Capítulo Ocho
Hace algunos días Brian, YoungK, me había mencionado que le gustaría que participara en Kiss The Radio junto a Minho, quien ya era parte del programa, la verdad me emocionaba mucho la idea, tan sólo esperaba el día que estuviera disponible para hacerlo.
Y ese día era hoy.
Una de mis estilistas se encontraba retocando mi maquillaje de forma natural.
Estaba realmente nerviosa puesto que sabía que se abordarían temas con respecto a nuestra supuesta relación.
Cuando terminó con su trabajo me dirigí a la puerta por la cuál entraríamos cuando nos anunciaran.
Sentí un dulce toque en mi muñeca y acto seguido como tomaban mi mano, dirigí mi vista al dueño de aquel toque.
—No te sientas nerviosa, yo estoy contigo— me sonrió de una manera tan dulce y aquel tono calmado con el que lo había dicho.
Iba a responder, pero anunciaron nuestros nombres, entramos y rápidamente le solté la mano en cuanto estuvimos frente a la primer cámara.
— ¡Hola, hola! — nos saludó nuestro amigo, Minho tomó una de las sillas y la hizo para atrás caballerosamente para que me sentara, la empujó un poco hacia adelante dándome comodidad y después fue él quien tomó asiento, justo a mi lado.
—Hola a todos, aquí Lee Know de Stray Kids— dijo al micrófono frente a él, no dejaba de sonreír.
Arreglé un poco mi cabello y me preparé para hablar.
—Y aquí T/n, es realmente un gusto estar aquí— solté alegremente —Apuesto que esperaban con ansias que viniera.
Miré a Minho con una sonrisa que no tardó en devolverme junto a una pequeña risa que parecía cómplice cuando nuestras miradas se cruzaron.
Brian nos aplaudió simulando ser el público.
—Eso es cierto, Minho sobretodo, estaba muy emocionado esperando por este día desde que supo que vendrías— le lanzó una mirada llena de picardía, el susodicho evadió su mirada con algunas risas que delataban timidez.
¡No lo creo ¿Lee Minho tímido?!
—Lo admito, es cierto— confesó con rendición.
—T/n ¿Por qué crees que estás aquí? — miré a nuestro presentador con completa atención mientras relataba aquella pregunta.
—Pues yo creo que es porque Minho Oppa...— a propósito había soltado aquel honorífico para analizar su expresión y así lo hice, giré mi cabeza y clavé mis ojos en él.
— ¡¿Oppa?! — casi saltó de la sorpresa, sus orejas no tardaron en ponerse muy rojas.
De verdad daba mucha ternura verlo así.
—Quería que viniera.
—Eso es correcto, es muy correcto— asintió Brian —Incluso antes de venir hoy, me llamó para asegurarse de que sí estarías aquí.
—Hey, Hyung ¿De qué hablas? — dijo entre risas.
Nunca lo había visto reír tanto como aquel día, bueno, exceptuando las veces que nos reunimos todos y bebemos un poco.
—Seguro han visto todo el revuelo que se ha causado— mencionó alternando su vista entre Minho y yo.
—Sí, sí— contestó él.
—Entonces no hace falta explicar más este asunto ¿Hay algo que deban decir en su defensa? — me acomodé un poco en mi asiento, la verdad la situación sí me causaba algo de humor, pero seguía nerviosa con respecto a todo.
Sí era cierto que Minho y yo no salíamos, era lo que debíamos decir y era la verdad.
Pero no lo iban a creer, habían muchas pruebas malinterpretadas que decían lo contrario y las bromas entre ambos no ayudaban para nada.
¿O es que sólo para mí él y yo no salíamos?
Porque la verdad ninguno de los dos había tenido tiempo para tener esta conversación.
—Pues yo... ¿Cómo digo esto sin...? — me miró de reojo atentamente, reí un poco — ¿Sin que ella me golpee? — reí un poco más fuerte y posé mi mano en su brazo casi simulando un golpe suave —Bien, ella dice que yo soy quien no le corresponde...
—Cierto— le contestó Brian, quité mi mano de donde antes estaba.
—Pero luego sigue diciendo que somos amigos ante todos— se encogió de hombros, ahora ya no me miraba.
—Debes sentirte muy confundido— mencionó él con cierto tono de preocupación.
—Sí, es muy confuso— asintió, él aún no me dirigía la mirada.
¿De verdad se sentía así o era parte del juego?
Esas dudas me atormentaban, sin embargo, hubo algo en aquel minúsculo soslayo de su mirada que me hizo creer que él no estaba mintiendo, como si fuera sincero todo lo que había dicho.
¿Minho estaba de verdad confundido?
—En varias ocasiones nuestros amigos me han contado que ella dice cosas como: Oh, Minho es muy lindo, cuando yo no me doy cuenta o cuando me ven en una presentación, trato de que me lo diga de frente, pero finge que eso no pasa— peinó un poco su cabello con sus manos, yo no podía dejar de ver lo lindo que lucía.
En un mini segundo recordé la cantidad de veces que me pregunta qué opino de su baile, su canto, su rap, sus presentaciones, cómo luce con algo o cómo se ve bien.
¿En esos momento él buscaba que le dijera que lucía lindo?
Muchas cosas llegaban a cobrar sentido con cada cosa que decía.
—Oh ¿De verdad? — Brian se mostraba muy curioso y sorprendido, casi tan sorprendido como yo, a lo que Minho relataba.
—Y tal vez yo también pienso que ella es linda— entonces me miró directamente en todo el rato que estuvo hablando, no de reojo, no de soslayo.
Me quedé quieta en mi lugar.
¡Vaya!
No podía dejar de creer eso.
Y no podía creer mucho menos lo siguiente que dijo.
—Porque no me da vergüenza admitir que es la chica más increíble que he conocido y la más preciosa que mis ojos han podido captar— la sonrisa que me mostró fue ladina.
Ahora era yo quien se mostraba tímida.
Acto seguido fue un corte de receso, los micrófonos se apagaron, sin embargo las cámaras no.
Brian se retiró a que le retocaran el maquillaje.
— ¿Eso que acabas de decir...? —
— ¿Qué? ¿Crees que soy ciego para no poder mirar lo bella que eres? Porque lo eres t/n, cada facción de tu rostro es tan atrayente, incluso siento celos— rodé mis ojos ante aquel último comentario.
—Idiota— volví a reír, de verdad estaba apenada.
— ¿Tú no admitirás que soy lindo también? — se inclinó un poco, giré mi rostro para evitar posibles edits de ship en un futuro.
Más inconsciente que conscientemente, ya que era casi posible que no fuéramos un ship simplemente.
—No, Minho, no lo admitiré— reí fuertemente llevándome otra sonrisa ladina de su parte.
—Vamos a ver por cuánto tiempo más te guardas de mí lo que ya todos saben, lo que todos sabemos— ¿Estaba coqueteando? ¿Así descaradamente?
¡¿A qué mierda se refería?!
¡Oh, Dios!
Su risa resonó fuertemente cuando los tonos rojizos subieron a mis mejillas.
Seguro se refería a que decía que era lindo, porque no podía referirse a que podía estar posiblemente enamorada de él ¿O sí?
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