26
Oikawa soltó un grito emocionado al ver lo que él papel decía. Subió a la cama y comenzó a bailar a pesar de no tener música que le acompañase.
— Soy tan feliz, soy muy feliz. — Habló mientras daba saltos sobre la cama.
Iwaizumi entró y le observó antes de sonreír y acercarse al castaño.
— ¿Puedo saber el porqué de tanta felicidad?
— ¡La boda está programada! — Respondió. — Es dentro de dos meses.
— ¿La de Hinata y Kageyama? — Tōru asintió emocionado, Hajime le tomó por la cintura y le bajó de la cama, dejando un suave, pero largo beso en los labios contrarios. — Entonces debes de ir a buscar algo qué vestir para la ocasión ¿No?
— Sí, pero no ahora, faltan dos meses. Iré dos semanas antes. — Tomó asiento en la cama y suspiró emocionado, pensando en cómo se vería Shōyō el día de su boda.
Si lo pensaba más a profundidad, sólo quedaban él y Akaashi sin casarse, pero conociendo a Keiji, probablemente contraería matrimonio en cualquier momento, además de que ahora estaban planeando tener un hijo con Bokuto.
Tōru miró a la nada, mientras se cuestionaba a sí mismo si era correcto esperar más. Quizás no llevaba mucho tiempo de relación con Hajime, pero definitivamente se amaban como si llevasen cinco o seis años de relación, tampoco se veía en un futuro terminando con el mayor, debía de saber enfrentar los problemas de pareja como personas adultas, maduras. Solo llegaría a pensar en acabar con la relación si Hajime le decepcionaba a un punto de no querer volver a verle nunca más, pero era algo muy difícil de lograr, Oikawa estaba totalmente flechado por el moreno.
— Iwaizumi. — Llamó Tōru, el azabache le observó. — El domingo iré a comer con unos amigos. ¿Vienes?
— No quiero ser una molestia, no te preocupes. — Tomó asiento al lado del castaño y dejó un cariñoso beso en su mejilla. — Iré a dejarte y recogerte. ¿Bien? Con eso estoy tranquilo.
— Claro. — Tōru tomó la nuca del ojiverde y unió sus labios en un lento beso, jugueteando con la lengua del moreno. No lo admitiría, pero Hajime tenía una obsesión con besar al ojimarrón de aquella forma y sentir el frío metal del piercing contrario hacer acto de presencia. Era excitante.
— Cariño, espera. — El azabache se alejó al sentir que podrían pasar a la siguiente etapa, y dudaba que fuera buena idea, Tōru debía de ir a trabajar en una hora, y él también, en veinte minutos, si terminaban en la cama ninguno querría levantarse para cumplir con sus deberes.
Se observaron por unos segundos a los ojos, Oikawa admirando cada detalle del rostro de Hajime, sus facciones, su mandíbula marcada, como sus clavículas se notaban por su camisa semiabierta, sus labios hinchados y húmedos. Iwaizumi hizo lo mismo, apreciando cada detalle de su pareja, era hermoso, demasiado.
— Al carajo el trabajo. — Susurró Iwaizumi, abalanzándose sobre el menor, quien correspondió gustoso, enrollando sus piernas en la cintura de Hajime. De alguna forma no cumplir con su deber le era excitante, perder un día de trabajo por quedarse a tener sexo con su pareja todo el resto de la tarde, sí, definitivamente lo valía.
(...)
— Necesito ayuda. — Oikawa se dejó caer en el sofá, abrazando a Keiji mientras dramatizaba su llanto. — Akaashi, necesito tu ayuda.
— ¿Qué pasa, Tōru? — El castaño se giró un poco, asegurándose de que su pareja ni Koutaro se encontraran cerca.
— Creo que he entrado en la etapa de querer ser madre... — Susurró, Akaashi abrió la boca con sorpresa.
— Al fin. — Susurró también, abrazando a su amigo con más fuerza. — Yo sabía que en algún momento sucedería, me alegra que fuese rápido.
— No me alegra, me aterra, Akaashi. — Abultó sus labios. — Pensar en tener hijos me causa nervios y ansiedad. ¿Qué pasa si no hago un perfecto rol de madre? ¿Y si en un futuro mis hijos me odian? ¿Qué pasa si por alguna razón Iwaizumi y yo nos separamos? ¿Con quién se quedarán? ¡Terminaré en la calle! — Oikawa comenzó a agitarse, entrando en un ataque de pánico. — Voy a morir, no voy a poder hacerlo, no sirvo para esto, no estoy hecho para esto.
— Tōru, cálmate. — Keiji tomó sus mejillas y las pellizcó un poco, haciendo que le mirase a los ojos. — Oikawa Tōru, de los cuatro, estoy seguro de que tú serás el mejor con el rol de madre. — El castaño frunció su ceño confundido. — Estoy seguro de que tú sabrás cómo cuidar a un niño, que los amarás con todo tu ser, y que tendrás una hermosa familia con Iwaizumi, no pienses en otras cosas que no sea eso, no pasará nada malo.
— ¿Tú crees? — Keiji asintió. — Pero... No quiero hacerlo aún. Es decir, sí, quiero hacerlo ya, pero quiero también terminar mi carrera.
— De todas formas, puedes continuar con tus estudios en línea ¿Sabes? — Oikawa asintió. — A esta edad muchos omegas quedan en cinta, y continúan sus estudios desde casa, se gradúan y consiguen un trabajo, no te preocupes por cosas sin importancia.
El ojimarrón asintió. Era cierto, podría continuar con sus estudios desde casa si lograba quedar en cinta, solo tendría que presentarse para las pruebas, y si lograba ganar este último año, presentarse para su graduación. Le ponía ansioso pensar en formar una familia con Iwaizumi, pero comenzaba a querer hacerlo. No era influenciado por sus demás amigos, claro que no, él realmente lo quería.
