Capítulo 6
Elena quiso cambiarse de posición pero unos enormes brazos se lo impidieron, asustada se giro encontrándose cara a cara con Regis, su mente voló hacia la noche anterior y se maldijo internamente por haberle pedido quedarse.
—Elena... - la voz de Regis sonaba ronca, parecía tener una pesadilla. —No te vayas...
Tuvo sentimientos encontrados, estaba con el hombre que había abandonado a su tía meses antes de casarse, con el hombre que la embarazo y abandono, pero verlo ahí me removió algo.
—¿Ya despertó Lady Elena? -la joven se alejo rápidamente.
—Si señor, disculpe lo que sucedió ayer, no se que pasó...
—Tuviste una pesadilla -el se incorporó, llevaba su camisa medio abierta y se podía ver perfectamente su pecho bien trabajado, las mejillas de Elena se calentaron. —¿Sucede con frecuencia?
–Si, no se por que pasa. - Regis le toco la mejilla con cariño, la joven se sonrojo más y mordió ligeramente su labio, el toque de Regis era tan delicado que quiso pedir más.
—Tómalo con calma, dejaré que te prepares, Jubelian envío ropa para ti - ella le vio irse, tocó su mejilla y una sonrisa cruzo por su rostro.
El aroma y el toque de Regis era tan delicioso.
El regresar a casa le trajo tantas preguntas de su padre y hermano que quiso hundirse en su cama y desaparecer, ambos la cuidaron y mimaron lo más que pudieron.
—Él duque es amable - Kaiser hablo —¿O siente culpa?
—Kai - él marquez negó —Lo importante es que tu hermana está bien, el médico dijo que un par de días más y podrás salir de casa.
—Bien, ahora fuera, quiero dormir más. -ambos la vieron ofendidos y salieron.
Los días pasaron rápido, Jubelian había ido a visitarla un par de veces y sus demás amigas también, su padre había estado preparando su fiesta debut junto a kaiser y una organizadora profesional.
—La princesa te ha enviado flores -Kairse se las mostró —Pronto tendrá otra fiesta de té en el palacio.
—No podré ir, tengo mucho trabajo aquí.
—Padre ha enviado por un par de zapatos al otro lado del continente.
—Exagera, solo es mi debut, no debe de exagerar tanto en los arreglos.
—Eres la única mujer de la familia, debes lucir esplendorosa ese día. - ella rodó los ojos —Además, la fiesta debut de su hermana no fue grande, estaban carentes y tristes, así que tómalo todo.
—Son extremistas -la menor abrazo a su hermano —Los amo.
—Lo se yo también me amo.
Una paloma mensajera ingreso por la ventana, esta lucia un collar azul con el símbolo de ploen y su nombre, Elena soltó una pequeña risa y tomo la nota que esta traía atada a la pata.
Era del duque, este le deseaba una buena salud y mejora, ver aquel gesto le traía recuerdos, dolorosos recuerdos.
Se preguntaba por qué ella y no otra persona ¿por que tenía que recordar un pasado que no era suyo?
—Elena - el marquez se escucho del otro lado, la joven ató la respuesta en la pata de la paloma y la vio irse —La modista trajo tu vestido.
Ya había repartido las invitaciones, y solo quedaba una semana para tal evento.
—No deseo que lo vean, así que fuera. -los empujó a ambos.
El vestido era blanco con tonalidades azules y plateados, el vestido era un sueño para ella y entallaba perfecto.
—Lady Elena es hermosa, les gustará a todos los jóvenes casaderos. - ella sonrió, no tenía intenciones de casarse aun, quería pasar tiempo con su hermano y padre.
—Los zapatos aún no llegan señorita - Elena asintió.
—Llegarán en unos días, solo queda esperar, gracias por su ayuda. -las damas la ayudaron a cambiarse y se fueron.
Su debut era el más esperado, todos estaban expectantes por saber como seria la nueva flor de la sociedad, la sobrina de la amada emperatriz, todos hablaban de su parecido, pero pocos sabían que aquellas historias dolían en el alma.
Darius Ashet empezaba a hartarse de la emperatriz, Isabel y él se casaron luego de que la familia de la concubina le ofreciera seguridad y poder, lamentaba haber perdido a Helena, aquella joven poseía un poco de magia y sus hijos podrían haberle dado poder absoluto, pero había muerto y su hijo también, por eso al ver a Elena aquel sentimiento despertó.
Quería poseer a Elena y robar su magia, pero sobretodo, quería que aquella dulce joven fuera suya.
—¿Qué le podría dar a Elena? -la joven se sento enfrente de su padre, el duque la miró.
—Tú la conoces mejor que yo hija.
—Todos dicen que nos parecemos -comento la menor —El azul y el morado le lucen muy bien...
—Si querida - Regis asintió, recordaba que a Helena le gustaban los recitales y leer, pero a aquella joven no la conocía, no sabía sus gustos o qué la hacía feliz.
—Iré de compras. -se puso de pié —¿Me acompañas?
—No creo ir a la fiesta hija...
—¿Entonces es verdad lo que dicen? - Regis la miro —Que dejaste plantada a la difunta emperatriz.
—Lo es... Elena es idéntica a la difunta emperatriz, siempre lamente su destino, pero amaba a tu madre.
—¿Te arrepientes?
—En ocasiones lamento que se casara con el emperador - Jubelian asintió.
—Entonces vamos a esa fiesta, debes pedir disculpas al marquez y bailar con Elena, es muy bonita - Regis asintió.
Comprarle un regalo a una joven que no conocía era difícil, el amor que le tenía el marquez era inmenso que darle un regalo era difícil, el marquez posiblemente ya le había dado todo lo habido y por haber.
Jubelian había comprado un par de pendientes de zafiro azules, un color que le iba bien a la joven, pero él no tenía idea de que dar.
—Sólo compra algo bonito.
—Tú llevas varios regalos ya - Jubelian asintió, ella tampoco encontraba que darle, así que compro varias cosas y eligiria una para ella.
—Sigamos buscando entonces - Regis asintió, aquel día definitivamente sería largo.
Pero ver la sonrisa de Elena, era algo que Regis anhelaba ver.
Cada día más cerca de la locura jajaj
Elena sigue teniendo sueños extraños ¿cuando descubrirá la verdad?
El emperador anda detrás de ella ¿que pasara?
Tengo un canal de Difusión, ahí subo los dias de actualizaciones y edits, pidan el link por comentarios o en la descripción de mi perfil.
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