Recordar lo que había vivido en su vida pasado era algo doloroso, solo veía imágenes borrosas y llanto silencioso, temía que su vida anterior fuera un duro recuerdo.

—Padre - el marquez Loferam beso su frente con alegría.

—Que hermosa estas hoy mi sol - Elena sonrió —Tu fuiste de mayoria de edad esta a la vuelta de la esquina, mañana iremos al palacio a la fiesta que organizará la princesa Beatrice para el príncipe Maximilliam, debes de verte hermosa.

—Si padre, ¿Estas bien tu? - desde que había perdido a su madre eran solo él, su hermano mayor y ella, los tres vivían como una familia armoniosa.

—Si pequeña -Elena sonrió —Ve a descansar ahoea

Una fiesta de la familia real era el evento más importante para conocer pareja, el marquez lo sabía, la joven dama también, pero ambos no estaban interesados en esos asuntos, el marquez esperaba que Elena se enamorara y fuera feliz.

—Ingresan el Marquez Loferam, la joven de dama de la familia y el futuro Marquez de Loferam - los tres se reverenciaron ante el emperador.

Dairus Ashet nunca había estado interesado en los placeres carnales, solo había disfrutado una vez de una joven y la había atesorado, pero para el era más importante el trono y un heredero con magia, por lo cual tuvo muchas concubinas y tres emperatrices.

Al ver a la joven de Loferam recordó a su difunta emperatriz, Elena también era su nombre, era el mismo rostro y el mismo cuerpo, por algún motivo deseaba tener a aquella joven a como deseo alguna vez a su difunta esposa.

—Espero disfruten esta noche - Darius le regalo una sonrisa a Elena, la emperatriz alzó una ceja al verla y negó.

—Veo que la familia Loferam se encarga de copiar a sus hijas en cada generación, Lady Elena es idéntica a la emperatriz fallecida. - la emperatriz soltó su veneno, Elena miro de reojo a su padre.

—Es un honor para mi que me compare con mi difunta tía, el porte de emperatriz no se pierde - Isabell Ashet apretó sus puños, el emperador soltó a reír y la felicito.

Elena era el centro de atención, la flor de la sociedad, pero aquella atención la recibía de forma vacía, todas las damas eran hipócritas y no poseía una amiga verdadera.

Los hombres a su alrededor solo querían el puesto de su esposo para ganar provecho de la fortuna y prestigio de Loferam, por lo cual tampoco bailaba o mantenía una conversación con ellos.

—El duque Ploen y la princesa de Ploen están entrando.

Elena sintió familiar aquel nombre, al alzar la vista sintió un deja vú, un hombre guapo que por algún motivo le parecía familiar, pero sobre todo aquella joven, la princesa de Ploen era tan hermosa y por razones extrañas se parecían.

—Papá  ¿tuviste otra hija o yo no soy tu hija? - el marquez trato de no escupir su bebida y la miro —La joven princesa y yo nos parecemos.

—Ciertamente si se parecen, pero yo estuve el día de tu nacimiento, así que eres mía. - Elena soltó una pequeña risa.

—No des detalles, ve a bailar con alguna viuda por ahí, hay muchas hermosas mujeres.

—Lo cierto es que prefiero terminar mis días solo rodeado de mis nietos que casarme nuevamente, tu madre siempre será mi primer y único amor.

—Yo también deseo eso - Elena beso su mejilla —Pero ve, los nobles desean tu atención - el marques se alejo de ella.

Regis observo a su alrededor con atención, sentía algo extraño y por algún motivo deseaba buscar algo.

Su vista dio con una joven de cabellos blancos y ojos lilas, era Elena, pero no aquella Elena que fue su prometida, era ¿su hija?.

—¿Me permite esta pieza? - por una extraña razón se había acercado a ella, la joven le miró con extrañeza y asintió. —¿Es hija del marquez Loferam o de la emperatriz?

—Mi padre es el marquez y mi tía era la emperatriz  -Regis asintió y tomo su cintura con una de sus manos.

—Se parece a ella...

—Todos dicen lo mismo, por alguna extraña razón para todos soy ella... pero soy Elena, no la difunta emperatriz.

—Siento si te hice sentir incomoda.

—No lo hizo, tal vez ellos si... no nos dejan de ver.

—Bueno, el hombre más hermoso del imperio y la joya de la sociedad están bailando juntos. - Elena soltó a reír, su ego era enorme.

—Tiene razón señor.

—Regis, mi nombre es Regis - Elena asintió.

—Un gusto señor - Elena realizó un saludo —Me despido señor - se dio la vuelta y salió.

—Lady Elena es muy bonita - Jubelian apareció a su lado —Nunca suele bailar con nadie, como tu ¿por que lo hiciste?

—¿no podía? - Jubelian soltó a reír.

Elena tocó su pecho y palmeo su mejilla varias veces, estaba sonrojada y con el rostro caliente, había bailado con el hombre más famoso del imperio, el duque Ploen era una leyenda y un hombre muy guapo, era el soltero más codiciado.

—¿Por qué te sonrojas? - su hermano apareció detrás de ella.

—Es un hombre guapo, cualquiera se sonrojaria, hasta Papá.

—Tienes razón, pero yo soy más guapo. - Elena sonrió.

—Vamos a casa, esta fiesta se torno aburrida.

—Lo que la reina quiera - Elena soltó a reír y salió.

Al final ese sentimiento de familiaridad acabó yéndose.

Las pesadillas habían comenzado desde que había despertado en aquel cuerpo, sabía que había muerto, no sabía de que manera, no sabía porque había regresado o que había pasado con la dueña de aquel cuerpo.

Pero sentía una familiaridad con el nombre de Elena.

Pensaba que tal vez había sido la difunta emperatriz de la familia Loferam, o alguien cercano a ella, pero sentía colección con dicha persona.

—Elena... Elena Ellois Loferam - su voz sonaba rasposa, sentía dolor como si en su vida pasada hubiera sufrido tanto.

¿Quien era realmente?

¿Y que conexión tenía con Regis Ploen?

¿Por qué lo sentía tan cercano y familia? ¿Por qué sentía dolor al verlo?

Si había un dios deseaba que este le diera las respuestas, pero había hecho un trato y debía de cumplirlo.

Capítulo dos aqui, siento tardar mucho.

¿Qué creen que pase?

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