TRAICIÓN
CAPÍTULO NUEVE
Traición,
Takemichi se encontraba entre las filas, esperando. Según Mikey, justo ahora estaban por nombrar al nuevo líder del tercer escuadrón. ¿Podría ser él, acaso? No lo sabía, no había muchas opciones a seleccionar.
— ¿Qué ha pasado con la tal Banshee? No la veo desde hace días. — Los murmullos alertaron a Hanagaki.
Por supuesto, Yune era una excelente opción para ser líder del tercer escuadrón ¿Por qué no lo había pensado antes? Hanagaki suspiró, elevando la mirada hasta Draken, quien dio inicio a la reunión.
— ¡Líder del tercer escuadrón! ¡Pasa adelante! — Hanagaki esperó, hasta que escuchó bullicio detrás de él. Giró levemente su rostro, encontrándose con una cara realmente familiar.
— ... ¡Quién está sentado detrás de mí es el nuevo líder del tercer escuadrón! ¡Kisaki Tetta!
Los miembros de la pandilla comenzaron a abuchear, mientras que Takemichi se encontraba en otro mundo. Quien estaba al frente era Kisaki, aquel quien se suponía debería detener ¿Cómo era posible?
Sin nadie notarlo, cierta chica se unió a las filas desde atrás y en silencio, observando todo sin decir palabra alguna, sus ojos se entrecerraron observando al nuevo líder del tercer escuadrón, ella sabía perfectamente el tipo de persona que podía a llegar a ser Kisaki, lo sabía bien después de toparse un par de veces con él y darse cuenta de que no era ningún imbécil, al contrario, era un maldito genio que idearía un plan en cinco minutos con el cuál podía destruir a quien quisiese.
Yune elevó su cabeza cuando escuchó unas pisadas fuertes y rápidas, mirando así como un rubio golpeaba al nuevo líder. Haitani rio, acercándose lentamente hasta lo más cercano para apreciar así la situación.
— ¡¿Qué mierda estás haciendo, Takemichi?!
— ¿Qué significa esto, Takemichi? — El nombrado parecía ido, tres de los cinco líderes subieron los escalones, Haitani elevó una ceja, mirando todo desde abajo.
— ¿Estás intentando dejar en mal a Mikey? — Hanagaki negó.
— Takemicchi, sé que es divertido golpear personas, pero no puedes simplemente ir y golpear a un líder, mucho menos en su ceremonia de nombramiento, eso es humillante. — Yune subió los escalones bajo la mirada de los demás.
— Yune. — Susurró Sano, la chica le miró, dándole una pequeña sonrisa.
La oji-violeta se agachó, tomando los lentes caídos del líder del tercer escuadrón y entregándoselos nuevamente al moreno, quien los tomó sin decir nada.
— No deberías estar aquí. — Susurró alguien cerca del oído de Haitani, quien sonrió.
— Sabes que nunca hago lo que me dicen, Ryuguji.
— ¿Qué es esto? Parece divertido. — Una voz se unió a la discusión, llamando la atención de todos, Yune elevó una ceja.
— ¿No se supone que no podías estar aquí? — Preguntó Mucho.
Antes de verlo venir, el pelinegro soltó un puñetazo tras otro al ojiazul, Takemichi no podía siquiera defenderse, hasta que el más alto fue detenido por otra persona. Yune caminó hasta un tronco y tomó asiento, sacando de su bolsillo una paleta, admirando el 'espectáculo'. Todo era dramático y entretenido para ella, hasta que sucedió.
— Yo, voy a unirme a Valhalla. — La paleta de Haitani cayó de su boca, y casi de inmediato se puso de pie.
— ¿Qué diablos dices?
— ¡Renuncio!
Keisuke caminó hasta desaparecer de las filas, Draken giró su rostro hacia Yune, quien no tardó en comenzar a correr hacia donde se había ido el chico, bajo los llamados de sus compañeros de pandilla, los cuales ignoró.
— ¡Keisuke! ¡Detente ahí ahora mismo! — Baji detuvo su caminar, sin girarse para enfrentar a la chica. — ¿Qué crees que haces? ¿Abandonar la Toman?
— Es exactamente lo que hago. — Keisuke se giró, mirando a la peligris, quien fruncía su ceño. — Lo siento, mis intereses han cambiado, en todo sentido... Yune, terminamos.
La chica le miró por unos segundos antes de soltar un largo suspiro y asentir, levantó su muñeca y se quitó la pulsera que llevaba consigo desde que la compró junto a quien estaba frente a ella. Tomando la mano de Keisuke, depositó el objeto sobre la palma de la mano contraria, mirándole a los ojos.
— Sí solo era un juego para ti, Keisuke, debiste habérmelo dicho desde el comienzo de esta absurda relación... — Yune sintió unas pocas lágrimas acumularse en sus ojos, mas no permitió que estas descendieran, su orgullo no lo permitía. — Intentaría detenerte, pero sé el tipo de persona que eres... Así que, suerte.
