008- Spend it with me.

I'll be your piece
Your A-R-T
Study my face (face), frame
Put me on the wall
Above the stair, case
If you show me off
I'll be your piece
Your A-R-T❞
























Eran más o menos las dos de la tarde cuando salimos del cuarto de Pia, ya olía a carbón por la parrillada que los pelados estaban haciendo. Por mi parte, llevaba un short de mezclilla, la camisa negra de Jude y obviamente el vestido de baño debajo de la ropa.

No pregunten porque no me quité la camiseta de Jude, es cómoda.

Salimos al patio de la casa de Pia y Eduardo, ya mi gente estaba ahí. La Sofía fue corriendo a saludar al Arda, partete galleta e soda, nojoda es que ni siquiera lo vio muy bien cuando ya lo fue a saludar.

Miré la hora en mi reloj notando que ya eran las tres, cuando justamente tocan el timbre, ay papaaaaa.

—Yo voy.—Sonreí y fui a abrir.

Al abrir la puerta, encontré a Jude y a Alejandro saludandose. Mielda, se me juntó el ganado.

Les sonreí a ambos para hacerme a un lado para que pasaran adentro, cerré la puerta para luego darme la vuelta y notar que ambos no habían ido al patio.

Aja, ¿Cuál es la vaina?

Los miré rayado pasando por el espacio que había entre ambos, Jude y Alejandro, raros.

Al llegar al patio me senté al lado de Rodrygo, quien enseguida me sacó tema de conversación. Eso era lo bacano de esta gente, nunca te dejaban morir en una fiesta marica, de verdad.

Pusieron música a un volumen aceptable, noté que Sofía, Pia y Arda estaban metidos en la piscina cuando Rodry me dijo que iba a meterse también, erda, Rodrygo los va a matar.

Luego de unos minutos de encontrarme sola, Alejandro se sentó a mi lado, le sonreí al verlo porque nunca está de más ser buena gente, además fui yo quien lo invitó y lo dejé botado por allá.

Yo soy la verga, marica.

—Dimelo negro.—Lo abracé por un costado y el correspondió, dejando su brazo rodeando mi hombro.

—¿Cómo estás preciosa? Te veo mucho mejor de lo que te veías anoche.—Bajé la mirada con que cule pena.

A saber Dios que le tuve que haber dicho yo anoche pa que él dijera eso.

—Pues el guayabo se me pasó ahí, más o menos.—Comenté, él me escuchó atentamente.—Pero aja, nada que una buena parrillada post borrachera no haga.

—¿Te meterás a la piscina?—Inquirió el jugador del barça.

—No sé, ¿Tu si?—Apreté mis labios para evitar hacer el chiste del tussi, no marica, esa vaina no va.

—Yo si. Venga Lani, métete conmigo.—Insistió, zarandeandome.

—Ay bueno, bueno.—Rodé los ojos.

Luego de ello me levanté de donde estaba sentada para quitarme la camisa que llevaba puesta, llamando la atención de todos. Me dio pena, no lo voy a negar, pero de pena se murió un burro en Cartagena. Luego me quité el short quedando en un bikini negro que tenía de la última vez que fui a playa en Colombia.

Sin echarles mentiras, todo el mundo me estaba mirando, desde Eduardo y Pia, hasta Jude y Alejandro, verga, que boleta.

Hablando del rey de Roma, el antes mencionado se quitó la camiseta y el pantalón que tenía puesto, quedando en una pantaloneta, obviamente sin camisa.

Marica, yo me estaba dando mi buena ojeada, esos cuadritos no mentian.

Sentí el brazo de Alejandro rodear mi cintura y cuando quería ver, estábamos sampados en el agua. Jueputa, este va a llevar trompa nojoda, ni me avisó.

Cuando salí a la superficie lo primero que hice fue pegarle a Alejandro, para después reírme. Marica así no, casi me ahogo.

El antes mencionado me abrazó, poniendo sus manos debajo de mis muslos, haciendo que mis piernas se enrollaran en su cintura. Mano, mi mamá me ve y me jode, mi mamá me ve y me jode.

—Casi me ahogas, caremonda, eche.—Dije rodeando su cuello con mis brazos.

—Lo sé, lo siento Lani.—Habló mientras se reía.

