PREPARATORIA
CAPÍTULO DOS
Preparatoria,
- ¡Vuelvan aquí, malditos hijos de puta!
- ¡Corre! - Las carcajadas de ambos resonaron en aquel callejón mientras huían del dueño de aquel viejo automóvil que ahora estaba en llamas, idea claramente del pelinegro al lado de la joven peligris.
- Creo que estamos lo suficientemente lejos. - Yune se detuvo, recuperando el aliento mientras se sacaba la chaqueta y la amarraba alrededor de sus caderas.
- ¿Volvemos?
- ¿A dónde? - Una sonrisa apareció en el rostro de Baji. El más alto tomó de la mano de Haitani, arrastrándola consigo durante unos minutos.
Al detenerse, los ojos de la mayor observaron un tranquilo y desolado parque.
- ¿Acaso lo que quieres es estar a solas conmigo? Qué descarado eres, Keisuke. - Bromeó la oji-violeta mientras se giraba, notando a Keisuke mirándole fijamente. - Oye, Chifuyu tiene que ganar la apuesta.
- ¿También lo escuchaste?
- Lo hice. - Ambos sonrieron. - Quiero ver la cara de Smiley cuando pierda.
- Tenía planeado hacerlo desde mucho antes en realidad, pero... Tu fuiste llevada al reformatorio.
Las mejillas de Yune picaron un poco al escucharle. ¿Acaso desde hacía más de un año que Keisuke había esperado por ello?
- Entonces supongo que ninguno ganó la apuesta después de todo. - Haitani se acercó a Baji, mirándole también a los ojos. - ¿Esperaste tanto tiempo solo para esto?
- No es cualquier cosa por la que esperé. - Susurró Keisuke acercándose lentamente a la mayor. - Esperé por ti, por más de un año. - Antes de que sus labios llegasen a tocarse, un escandaloso ruido les interrumpió.
Yune abrió sus ojos sobresaltada, observando a su alrededor para tan sólo darse cuenta de que aquel romántico momento con el menor no había sido más que un simple y vergonzoso sueño común que tenía al menos una vez al mes, suspiró con pesadez, frotando sus ojos.
- Buenos días~. - La puerta de su habitación se abrió, dejando ver a uno de sus hermanos mayores, Rindo. - Tienes que ir a la preparatoria, apresúrate.
- Dame cinco minutos. - Bostezó la menor de los tres Haitani.
- Oh. - Una cabeza se asomó por la puerta, era Ran, quien fruncía su ceño. - ¿Una pesadilla?
- No exactamente. - Yune se colocó en pie y caminó hacia la puerta, lista para dirigirse al baño. - Anoche regresé algo tarde, me quedé hasta muy noche junto a Baji, debe de ser que no dormí bien.
- Sabes que no me agrada que regreses tan tarde por la noche. ¿Qué haremos si te sucede algo y no estamos cerca? - Preguntó Rindo con leve preocupación mezclada con molestia.
- Está bien, sé defenderme. - Yune se giró encarando a sus dos hermanos. - Además... - Con un movimiento de manos fingió ponerse unos lentes detrás de la cabeza. - 'El barrio me respalda'.
- Qué inventos. - Comentó Rindo dándose la vuelta y desapareciendo por el pasillo.
Ran, por el contrario, miró a su hermana menor antes de suspirar y asentir.
- No me haré responsable de mis acciones en contra de quien te haga daño. - Una risilla escapó de sus labios. - Será divertido.
- Eres un caso perdido, Ran. - La menor de los Haitani finalmente entró al baño, preparada para darse una ducha y alistarse.
Una hora más tarde, la joven de cabellos grisáceos bajaba de su motocicleta, mirando por unos segundos hacia la entrada de su preparatoria, más exactamente a cierto chico rubio que entraba acompañado por su grupo de amigos. A pesar de vivir lejos, había decidido asistir a esa preparatoria en especial porque quedaba considerablemente cerca del edificio en donde vivía Draken y la residencia en la que vivía Mikey, y le era fácil pasarse por sus respectivas casas de vez en cuando.
- ¡Oi, Takemicchi! - La voz de Yune fue escuchada por gran parte de los estudiantes presentes allí, incluido el llamado rubio.
Hanagaki se giró confundido antes de notar a la dueña de la voz que le había llamado.
- ¿Ella asiste a esta preparatoria también? - Preguntó el ojiazul a sus amigos mientras palidecía, observando a la peligris acercándose a él a paso lento.
- Takemichi ¿Por qué siempre consigues a chicas lindas? - Atsushi miraba en dirección a la joven quien se encontraba a pasos de ellos, Takemichi le miró sorprendido.
- ¿De qué hablas? Recién conozco a Yune. - Yamagishi pasó un brazo sobre los hombros del rubio mientras observaba detenidamente a Haitani.
- Es linda.
- Ya lo sé, tengo ojos. - Suspiró Hanagaki.
- No sabía que asistías a esta preparatoria. - Finalmente Yune se encontraba de frente a Takemichi, quien río nervioso.
