🌸Cuatro
Una noche importante un gran acontecimiento, su luna de miel, un nuevo lazo al inicio de una nueva vida, una marca.
Ya está, se había casado con el Omega que había elegido para que fuera su esposo y con quien iba a compartir el resto de su vida. Con quien tendría cachorros y haría una vida tranquila y bonita. ¿No?
¿No era así?
¿Entonces por qué Diablos no se sentía feliz?
Un nudo en su garganta le impedía poder pasar saliva sin que le lastimara y ni hablar del peso en su pecho que le hacía dificultoso respirar.
Se sentía muy mal, sentía como si acababa de cometer el acto más atroz del mundo y no que se acababa de casar.
No quería rememorar si quiera el acontecimiento.
La coyuntura en sí le provocaba escalofríos y mucho más al evocar el recuerdo de aquellos ojitos verdes mirándolo con disimulo mientras el se casaba con su primo.
¡Por la Diosa Luna! ¿Qué mal había causado él en su antigua vida para pasar por algo como esto? ¿Por qué la vida insistía en complicarle tanto su existencia?
¿Por qué no había conocido antes a Jimin?
Tomó un trago más de Ron directamente de la botella.
Cerro sus ojos para tratar de calmarse pero los tuvo que volver a abrir casi de inmediato porque cada vez que lo hacía las imágenes nítidas de él sobre aquel hermoso Omega arrancandole gemidos de placer se le instalaban como un manto sobre sus ojos.
¡Y le gustaba! ¡Le había encantado!
"Joder" pensó atormentado.
Que lío horrible tenia en su cabeza ahora. Porque podía aún sentir el aroma del Omega en su piel.
Además de todo aquello, de la insistente presencia del Omega de ojos hermosos en su mente tampoco lo dejaba dormir otra interrogante que rondaba por su mente.
¿Qué iba a hacer? Porque ahora el verdadero problema era Hoseok quién lo esperaba en la habitación de la Suite especial para los recién casados en aquel hotel donde hicieron su primera parada.
Su estómago lo sentía pesado sentía que en cualquier momento iba a vomitar.
Se llevó de nuevo la botella a los labios para darle un sorbo largo y después la dejó en la encimera del mini bar. Tomó sus cosas y se fue directo al baño porque necesitaba una ducha de agua bastante fría que le ayudase a volver en sí porque su cuerpo no quería reaccionar.
Estando ahí se despojó de toda su ropa y se vio en el espejo. Dio gracias a la Luna que el Omega había sido suave y no le dejó ninguna marca.
¿Pero en que Diablos estaba pensando? ¡Dando por hecho que se había acostado con otro antes de la boda!
Dejó que el agua recorriera su piel lentamente llevándose los últimos rastros de los besos del Omega de ojos bonitos y se duchó.
Salió porque casi sintió que la piel se le congelaba pues se había quedado demasiado tiempo ahí metido, como queriendo de alguna manera retrasar lo inevitable.
Su esposo lo esperaba para su noche de bodas y él debía cumplir.
Volvió al mini bar y se acabó la botella de Ron y entonces si se dio el valor de entrar en la habitación nupcial.
Se le iba el aire, no podía casi respirar.
Cada paso hacia la cama era como caminar hacia su sentencia de muerte, como caminar sobre la tabla en altamar para enfrentarse con la muerte. Y jamás se había sentido así, jamás había odiado la intimidad con su ahora esposo.
No lo pensó demasiado porque si lo hacía, si se detenía a pensar temía quebrarse y no poder hacer absolutamente nada. Ya le había fallado de la peor manera a Hobi y no quería seguir haciéndolo.
Lo tomó, ahí en aquella habitación, lo besó con furia y no fue tan gentil como hubiera deseado porque su subconsciente no lo dejaba, porque por más que se enfocara en su esposo su mente divagaba y se iba hasta un Omega rubio de ojos verdes.
Se odio a sí mismo al imaginar que aquel cuerpo era de otro.
Su lobo rrasgó su ser enfadado porque aquel al estaban tomando no era su Omega, él no quería otro Omega que no fuera su Destinado. Así que volvió a desaparecer.