Haitani se dio la vuelta, caminando nuevamente hacia el sitio de la reunión. Keisuke hizo un ademán de detenerla, pero no lo hizo a final de cuentas, mirando la pulsera en su mano.
— Lo siento. — Susurró, apretando fuertemente su mandíbula con arrepentimiento. — Perdóname, Yune.
[...]
— Yune, por favor, ayúdame. — Haitani no detuvo su caminar, al contrario, lo aceleró.
— ¿Por qué debería? Él traicionó a la Toman, él debería de saber lo que hace. — Takemichi soltó un suspiro de cansancio.
— ¿No se supone que son pareja? — Yune se giró de golpe, asustando al rubio.
— Él mató la relación el día en que abandonó Toman, ya no tengo nada que ver con él, tampoco creo que él quiera verme la cara.
— Quizá puedas convencerlo, es decir, no creo que pueda olvidarte aú-
Un fuerte puñetazo logró que Takemichi cayera al suelo, volviendo su visión borrosa por unos pocos segundos.
— Ya cállate ¿Quieres? ¿Qué ganaré yo con hacer lo que quieres?
— Que Baji vuelva a la Toman. — Yune frunció su ceño. — ¡Puedo pagarte!
La chica sonrió. — Ahora sí estamos hablando como debe de ser. — Ayudando a ponerse de pie al contrario, Haitani le miró. — ¿De cuánto hablamos?
— Uhm... ¿Cincuenta dólares? — El rostro indignado de la mayor sacó un suspiro del rubio. — ¿Cien?
— Hecho, di un día y una hora, y lleva el dinero.
Yune se marchó del sitio, dejando a Takemichi atrás. En ese momento, Matsuno salió de su escondite, acercándose al ojiazul.
— ¿Por qué no hablaste tú con ella? — Chifuyu sonrió palmeando su espalda.
— Porque me cagaría en los pantalones, le temo a una chica. — Ambos se dieron la vuelta, caminando hacia la dirección contraria. — Bien, ahora... Debemos ir a verle.
Takemichi asintió, apresurando el paso.
Yune elevó la mirada al encontrarse con unos zapatos frente a ella, notando así al comandante de la Tokyo Manji Gang.
— ¿Qué haces aquí?
— ¿No debería responder eso quien vive a kilómetros de aquí? — Yune sonrió. — Creí que estabas molesta.
— Lo sigo estando. — Manjiro negó.
— Aún no puedo leer tus expresiones. — Ambos caminaron juntos sin rumbo alguno. — ¿Qué sucedió contigo y con... Baji?
— Terminamos, bueno... Él me terminó. — Haitani sonrió con tristeza. — No creí que sería algo tan rápido y pasajero para él, creí que le importaba.
— Yune, estoy seguro de que le importas, no creo que haya sido sincero esa tarde. — La peligris se encogió de hombros. — ¿Cómo sigues de la cabeza?
— Eso suena como si estuviera loca. — Ambos rieron. — Estoy bien, solo tomo algunas pastillas para el dolor cada cierto tiempo, pero ya casi no lo siento.
— Deberías reposar en cama... ¿Quieres ir a casa?
— Claro. — Mikey se colocó delante de la chica, agachándose un poco. Yune rio, subiendo a la espalda del rubio quien tomó sus piernas con cuidado y comenzó a llevarle a su hogar.
— He pensado en algo desde hace mucho tiempo. — Haitani prestó atención a sus palabras. — Yune, eres como... Una hermana mayor para mí.
La chica cerró sus ojos, consciente de las situaciones que vivió Sano en el pasado. Rodeó el cuello del menor, apoyando su cabeza en el hombro izquierdo del contrario.
— No quiero perderte, Yune... Así que... Por favor no te vayas de mi lado.
— No lo haré, Mikey, no importa qué camino escojas... Siempre te seguiré. — Manjiro sonrió.
El rubio se detuvo frente a su casa, mirando la entrada por un par de segundos antes de entrar junto a Yune y dirigirse directamente a si habitación, en donde dejó a la chica sobre su cama.
— Descansa aquí hoy. — Haitani asintió. — ¿Sabes quién ha estado deprimido porque no le hablas?
— ¿Quién? — Mikey sonrió. — Mitsuya. Realmente te aprecia ¿Lo sabías?
— ¿Mitsuya? Creí que no le importaría mucho.
— Eres una buena amiga para él, claro que se preocupará si te dan un golpe en la cabeza y te desmayas. — Manjiro se dejó caer en la cama junto a la peligris, quien se acomodó a su lado y cerró los ojos. — ¿Tienes hambre?
—No realmente, no tengo apetito últimamente.
