002- The travel.

Star Trek roof in that Wraith of Khan
Girls get loose when they hear this song
A hundred on the dash get me close to God
We don't pray for love, we just pray for cars❞





























Mano, que calor.

Estábamos en clases de religión y créanme cuando les digo que esta clase es la más aburrida del mundo. O sea, no estábamos dando nada bueno, ni un solo debate, nada pa pelear con alguien.

Así no se puede.

Ari tocó mi hombro llamando mi atención, con cuidado voltee, porque ese profesor es el diablo en persona incluso si es cura.

—Hablalo.—Dije y ella se echó a reír.

—¿Cómo está eso de que te vas pa España? No me habías dicho.—Mencionó ella haciéndome abrir los ojos.

—Ah sisas, de regalo de cumpleaños y de graduación.

—¿Tu mamá sabe que el primero de noviembre salen los resultados del icfes?—Preguntó ella, la miré como si es que hubiera dicho un improperio.

—Chacha, satánica.—Respondió Mariana, provocando que casi me riera.

—Marica, aquí no se habla de Bruno, no se habla de los icfes.—Murmuré.—No te creas, a mí esa monda me tiene preocupada.

—¿A quien no? Es la verdadera pregunta.—Expresó Isabella.

María solo se dedicó a bufar antes de reírse, nosotras estábamos más preocupadas por esos icfes. Les explico, los icfes son una institución en Colombia encargada de diseñar y administrar pruebas estandarizadas para evaluar el nivel de conocimientos y habilidades de los estudiantes en diferentes etapas educativas. La más conocida es la Prueba Saber 11, una evaluación que deben presentar los estudiantes de último año de secundaria y que mide sus competencias en áreas como matemáticas, lectura crítica, ciencias naturales, sociales y ciudadanas, e inglés. El puntaje obtenido en esta prueba es importante para el ingreso a la educación superior en el país.

Cómo deberán imaginarse, yo por estar en grado once, me tocó hacer esas pruebas hace unos meses. Obviamente uno carga el aplique de que tiene que sacar buen puntaje para poder estudiar lo que uno quiera e incluso con becas, pero aja, yo me parcho porque el que no se parcha, se lo lleva la recocha.

Obviamente la mención de esta prueba antes del viaje me ponía nerviosa, porque quien sabe mi mamá se entere de los resultados y sean malos, será como pa que me deje botada en Bogota.

Pero bueno, no quiero darle mente a eso, porque se que me voy a poner a sobrepensar y esa no es la idea, obviamente.

Finalmente las clases acabaron y calabaza, calabaza, todo el mundo pa su casa. Íbamos saliendo todas con los brazos entrelazados, eso ya era una costumbre. Chismoseabamos sobre cualquier cosa porque nunca falla a la salida.

Me encontré con mi papá a la salida y me despedí de mis amigas, me subí a la moto y emprendimos el viaje a la casa.

Nótese que me gusta montar moto.

Viernes.

Estaba hecha un culo. Ya había salido de clases finalmente y este fin de semana me iría a Madrid, de hecho, mañana salía mi vuelo de Santa Marta a Bogota y así hasta llegar a España.

Estaba muy nerviosa haciendo ese poco de maletas marica, en mi bolsito de mano metí lo indispensable, el cargador del reloj, el cargador de los airpods, el del teléfono aún no lo metería porque tenía que cargar el mío antes de irme. Llevaba ropa para invierno porque aunque no lo quiera admitir, yo soy una marparia friolenta y sabía que me iba a dar sendo frío si me las tiraba de loca.

Mi mamá me miraba desde el marco de la puerta con una sonrisa. Ella sabía que esto era mi ilusión, que nada más en el mundo me haría feliz que esto. Siempre había querido visitar España, me parecía un país impresionante, también porque quería ver qué posibilidades habría de quedarme a estudiar allá, la universidad.

Además de que faltaba una semana para mí cumpleaños y eso me ponía muy feliz. Ya iba a ser legal, realmente legal marica, iba a sacar mi cédula y podía manejar moto obviamente con la licencia de conducir.

Terminé de meter los zapatos en una bolsa para luego ponerlos en la maleta, cerrandola finalmente. Me senté en el suelo cansada y me reí ante la mirada tierna de mi mamá.

—Ve, ¿Tu desde cuándo estás ahí?—Pregunté riéndome.

—Uso muchacha, desde que yo estoy aquí. Estabas tan azarada haciendo la maleta que ni te diste cuenta.—Sonrió acercándose a darme un beso.

—Estoy nerviosa mami, ¿Y si me esmierdo llegando allá? ¿O se cae el avión? Ay no.—Murmuré mordiendo mi labio.

—No seas boba Kailani, vas a llegar con bien a España. Además, tu ya estás grandecita y puedes valerte por ti misma.—Respondió mi mamá.—Hasta mañana hija, tienes que levantarte a las tres mañana.