Cuando Yoongi alcanzó el orgasmo tuvo que morderse los labios para no dejar fluir el nombre equivocado el cual luchaba por ser gritado con fuerza.
Había llegado la hora, la marca.
La maldita marca que debía hacer.
No anudó, fue instinto o alguna otra entidad que lo hizo salirse antes de hacerlo y sus colmillos salieron y se insertaron fuertemente, pero se negó a marcar a Hoseok. Su marca quedó prendida en la almohada.
Aún no.
Aunque el Omega esperaba ya su marca ésta jamás llegó.
No podía hacerle eso a Park Jimin.
Pero ahora había un Omega confundido que no entendía por qué no había sido marcado. Aunque no quiso presionar. Sonó suave al preguntar que pasaba.
—Lo siento me olvidé... no quise hacerte sentir mal.
—No te preocupes Yoongi es tal vez solo el cansancio y estrés de este día. Ya mañana continuamos nuestro viaje y todo estará bien. Por cierto Minnie ya estará de regreso en Francia y en dos semanas nosotros estaremos pasando por ahí ¿Qué te parecería ir a visitarlo unos días?
Yoongi se tensó totalmente.
Tomó su ropa interior y se vistió aún con la mirada de Hoseok sobre él tratando de descifrar por qué se vestía. Antes no lo hacía.
—Yo no lo creo buena idea, no quisiera llegar y molestar...
—Por favor Yoongi ¿Molestarlo? No creo que no hagamos. Minnie es un chico muy cariñoso y estoy seguro que le encantará vernos. Piensatelo si amor. Sabes que tenía años de no ver a mi primo hasta hoy. Aunque no supero el desfortunio de hoy con lo que vivió por su celo no creo que él quiera volver otra vez.
Yoongi no respondió, no sabia que responder ni siquiera quería estar hablando de Jimin. Cada vez que lo pensaba una punzada se le instalaba en el pecho.
¿Qué habría pasado si le hubiese confesado la verdad a Hobi?
Seguramente no se habría casado o quien sabe si Hobi le hubiese perdonado esa infidelidad.
Si no se hubiera casado ¿Habría ido detrás de Minnie? ¿Minnie lo hubiese aceptado? Pero mierda, si Minnie tenía también novio.
"Minnie"
¿Por qué rayos estaba pensado en eso si no deseaba recordar nada que tuviera que ver con él?
Al día siguiente tomaron sus maletas para proseguir con el viaje que habían planeado con Hoseok por su Luna de miel. Y como bien se había hablado su último destino antes de volver a Seúl era Francia.
Cabe mencionar que no lo pasó bien en todo su viaje, todo el tiempo estuvo inquieto y cabizbajo además de pasar por períodos largos de tristeza.
Éste último no provenía de él, estaba seguro de que estaba experimentando las emociones de Minnie por medio de su lazo.
Al parecer Minnie estaba triste, podía sentirlo muy bien y sentía una gran impotencia por no poder hacer absolutamente nada.
El día del viaje a Francia llegó.
Min Yoongi estuvo a punto de cancelar esa última parada, se quería inventar algo para no ser tan obvio de que no quería pisar ese país Europeo como un trabajo de último momento urgente o algo así. Pero Hoseok insistió tanto que no pudo hacerlo.
Solamente tenían cinco días para pasear por Francia y Hobi decidió que el sería buena idea quedarse con sus tíos y su primo.
Yoongi no quería.
No sabía cómo iba a reaccionar en cuanto viera a Jimin.
Además su lobo no estaba cerca, lo había abandonado desde el día que se casó. A penas podía sentirlo. Solo se manifestaba cuando el lazo le enviaba sensaciones de su Omega al Alfa y aullaba durante toda la noche manteniendolo en vela y después volvía a desaparecer.
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—Hola... si estoy bien las vacaciones han sido increíbles ¿Yoongi? Ah él se ha portado muy lindo y atento. Lo he pasado muy bien aunque, por alguna razón yo... no lo sé pero creí que al ya estar juntos tendría su marca. Pero quizá el quiera esperar un poco más. Volveré a insistir en la siguiente ocación. Adiós cuídate.
Hobi colgó la llamada antes de bajar del avión. Yoongi se había ido al baño y él aprovechó para llamar.
