𝟭. 𝗔𝗥𝗧𝗛𝗨𝗥 𝗟𝗘𝗖𝗟𝗘𝗥𝗖










🫀








DEDICADO A girlofmyidols

ADVERTENCIA: CAPÍTULO LARGO



🫀













"DAYLIGHT"








10/06/2022
Tiempo actual
📍Mónaco, Montecarlo.

Perdido.

Así me encontraba cada vez que Gigi Turner me sonreía.

Vivía día tras día perdido en su belleza. Deleitado y feliz al tenerla desde los nueve años en mi vida; la conocía muy bien, y no dudaba en agradecerle a la vida aquel 4 de febrero cuando mi hermano mayor, Charles, la golpeó con el balón de fútbol en pleno parque.

Sí, las cosas comenzaron extraño. Sin embargo, mi familia rápidamente congenio con la de ella después de ese momento. Y desde ese entonces, no había día en que la familia Turner se la pasaba de visita en nuestro hogar o acompañándonos a múltiples eventos y viceversa.

Charles, a pesar de empezar con el pie izquierdo, a diferencia mía fue el primero en congeniar; se la pasaban día tras día jugando, mientras que yo, la miraba como tonto sin saber que decirle.

A la edad de 11 años en mi cumpleaños me anime en hablarle, y no se imaginan lo feliz que fui al verla sonriendo.

Sonriendo para mí.

Desde ese entonces, mi relación Gigi avanzó de una manera impresionante; la acompañaba a todas partes, al igual que ella a mí.

A la edad de los 15, en una de nuestras tantas salidas con mis amigos, reconocí que los sentimientos que tenía hacía Gigi no eran del todo como pensaba; no soportaba verla tan junta con un chico, ni mucho menos, el que sonriera de la misma manera en como lo hacía conmigo.

La quería.

Solo que era muy ciego para reconocerlo.

A la edad de los 18, finalmente lo aceptó a regañadientes. Viendola con su primer novio, el cual, no me agradaba en lo absoluto; no solo por lo idiota que era con ella, sino también, porque estaba quitando aquel lugar que creía mío.

Desde ese entonces, llevaba 7 tortuosos años en los que opté por callarme, ignorar aquellos sentimientos hacía ella que cada vez más crecían.

Pero a medida de tiempo, me costaba disimularlo.

Y todo, por no ser valiente.

Para empeorar la situación, mi día no fue el mejor. Si bien, era comienzo de temporada y las cosas no estaban saliendo como yo deseaba; fallas en el motor y comunicación era lo único que abordaban.

Suelto un quejido sentándome agotado en el sofá. Tan solo quería quedarme en casa, y no hablar con nadie por lo mal que me estaba sintiendo en estos momentos.

Cierro mis ojos recostándome un poco más en el asiento, pensando en que podría de distraer aquellos pensamientos que no me dejaban tranquilo. Y en eso, se me ocurre una idea.

Una que, generalmente funcionaba cada vez que mis ánimos estaban por los suelos.

Prendo el televisor con prisa, y busco la sección en donde se encontraban una que otras grabaciones que hacía mamá cuando éramos pequeños. En las cuales, en su mayoría se encontraba Gigi.

Muy nostálgico de mi parte dirán ustedes, pero no puedo negar que una de las cosas que me mantiene de buen humor en un día tan opaco, es ver una que otra grabación de momentos que tuve con Gigi en mi infancia.

Suelto una pequeña carcajada deleitado al verla animándome en una de las carreras que solía hacer con Charles en unos carritos que teníamos. Sin dudas, Gigi era la encargada desde hace mucho tiempo en sacar mis mejores sonrisas en tiempos que sentía que todo estaba mal en mi vida.

¿Mal día?preguntó mi hermano mayor, posándose a un lado mio.

Asiento con la cabeza sin dejar de mirar la pantalla del televisor de la sala. Lo menos que quería era tener que volver a recordar el mal comienzo de la temporada.

En eso, suelto una pequeña carcajada al ver el siguiente clip.

¿Es que no había ningún momento en el que no saliera bien? Pensé risueño y divertido al ver como una pequeña Gigi estaba riéndose totalmente manchada de lodo.