Asentí y ella salió.

Me acosté en mi cama sin antes apagar la luz de mi cuarto, suspiré poniendo la alarma y poniendo a cargar mi teléfono, cerré los ojos aunque sabía que la emoción no me iba a dejar dormir, hice el intento.

No supe en qué momento me dormí, pero si sabía que mi hermana menor había agarrado mi teléfono y estaba reventandome los tímpanos con la canción que había puedo de alarma. Abrí los ojos viéndola ahí, sosteniendo mi teléfono.

'Dita sea, Luciana.

—¿Tu que haces despierta a esta hora carajita?—Murmuré quitándole mi teléfono.

Tres de las hijueputas mañanas.

—Mi mamá dijo que te despertara, que ya te vas para España.—Murmuró ella con una sonrisa y yo abrí los ojos.

Salí volada a prender la luz y a bañarme, hacía frío, pero no tanto como yo supongo que haría en España. Me cambié y me puse algo cómodo para poder viajar, una chaqueta, unos jeans tiro alto y un top blanco. Agarré mi maleta y mi bolsito de mano, desconecté el cargador y torpemente lo metí en el bolso.

Mano, perdonenme, pero así son los nervios.

Mi hermana bajó las escaleras detrás de mi, en el primer piso estaban mis papás con una sonrisa, mi papá me ayudó con la maleta para finalmente salir. El aire frío de la madrugada me impacto, mi papá subió al carro la maleta en la parte de atrás, mi hermanita subió al carro junto a mi y mi mamá, los nervios me estaban jugando en contra.

En el camino al aeropuerto Simón Bolivar de Santa Marta pensé en muchas cosas, ¿Que haría? ¿Dónde iría? ¿Conocería a nuevas personas?

Mi hermana me abrazó mientras se quedaba dormida, sabía que ella no quería que me fuera porque era muy apegada a mi, pero pues esto era lo que yo quería.

Al llegar al aeropuerto salí del carro, el vuelo era las cuatro y media de la mañana, así que estábamos a tiempo. Hicimos todo lo que debíamos hacer y ya estaba despidiendome de mi familia para irme a Bogota y luego a España. Finalmente mis papás me dejaron en la zona de vuelos nacionales, mi mamá me indicó que en WhatsApp tenía la información de todo, del air bnb, de los vuelos, absolutamente todo. También me informó que tenía suficiente plata en la cuenta como pa todo un mes.

Ajo, es que se lucieron marica, son ellos en full hd.

Les di un último abrazo y a mi hermana menor un beso en la frente, para luego caminar hacia la entrada de los vuelos nacionales. Ay no, nojoda, tengo que dejar estos nervios bobos.

Ni que me fuera a pasar algo.

Luego de unos minutos llegué a mi puerta de embarque, eran ya las cuatro de la mañana así que suponía que empezaron a subir las personas al avión y no estaba equivocada. Justamente llamaron a abordar cuando llegué, así que me tocó subir a mi. Le di una última mirada al aeropuerto mientras le mostraba mi pase de abordaje a una trabajadora, me dejó pasar y finalmente solté el aire que tenía retenido.

Dejé el pase de abordaje dentro de mi bolso de mano, para luego subir y buscar mi asiento. No era muy complicado, justamente me había tocado en ventanilla, así que yo feliz. Terminé de revisar mi bolso de mano, pasaporte, cargadores, audífonos, brillo labial, un cepillo, cepillo de dientes, crema.

Listo nojoda, estoy es hecha.

El abordaje termino luego de unos minutos, empezaron con lo rutinario y despegamos rumbo a Bogota. Me puse mis audífonos y empecé a escuchar musica, hasta que cerré los ojos y me dormí.

Menos mal estaba sola en la fila mano, porque que pena.

Luego de una hora y media llegamos a Bogota, mi primera conexión, inmediatamente bajé y corrí hacia la otra puerta de embarque, la cual estaba en la zona de vuelos internacionales. Menos mal alcancé a llegar porque, ¿Se imaginan yo perdiendo el vuelo? Muy salada sería.

Hice el check in y la documentación necesaria, mostrando mi pasaporte y con mucha pena, mi tarjeta de identidad. Uy no marica, eso es lo peor que tú puedes hacer en el mundo.

Luego pasé los controles de seguridad, revisaron mi bolso de mano y pasé por esa máquina que detecta metales y vainas raras. Obvio también me revisaron porque la gente aquí es como desconfiada.

Luego pasé con el oficial de migración, quien luego de verificar mi identidad con el pasaporte y la tarjeta de identidad, selló mi pasaporte. Ush jueputa, esos oficiales le huelen el miedo y los nervios a uno.