Él no era tonto sabia que algo pasaba con su ahora esposo, habían tenido relaciones en varias oportunidades y en cada una de ellas Yoongi se había negado a marcarlo y no entendía por qué. Además de eso no lo anudaba.
Aunque eso último era menos importante, Hobi no estaba listo para tener cachorros y quizá nunca lo estaría pero no era el momento de hablar de ello así que lo del nudo quedaba en segundo plano.
Quería entender que estaba pasando o que pasaba por la cabeza de su Alfa. Habían hablado tanto de eso antes de casarse, de la marca y el momento indicado. Y ahora que el momento indicado había llegado él no tenía la marca de su Alfa.
Aún así iba a insistir, quería por fin confirmar un lazo con Yoongi.
—¿Todo bien?
La voz de Yoongi lo sacó de sus cavilaciones.
—Oh si amor todo bien ¿Bajamos?
Yoongi asintió y le tomó la mano para bajar del avión y tomar un taxi hasta su último destino. La casa de los Park.
El recorrido fue un poco largo porque el aeropuerto estaba algo retirado de la zona donde Jimin vivía con sus padres. Por eso Yoongi en el camino se dedicó a tratar de mentalizarse y entrenar a su cerebro de que debía conservar la calma o podría delatarse.
Cuando llegaron a la casa de la familia Park y el taxi los dejó la tía de Hobi ya estaba esperándolos afuera con una gran sonrisa.
Los hizo pasar de inmediato.
—¿Y Jimin? —Fue lo primero que pregunto Hobi.
—Está en el Teatro, El sábado tiene una presentación así que estos días se la ha pasado metido allá ensayando y ensayando. Ya sabes como es de comprometido con el baile. Aunque las últimas semanas ha estado un poco triste. Quizá la presencia de ustedes lo anime un poco.
"Lo dudo" pensó Yoongi.
En cuanto pisó la casa su lobo despertó de su letargo.
El aroma de Minnie estaba por toda la casa. Yoongi no pudo evitar salivar un poco al sentir sus papilas gustativas impregnarse del suave y delicioso aroma ácido y dulce pero con un leve toque amargo.
Era la tristeza del Omega.
Cuando los instalaron en su habitación de invitados Yoongi se quedó acostado. No tenía deseos de bajar a tomar café con Hobi ni los padres de Jimin. En realidad no tenía ánimos de nada.
Pero si se había propuesto una cosa; en cuanto vea a Jimin y tenga la oportunidad hablaría con él. Debían ponerse de acuerdo en que iba a pasar con la marca como iban a manejar eso. Además de lo otro que no le dejaba dormir.
La posibilidad de marcar a Hobi mientras que otro Alfa lo marque a él era la única pero no era al cien por ciento confiable. Cualquier cosa podía pasar. Pero algo debían hacer porque no podían seguir enlazados, ninguno de los dos podría seguir su vida normal si estaban unidos.
No supo si se durmió pero cuando abrió los ojos sintió que si lo había hecho. Se puso de pie para bajar a buscar a Hobi y al pasar frente a una habitación en particular el impulso le ganó.
Entró sigiloso en aquella habitación que gritaba Park Jimin por todas partes, el olor del Omega estaba por todos lados poniendo en alerta a su lobo.
En una mesa habían algunos objetos pero lo que Yoongi tomó de inmediato fue un abrigo y lo llevó a su nariz.
Aspiró el suave aroma del Omega llenando sus pulmones de aire perfumado.
El Melocotón y Maple una combinación mortal para su lobo y la fresca fragancia achocolatada de la margarita.
Eso no hizo otra cosa mas que recordarle a Jimin y como se había sentido al tenerlo entre sus brazos. Había cierta parte de él que lo hacía anhelar otra vez estar con él. Cierta parte de Yoongi no se arrepentía de lo que había pasado porque no negaba que le había encantado tomar a aquel Omega y reclamarlo suyo.
Pero su otra parte racional tenía aún un pesar por Hobi.
Después de inconscientemente impregnar su aroma de Sándalo y Agave en el abrigo de Jimin lo dejó sobre la mesa otra vez y se dedicó a observar las fotografías que Jimin tenía sobre el buró.
