Capítulo 7.

Todos los alumnos se encontraban en el salón de clases esperando que el último grupo terminara de exponer su proyecto de arquitectura. Prestaban atención a cada palabra que decían sus compañeros, pero sobre todo a aquel alfa que destacaba entre su grupo de amigos, era inevitable observarlo de pies a cabeza, aunque sus amigos tampoco se quedaban atrás. Pasaron varios minutos hasta que al fin terminaron de presentar su proyecto, el profesor habló desde su escritorio y les dio la orden de volver a sus lugares.

— Jóvenes. — Dijo el profesor poniéndose de pie. — Los felicito por tan grandes trabajos que presentaron el día de hoy, pero como me gusta que se preparen bien les tengo una sorpresa.

Un silencio se instaló por un segundo en el salón cuando de repente todos los estudiantes empezaron a susurrar sobre cuál sería la sorpresa, con ese profesor nunca se sabía.

— Silencio. — Dijo el profesor con tono serio. — Ustedes jóvenes como siempre se alborotan, no es tan malo, déjenme les digo que es y después se ponen a alegar como siempre.

Mientras el salón estaba alborotado, en un extremo del salón un alfa observaba a un omega que permanecía cabizbajo en su puesto con una mirada algo triste, su lobo prácticamente lo estaba dominando y el alfa lo observaba sin darse cuenta de tal acción.

— Jiminshi. — Habló bajito el castaño.

— Dime, JK. — Contestó casi de inmediato el rubio, observando como su amigo se levantaba de su puesto.

— Ya vuelvo, no me siento bien, necesito ir al baño. Me cuentas cual es la sorpresa del profesor cuando vuelva. — Dijo el castaño haciendo un ademan en forma de comillas en su última frase.

— ¡¿Te sientes mal?! Yo te acompaño JK, no vayas solo. —  Se levantó de su puesto para seguirlo.

— No, no es necesario. Quédate además si salimos juntos el profesor se enojara. — Detuvo a su amigo y lo obligo a sentarse de nuevo. — Necesito que te quedes y me digas que es lo que se le ocurrió al profesor. Tranquilo voy a estar bien.

JungKook salió rumbo al baño para lavarse la cara y después tomar algo de aire en el campus. Ese era su plan. Desde el otro extremo del salón un alfa vio cómo se retiraba y decidió salir sin pensarlo demasiado, su lobo le ordeno seguir al chico, se sentía inquieto, y sin importarle lo que le decía su parte humana simplemente actuó.

— ¿A dónde vas? — Le preguntó NamJoon mientras jalaba de su saco. — No ves que el profesor quiere decirnos algo.

— Voy a tomar aire, ya vengo. — Contestó el alfa. — Nam, tú me puedes decir después lo que el profesor diga, ahora déjame ir ya, tengo prisa. — Se soltó del agarre y salió detrás del omega.

JungKook estaba por ingresar al baño cuando escucho unas voces dentro, lo que escuchó no fue nada agradable y por un momento sintió miedo, pero pudo más su ira y asco.

En el baño se encontraban dos alfas, unos que no tenían buena fama, tenían la costumbre de aprovecharse de los omegas que por desgracia entraban en su celo cuando estaban en la universidad. Pero por ser hijos de algunos miembros del concejo nunca obtenían su castigo y los directivos de la universidad se hacían los de oídos sordos a todas las quejas que recibían.

Ese día un lindo omega pelirrojo tuvo la desgracia de entrar en celo y se había escondido en el baño para evitar a sus compañeros, claramente fue una mala idea. Esos alfas detectaron su dulce olor y de inmediato lo siguieron, estaba acorralado y no tenía quien lo ayudara. Los alfas golpearon la puerta del cubículo del baño varias veces hasta que lograron abrirla, sacaron a arrastras al pelirrojo y estaban dispuestos a poseerlo.

— ¡Suéltenme! No quiero que me toquen, me dan asco, ustedes no son mi alfa, ¡Paren ya! — El omega gritaba y lloraba, no soportaba lo que estaba pasando, solo quería estar con su alfa.