Me dirigí hacia mi puerta de embarque para esperar el vuelo, antes de llegar, me compré un café en Starbucks, ese siempre había sido mi sueño marica. Si, se que es un sueño un poquito raro, pero no me importa, que viva el capitalismo nojoda. Abordé el avión mientras me tomaba mi café bien relajada, aquí me esperaban largas horas de vuelo, así que debía ponerme cómoda.

Nuevamente me tocó en ventanilla y lo agradecía, pues esta era mi primera salida del país y necesitaba verlo todo por última vez para no olvidar de dónde vengo.

Ay si, como si me fuera a mudar, mera estúpida.

Después de once horas, una dormida de cinco horas, comida de avión rara y que se me descargaran los audífonos, llegué a Madrid.

¡Joda, soy feliz!

Feliz con el culo acalambrado.

Obviamente pasé por el control de migración donde me pusieron el icónico sello y me dieron la bienvenida al país. Fui a buscar mi maleta para poder irme al air bnb y dormir mano, porque ya no podía más. Según mi reloj, en colombia eran las seis y media de la tarde, pero aquí en Madrid eran casi las doce de la noche.

Decidí tomar un taxi para llegar a mi lugar de descanso, mano, el jet lag me está pegando durísimo. Le di la dirección al señor, quien fue muy amable al notar que me estaba durmiendo literalmente. Luego de media hora, llegué al air bnb, le pagué al señor quien amablemente me ayudó a sacar la maleta, dejándome frente a la imponente puerta del lugar donde estaría el resto de mi viaje.

Yo sí soy dramática, disque imponente.

En realidad, es un piso de un edificio.

Una chica de más o menos veintitrés años, me recibió, dándome las reglas, las indicaciones y todo. Le agradecí y ella se fue para dejarme descansar, mano por fin, tengo un sueño que pareciera que fueran dos, no me sentía así desde el jueves que me trasnoché haciendo un proyecto. Dejé mi maleta a un lado de la cama de la habitación del lugar, era grande, tenía una cama king size y bueno, con el frío que estaba haciendo no me molestaría tirarme en ella.

Saqué mi pijama de la maleta para ponermela, la dejé sobre la cama mientras me quitaba los zapatos. Marica, que frío tan hijueputa este, se me olvida que esta gente si tiene todas las estaciones y tienen el invierno.

Allá en Santa Marta mínimo están sin luz y lloviendo.

Llamé a mi mamá mientras me dirigía al baño para lavarme la cara y los dientes, la antes mencionada respondió inmediatamente.

—Hola hija, ¿Cómo estás?-Sonreí al escucharla.

—¿Quieres que te sea sincera, ma? Y con todo el respeto del mundo.—Un sonido de asentimiento sonó del otro lado de la línea.—Vuelta mierda y valiendo monda.

—Tu si eres guache niña.—Respondió ella riéndose.—¿Que hora es allá?

—Según el reloj internacional del teléfono, las doce y media de la noche, allá deben ser las siete y media, ¿No?

—Exactamente.—Sonreí, la pegué, soy una pepa.—Entonces duerme, me imagino que el jet lag debe estarte volviendo nada.

Solté un pequeño "mjm" porque tenía crema en la boca, mi mamá colgó y dejé el teléfono a un lado en el lavabo. Terminé con ello y salí sin antes agarrar mi teléfono, me cambié para luego tirarme sobre la cama a descansar, puse a cargar mis audífonos, el reloj y el teléfono, para luego envolverme en las sábanas y quedarme dormida

Dulces sueños, Kai.

—¡Pia! ¿Has visto mi chaqueta?—Escuché a mi hermano al fondo, Meu Deus.

—Ustedes los hombres son tan desorganizados.—Dije extendiendole la chaqueta a mi hermano.—Tu ferais mieux d'arriver tôt, Eduardo.

—Si hermanita, yo llego temprano, no te preocupes. Además, apenas son las cinco de la tarde, no seas tan gâcher le sport.—Murmuró él para luego acercarse y darme un beso en la mejilla.—Te dejé la tarjeta en la mesa, puedes salir y hacer lo que quieras, je t'aime beaucoup.

Asentí cruzandome de brazos con una sonrisa. Mi hermano siempre sabía cómo manipularme para que no le dijera nada por llegar tarde a casa, porque él sabía que eso me molestaba. Fui a arreglarme para salir al centro comercial, me puse algo sencillo pero siempre con chaqueta ya que el invierno estaba por llegar y el ambiente más que cálido, ya estaba empezando a ser frío.

Tomé las llaves y salí, me subí a mi auto y me dirigí al centro comercial más cercano. Necesitaba comprar ciertas cosas y que más que ir allí.

Al entrar primero me dirigí por un café al Starbucks, me encantaba el café de allí, era como muy hogareño o no lo sé, solo me gustaba. Al tenerlo entre mis manos y por estar guardando algo en mi cartera, choqué accidentalmente con una chica, casi vertiendole mi café encima.