Habían muchas, pero sobre todo una muy recurrente donde estaba él con un chico alto de cabello negro y una bonita sonrisa.
Inmediatamente sintió celos.
Iba a tomar una pero se detuvo abruptamente cuando alguien en la puerta le hablo exaltandolo.
—¿Qué haces aquí?
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Jimin por su parte no había pasado unas bonitas semanas.
Para empezar cuando le contó a Kookie lo que había pasado éste se enfadó mucho.
Lo dejó botado en la entrada del teatro donde estaban ensayando. Le Gritó muy feo y lo dejó llorando.
Jimin se había quedado tirado en el graderío llorando con desconsuelo al saber que había perdido a su novio. Quizá no le dolía el hecho de que Kookie lo había rechazado, le dolía el hecho de que no lo haya comprendido y que lo haya juzgado cuando no debía.
Las cosas habían pasado y no había sido culpa de él ni de Yoongi. Fue el destino quien les jugó mal y ellos cayeron.
Pero tan pronto como Kookie se había ido había regresado.
Le pidió perdón por reaccionar así, le dijo que todo estaría bien.
Ahora Jimin solo estaba esperando la ocasión perfecta para comunicarle a Yoongi que podían intentar lo de romper su lazo. Aunque muy en el fondo no quería.
Se negaba a cortar su lazo con su Alfa destinado, su lobo también. Por eso lo había abandonado, tampoco podía sentirlo.
Eso lo había sumido en una tristeza profunda. Pasaba las noches llorando y casi no comía. Si seguía así sin energías hasta podía perder el estelar en la presentación que tenía para esos días.
Todo su tiempo solía ahora ocuparlo en pensar en cierto Alfa que no era suyo y pensar justamente en eso le dolía mucho le hacía sentirse sucio y la peor persona del mundo.
Aún no le cabía en la cabeza como pudo. ¿Cómo pudo hacerle eso a su propio primo?
Y lo peor de todo era que seguía añorando a ese Alfa. Al Alfa que por designio de la madre Luna y del destino era suyo pero que no poseía, que no le correspondía porque su primo lo había conocido primero. Pero que no podía negar que le atraía demasiado y que recordaba como lo había hecho suyo.
No podía olvidar su aroma, sus manos sujetando su cintura y sus labios tatuar su piel con aquellos suaves besos húmedos.
Negó reprimiendo esos pensamientos mientras Hobi lo saludaba con un gran abrazo y un beso en la mejilla.
Tuvo que hacer acopio de todo su valor para poder verlo a los ojos, era la primera vez que lo veía después de la boda ya que al acabar había salido corriendo de ahi con una muy mala excusa y nada más tuvo la oportunidad tomó el primer vuelo de regreso a Francia.
Había puesto su mejor sonrisa —Falsa por supuesto— y había saludado a su primo. Pero Min Yoongi no estaba por ahí así que soltó un suspiro aliviado.
Pero...
—¿Qué haces aquí?
El Alfa dio un respingo al verse descubierto por nada menos que el dueño de aquella habitación.
Su lobo hizo acto de presencia al sentir a su Omega ahí en la misma habitación que él y movió la cola feliz al sentir al lobito reconocerlo y aullarle triste.
—Hola Minnie. Perdón no quise entrometerme fue un impulso.
El Omega asintió mientras entraba en su habitación y dejaba su mochila con sus cosas sobre la mesa. Tampoco pasó pro alto la manera tierna en que lo había llamado.
Evitó mirar todo el tiempo a los ojos del Alfa porque sabía que si lo hacía sería un problema.
—No te preocupes Yoongi.
Aquello fue un dardo al corazón del Alfa. La manera tan fría e indiferente en que pronunció su nombre.
¿Pero que esperaba? ¿Un recibimiento cálido?
En realidad no, pero muy muy en lo profundo de su ser en una esquina alejada, apartada y olvidada de su pecho si deseaba saber que el Omega ansiaba verlo.
Aunque sea un poco.
—Lo siento otra vez.
El Omega se quito su chaqueta y Yoongi pudo notar que llevaba una camisa de cuello alto. Aquello podía parecer extraño si no fuera porque en Francia en aquella época estaba tan fría como la antártica.
