alrededor y todo estaba iluminado por luces neón. Había gente bailando al ritmo de la música, personas besando a sus parejas e incluso se podía observar uno que otro beso de tres, hombres y mujeres metiéndose pastillas a la boca, a otros se les veía acercando su nariz a la mesa para después aspirar fuerte y como acto seguido limpiar el resto de aquella droga que quedara en sus narices, gente llevándose cigarrillos a la boca, parejas bailando sensualmente rozando sus cuerpos unos con otros, incluso se podía ver a parejas discutiendo, también podían observarse parejas haciendo lo que parecía un acto sexual en medio de la pista y en uno que otro rincón de la discoteca, personas empinándose su bebida para terminar de una vez por todas con ella, en realidad, se podía observar de todo. En la zona de lado derecho había aproximadamente seis personas dentro de las cuales había dos parejas, a juzgar por su apariencia hubiera jurado que eran ingleses, mientras que de lado izquierdo se encontraba vacío, pero con un aviso de "Reservado".
Pasó aproximadamente media hora y yo bailaba junto a Ixel y Suzette River de Bishop Briggs, al ser una canción un tanto lenta, pero sensual me dejé llevar por el momento, esa canción me hacía sentir tan gustosa por lo lo comencé un baile lento y sensual, moviendo mis caderas de izquierda a derecha mientras mis manos las utilizaba para tocar partes de mi cuerpo como mi cuello para acto seguido bajar aquella mano por todo mi pecho hasta llegar a mi cintura, pero hubo un momento en el que sentí que alguien me observaba a lo cual comencé a voltear a todos lados en busca de esa mirada. Comencé por la entrada de la discoteca para continuar hacia la derecha pero no vi a nadie, como acto seguido volteé hacia el lado izquierdo de donde estábamos y por fin habían llegado las personas que ocuparían aquella zona reservada.
Era un grupo de 5 hombres, todos iban vestidos impecablemente. En medio se podía observar un hombre con cabellos color blanco platinado, su mirada se veía bastante cansada, éste llevaba una camisa blanca cuello mao acompañada de unos pantalones de vestir negros que le llegaban hasta la pantorrilla, usaba unas sandalias negras las cuales por alguna extraña razón se le veían tan bien con aquél atuendo para finalmente portar encima una gabardina negra con cuello que le llegaba hasta debajo de su mentón, ésta tenía decoraciones rojas y doradas. Se encontraba recargando sus codos en sus rodillas con un trago en mano.
A la izquierda de él habían dos personas, uno de ellos tenía el cabello lila con mechas negras corto y bien peinado, vestía un traje lila con delgadas líneas blancas, debajo de este se observaba una camisa blanca con una corbata color rosa y por debajo del cuello de esta se podía observar un tatuaje el cual no alcancé a distinguir bien, observé su mirada seria mientras tenía en mano un vaso de lo que parecía ser whisky. A la derecha de éste se encontraba alguien con un traje color verde pastel, camisa blanca y una corbata lila, su cabello era morado con algunos extraños toques de negro en las raíces del cabello, éste era largo llegándole poco más debajo de los hombros, y se podía observar el mismo tatuaje que el que tenía a su derecha, crucé mis ojos con los de él y en ese momento él llevó el vaso a su boca.
A su lado derecho se observaba un peliblanco de cabellos largos que le llegaban por encima del hombro, su melena estaba acomodada hacía la derecha dejando ver de lado izquierdo un extraño corte en donde se podía observar en la sien el mismo tatuaje que los anteriores dos, portaba una gabardina roja con orillas doradas y unos pantalones a juego, su mirada reflejaba lujuria total cuando se cruzó con la mía y pude observar una sonrisa que se dibujaba en su rostro, mientras bajó el vaso de sus labios, para después lamerse el resto del líquido que le quedo en ellos, una imagen bastante excitante. Finalmente un pelirrosa con un corte estilo mullet con la parte de atrás más larga la cual le llegaba a los hombros, usaba un traje formal azul violeta sin saco, camisa blanca y una corbata color rosa que hacía juego con su cabello, sostenía un cigarro en su boca la cual tenía unas extrañas cicatrices al final de ellos, me resultaban bastante sexys y no comprendía porque, sus ojos se cruzaron con los míos, su mirada era más intensa que la de los demás, éste tenía unas pestañas hermosamente largas que combinado con aquellas cicatrices lograron que me sonrojara.
Todos estaban observándome.
Inmediatamente me di la vuelta y busqué la cajetilla de cigarros en mi bolsa para tomar uno y regresarla a su lugar, lo encendí dando una fuerte bocanada. No entendía porque aquellas últimas dos miradas me habían puesto más nerviosa de lo que solía ponerme cuando notaba que alguien me observaba. Solté el humo, tomé mi copa y di un largo trago terminándome el líquido que había en ésta, Ixel y Suzette me vieron con sorpresa.