- ¿Sí? Yo tampoco sabía que asistías a esta preparatoria, Yune.
- Claro, estuve un año encerrada en el reformatorio, es lógico que no lo supieras. - Recordó la mayor mientras sostenía con una de sus manos su mochila.
- ¿Reformatorio? - Los cuatro restantes amigos de Hanagaki retrocedieron un paso al escuchar aquel detalle.
¿Estaban acaso metiéndose con la persona equivocada? Esa era la especialidad de Takemichi, pero quizá no la de ellos cuatro.
- Andando.
- ¿A dónde? - Yune se giró, mirándole con obviedad.
- A clases ¿A dónde más?
- ¿Estás en mi salón?
- Por supuesto que no. - Yune comenzó a caminar, siendo seguida por el rubio, y este era seguido por sus amigos. - Soy mayor que tú.
- Tiene sentido. ¿Qué edad tienes, Yune?
- 16.
Takemichi asintió sin decir una palabra más, intentaba ser amable con la peligris, aunque continuaba temiendo decir algo incorrecto y terminar siendo golpeado por ella. Aun así, parecía ser una persona tranquila, es decir, no había actuado de ninguna extraña manera en ese poco tiempo que llevaba conversando con la joven, eso logró tranquilizar a Hanagaki.
- Este es mi salón. - Haitani se detuvo frente a una puerta, mirando a Takemichi por unos segundos. - Te veré en la salida, Hanagaki.
- ¿Eh? - Sin dar alguna respuesta, Yune se adentró a su salón, dejando a los restantes chicos fuera del mismo.
- Da miedo.
- Estoy de acuerdo. - Respondió Makoto, ambos se encontraban detrás de Atsushi quien miraba a Takemichi fijamente.
- No parecen llevarse mal ¿Sabes? - El ojiazul rascó su nuca, nervioso.
- No opino lo mismo, ayer parecía ser una persona muy sonriente, pero hoy no sonrió ni una sola vez. - Una sonrisa se estiró en el rostro de Takemichi. - Pero de todas formas me alegra no haber sido golpeado por ella.
- De seguro no es tan fuerte como dicen. - Yamagishi comenzó a caminar hacia su salón, siendo seguido por los demás. - No la has visto pelear aún ¿Cierto? Es posible que a penas y pueda defenderse, como tú.
- Bueno... - Hanagaki recordó las palabras de Ryuguji y de Mikey, no debían haber dicho eso solo porque sí.
De todas formas, verla luchar parecía no estar muy lejos, pronto sería tres de agosto, y Takemichi sabía lo que aquello significaba para la Toman, lo que significaba para Draken si no lograba hacer algo al respecto.
[...]
- Mira, ahí está Yune. - Señaló Atsushi mientras salían de la preparatoria junto a los demás. Takemichi giró su rostro notando a la mencionada apoyada sobre su motocicleta, pero esta no se encontraba sola, a su lado la acompañaba un alto rubio con su cabello arreglado en una trenza.
- ¿Draken? - Hanagaki comenzó a caminar hacia ellos.
- Oh, Takemicchi, estás aquí. - Ryuguji miró a Yune. - ¿Lo llevas tú o lo llevo yo? - Takemichi se sintió como un saco que nadie quería cargar.
- Me da igual. - Haitani se subió a su motocicleta y giró su rostro mirando al rubio de ojos azules. - Date prisa.
- Sí. - Ryuguji elevó una ceja antes de subir también a su motocicleta y comenzar a conducir, alejándose de los dos restantes.
- Sostente bien. - Avisó Yune antes de comenzar a conducir rápidamente, alcanzando a Draken en pocos segundos.
- Yune ¿Puedo preguntarte algo? - Takemichi no recibió respuesta, por lo que continuó. - ¿Por qué fuiste enviada al reformatorio?
Hanagaki posaba sus manos sobre los hombros de Haitani, y pudo sentir claramente como estos se tensaban ante la pregunta recién hecha por él. Takemichi quería obtener información sobre la peligris, estaba claro, así podría tener una idea de quién era ella realmente.
- Tienes grandes las pelotas como para preguntar eso mientras conduzco, podría tirarte de mí motocicleta si lo quisiera. - Hanagaki se tensó. - Pregúntale a Draken, dile que le he dado permiso de hablar de ello.
Takemichi asintió sin decir una palabra más. A los pocos segundos ambos vieron como Ryuguji les pasaba nuevamente, dejándolos atrás, fue en ese momento en que la competitividad de Yune se dejó ver. El rubio debió sostenerse con fuerza cuando la motocicleta aceleró, volviendo a dejar al rubio de trenza atrás, pero en esta ocasión su velocidad no disminuyó, se mantuvo así hasta llegar a su destino, el sitio en donde en ocasiones los líderes se reunían. En el lugar se encontraban ya algunos miembros líderes de la pandilla, como Mikey, Mitsuya, Smiley y Baji.