¿Por qué no le dices que la quieres?—escucho la voz de mi hermano retumbar mis oídos, sacándome de mis pensamientos. Volteó a mirarlo con el ceño fruncido, aturdido por lo que dice. —No me mires así, sabes a lo que me refiero.

—¿Disculpa?—le preguntó confundido, pidiendo que se explicará de una buena vez. —No, no lo sé.

—Arthur, soy tú hermano. —suelta una carcajada. —Vamos, te conozco. ¿Te pasa algo con Gigi?

Suelto un suspiro hondo.

Poco es decir lo que me sucedía cada vez que la veía. Y es que, ¡dios! mi respiración y palpitaciones se aceleraban cada vez que su hermoso cabello castaño relucía por los rayos del sol, sus tiernos ojos brillando con diversión y su espléndida sonrisa siendo la más bella de todas las que he podido de apreciar en mi vida.

—Osea... no es que me guste. —aclaro, con la voz un poco temblorosa. Charles me mira arqueando su ceja derecha con diversión, provocando que soltara un bufido. —Bueno... está bien, tal vez sí me gusta. Un poco. No es algo que tenga decidido, en realidad.

—Tampoco es algo que se decide. Lo tienes que sentir. —aprieto los labios y asiento. Tiene razón. Sin embargo, para mí siempre fue un poco difícil notar qué es lo que siento.

Usualmente me contradigo todo el tiempo y me resulta imposible estar seguro de algo. En especial, cuando se trataba sobre mis sentimientos.

Nunca había tenido una conversación con Charles sobre estos temas, y para ser la primera vez, a pesar de los nervios que me carcomen por dentro, en cierta manera a su vez me sentía seguro comentándole.

Había tenido 2 relaciones a lo largo de mi vida, las cuales, nunca me había sentido de la manera en como Gigi me provoca con tan solo una mirada; pensé que nadie se había percatado de ello, pero al parecer, nuevamente estoy equivocado.

Trago saliva con miedo. Ansiando con todas mis fuerzas que ella no se diera cuenta de todo lo que siento, al menos, no por ahora.

—Sé lo que estás pensando. —me dice, suavizando la voz para que pudiera calmar los nervios que sentía en estos momentos. ¿Pero cómo podría no hacerlo? Cada vez que mis oídos resonaban su bello nombre el tiempo se hacía rápido. —Y no es tu culpa. Lo intentaste hasta donde pudiste. No está mal que te hayas fijado en ella, es algo normal.

—Ya lo sé, pero...—relamo mis labios. —A veces me pongo a pensar que sé qué tan bueno sea el que sienta este tipo de cosas por la chica que ha sido como una hermana e hija en nuestra familia.

—¿Y eso qué tiene que ver? —arquea su ceja divertido.  —Arthur, de verdad, date cuenta que es una ventaja para tí el que todos la queramos. Inclusive, llegó a pensar que mamá sería la primera en aprobar su relación.

Resopló frustrado.

Charles tenía toda la razón viéndolo de esa manera. Desde la llegada de la pequeña de los Turner nuestras vidas habían cambiado por completo, volviéndose de unos días grises y monótonos a un color vivo y lleno de alegría.

—¿Y si la espanto?—preguntó sintiendo como me tiembla un poco la voz, y todo, por la inseguridad que estoy teniendo en mi mismo. —No lo sé, Charles. De verdad que no quiero incomodarla ni mucho menos arruinar los años de amistad que tenemos por mis sentimientos.

—Pero nada. —Su tono de voz es dulce y me hace sonreír. —Deja de pensar tan negativo, Arthur. Gigi te quiere, todos lo notamos. —me asegura. —Es una gran chica y no está mal que estés sintiendo cosas por ella.

Estaba por responderle hasta que un "ya llegué" resonó por los pasillos de la casa, y en mis labios con suma rapidez se cuela una sonrisa sin previo aviso al escuchar la dulce voz de Gigi.

—Creo que ya te perdimos.

¿Tanto se notaba lo mucho que la quería en mi vida? me pregunto al sentir mis mejillas se enrojecen al escuchar su comentario. El recuerdo de su armoniosa y melodiosa risa se cuela en mis pensamientos, provocando que me sonroje aún más de lo que ya me encontraba.