—A mi esta vaina no me da risa.—Murmuré haciéndome la ofendida.

Él volteo mi cara con su mano izquierda, haciéndome quedar frente a frente con él. Me ponía nerviosa, ¿Pa que decir que no? Pero la real era que no sentía esa conexión que quería sentir, podía pensar que él solamente era para un rato y yo ya no podía pasar en una relación para un rato.

Sus dedos acariciaron mi mejilla, pasando lentamente también por mis labios, tentandome a besarlo. Yo estaba clara de que aquí no se podía hacer eso, Sofía me mocha una teta y Melissa me recontra jode, pero aún así quería hacerlo.

Sentía que tiempo pasaba lento, demasiado lento mientras nos mirábamos, juro que se sentia como en una novela, cuando están a punto de besuquearse ahí y hacen el montaje en slow motion, así mismito lo sentía.

Pero también tenía un extraño sentimiento, lo quería cerca, pero a la vez lejos, porque sentía que estaba haciéndolo todo mal. No me malinterpreten, Alejandro es cule negro hermoso, pero aja, no teníamos esa conexión que yo quería.

Obvio me sentía una perra malparida, porque llegando y coronando mi amor, o sea, dos semanas en Madrid, casi tres y ya me había besado con un futbolista famoso que gana más de lo que vale mi casa. Pero no quería que fuese así, porque siempre había hablado de esto con mis amigas en Colombia, quienes me decían que todo sería por lo serio o no sería y yo siempre les hacía caso.

El momento se vio arruinado por Eduardo, quien se tiró a la piscina salpicandonos de agua a ambos, el hijuemadre me hizo reír, pa que.

Me separé inmediatamente de Alejandro al sentir una mirada intensa sobre mi, no sabía quién era, pero joa, parecía que le debiera plata o que se le perdió una igualita a mi, pero bueno.

Me puse a nadar y a jugar con un balón de voley con Alejandro, no teníamos nada más productivo que hacer, hasta que Brahim trajo el trago. Mano, yo no quería meterme una pea hoy, sobre todo porque acabo de salir de un guayabo que casi me mata, pero a la final, vida es una.

Luego de dos horas, Alejandro salió de la piscina, pues su teléfono no dejaba de sonar con llamadas, pa saber quién era.

—Hey preciosa, debo irme, me necesitan.—Me informó acercándose al borde de la piscina.

—Ah bueno, no te preocupes.—Sonreí para tomar impulso y darle un beso en la mejilla.—Vaya por la sombrita, cuidao y me lo violan.

Él asintió para luego cambiarse y despegarla por donde vino. Yo seguía en la piscina, comía de lo que habían hecho en el borde de esta misma y como yo soy hijueputa, pasaba la comida con trago.

Después me estoy quejando.

Sonreía embobada viendo el atardecer, cuando alguien se sentó a mi lado, sorprendiendome al darme cuenta que era Jude.

Lo miré con una sonrisa ladina, para luego volver a fijar mi mirada en el atardecer mientras tomaba otro trago de la cerveza que tenía en la mano. No pregunten de donde salí yo tan alcohólica, eso lo llevo en la sangre.

—¿Te has divertido con él?—Preguntó Jude en español, haciéndome sonreír.

—¿Por qué lo preguntas, Judy?—Me miró frunciendo el ceño ante el apodo "Judy".

Porque no me has hablado en todo lo que llevo aquí.—Respondió encogiéndose de hombros.—No te lo dije antes pero, que bien te queda mi camiseta.

Bajé la mirada con una pena marica, Jude siempre sabía que decirme para ponerme nerviosa y eso me jugaba en contra, porque ningún hombre había logrado ponerme así antes de él.

Pues la verdad, se me olvidó que estabas aquí.—Confesé para ver su reacción.

Noté que había un atisbo de tristeza en su semblante, así que decidí cambiar lo que había dicho para no sonar como una desagradecida o boba.

—Es mentira Jude, solo juego contigo.—Cambié mis palabras, logrando que su mirada se iluminara.

No me había dado ni cinco de cuenta de que ya eran las seis de la tarde, de que todos nuestros amigos estaban dentro de la casa bañándose para ver películas juntos y que solo nosotros estábamos aquí afuera.

