EXPULSAR

CAPÍTULO VEINTICUATRO

Expulsar,

Yune subió varios escalones, llegando así a la reunión de la Tokyo Manji Gang, la primera reunión del año.

— ¡Buen trabajo! — Exclamaron los demás miembros ante la presencia de la chica, quien solo asintió con la cabeza, caminando hasta su sitio en el frente alto.

— Pareciera que no te vi hace unos días. — Comentó Chifuyu, mirando a la chica quien sonrió.

— Ya sé que no pueden vivir sin mi maravillosa presencia, pero pueden disimularlo un poco ¿Saben? — El rubio rio, rodando sus ojos.

— ¡Comandante! ¡Buen trabajo! — Haitani elevó su mirada, notando al comandante y subcomandante acercarse hasta estar a su lado, saludando a la chica con una sonrisa.

— Feliz año nuevo. — Deseó la oji-violeta.

— Feliz año nuevo, Yune. — Mikey se acomodó, mirando al frente.

Una vez todos los líderes y miembros estuvieron presentes, Draken exclamó fuertemente dando inicio a la primera reunión del nuevo año.

— Toman y los Black Dragons se enfrentaron entre sí. Inicialmente teníamos un tratado de paz, pero este fracasó, siendo causado por el problema entre Hakkai y Taiju Shiba. — Inició Mikey, mirando al frente. — Toman se enfrentó a los Black Dragons en navidad, batalla de la cual salimos victoriosos.

— Tres personas presentes hablarán sobre esto. — Agregó Ryuguji, Yune bajó su mirada hacia Takemichi, quien se sorprendió al notar los ojos de la peligris sobre él, mirándole fijamente. — La primera persona es Hakkai Shiba ¡Pasa al frente!

El menor de los hermanos Shiba se acercó a ellos tres, comenzando a dar una explicación sobre su situación familiar y como esta terminó involucrando a la Tokyo Manji.

— Soy el responsable de todo esto... Lo siento. — Se disculpó el chico, inclinándose. Los miembros restantes de Toman gritaron por él, dándole ánimos y apoyándole.

— ¡Ahora! ¡La segunda persona! — Las voces callaron al escuchar al subcomandante hablar. — ¡Inui, pasa al frente! — Dos miembros de los Black Dragons se acercaron, presentándose ante la Toman, quienes confundidos y molestos se preguntaban ¿Qué hacían allí miembros de los Black Dragons?

— ...La décima generación de los Black Dragons perdió contra la Toman, y nuestro anterior líder se ha retirado. Heredamos la onceava generación como los nuevos líderes de los Black Dragons...

— ...Pero después de hablarlo con Mikey, decidimos unirnos a Toman. — El sobresalto grupal no fue ajeno para los líderes.

— Los Black Dragons serán parte del primer escuadrón, bajo el mando de Hanagaki Takemichi. — El ojiazul exclamó con confusión, incrédulo. — ¿Entendido, Takemichi? — El mencionado asintió. Los murmullos no tardaron en hacerse presentes, miembros sorprendidos, miembros en desacuerdo, otros molestos.

— ¡Cierren el hocico! — Gritó Haitani, frunciendo su ceño. El silencio volvió al sitio. Mikey dio un par de pasos al frente.

— Por último, quiero hablar de algo más, algo que sucedió durante el conflicto contra los Black Dragons. — La atención volvió al comandante. Yune bajó su mirada, una sonrisa se estiró en su rostro, llamando la atención de cierto moreno, quien observó la burla y maldad en los ojos de la peligris. — Kisaki Tetta.

— ¡Sí! — Respondió el moreno inmediatamente.

— Estás fuera.

Takemichi se atragantó a causa de la impresión, mirando con gran sorpresa al comandante. Mikey jamás bromearía con algo como eso, estaba más que seguro. Esperanza, felicidad y sorpresa fue lo que sintió el ojiazul.

— Le dije a Mikey lo que sucedió con Kisaki en navidad. — Aclaró Matsuno hacia Hanagaki. — Pero no creí que Mikey tomaría este tipo de acciones.

— ¿De qué hablas, Mikey? ¿Bromeas?

— No estoy bromeando. Estás fuera. — Anunció el comandante, Hanma dio un paso al frente.

— Alto ahí. Si él está fuera, entonces yo también lo estoy, lo que significa que los cincuenta miembros de Moebius y los trescientos cincuenta miembros de Valhalla se irán con nosotros, y Toman volverá a ser de tan solo cien miembros.

— No me interesa. — Aseguró Sano. Una discusión comenzó entre el líder del tercer escuadrón y su comandante, Yune frunció el ceño, el chico era demasiado intenso.