Estaba mal, y lo sabía.

No cabía dudas que ella era aquella chica que me hacía sentir como un niño.

Un niño, totalmente enamorado.

—Yo de ti empezaría a insinuarme. —me dice Charles con una sonrisa en su rostro. —Es tan solo un consejo que te doy, Arthur.

—Lo haría. De verdad que sí, pero supongo que no soy lo suficientemente valiente para decirle todo lo que siento. —suelto un suspiro antes de continuar. —Por ahora prefiero dejar las cosas como están, Charles.

Charles negó con su cabeza con desaprobación. Sé bien que no esperaba ese tipo de respuesta.

—Si tú lo dices. Tan solo no te tardes mucho, porque puede que alguna otra persona se adelante y pierdas la oportunidad de estar con ella. —dice Charles antes de irse, provocando que las últimas palabras resuenen en mi cabeza.

Nuevamente mi hermano tenía la razón.

Tomó una gran bocanada de aire para luego levantarme del sofá e ir a buscarla. Quiero negarlo pero no puedo. Sé que aunque por más que intente no pensarla, su sonrisa es la razón por la que mis días son mejores.

—Supongo que algún día, ¿no?—me digo a mí mismo dándome ánimos.












[...]








—¿Irás a verme en el recital? —me pregunta con su característica voz suave. Gigi se encontraba sentada a un lado de mi cama; se supone que íbamos a tener una pequeña maratón de una de sus series favoritas, sin embargo, poca atención le prestó al tenerla tan cerca de mí.

Gigi estaba con una de mis camisas y un short deportivo. La diferencia entre nuestras alturas era notoria, desde luego, mi camisa le quedaba como vestido.

—La pregunta ofende, Pecas. —bromeó, provocando que ella voltee a mirarme con su cálida mirada y sus mejillas sonrojadas. —¿Por qué no iría a verte?

—No lo sé, tan solo se me vino esa pregunta a la mente. —admite. —Llegué a pensar que quedarías con Ollie para salir o con tus hermanos.

Ruedo los ojos divertido. Gigi era una persona un poco distraída que no se percataba de mis acciones.

—Pecas, sabes bien que cada vez que tienes un recital mi itinerario está únicamente para tí. —le recuerdo, provocando que sus mejillas adquirieron un color rosa en ellas. Sonrió en mis adentros sintiendome victorioso al haberla hecho sonrojar, y suelto una pequeña risa al verla de esa manera.

Gigi rápidamente se recuesta sobre mis piernas, dándome una perfecta vista de su armonioso rostro; su piel era como la porcelana, adornada de unas perfectas facciones, con unas pobladas cejas y caída de pestañas color café, los luceros de sus ojos caoba como un expresso y sus carnosos labios color cereza.

Todo de ella era simplemente bello.

—¿Tengo algo? —preguntó con una ceja levantada, sacandome de mis pensamientos.

—Nada. —niego, sacudiendo la cabeza. —Deberías cambiar la serie, está un poco aburrida.

—No no no, a mi no me vengas con eso. —niega divertida. —Dime ¿Por qué me ves de esa manera en qué lo estás haciendo, Arthur Leclerc? —me preguntá divertida, arqueando una de sus cejas viéndote-a mi parecer- muy tierna. —¿Hice algo?

—frunzo el ceño confundido. —No, no hiciste nada. ¿Te molesta que te esté viendo?

—Sí puedes, Arthur. —me asegura con una sonrisa en su rostro. Imitó su acción y la miró atentamente al verla tan pensativa. —Es que... no sé por qué me miras como si...

—¿Cómo si...?

—Como si fuera la mujer más hermosa, Arthur.











[...]









Después de haber comido con toda mi familia junta, Gigi me preguntó si podría utilizar el piano que se encontraba en la sala de música de nuestro hogar, y sin problema alguno, acepto.

Era una Turner, desde luego que la música se le daba muy bien. Gigi tocaba con destreza las teclas del piano, interpretando una de las canciones de su padre, Fireside de Arctic Monkeys.