— No pregunten — advertí mientras acercaba el cigarro a mi boca y lo fumaba.
Continuamos bailando al ritmo de la música, quería evitar a toda costa volver a cruzar miradas con ellos y más porque seguramente se dieron cuenta que los estaba observando debido a que me tardé bastante, que vergüenza.
Había pasado alrededor de dos horas y seguía tan nerviosa como cuando los vi por primera vez, pero ellos ya no estaban solos, hacía más de una hora que cinco mujeres bastante atractivas entraron a la zona donde ellos se encontraban y cada una se acomodó con uno de ellos, debí suponerlo ¿No?
A pesar de que ellos se encontraban ya acompañados yo seguía sintiendo aquellas miradas y por más que evitaba voltear no podía resistirme, de vez en cuando echaba un vistazo y mi mirada se cruzaba con la de alguno de ellos, pero más con la de aquél peliblanco y aquél pelirrosa. No podía evitarlo, saber que estaban detrás mío observándome bailar me excitaba de sobremanera.
En ese momento comenzó a sonar Crimewave de Crystal Castles, ¿Acaso se trataba de una mala jugada del destino? Amaba esa canción como a ninguna otra pues la vibra que me transmitía iba más allá de lo que podía describir. Sin pensarlo y casi automáticamente mi cuerpo comenzó a bailar al ritmo de la música mientras podía sentir aquellas intensas miradas, al voltear a verlos puede notar en sus ojos la lujuria y el deseo, esas miradas me incitaban a moverme cada vez más y más sensual, por lo que comencé a utilizar mis manos para tocar mi cuerpo, pero especialmente las zonas que sabía no podrían resistir verme tocar, cerré mis ojos para sentir más la música mientras echaba mi cabeza hacia atrás al ritmo de esta, sentía mi cuerpo arder y mis movimientos volverse cada vez más y más sensuales para ellos.
Mi cuerpo estaba ardiendo y no podía pensar en otra cosa más que en sus manos y labios sobre mi cuerpo... Sí, quería que unos completos desconocidos me hicieran suya esa noche.
Sanzu
Había sido un día bastante pesado por lo que Ran sugirió un día de fiesta a lo cual todos aceptamos, ya que usualmente eso solía ser nuestro desestrés, alcohol, drogas y sexo.
Llegamos aproximadamente a las diez a la discoteca, y como siempre, lleno de gente. Aquella discoteca estaba repleta de putas con las cuales podríamos disfrutar, y vaya que yo lo necesitaba.
Llegamos a nuestro lugar de siempre y en la mesa de al lado pude notar a tres chicas bastante atractivas, pero una de ellas fue la que más llamó mi atención, ese vestido con espalda escotada le sentaba de maravilla.
— Sanzu, ¿Ya viste? — Kokonoi llamó mi atención refiriéndose a las chicas de enfrente — La del vestido dorado se mueve bastante bien, me pregunto si se moverá igual de bien en la cama — dijo mientras regresamos nuestra mirada a ella.
— Vaya que se mueve bien — escuché decir a Ran, y cuando volteé, todo estaban observándola. No podía culparlos, se movía bastante bien y era muy atractiva.
Era una belleza extranjera.
Nos trajeron lo de siempre, botellas para que cada uno escogiera lo que quisiera tomar. Tomé un vaso de whisky mientras no paraba de observar a aquella chica, sus caderas me tenían hipnotizado.
Después de un rato la vi volteando como si buscara algo, y de pronto su mirada se posó sobre nosotros, nos observó detenidamente a cada uno y vaya que se tomó su tiempo.
Cuando sus ojos se cruzaron con los míos sentí una ola de calor atravesar todo mi cuerpo, tenía una mirada que demostraba lujuria y en ese momento la vi sonrojarse, aquello me causo gracia y procedí a soltar una pequeña carcajada mientras llevaba el vaso a mi boca.
Habían pasado ya unas horas y las chicas que usualmente nos acompañaban habían llegado hacía poco más de una hora, a pesar de que nos encontrábamos con ellas, Kokonoi y yo no podíamos prestarles la atención que ellas demandaban, pues seguíamos hipnotizados por la pequeña que teníamos enfrente, ella volteaba de vez en cuando cruzándose con nuestras miradas fugazmente.
