Capítulo 5
Marcus Kaisen Loferam, era el marquez más joven que ha existió en Ashet, luego de la muerte de sus padres, tuvo que madurar mucho, había perdido a toda su familia y sobre todo había perdido a su razón de ser, Helena.
Cuando Helena nació marco un cambio en su familia, su madre Eloise había fallecido dándola a luz y su padre la había odiado apenas abrió sus ojos, por lo cual él se hizo cargo de su hermano.
Aprendieron a leer juntos, a montar y bailar, Helena para él era su todo.
Cuando Helena cumplió cinco años se prometió a protegerla, en ese tiempo la joven hija del marquez había caído enferma y no le daban muchas esperanzas, por eso Marcus hizo hasta lo imposible por salvar a su amada hermana.
Con diez años busco a los mejores magos, hechiceros e incluso fue al mercado negro, por suerte su hermana se salvo y ellos pudieron ser lo de antes, pero ese mismo año su padre había decidido casarse y todo volvía a ser un infierno.
Su madrastra la nueva marqueza se ensaño con la pequeña, la privo de diversiones y juegos y fue estricta con ella, hizo de Helena una dama de sociedad, pero su felicidad era poca.
Lo único bueno que podía hacer Helena era ver su pequeño amigo el joven Ploen, aunque Regis era un niño poco expresivo y aburrido, a su hermana le gustaba el joven y a él le gustaba ver feliz a su hermana.
Por eso apoyo su amor y propuso a su padre casarlos, su madrastra no estuvo de acuerdo y maltrato más a Helena.
Los años pasaron y la niña que había criado era toda una joven hermosa, la flor de la sociedad, su matrimonio con el joven Ploen pronto se hizo público, Helena era la mujer más feliz.
Y Marcus amaba verla así, aunque para él, el joven Ploen no era de su agrado.
—Vas a debutar en sociedad y luego la boda - escucho a su padre decir, Helena lucia feliz, irradiaba amor y alegría.
Por eso él aplazó su búsqueda de una esposa y dejó a su hermana casarse primero, solo así podría protegerla hasta que estuviera casada y lejos de casa.
Pero un día simplemente Helena llego con lagrimas en los ojos y el corazón en la mano, aunque quiso ir y matar a Ploe no lo hizo, Helena no se lo permitió, dijo que su amor era tanto que prefería verlo feliz que muerto.
No lo odiaba, Helena le había dicho que no lo hiciera, y amaba tanto a su hermana que no pudo negarse, no pudo decirle que no.
Pero aquello cambió al verla con una enorme barriga, sus ojos triste y sin vida le hacían pequeño el corazón, su madratra y su padre empeoraron y atacaron terriblemente a Helena, por eso él busco a una dama adecuada para ser su esposa y así sacar a ambos de casa y proteger a Helena.
Pero estalló la guerra y él tuvo que sacrificarse por su padre, tuvo que dejar a Helena embarazada y a su madrastra que aprovecharía en hacerle daño.
Su dolor fue grande pero poco pudo hacer, si huía con Helena le causaría un daño mayor a ella y a su hijo, pero se prometió en regresar con vida para tomar el marquezado y así proteger a su hermana.
Pero las noticias fueron poco alentadoras, Helena había dado a luz a un niño muerto, aquello aumento su rabia, la guerra solo fue un escape y mato a todos los enemigos posibles, Marcus fue apodado el demonio de Ashet, mato a un centenar de enemigos y en dos años estaba de regreso en casa.
Pero en esos dos años su pequeña hermana sufrió el doble, la habían convertido en la emperatriz y en su segundo embarazo todo empeoró.
Cuando regreso encontró el débil cuerpo de su hermana, delgada y con una enorme barriga, sus rostro demacrado y sus ojos sin vida le partieron el corazón.
—No odies a Regis... yo lo ame, yo me ilusione sola -su voz se quebró, Marcus solo asintió, por su hermana olvidaría su rencor hacía el, pero no dejaría de tener aquel sentimiento hacia Regis —Me encontrare con mis bebés, con mamá y seremos felices, te esperaremos en unos años, espero vivas y seas feliz hermano, no me recuerdes con tristeza, no odies y ten muchos hijos, cuida a tu esposa y amala, ella depende de ti y de tu amor.
Marcus beso sus manos y asintió, su corazón fue arrancado de él cuando Helena cerró sus ojos, su adorada hermana, su luz, su vida se habían ido.
Odiaba a Regis, pero odiaba más a Darius Ashet y se había prometido acabar con él, solo debía de tener paciencia y tarde o temprano aquel mal hombre pagaría por sus pecados.
Unos meses después se había casado con una joven de una buena familia, hermosa y de bello rostro, amable y amorosa, cuando su padre murió, tiro a su madrastra a un monasterio en donde pagaría sus pecados y sufriría en vida, un año después llegó su luz.
Su pequeña Elena, a diferencia de su hermano mayor Káiser, Elena era la viva imagen de su hermana fallecida, por ello de su nombre, Elena, por su amada hermana Helena.
Se había prometido a no cometer los mismos errores, cuando su esposa falleció se prometió no casarse de nuevo, se enfoco en sus hijos y en su cuidado, había tenido dos preciosos niños que no sufrirían lo que él y Helena sufrieron.
Por ello al ver a Elena cerca de Ploen le dolía, pero debía dejarla ser feliz, Jubelian y ella tenían unos pocos años de diferencia y apesar de su terrible parecido, ambas eran muy buenas amigas, no iba a privarla de eso por su odio hacia el patriarca de Ploen.
Pero ahora tenía un problema más, el emperador había empezado a ver a su pequeña Elena con ojos villanos, temía que aquel hombre se ensañara con Elena y le hiciera lo mismo que le hizo a su pequeña Helena.
—Hagamos el mejor debut - Kaiser sonaba animado —Elena es la flor más bella de la sociedad, merece el mejor debut y un esposo digno.
—No hay hombre digno en este imperio - Kaiser le miró.
—Esta el príncipe heredero y ploen, es viudo pero ¿que hombre podría superarlo? Diría que yo, pero es mi hermana - Marcus rodó los ojos —He visto como miras a Ploen ¿que pasa?
—Mi hermana menor se iba a casar con él, pero él la dejó por su difunta esposa, Helena incluso estuvo embarazada ¿como podría considerarlo?
—Entonces buscare un rey o un emperador de afuera, no merece menos mi hermana.
—Emperadores que posiblemente tengan amantes, mejor que se haga monja - Kaiser asintió.
—Estoy de acuerdo, mejor una monja antes de que sufra por una amante.
Él y su hijo estaban planeando un debut esplendido a su hija, habían consultado a mujeres nobles y a las mejores tiendas, él haría lo que no pudo con su hermana, haría feliz a su hija y la protegería de cualquier imbecil que quisiera dañar la, incluso si tenía que matar, lo haría sin dudar, por que Elena se merecía el mundo entero.
Te amamos Helena.
Al principio llame a la Helena del cuerpo original, Elena, así que veré cuando puedo cambiar eso, la Helenq actual es "Elena" sin h.
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