Juega conmigo más seguido, entonces.—Escuché de su parte, haciéndome sonreír nerviosa.

No te gustarían mis juegos, precioso.—Me levanté del borde de la piscina y luego de horas, por fin salí de ella.

Sentía su mirada recorrerme de pies a cabeza, al menos este no disimula mucho las ganas que me tiene, porque eso era más que obvio. Cuando llegué al lugar donde había dejado mi ropa, le hice un ademán para que se acercase y seguir hablando.

Él volvió a dejarte sola, como anoche.—Destacó Bellingham, haciéndome caer en cuenta.

Reí despreocupada, por mucha atracción física que tuviera con Alejandro, no me importaba mucho que lo hiciera. A mí todo el mundo me pone nerviosa, pero como Jude lo hacía, nadie.

A mi me da igual, ¿A ti te molesta, Judy?—Él rodó los ojos ante la mención del apodo.—Va a pasar una brisa y te vas a quedar virolo.

Me molesta, si. Porque has pasado todo ese tiempo con él, para que al final te deje sola nuevamente.—Respondió a mi pregunta, sorprendiendome con su respuesta.—Tiempo que podrías haber pasado conmigo, Kailani, yo jamás te dejaría sola.

Me crucé de brazos y lo miré con una sonrisa socarrona, ¿Esa vaina eran celos o solo soy yo?

—Pues ya estoy aquí, ¿Que tanto?—Murmuré sin darle importancia.—Vamos adentro, ¿Si? Seguramente tenemos que ducharnos y cambiarnos.

Intenté caminar, pero él detuvo mis pasos tomándome de la muñeca.

Quedate.—Murmuró sonriéndome.—Repongamos ese tiempo que no pasamos juntos.

Dios mío negro, me matas, me matas con esa sonrisa.

Nos sentamos nuevamente en el borde de la piscina metiendo los pies, me lo quedé viendo, detallando lo que era él. No vamos a negar que Jude también está bueno, porque lo está. Sus labios eran gruesos y grandes, su perfil era lindo, aquella barba que tenía también me llamaba la atención, sus cejas levemente pobladas y bien perfiladas le daban un toque a su cara, haciéndolo lucir más...hermoso.

Dios mío, cualquiera diría que este negro es etéreo.

—¿Ya terminaste de mirarme? ¿O te doy una foto?—Me sorprendió al decirlo en español.

Ah vaina, él no me va a ganar una a mi.

—Pa eso sí usas el español, ¿Verdad?—Respondí riéndome.—Si quieres darme la foto, allá tu.—Murmuré extendiendole mi teléfono.

Él lo tomó para entrar a la cámara y primero tomarle una foto al atardecer, que ya desaparecía, para luego tomarnos una foto nosotros.

Nos veíamos era chikilukis, ya entiendo porque mis chicas querían que estuviese con él, nos vemos lindos juntos.

Luego de ello hablamos por mucho más tiempo, hasta que se hicieron las siete y media de la noche que decidimos entrar. En la sala solo estaban Brahim, Arda, Eduardo, Vini, Pia, Melissa, Fede y Sofía, quienes veían una película de terror.

Melissa notó que nosotros habíamos entrado después de horas, pero no dijo nada, haciéndome una seña de cerrarse la boca, más le valía nojoda.

Jude y yo entramos al cuarto de invitados, dejando nuestras cosas tiradas en la cama, que recocha marica, quien me viera a mi con este negro.

Él tomó la camiseta que tenía de él entre sus manos, mirándola con una sonrisa mientras yo imitaba su acción, pero mirándolo a él. Era impresionante lo alto que era este man, me saca como tres cabezas y para abrazarme tiene que agacharse demasiado.

Voy a bañarme Jude.—Avisé entrando al baño, él asintió.

Cuando estuve finalmente encerrada en el baño, pude soltar el aire que no sabía que llevaba reteniendo desde hace horas. ¿Que me pasaba? ¿Por qué me ponía a sonreír como una pendeja al verlo? Marica esta vaina no puede ser posible, es que no.

Yo todavía no puedo estar tramada con este man.

Me bañé ahí super rápido, lavándome la cabeza cuidadosamente por lo de que llevaba las trenzas, no demoré mucho tiempo, pero Jude lo sintió como una eternidad, porque ya estaba tocando la puerta pensando que me había pasado algo.