De repente comenzó a sonar Crimewave y la vi quedarse congelada, pero de un momento a otro su cuerpo empezó a moverse al ritmo de la música, y cada vez lo hacía más y más sensual mientras tocaba su cuerpo, hubo un momento en el que ella volteó a vernos y mi mirada se cruzó con la de ella, era como si bailara para nosotros, y mientras más sensual lo hacía era como una invitación a nosotros para acercarnos.
Voltee a ver a Kokonoi a lo que me sonrió en complicidad mientras asentía.
— Chicas, nos vemos después — sonreímos Kokonoi y yo mientras nos levantamos y arreglamos nuestro traje.
Ellas nos veían confundidas y con un poco de indignación, pero no podían culparnos, había algo mejor esperándonos esta noche.
— Jefe, nos vemos mañana — hablé en dirección a Mikey.
— Recuerden que el lunes debemos ver el asunto con las tiendas en Roppongi, para que no se sientan en la libertad de tener tantos días libres — el peliblanco y yo sólo asentimos y comenzamos a caminar en dirección a ella.
Danielle
Seguía bailando cuando de pronto pude sentir la presencia de alguien mayor frente a mí, al abrir mis ojos pude verlo, esas cicatrices... Al parecer mi baile había sido entendido con éxito. El pelirrosa se había colocado frente a mí acariciando mi brazo de arriba hacia abajo con un toque apenas perceptible, y a mis espaldas pude sentir otra presencia, era el peliblanco que acariciaba mi espalda lentamente con sus dedos mientras que con su otra mano hacía a un lado mi cabello para ir acercando su boca a mi hombro, bajó el tirante de mi vestido y finalmente me mordió de manera sensual, esta acción me hizo sacar un gemido.
— Shhh — el pelirrosa posicionó su dedo índice sobre mis labios haciéndome arder aún más, me sentía hipnotizada por esos ojos que tenía frente a mí.
Mientras que el peliblanco se entretenía mordiendo y lamiendo la zona de mi cuello hacía mi hombro, el pelirrosa rosaba sus labios con los míos y su mano pasó de mi brazo a mi cadera para finalmente llegar a mi trasero y apretarlo con fuerza, su otra mano sostenía mi cintura mientras me aprisionaba más a él.
Yo me sentía arder ante las acciones de ambos, por lo que no aguanté ni un segundo más y junté los labios del pelirrosa con los míos. Era un beso desesperado, un beso que ambos deseábamos, era un beso que parecía llevaba siglos esperando... Sentía su lengua recorrer toda mi cavidad bucal mientras yo hacía lo mismo con la de él, era un beso con diferentes sabores pues podía sentir el sabor a menta, alcohol y cigarro. Tomó mi labio inferior entre sus dientes para morderlo de manera brusca, que junto con aquellos besos del peliblanco en mi cuello lograron que un pequeño suspiro de satisfacción saliera de mí, finalmente se separó estirando su lengua a la mía dejando que un pequeño hilo de saliva se hiciera presente entre ambas lenguas, como acto seguido el peliblanco me tomó de la cintura obligándome a quedar frente a él, agarró mi mentón con su mano bruscamente y acercó sus labios a los míos, ese beso fue más una suplica de mi parte pues enrollaba de manera desesperada mi lengua con la de él. Sentía mi respiración agitada, era como si mi vida dependiera de besarlos en ese momento. Él jugaba más con mi labio inferior y debido a esto es que podía sentir mi labio arder, a pesar de ello se sentía tan bien que no quería parar el beso, finalmente dio fin a este con una pequeña mordida en mi labio inferior y un delicado beso, al verme a la cara acercó su dedo pulgar para limpiar un poco de sangre que había salido de mi labio por aquellas mordidas, yo proseguí a lamer sensualmente su dedo para limpiar la sangre que se encontraba en este.
— Vámonos — ordenaron los dos al unísono mientras se acomodaban para quedar frente a mí, el pelirrosa acarició mi trasero y el peliblanco me sostuvo por la cintura.
Escuchar eso me provocó una sonrisa de oreja a oreja para después morder mi labio de manera sensual y voltear a ver sus ojos, no podía seguir resistiéndome a esas miradas por lo que me di la vuelta hacia Ixel y Suzette que ya se encontraban entretenidas con alguien.
— Nos vemos mañana chicas, suerte — dije mientras daba el último trago a mi copa y les guiñaba el ojo, me volví hacía ellos haciendo un ademán en señal de que caminaran.
— Vamos — sentía mis mejillas sonrojadas.
Aquella extrema seducción probablemente colindaba con el horror.
Hola! Aquí les dejo el capitulo dos, espero sea de su agrado y agárrense que en el tercer capitulo viene lo hot. 😏
También les dejo la siguiente imagen para que tengan una mejor imagen mental de los chicos en la discoteca. 💕
Nos vemos, besos. 😚
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