—¡Ay, perdoname! ¡Perdón! Dios mío, Kailani, pasando pena.—Murmuró ella y yo la miré con una sonrisa.

—No te preocupes, fui yo quien chocó contigo, lo siento mucho.—Sonreí tratando de tranquilizarla.

Ella me devolvió la sonrisa en un gesto agradecido.

—Perdona si mi reacción fue muy exagerada, es que me la paso de accidente en accidente desde que llegué aquí.—Mencionó ella, un poquito sonrojada aunque era morena.

Eh, con razón, si esta tía no es de aquí.

—Tranquila. Mi nombre es Pia Camavinga.—Extendí mi mano hacia ella e inmediatamente ella la estrechó.—¿Cómo te llamas?

—Kailani García, mucho gusto.—Ella sonrió, dejándome ver su perfecta dentadura.

Dios mío, esta mujer es etérea, a cualquier hombre le gustaría.

—¿De donde vienes Kailani? No luces de por aquí.—Pregunté poniéndome a su lado.

Empezamos a caminar por el centro comercial, realmente había olvidado mi propósito de venir aquí, todo por una nueva amistad.

—Soy de Colombia.—Respondió con temor.—Más específicamente de Santa Marta, Magdalena. Es una ciudad costera muy hermosa, pero también calurosa.

—Ya decía yo, una colombiana eh, todas son muy lindas y tu no eres la excepción.—Ella sonrió nerviosa.

—¿Y tu? ¿Eres de acá de Madrid?—Preguntó Kailani.

—No exactamente, tengo doble nacionalidad, soy francesa y nací en Angola.—Sonreí enganchando mi brazo con el suyo.—¿Por qué tengo la leve sensación de que este será el inicio de una bonita amistad?

—No puedo no estar de acuerdo contigo, Pia.—Dijo ella asintiendo.

Seguimos caminando y por fin entramos a unas tiendas. Nos probamos ropa juntas y ella me explicó que venía de vacaciones no tan vacaciones porque aún tenía que terminar la escuela donde ella vivía. Estaba próxima a cumplir los dieciocho años y este había sido su regalo.

También me explicó que estaba en el centro comercial para comprar algo de ropa para el frío, ya que esto la estaba matando. Cómo yo ya estaba acostumbrada, decidí llevarla a una de mis tiendas favoritas para que ella comprase ropa. A su vez, le regalé accesorios y una bufanda que me había gustado.

Esa chica me había caído muy bien.

Me contó que había venido en transporte público, así que decidí primero llevarla a su casa para que pudiera dejar las bolsas de compras y luego viniera conmigo para una pijamada que habíamos planeado en tan solo media hora.

Y así fue, ahora nos encontrábamos en mi habitación envueltas en las sábanas de mi cama mientras veíamos Scream VI, una de mis películas favoritas. En un momento le puse pausa para hablar con ella y preguntarle más sobre su país y sobre ella.

—Kailani, ¿Puedes hablarme más sobre tu país?—Pregunté, acomodandome frente a frente.

—Bueno...Colombia es un país lleno de diversidad cultural, también de flora y fauna, si pudiera describirlo en palabras sería: Verde, folclor y amor. Somos tan dedicados en las cosas que hacemos y a veces tan carismáticos que podemos alegrar los lugares a donde vamos con solo hablar.—Respondió ella en un suspiro.

—Que hermoso, me encanta como te expresas sobre tu país. Háblame de ti, ¿Que cosas te gustan? ¿Cual es tu segundo nombre? Cosas así, yo también lo haré.

—Mi segundo nombre es un nombre que mi mamá escogió por una cantante, Aaliyah. Es hermoso, ¿Sabes? Casi nunca se lo digo a nadie.

Asentí a medida que ella iba hablando.

—Mi segundo nombre es Ro, literalmente, Pia Ro Camavinga.—Dije haciéndola reír.

—Mano, a ti como que no te querían, pa ponerte ese semejante segundo nombre.—Dijo ella entre risas.—Yo soy Kailani Aaliyah García Arias.

—Woah, que nombre tan lindo, a ti si te adoraban cuando te lo pusieron.—Murmuré haciéndola reír.—Nunca te pregunté, ¿Cuando es tu cumpleaños?

—El veintiséis de octubre.—Respondió ella y algo en mi hizo click.

Ese día, era el día de El Clásico.

Author's Note 💕

Epaleee, ¿Cómo están?
Para ir aclarando de una, cuando los diálogos estén en cursiva, están hablando inglés, francés o portugués, porque como sabemos, los jugadores del Real son de distintos países y más en los diálogos de Jude, ya que él habla inglés.
Ily all.

-With love, Danna 💗

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