Entonó su voz, provocando un escalofrío en mi columna vertebral al poder escucharla cantar; su voz era suave, fina y con facilidad podía llegar a los agudos al igual que bajos.

Me sentía en un viaje.

Un paraíso lunar.

Uno que, quisiera que jamás se terminara. 

—¿Y bien? ¿Qué te pareció?—me pregunta nerviosa al terminar de interpretar la canción, separando lentamente sus manos en las teclas del piano.

—Tan solo diré que si esos jurados no llegan a elegirte para la academía, son unos completos idiotas. —sonrió antes de continuar. Gigi me ve intentando buscar alguna señal de estar mintiendo, y por ello, suelto una fuerte carcajada. —No miento, de verdad pecas. Tienes un talento impresionante que me quedaría por horas escuchándote y viendote tocar.

—¿Tú lo crees?

—No, no lo creo. —relamo mis labios. —Lo aseguro y afirmo sin titubear.

—Tan solo lo dices para hacerme sentir bien. —dice cansada. Suelto un bufido desaprobatorio, volteando mi mirada de ella hacía la pared.

Me molestaba cada vez que se despreciaba. Lo odiaba, con todo mi ser el que no pudiera ver lo hermosa y talentosa que era.

—Ey, no me ignores. —me pide con su voz melosa, apoyando su barbilla justo en el hueco de mi cuello. Siento su respiración chocar contra mi piel y me pongo nervioso pero intento disimularlo.

Poco a poco la distancia entre nosotros se entrecorta. Siento como mis labios se resecan al instante, como si hubieran esperado por años aquel acercamiento; cierro mis ojos por inercia, acercándome aún más hacía ella dejando el uso de la razón.

Ya sintiendo su aliento chocar contra el mío, mi corazón empieza a palpitar como si se tratará de la velocidad en la que generalmente voy en las carreras. Rápido, con prisa.

Estaba a nada de rozar mis labios con los suyos. Sin embargo, por más deseoso por que se volviera realidad uno de los tantos sueños que he tenido, escuchó los pasos apresurados de alguien.

—¡Romeo y Julieta vengan a comer!—escucho la voz de mi hermano acercándose, provocando que tanto Gigi y yo nos separemos. —La comida se les v... Oh, ¿interrumpí algo?

—Yo... creo que lo mejor será que vuelva a mi casa. Mi padre debe de estar pronto a preguntarles por mí y no quiero preocuparlo

—¿Lo arruine?

Ruedo los ojos y suelto un bufido.

Si tan solo Charles no hubiera aparecido, tal vez, tan solo tal vez...

Me hubiera animado a dar el primer paso.








[...]









Finalmente llegó con cansancio al Teatro en donde se presentaría mi castaña favorita. Apurado y con un par de rosas en mi mano izquierda, veo a lo lejos como mis dos hermanos llaman mi atención para acercarme y tomar asiento.

Había llegado a tiempo. Por suerte, minutos antes se presentará Gigi.

Tomó asiento nervioso, y a su vez, animado de verla. Y tras una buena espera, frunzo el ceño confundido al escuchar como el presentador la llamaba tres veces sin éxito alguno.

—¿Dónde está Gigi?—le preguntó preocupado a mi hermano al no ver ningún rastro de la castaña que tanto me gustaba. Charles suspira, dandome a entender que el tampoco sabe su paradero.

Muerdo mi labio inferior preocupado. Y sin pensarlo dos veces, me levanto de mi asiento temiendo lo peor.

—Cuidame el puesto, Charles. —le pido antes de ir a buscarla por cada rincón del teatro.

Sentía como mi corazón palpitaba con fulgor, como si se tratará de un marcapaso. Me queda como último recurso buscarla en los baños de niñas, y sin vergüenza alguna por la adrenalina del momento, me adentro con apuro.

La chica de mis sueños mirándome al espejo destrozada. Con lágrimas adornando su angelical rostro, y sus mejillas totalmente rojas.

Odiaba verla así.

—Arthur...—murmuró apenada al verme por el reflejo del espejo. Y todo, por encontrarla en esa situación. —¿Qué haces aquí? Es el baño de niñas...