— No nos vengas con cuentos y lágrimas. Tú claramente nos condujiste aquí con tu aroma, quieres que te follemos, lo pides a gritos. Ahora no digas que quieres a tu alfa y esas babosadas. — Dijo uno de los alfas, mientras con ayuda de su amigo desvestían bruscamente al omega.
— Cállate y disfruta, no nos tardaremos mucho, si cooperas lo vas a disfrutar.

Se escuchó un fuerte golpe en la puerta, era JungKook, decidió entrar. No podía permitir que abusaran del omega, eso no iba a pasar, aunque no lo conociera él haría lo posible para ayudarlo. El castaño simplemente ayudaría a cualquiera que lo necesitara sin importar quien sea, su corazón le gritaba que así debería ser. Ayudar sin mirar a quien.

— ¡Ustedes, suéltenlo! — Gritó y los señaló con su dedo índice con total furia en su mirada que se alcanzó a ver un leve destello azul en sus ojos. — Son tan cobardes para aprovecharse de un omega en celo que solo pide por su alfa, y  son tan poco hombres que tienen el descaro de decir que no tardaran mucho. ¡Ja! con razón hacen estas cosas si hasta mal polvo serán.

— ¡¿Qué estás diciendo perra sucia?!­ — Gritó uno de los alfas al escuchar al castaño. — Pues por lo que veo quieres unirte a la diversión, mejor para mí. Tú perrita serás mío y la pelirroja será de mi compañero, después pasarás a ser comido por mi amigo, ¿Te parece?

Jalaron a JungKook hacia ellos, pero este no se dejó tocar tan fácil.  Primero le dio un derechazo al alfa que acaba de hablar, pero fue inútil; el otro alfa lo agarró de los brazos y su amigo lo golpeó en el estómago.

— Nos vamos a divertir contigo primero y al pelirrojo lo dejaremos de postre. —  Dijeron los alfas mientras relamían sus labios y empezaban a bajar los pantalones del castaño.

— Ustedes par de imbéciles, no podrán hacerme nada, son muy poco hombres para lograrlo y el rango de alfa no les queda, eso es de adorno.­— Exclamó JungKook. — Pobrecitos tienen que apoyarse el uno del otro para obtener omegas, deberían soltarme e intentar hacerlo uno contra uno.

Los alfas estaban furiosos, no les gustaba para nada la actitud del omega, y eso hizo que empezaran a abofetearlo para que se callara, el pelirrojo estaba tirado en el piso abrazando sus piernas y llamando a su alfa, no entendía porque el otro chico lo defendió y se comportaba tan valiente enfrente de esos chicos, si solamente era un omega.

Los omegas no son valientes, no son fuertes, son débiles, siempre se lo han dicho. Pero JungKook era diferente y se lo estaba demostrando. Su rango de omega no le impedía defenderse y defender a los demás. Eso tenía que entenderlo todos los omegas, ellos pueden defenderse y hacerse respetar, su rango no importa.

— Veo que no te callas con las bofetadas, así que te daré otra cosa para que te calles. — Habló el alfa cuando procedía a bajarse el cierre del pantalón con intención de poner su miembro en la boca del castaño.

— ¡Guácala! Tras de feo lo tienes chiquito. — Dijo el castaño al ver al miembro del alfa. — Ni pienses que me vas a callar con eso, das risa.

Cuando el alfa estaba a punto de introducir su miembro en la boca del castaño, otro fuerte golpe se hizo presente en la puerta del baño, y segundos después apareció un alfa con sus ojos en un rojo intenso; con su mirada llena de odio y con sed de sangre.

— ¡MALDITOS HIJOS DE PUTA! SUELTEN AHORA MISMO A MÍ OMEGA, O ¿QUIEREN MORIR? PEDAZOS DE MIERDA. — Gritó tan furioso el alfa que los alfas de inmediato empezaron a temblar y soltaron al omega.

El ambiente se puso muy tenso, el alfa estaba furioso y no sabía ni lo que había dicho, de inmediato agarró a golpes a los dos individuos que estaban tocando al omega, no soportaba esa escena, detestaba haber visto como fueron capaces de tocarlo.

— ¡¿TaeHyung?!­ — Fue lo único que salió de la boca del castaño al observar al alfa hecho una furia y con sus ojos tan rojos como la sangre.