— ...¡No! ¡Te volviste débil! Taiju era una amenaza, lo hice por tu bien. — Insistió el chico de lentes acercándose apresuradamente hacia Mikey. Yune se interpuso, soltando un fuerte puñetazo al chico, ella no sería cuidadosa con el moreno.

— Detente aquí, cuatro ojos ¿Quién te permitió subir? — Shuji lanzó un golpe, el cual fue detenido por Ryuguji, quien se interpuso entre ambos.

— Dejen que Kisaki hable, idiotas.

Finalmente, y para mala suerte de Kisaki, Mikey había llegado a su conclusión y la decisión estaba ya tomada. La reunión de la Toman había finalizado con una disculpa, la unión de una pandilla a la Toman y con la expulsión de un líder y cientos de miembros junto a él. Yune volvió ese día a casa, tan solo a descansar de tantas situaciones vividas en tan poco tiempo.

[...]

Takemichi volvió una vez más al futuro, confundido al encontrarse en un sitio al azar ¿Había vuelto una vez más al futuro? Sí, lo había hecho. Tenía esperanza de que esta vez su objetivo se hubiese cumplido, hasta que una mujer detrás suyo le llamó, La confusión en el ahora chico de cabellos negros volvió, caminando junto a la mujer hasta una casetilla, uniéndose a una fila de más personas presentes. Las dos mujeres frente a él le eran extrañamente familiares ¿Un funeral? ¿De quién? ¿Cuál hermano?

Hanagaki tuvo que esperar un par de segundos antes de caer en cuenta de lo que sucedía, sus pies le arrastraron rápidamente hasta adentro, encontrándose de frente con una foto conmemorativa de nada más ni nada menos que el que en el pasado había sido líder del segundo escuadrón, Mitsuya Takashi.

Su primer impulso fue el de correr, correr lo más rápido posible tras salir de aquel sitio, buscando algo que negara o confirmara que sus ojos no habían visto mal. Mitsuya estaba muerto, no era una mentira, lo habían asesinado. Después, instintivamente buscó por el nombre de su exnovia de preparatoria: "Hinata Tachibana muere en accidente automovilístico".

Takemichi volvió a donde en algún momento fue su departamento antes de comenzar con aquel lío de viajes en el tiempo, extrañamente el sitio estaba ordenado y tenía un peculiar olor a casa.

— Así que, aquí estás. — Hanagaki giró su rostro, encontrándose con un hombre muy familiar. — Te he estado buscando.

— Naoto... — Susurró Takemichi, acercándose al chico.

— Mis recuerdos volvieron a cambiar, lo que quiere decir que regresaste. — Comentó el menor.

— Naoto... ¿Qué demonios pasó?

— Has viajado muchas veces al pasado, siempre con el objetivo de salvar a mi hermana... Takemichi, este es el peor futuro de todos. — El mayor tembló. — Como las veces anteriores, mi hermana no pudo ser salvada, y los miembros principales de la Tokyo Manji Gang... Todos fueron asesinados.

— ¿Qué...? — Preguntó incrédulo Takemichi, Naoto comenzó.

— Chifuyu Matsuno, asesinado a balazos. Hakkai Shiba, quemado hasta morir. Mitsuya Takashi, estrangulado. Ryuguji Ken, apuñalado. — Suspiró Tachibana. — Hanemiya Kazutora, Hakuki Hayashida, y todos los demás miembros, incluyendo a Kisaki, todos fueron asesinados.

— ¿Incluso Kisaki? — Balbuceó Hanagaki, girándose hacia Naoto. — Espera... — Los ojos de Takemichi se elevaron rápidamente. — ¿Qué hay de Y-

— No sabemos su paradero. — Respondió antes el menor. — A pesar de que era la mano derecha de Manjiro y quien daba las órdenes a los demás, Haitani Yune está dada por desaparecida, probablemente también muerta. El sospechoso continúa suelto, y no tenemos ninguna pista de su paradero.

— ¿Qué hay de Mikey? ¿Él también fue asesinado?

— Takemichi. El criminal buscado por los asesinados, no es nadie más que Sano Manjiro.

— ¿Qué dices? ¿Mikey? Deja de hacer esta clase de bromas, Mikey no pudo haberlos asesinado a todos. — Gimoteó Hanagaki, Naoto negó.

— Créeme, también quiero saber la verdad de todo esto, Takemichi, y para eso quiero reunirme con Sano Manjiro. Como exadministrador de la Tokyo Manji y el único vivo ahora, solo tú eres quien puede hablar con él.

Takemichi frunció su ceño, una vez más tenía el peso de todo sobre sus hombros, y por supuesto, haría lo imposible por lograr su objetivo, no se rendiría así de fácil. — Naoto... ¿Realmente Mikey hizo todo esto? ¿Realmente asesinó a todos?