—Eso no importa ahora. —le digo restando importancia. —¿Qué pasó pecas?

—Yo... tengo miedo, Arthur. —titubea. —En verdad siento que voy a desmayarme ahí en pleno público y todos se van a burlar de mí. —solloza. Y al verla de esa manera, me rompe el corazón con lentitud. —No lo sé, a lo mejor fue una mala idea todo esto.

—Claro que no. Todo esto no fue una mala idea, Gigi. —reprocho dulcemente. —¿Qué tal si respiras un poco y me escuchas? ¿Te parece?

Ella asiente, aún con una cascada de lágrimas derramándose en sus bellos ojos.

—No llores más preciosa, lo último que quiero ver en tú rostro son lágrimas. —le pido dulcemente. —Escúchame bien. —le pido nuevamente con un tono suave, tomando suavemente de su rostro con ambas manos, encontrándome con aquellos ojos caoba que tanto me hacían alucinar. —Quiero que me veas a los ojos como tanto te gusta hacer y respires hondo. —le pido, y al ver que me hace caso sonrió. —Eres Gigi Turner, la hija de Alex Turner, una estrella reconocida por ser un excelente cantante y líder de una de las bandas más icónicas; una mujer con talento, que si bien a pesar de tener a un padre exitoso en lo que hace, no necesita vivir de su apellido al trabajar día tras día para ser mejor. —continuo. —Demuestrales a todo mundo de lo que eres capaz, brilla como sabes hacerlo Gigi. Dales un poco del brillo que puedes ofrecer, del arte que haces y de lo que estás hecha. —sonrió, y me percato como una pequeña lágrima sale de su rostro. Pero esta vez, no de angustia. —Quiero que sepas, que sin importar la circunstancia y tiempo, estaré ahí para ti; eres increíble, que no me importaría repetir la cantidad de veces que sean necesarias para recordártelo, solecito.

—¿Y si caigo?—me pregunta en voz baja.

—No lo harás. —le aseguro nuevamente, intentando brindarle algo de valentía y confianza en sí misma. —Y si llega a pasar algo, tan solo mírame que ahí estaré para salvarte.

No sabía cuándo ni dónde, pero en cuestión de unos cuantos minutos ya me encontraba a pocos centímetros de Gigi.

—¿Tienes algo más que decirme?—me pregunta nerviosa por la cercanía que tenemos.

—De hecho sí. Sí tengo algo más que decirte. —anuncio, provocando que una vez más se fije con suma atención en mí. Dirijo una de mis manos hacía su cintura, dándole suaves caricias mientras que la otra reposa sobre su mejilla derecha. —¿Podrías sonreír más seguido?—murmuró risueño.

—¿Por qué lo dices?—murmura aún más nerviosa y colorada.

—Porque tu sonrisa es la verdadera luz de mis días, Gigi. —le confieso, sintiendo como un poco de valentía se apodera de mi cuerpo. No sabía si era la adrenalina del momento o algo diferente, pero no iba a desaprovechar la oportunidad que la vida me estaba ofreciendo en poder acercarme como quiero. —Tú eres la única y verdadera razón por la que sigo sonriendo sin importar las adversidades que se presenten en mi vida. —murmuró suave, acercando poco a poco mis labios hacía los suyos.






🫀







🫀

ARTHUR AND GIGI, 2022




🫀

DISCLAIMER

🫧 MUCHAS GRACIAS POR PARTICIPAR EN EL VIDEOJUEGO DE FRENKIEGF, HAS LLEGADO HASTA EL FINAL DE ESTE EPISODIO ❤️. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO Y NO DUDEN EN COMENTAR LO QUE QUIERAN

🫧 Para serles honesta, me imagino a Arthur así de tierno. Por eso, no dude en literalmente sacar un poco de lo tierna que puedo llegar a ser.

🫧 Este personaje fue elegido por una de mis más cercanas amigas, girlofmyidols

LOADING...

LOADING...

LOADING...

🫀

¿Les gustaría la segunda parte?

SI | NO

¿Leerían una historia de Arthur?

SI | NO

🫀

Nos vemos en el siguiente episodio, el cual será de Max Verstappen al ser el segundo comentario 🫀.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top