El lobo de Yoongi se lamentó al ver su marca cubierta oculta como él en el fondo de la conciencia de su humano.
—Yoongi
—Jiminie
Ambos hablaron a la vez.
El Omega esperó y por fin Alzó un poco su rostro pero no le mantuvo fija la vista por mucho tiempo.
—Yoongi. —Suspiró. —Tenemos que hablar.
—Lo sé, yo... necesito que me digas algo.
—¿Qué cosa?
Yoongi trataba de encontrar la mirada de Jimin pero este le huía.
—Has decidido marcar a Hobi. —Dijo Jimin anticipando al Alfa.
Yoongi lo tomó de los brazos y deslizo sus manos hasta tocar las muñecas del Omega.
Su nariz se arrugó un poco al percibir más de cerca el aroma de Jimin pero este venía mezclado con un ligero aroma a Hierba buena.
—Ese aroma
—Es de M-mi novio. —¿Había titubeado al decir aquello?
Todo el valor que se había dispuesto a tener que llegar a casa se vio ligeramente debilitado al estar tan de cerca de Yoongi además por la voz gruesa y demandante con la que le había preguntado por el aroma que no le pertenecía.
—Oh, entiendo. Jimin yo necesito aclarar algunas dudas, esa noche. —Yoongi aún no tenía el valor de decir "el día de mi boda" —Yo no use protección y te anudé.
Las mejillas de Jimin se encendieron de inmediato y desvió de nuevo su mirada algo avergonzado.
—Si es por eso no te preocupes Yoongi, yo me cuido tengo novio ¿recuerdas?
Yoongi parpadeó saliendo de su estupor. Un segundo dardo a su corazón y a su orgullo de Alfa saber que había anudado sin posibilidad de procrear.
Para ser sincero consigo mismo mantenía esa pequeña ilusión. Pero parecía ser que Jimin botaba cada una de sus pequeñas luces de esperanza.
Comenzaba a odiar esa frase.
"Tengo novio" pero igual con que derecho si él tenía esposo.
—Entiendo. —Repitió.
—Si... —Jimin se abrazó a si mismo cuando las manos de Yoongi lo soltaron. —¿Entonces? Si tu quieres realizar la marca yo... podría decirle a... él que haga la suya. Yo lo soportaré.
—Quizá tú si pero ¿Y tu lobo? Jiminie el mio me dejó, hasta ahora que tú estas aquí hizo acto de presencia. Jimin somos Destinados y quiza el humano no sufra pero nuestros lobos si pueden morir, si tu lobo rechaza la marca de otro Alfa y muere estarás en peligro y lo que menos quiero es que algo malo llegue a pasarte. ¿Comprendes?
Jimin mordió su labio con preocupación. Él mismo ya había pensado en eso.
—¿Has intentado marcarlo?
—No. —Respondió sincero. —Simplemente no puedo no me nace yo... no puedo hacerlo porque cada vez que estoy a punto pienso en ti. No sales de mi cabeza Jiminie.
Jimin por fin conectó mirada con el Alfa y pasó la punta de su lengua en su labio inferior, pensando, procesando todo.
Él tampoco dejaba de pensar en el Alfa.
—Yoongi yo... tengo un lío en mi cabeza. —Respondió.
Y es que ambos estaban así, tan cerca el uno del otro que podía sentir sus aromas con claridad y podían percibir sus respiraciones pausadas y densas por la cercanía que llegaba a quemar.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser así?
Porque era algo inevitable, como una pasión creciente resurgiendo desde lo más profundo de su materia de su sustancia intocable.
Porque ahora que sus rostros se acercaban era imposible detenerse.
Porque su destino los llamaba aunque ellos huyeran de él.
Porque ese beso que ahora se estaban dando solo los hacía confirmar sus sospechas de uno con el otro. Se amaban, se deseaban, se necesitaban, sus almas se llamaban a gritos desgarradores.
Y a pesar que abajo estaba Min Hoseok riendo con sus tios, ellos arriba sucumbían al abismo entre besos húmedos y caricias dulces.
Porque el destino así era, así tenía que ser.
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