— Ven, levántate. — Tomó suavemente a JungKook y lo ayudó a ponerse de pie. — ¿Estás bien? ­— Preguntó mientras observaba el rostro del castaño. — Malditos hijos de puta, los voy a dejar irreconocibles, no debieron tocar a Mí Omega.

— Sí, si estoy bien. Pero estaré mejor una vez que le de unos cuantos golpes a estos imbéciles. — Expresó JungKook mientras se dirigía a darles sus buenos golpes en sus partes a los alfas.  ­— Malditos bastardos. Ahora si sabrán lo que es bueno. — Decía JungKook mientras golpeaba a los alfas que se encontraban tirados en el piso deseando no haberse metido con ese omega.

— Espera, ya no los golpees más. Yo grabe lo que decían y ahora si, sus papitos y los directivos no los podrán ayudar, de eso me encargo yo. — Dijo TaeHyung con su celular en la mano.

— Claro, como tú ya los golpeaste, no me dejas a mí. — Expresó JungKook. — Pero está bien y gracias por la ayuda, ahora debemos ayudar al pobre chico de allí. Pero primero controla tus ojos rojos creo que lo asustaras más.

TaeHyung y JungKook se dirigieron a la enfermería para llevar al pelirrojo y así darle un supresor para ayudarlo con su celo. Aprovecharon y llamaron a las autoridades de la universidad para que se hicieran cargo de los alfas que estaban en el baño y levantar la denuncia para que recibieran su castigo.

TaeHyung no permitiría que eso se quedara así, se metieron con quien no debían y lo iban a pagar, esta vez ni la santa virgen los ayudaría, eso estaba muy claro.

La enfermera reviso a los omegas y curó la herida que le dejaron en el labio al castaño a causa de tantas bofetadas recibidas. Después de eso llamaron al alfa del pelirrojo y salieron rumbo al salón, pero a recoger sus mochilas ya que la clase estaba por terminar.

— TaeHyung... Nuevamente gracias por la ayuda. — Dijo JungKook con su cabeza baja tratando de ocultar el color carmesí que había iniciado a aparecer en sus mejillas. — Pero ¿No crees que te pasaste con eso de Tú Omega? —  Expresó haciendo unas comillas con sus dedos al pronunciar las últimas dos palabras.

— No tienes que agradecer, no iba a permitir que te hicieran más daño y gracias al cielo que llegue justo a tiempo. — Dijo mostrando su sonrisa cuadrada. — Espérate... Yo nunca dije eso, nunca dije que eras Mi Omega.

— Claro que lo dijiste y dos veces, eso sí fue extraño y extremo. No tenías que decir eso para ayudarme. — Sonrió dejando ver como se arrugaba su nariz y sus mejillas se pintaban aún más rojas. — Uh, y tus ojos, eso me dio miedo, pensé que los ibas a matar. Son magníficos, me gustaron mucho. ¡¿Qué acabo de decir?! Diosito creo que hable de más. — Pensó el castaño al darse cuenta de sus últimas palabras.

— No, claro que no. Yo no lo dije, estoy seguro. — Expresó con total seguridad.
Seguro fuiste tú lobo impulsivo, desde el momento que decidiste hacerme salir tras él, haz hecho lo que te da la gana, piensa antes de decir las cosas. — Le hablo a su lobo en tono de regaño. — Tú ¿Qué acabas de decir JungKook? — Ladeó su cabeza y cuestionó al darse cuenta de las últimas palabras del chico.

— Na-nada, igual que tú, no dije nada. — Contestó rápidamente el castaño ante la pregunta del alfa. — Vamos al salón y dejemos de hablar, ya hemos tardado bastante.

Llegaron al salón y cada quien se sentó en su lugar. JungKook estaba muerto de vergüenza y nervios por lo que había dicho, no se había dado cuenta que lo último que dijo no fue dicho por su parte humana. Fue su lobo que había tomado por un momento el control y estaba hablando por él. Por otro lado estaba TaeHyung que seguía reprochándole a su lobo lo que había dicho, no entendía por qué su animal había decidido decir que el chico era Su Omega.

Ese día sus lobos habían hablado, un chico estaba consciente de ello pero no entendía el por qué, el otro ni por enterado de que su lobo había hecho presencia para crear un leve acercamiento con el lobo del contrario. Esos lobos tomarían el control en el momento que sea necesario y sus humanos no podrán hacer nada.

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