— Llamaré a Ken-chin.
— ¿Para qué? — Mikey no respondió, segundos después se encontraba hablando con el subcomandante, quien parecía quejarse del otro lado de la línea. — Dile que me traiga una botella de gaseosa.
— Trae refrescos también, te esperamos.
Haitani se sentó. — ¿Pasará la noche aquí?
— No entramos los tres en esta pequeña habitación, seguramente se quedará hasta tarde, pero no a dormir. — Mikey le miró. — ¿No deberías de avisarle a tus hermanos?
Justo en ese momento el teléfono de Yune comenzó a sonar.
— Sabía que no tardarían. — La oji-violeta contestó el teléfono, llevándolo a su oído. — ¿Hola?
— ¿En dónde estás?
— Pasaré la noche con Mikey, no hay de qué preocuparse.
— Pon a Manjiro al teléfono. — Yune rodó los ojos, extendiendo el móvil a su mejor amigo. — ¿Sano?
— ¿Quién habla? — Yune pudo escuchar a su hermano quejarse desde el sitio en donde se encontraba. — Oh, Rindo Haitani... Yune está bien, mañana iré a dejarla a casa. — Mikey no permitió que el chico dijese algo más antes de colgar la llamada y devolver el teléfono a su dueña.
— ¿Qué dijo? — Manjiro sonrió.
— Nada importante más que amenazas vacías.
Ambos se mantuvieron charlando hasta que escucharon la puerta de la habitación del rubio ser tocada tres veces, seguido de esto, la puerta se abrió dejando ver a Ryuguji.
— ¿No tienen que ir mañana a la preparatoria? Deberían de estar dormidos.
— No iré.
— Yo tampoco. — Draken frunció el ceño. — Ven aquí, Ryuguji, no seas amargo.
— ¿Por qué estás aquí, Yune? — Haitani le observó ofendida.
— ¿Quieres que me vaya?
— No me refería a eso. — El chico de la trenza rio, pasando un brazo sobre los hombros de la peligris y acercándole a su cuerpo. — ¿Qué tal las cosas?
— Bueno, después de todo lo que pasó y saber que pelearemos contra Valhalla en cualquier momento... ¿Qué más podría decirte? Todo lo sabes.
— Yune, no quiero que pelees. — Haitani observó a Manjiro con su ceño fruncido. — No me mires así.
— Olvídalo si crees que te haré caso, no permitiré que vayan sin mí.
— Puede que se ponga feo, Yune. — Habló esta vez Draken.
— Siempre se ha "Puesto feo", y siempre he estado ahí y salgo ilesa ¿Por qué se preocupan ahora? — Ambos se mantuvieron en silencio. — ¿Es por Keisuke? ¿Creen que me distraerá y terminaré herida?
— Prefiero evitarlo.
— Pues no lograrás sacarme de esta pelea, por el simple hecho de que pertenezco a la Toman y la defendería con mi alma. — La oji-violeta miró a Sano. — Te dije que te seguiría a donde quiera que vayas, y no hay excepciones.
Mikey soltó una risa nasal, seguidamente asintió, después de todo no lograría convencer a la mayor ni aunque lo intentase por todo un año. Los tres se sentaron sobre la cama de Manjiro y comenzaron a comer las frituras que Ryuguji había traído consigo, hablando de cualquier cosa que llegara a sus mentes, desde asuntos de la Toman hasta tareas de la preparatoria.
— Estaba pensando... — Ambos chicos miraron a Haitani. — Quiero hacerme un tatuaje.
— ¿Un tatuaje? — Yune asintió a la pregunta del más alto. — ¿Qué te harás?
— No lo he pensado bien, pero quiero algo significativo, no sólo unas rayas bonitas permanentes con las que moriré cuando esté vieja y arrugada.
— ¿Cómo sabes que no amanecerás muerta? — Ryuguji y Yune miraron a Mikey, quien sonrió con inocencia. — Solo bromeaba.
— Lo pensaré mejor mañana ya que no tendré mucho que hacer... ¿Están libres? Me gustaría que ustedes me acompañaran.
— Tengo algunos asuntos que resolver. — Respondió Manjiro. — Pero creo que hay alguien a quien podrías pedirle ayuda y te ayudará sin dudarlo, además, no estaría mal que hablaras con él.
Yune asintió sonriente sabiendo de quién hablaba el comandante.
— Bien, mañana lo llamaré. Draken ¿Vendrás?
— Supongo que no hay problema. — La mayor asintió, recostándose sobre el regazo de Ryuguji quien comenzó a acariciar sus cabellos.
Los ojos de Yune se cerraron ante las agradables caricias, y le fue imposible no quedarse dormida, inconsciente de lo que pasó durante el tiempo siguiente antes de que Ryuguji volviese a su residencia.
______________________________
🤺Un voto y un comentario se agradece.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top