- Bájate. - Ordenó Haitani, y así lo hizo Hanagaki, bajando de la motocicleta ajena y caminando hacia Manjiro.
- ¿No temes que te multen por exceso de velocidad? - Ryuguji había llegado, con una de sus manos revolvió suavemente los cabellos de Haitani, quien sonrió.
- Mira quien habla. - Ambos se acercaron al grupo, Draken se acercó a Sano y Yune por su parte se acomodó al lado de Keisuke.
- ¿Tus hermanos te dijeron algo? - Preguntó en un susurro Baji mientras se sentaba en una caja vieja que había allí y le pasaba una banda de cabello a la peligris.
- Rindo intentó regañarme, aunque nunca lo logra, y Ran dijo que disfrutaría de patearle el trasero a quien sea que intente hacer algo en mi contra. - Con cuidado Yune ató el cabello de Keisuke en una coleta, asegurándose de que todos los mechones quedasen bien atados. - Ambos deberían confiar más en mí.
- Sólo se preocupan por ti, no sabes si te encontrarás con un tipo más fuerte que tú.
- ¿También piensas como ellos? - Baji se giró, mirando a la mayor.
- No, confío en que puedes patearme el trasero, pero no me agrada en absoluto la idea de que te hagan daño.
- Cien dólares. - Susurró Nahoya a Takemichi, quien rio.
- ¿Terminaron? - Baji y Yune giraron sus rostros para mirar a Ryuguji quien se encontraba de brazos cruzados, ambos se dieron cuenta hasta ese momento de las miradas de todos los presentes sobre ellos.
- Hay algo llamado 'Ignorar'. - Recordó Keisuke mientras sonreía. - En fin ¿Qué hacemos aquí? Creí que solo estarían los líderes de escuadrones, Pah no puede asistir, Mucho no está y tenemos a un intruso. - Los ojos del pelinegro se posaron sobre Takemichi quien sonrió nervioso.
- Creo que aparte de mí hay otro intruso. - El dedo de Hanagaki señaló inseguro a Yune, quien ahora se encontraba apoyada en un pilar con sus ojos cerrados y los brazos cruzados.
- ¿Eh? - Keisuke no debió girarse para entender a quien se refería el ojiazul. - ¿Por qué hablas de Yune como si fuese como tú?
- Está bien, en teoría está en lo correcto. - Mitsuya intervino. - Pero Yune siempre ha participado en estas reuniones, Takemicchi, no es raro verla aquí.
- Si continúas señalándome te romperé el dedo. - Los ojos de Haitani se abrieron, mirando a Hanagaki quien aún señalaba a la peligris. Takemichi bajó su mano de inmediato. - Takemichi tiene razón, después de todo no soy ni siquiera colíder de ningún escuadrón.
Yune comenzó a caminar, alejándose poco a poco del grupo. Keisuke se giró para mirar a Hanagaki mientras fruncía su ceño.
- ¿Estás feliz?
- Espera... ¿Dije algo malo? - Preguntó aterrado el ojiazul mientras se giraba hacia Haitani, pero esta ya había desaparecido de su campo de visión hacía segundos.
- No realmente, si quieres averiguar si está enojada o no, ve tras ella, si te responde, excelente, pero si te da un puñetazo en la nariz quizá no esté tan feliz. - Sonrió Smiley, sentándose sobre otra caja vieja.
- Yo...
- Yo iré. - Baji comenzó a caminar hacia la dirección por la cual Yune se había ido momentos atrás.
- Creí haberte dicho que no la hicieras enojar, Takemicchi. - Habló Manjiro mientras suspiraba. - Bien, continuemos.
La reunión continuó con ellos cinco. Por otro lado, Keisuke buscó con la mirada a la peligris, notando que esta estaba sentada sobre una llanta vieja de algún camión, le daba la espalda, por lo que la mayor no se dio cuenta de su presencia hasta que el pelinegro se sentó a su lado.
- ¿Estás molesta? - Yune giró su rostro, una pequeña sonrisa se estiró en su rostro.
- Para nada, no tiene nada que ver con lo que Takemichi dijo. - Aseguró mientras apoyaba su cabeza en el hombro del contrario.
- Bien, entonces volvamos. - Baji se puso de pie, tomando la mano de Haitani, mas esta no se levantó.
- En realidad, me gustaría quedarme un rato aquí y reflexionar sobre mi vida. - Dramatizó la más baja, mirando a Keisuke.
- ¿Sucedió algo, Yune?
- Nada importante, vuelve tú, iré pronto. - Baji volvió a sentarse. - ¿Por qué nunca haces caso?
- No me mandas. - Haitani le miró, Baji solo sonrió con burla. - No me mires así.
Tras un suspiro, ambos se quedaron en silencio, Yune con su mirada desenfocada, y Baji con sus ojos cerrados mientras apoyaba su cabeza sobre la cabeza de la contraria.
- Hay algo que quiero preguntarte, Yune.
El cuerpo de la peligris se tensó.
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