Gente intensa y él.

Me puse la toalla y salí, encontrandomelo cara a cara pues estaba apoyado en el marco de la puerta. Me dio pena, no lo voy a negar, porque marica una persona que apenas conozco viéndome en paños menores, ush no.

Él me sonrió para luego entrar tras de mi y cuando escuché la regadera abrirse, supe que tenía privacidad. Fui a buscar mi bolso con mis cosas, pues ahí tenía ropa interior, todo ese poco de cosas. Me cambié para luego ponerme a secarme el cabello con el difusor, porque aja, ni modo que duerma con el cabello húmedo.

Cuando estaba terminando, Jude salió del baño con una toalla enrollada en su torso, haciéndome tragar saliva y darme la vuelta, marica que boleta, de verdad que pena.

Aunque no voy a negar que el man está bueno, buenísimo Dios mío. My type.

Dejé el difusor a un lado, desconectandolo en el proceso, lo guardé en mi bolso para luego voltear. Jude estaba recostado en la cama de la habitación, haciendo yo no sé que vaina en el teléfono, menos mal porque me iba a dar mucha pena marica, verlo ahí, así.

Me acosté a su lado con mi teléfono y me puse a ver tik tok, no tenía más nada que hacer y tampoco iba a salir allá afuera, ¿Pa que Melissa, Sofía y Pia empezaran con su boleteadera? Nombe no, tengo dignidad.

Justamente me salió un edit del ser humano que tengo a mi lado y como cosa rara, me quedé embobada viéndolo, hasta que reaccioné al escuchar la risa de Jude.

—Aja, a mí no me da risa.—Él siguió riendo y yo rodé los ojos.

Hombres.

Hasta que sentí su brazo atraerme hacia él, provocando que mi cara quedase sobre su pecho. Marica, el corazón me está latiendo como si es que se fuera a salir, Dios mío.

Su mirada y la mía chocaron, haciéndome pensar en que se sentiría besarlo, pero evité todo pensamiento de ese tipo, ¿Que tal y Jude solo quiere que seamos amigos y yo aquí de ilusa? No va.

Mi mentón apoyado sobre su pecho lo hizo sonreír al tenerme tan de cerca, le corté el viaje cuando recosté mi cabeza, sintiéndome cómoda entre sus brazos. Él empezó a acariciar mi cabello, dándole vueltas suavemente a las trenzas que tenía entre sus dedos, yo no sé, pero a mí esa vaina me da full sueño.

Me sentía cómoda con él, porque las palabras sobraban y no siempre teníamos que estar conversando para tener un ambiente cómodo.

Luces tan hermosa así...—Murmuró pensando que estaba dormida y no lo había escuchado.

Mordí mi labio discretamente para que él siguiera haciendo lo que estaba haciendo. No lo conocía de mucho, eso era verdad, pero quería conocerlo de todo y saber a qué podría llegar esta conexión, esta chispa.

Me removí acomodandome bien, él apagó las luces, dejando solo la tenue luz de su teléfono, quedamos frente a frente pero no podía abrir los ojos, me iba a dar algo si los abría. Él me abrazó por la cintura dejando mi cabeza sobre su brazo, mi cara estaba en el hueco que se hacía entre su cuello y su clavícula, Jude olía demasiado bien, no lo voy a negar.

El cansancio que sentía me hizo efecto, durmiendome minutos después de acomodarnos así, pues Jude seguía con sus caricias, pero esta vez en mi espalda.

Vamos a recapitular, me pone nerviosa, es lindo físicamente, su trato es delicado conmigo, su personalidad es chévere, a veces me hace reír y cuando estamos juntos, se siente un ambiente bacanisimo, tras de eso me gusta, o sea.

No puede ser posible este suceso.

Cómo yo no sé dormir sin montar la pierna, eso fue exactamente lo que hice inconscientemente, le monté la pierna mientras que con mi brazo izquierdo me aferraba a su torso.

Que sueñito más bacano marica.

Author's Note 💘

Feliz navidaaa
Este es su cap de navidad mis amores, gracias por leer este libro
Besosss

-With love, Danna 💗

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