— Pero... Quiero hacerlo sin que Iwaizumi se entere. — El castaño rascó su mejilla nervioso. — El problema es que siempre se coloca preservativo, es bastante responsable en ese aspecto.
— Definitivamente te sacaste la lotería con ese hombre. — Rió Keiji. — Verás, hay una forma fácil de lograrlo, pero deberás de hacerlo cuando él no esté.
— ¿Cuál?
— Pincha los condones con una aguja. — El rostro de Tōru comenzó a tomar color. ¿Pinchar todos los condones?
— ¿No se dará cuenta? — Keiji negó.
— Lo dudo, es un agujero diminuto, perfecto para que pase su semilla y fecunde tus grandiosos óvulos. — Bromeó el azabache. Oikawa se sonrojó aún más.
— Siento como si volviera a mis diez años y mi madre me diera una extensa charla sobre el sexo y la protección. — Cubrió su rostro con sus manos, avergonzado. — ... Lo intentaré.
— Ven. — Akaashi le tomó de la mano y le guió hasta su habitación, ambos se sentaron en la cama. Keiji tomó un preservativo y una aguja, pasando ambos al mayor. — Hazlo.
— Pero... Es tuyo... — Akaashi sonrió burlón. — Oh, trabajo fácil para ti.
Oikawa miró la aguja, después miró el envoltorio del preservativo. Usando su inteligencia decidió insertar la aguja por un sitio en donde no fuera tan evidente, después de eso, retiró la aguja e intentó ver si el pequeño agujero se notaba mucho. Efectivamente pasaba desapercibido.
— Bien hecho. — Tomó ambos objetos y los guardó en su mesa de noche.
— Uhm... Tuvimos sexo hace poco, sé que no se negará, pero... No es común que yo comience las cosas, especialmente cuando tengo bastante trabajo, y estos días estoy teniendo bastante trabajo. Me preocupa que sospeche.
— Intenta darle celos. — Oikawa frunció su ceño. Akaashi rió, ahora no era él quien recibía consejos de Tōru, sino que era Tōru quien recibía consejos de él. — Puedes hacerlo con cualquier persona de confianza, cuando se ponen celosos sus instintos animales se hacen presentes de alguna forma.
(...)
— "Lo siento, no pensé en todo". — Keiji rió del otro lado de la línea. Un pequeño resumen de lo sucedido. Tras los consejos de Keiji, Tōru decidió hacer lo que él azabache le dijo, darle celos de alguna forma a Hajime.
Lo que no tomó en cuenta fue lo realmente duro que lo hacía Iwaizumi cuando estaba celoso. No, no se quejaba, en absoluto, pero jamás había experimentado algo así. Escucharle gruñir de molestia, su vocabulario soez y bajo –sin llegar a insultarle de alguna manera–, la forma en que tomaba sus caderas con cada embestida fue jodidamente excitante.
Claro que estaba más que obvio que Oikawa terminaría con un terrible dolor de trasero, con marcas por todo su cuerpo, y con ganas de no volver a tener sexo en diez meses, aunque lo valía, todo lo valía por lograr quedar en cinta y poder crear una familia con el hombre de su vida.
Por supuesto, después de sus acciones, Oikawa no evitó reír ante lo tierno que fue Hajime, disculpándose como un cachorro arrepentido de sus acciones, había sido duro, pero no fue para tanto, solo necesitaría una pastilla para el dolor y listo, podría volver a su rutina diaria, aunque no fue así exactamente como lo tomó Iwaizumi, quien no se despegó por gran parte del tiempo del castaño, pidiendo disculpas por actuar incorrectamente a causa de sus celos, y que no volvería a suceder nunca más.
Aunque no era algo que estuviera en el diccionario de los alfas, "No ser celoso", sonaba imposible.
— Ja, ja. — Respondió con ironía Tōru. — Después de eso Iwaizumi no me dejó hasta media noche, demonios sentí que moriría tras tanto sexo...
— "Pero no me vas a negar que te gustó que Iwaizumi fuera de esa forma". — Akaashi sonrió pícaro del otro lado de la línea.
— Diablos, no... Verle celoso de esa forma... Creo que me he enamorado de una nueva faceta de Iwaizumi. — Suspiró. — De todas formas, seguiré intentándolo.
— "Mantenme al tanto de la situación". — Pidió Keiji, refiriéndose claramente a un embarazo.
— Por supuesto, serás el primero en saberlo. — Ambos se despidieron después de una larga llamada de dos horas, Iwaizumi despertó tras unos minutos y se sentó en la cama rodeando a Tōru con sus fuertes brazos cuando el mismo dejó el teléfono a un lado.
— ¿Seguro que no fui muy duro?
— ¿Muy duro? Creí que moriría, estoy medicado en este mismo momento para no sentir el dolor que sentía hoy por la mañana. — Oikawa suspiró. — Pero supongo que lo valía, y lo seguiría valiendo siempre.
— Realmente lo siento mucho, no quería comportarme de esa forma... Soy terrible.
— No digas eso, Iwaizumi. — Habló el menor. — Fue doloroso, pensé que moriría, pero me encantó, como siempre ha sido, porque te sientas de esa forma no dejaré de amarte, te amo con todo mi corazón.
— No te merezco.
— Entonces, yo tampoco te merezco, Iwaizumi Hajime. — Iwaizumi entrecerró los ojos. Tōru rió, sentándose sobre el regazo del moreno para después recostarse sobre su pecho.
— Yo también te amo, cariño. — Respondió finalmente el moreno.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top