— ¿Sabes algo sobre esto, Takemichi? La información que obtuviste en el pasado, debe de haber algo... — Sugirió Naoto. — Algo de lo que hiciste en el pasado, quizá es la razón de todo esto, algo que debió causar un gran cambio en el futuro.

Takemichi se sorprendió. — ¿Dices que algo que hice lo arruinó todo? — El chico se negó. — ¡Eliminé a las dos cosas que habrían hecho que Toman se corrompiera! ¡Derrotamos a los Black Dragons y Kisaki fue echado de Toman! ¡Todo debió de haber acabado bien!

El mayor frunció su ceño, reflexionando ¿Qué había hecho mal? ¿Había realmente arruinado las cosas? ¿Fue por decirle a Mikey que él podría con ello solo? Solo había tomado una fotografía antes de volver, tan solo para mantener un recuerdo junto a aquellos chicos.

— Takemichi. Esa foto... ¿Dónde la encontraste? — Hanagaki miró a Tachibana, confundido, señalando con su dedo el sitio sobre el cual se encontró aquel recuerdo inmortalizado, enterándose que no solo había una fotografía, también una carta.

— ¿La foto estaba aquí adentro? — Preguntó Takemichi, mirando la carta detenidamente.

— ¡Espera! Déjame ver esa carta. — Pidió Naoto, tomando la carta y dándole una rápida mirada. — El sello postal no es de Japón, es de Filipinas... ¿Quién envió esta carta?

Takemichi no comprendió, pero aquella carta le llevó a subir a un avión con destino al sitio donde originalmente se creó aquel escrito.

[...]

— Es aquí. — Susurró para sí mismo el chico, mirando una antigua construcción en ruinas. Aquella carta que le había sido enviada tenía una dirección y un mensaje también: "Ven al sitio del cual te hablé antes".

Takemichi no debió de ser muy inteligente para saber de inmediato quién le había enviado aquel mensaje, quizá el chico no estaba allí, pero si había una pequeña posibilidad de encontrarlo, sería la primera vez en ver al Mikey del futuro, y no desperdiciaría la ocasión.

El chico subió, escaló y esquivó cientos de estructuras de aquel edificio, buscando con su mirada por quien fue alguna vez su comandante en el pasado, y presunto asesino de todos los miembros de la Tokyo Manji Gang. Takemichi no sabía si el chico estaría cambiado ¿Cómo era ahora? ¿Habría cambiado demasiado? Sería algo por lo que iría y descubriría por sí mismo.

Los pies de Takemichi se detuvieron de golpe. Era obvio que Manjiro no podría ser el mismo que hacía doce años atrás, debió haber cambiado, y si realmente había asesinado a todos, definitivamente no sería el mismo, por lo que ¿No acababa de entrar descuidadamente en la boca del lobo? Podría estar en peligro sin saberlo, podría ser una trampa de Manjiro para terminar de eliminar a todos los que alguna vez pertenecieron a la Toman. Sus ojos se posaron sobre una pila de escombros y chatarra, era exactamente igual a lo que había descrito Mikey doce años atrás, el mismo sitio.

— ...¿Takemicchi?

Hanagaki giró su rostro al escuchar aquella voz, encontrándose finalmente con Mikey, quien elevó débilmente sus comisuras, mirándole después de tanto tiempo.

— Mikey... — Murmuró el pelinegro. — Uhm... ¿Has estado bien? — ¿En serio? Se regañó a sí mismo el chico. Mikey simplemente respondió.

— Sí. — Takemichi no sabía que más decir, Mikey continuaba mirándole de la misma manera, las palabras simplemente no salían de su boca. Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos del ojiazul, quien se disculpó por su patética actitud. — Parece que sigues siendo un llorón... Nada ha cambiado ¿Eh?... Te traje aquí hoy porque quería pedirte un favor.

— ¿Un favor?

— Vine para rememorar los recuerdos de mi hermano... Y estoy abrumado por tantos de ellos. — Comenzó Manjiro, mirando a la nada, pareciendo continuar recordando cosas. — De joven peleé con muchas personas, aprendí cosas, reí y lloré, así es como hice Toman, y me pone nostálgico recordarlo... Toman cambió.

¿Lo había hecho? Los ojos de Manjiro volvieron a bajar, mirando al ojiazul, quien sonreía de acuerdo con las iniciales palabras del contrario.

— Takemichi... ¿Por qué dejaste Toman? Quería que siguiéramos juntos. — Hanagaki se sorprendió. — Quería que te quedaras conmigo, como lo habría hecho mi hermano, traté de arreglarlo por mí mismo, pero no pude controlarlo... Jamás volveré a ser como antes.

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