Capítulo 22.

— ¡Maldición! ¿Cómo pueden aguantar una mordida? — Expresó. De su piel escurrían gotas de sangre y sus dientes manchados del líquido rojizo fueron limpiados con un movimiento de su lengua.

— ¡TaeHyung! ¡Alfa! — El castaño se vio separado del cuerpo al cual estaba aferrado.

— Dime... ¿En qué andabas pensando para entregarle tu cuello tan sumisamente a mi lobo? — Inquirió sujetando los hombros del castaño.

— Y-yo...

— Te lo dije una y otra vez, te protegeré hasta de mí mismo. — Dejó de sujetar los hombros del omega y salió del nido para buscar una toalla con la cual limpiar su herida.

Cuando JungKook decidió no escuchar a su lobo, y Cooky vio que Tata había tomado el control del cuerpo contrario, llamó en aullidos a la parte humana de su alfa. Sabía que su humano asustadizo no estaba pensando, y que su lobito alfa estaba actuando por instinto. No podía permitir que esa mordida se llevara a cabo.

Pero jamás espero que cuando su humano TaeHyung despertará y tomara control de su cuerpo, el alfa azabache se mordiera su antebrazo para impedir que su animal marcara a JungKook.

Sí, TaeHyung con el mayor esfuerzo, dominando su parte animal, hincó sus dientes en su antebrazo, dejó una marca de sus dientes en su mismo cuerpo. Con esa acción logró que su lobo entrara en razón a causa de la punzada que sentían en el área de la mordida.

Cooky aulló en dolor al ver a su amado humano sangrando, y peor fue el sentimiento cuando TaeHyung se alejó de su nido y los miraba con algo de tristeza en sus ojos. Simplemente bajó sus orejas y chilló bajito, no quería ver a su alfa de esa manera.

¿Tristeza? Sí, tristeza. TaeHyung sentía que JungKook solo quería una marca para mantener alejados a los demás alfas o al alfa que lo perseguía. Su corazón dolía más que la misma mordida que ya estaba dejando de sangrar. El accionar del castaño se lo dictaba ya que era su parte humana la que actuaba. Si en realidad quisieran una marca para unirse al alfa en ese momento y por las razones correctas; Cooky no lo hubiese llamado para detenerlos.

El alfa no sabía qué hacer ahora, quería cuidar al omega, necesitaba protegerlo y hasta amarlo. Pero no lo iba a marcar y mucho menos lo tomaría en cuerpo para calmar el celo del castaño. Su mente le decía que su hermosura tenía miedo, y por eso mismo estaba tan aferrado a tener una marca y pertenecer a un alfa.

Incluso empezó a pensar que si no lo marcaba él, seguramente en un momento de desesperación más grande; el omega dejaría que cualquier alfa lo marcara, y eso era un dolor que él no iba a soportar.

Solo quería hacer las cosas bien, llevar todo paso a paso. Conocer de a poco a su omega, mimarlo, amarlo, cortejarlo y ayudarlo a aliviar sus dolores. Su mente y corazón estaban hechas un lío, pero sabía que el omega realizaba esas acciones solo porque quería protección a toda costa. El castaño tenía miedo, mucho miedo...

Tata se sintió mal, después de ver como su humano tomó el control e impidió lo que estaba a punto de culminar... No podía creer que se estaba comportando como los alfas que tanto detestaba, esos que se aprovechaban de los omegas que tenían su mente totalmente confusa por su celo y poseían a los omegas como si de objetos se tratase.

El lobo solamente aulló pidiendo perdón a su lobito omega, el cual medio movió sus orejitas y aulló bajito en respuesta. Tata dio dos vueltas en su lugar y se hizo bolita, esperando que su humano le dijera algo...

— Tae... — Llamó el castaño al ver que el alfa se alejaba de él. — Perdóname, no estaba pensando... — Se quedó observando el antebrazo que el azabache limpiaba. — Debí hacerle caso a Cooky. — Pensó. — Tae, yo te ayudo con la herida. — Intento levantarse del nido pero un movimiento de la mano de TaeHyung le indicó que se quedara allí, y sintió como su corazón se hacía chiquito.

— No me respondiste la pregunta. — Le dijo dejando la toalla con rastros de su sangre sobre una de las sillas que estaban en la habitación.

— Eso... Es que... — No sabía cómo iniciar a explicarle.

— Te lo dije una y otra vez. — Se acercó al nido pero no ingreso a él. — No te marcaré, no hoy. — Posó su mano sobre la frente del omega para verificar su temperatura.

— Déjame revisar la mordida. — Dijo el castaño aprovechando que Tae se había acercado. Tomó con delicadeza el brazo donde se hallaba la herida. — No debiste morderte... Podías haberme empujado...

— La mordida está bien. — Dijo. — Mi saliva la está ayudando a cerrar. — Retiró la mano del castaño que sostenía su brazo. — Y jamás haría algo como empujarte o lastimarte...

— Perdóname... Es que... — No podía hablar su corazón dolió al ver que el alfa lo alejaba de su tacto y retrocedía unos pasos.

— Mira JungKook... — Dijo cruzándose de brazos y mirando directamente los ojos del nombrado. — Entiendo que estés en celo... — Hizo una pausa, sabía que lo que diría podría herir al castaño, pero necesitaba escuchar de sus labios una respuesta y quizás así también el chico le diría sin tantos rodeos lo que pensaba cuando le ofreció el cuello a su lobo. — No me tomes a mal y solo respóndeme sinceramente. — JungKook se encogió en su lugar, sabía que algo vendría y sería la consecuencia de su acto. — Estoy tratando de cuidarte en tu celo, respetarte y protegerte a mi manera. — Suspiró. — Te dije que no te ayudaría en tu celo de la manera que todos conocen. — JungKook bajó su mirada. — Sé que los supresores no te ayudan, por alguna razón tu cuerpo no los acepta. Tampoco trajiste los tuyos, los que medio te ayudaban. — El castaño empuñó sus manos contra sus rodillas, se sentía mal y no era por el celo, era por sus acciones. — Estoy luchando como no te imaginas para no sucumbir ante mis instintos, tuve que estar peleando con mi lobo para que no fuera a hacer lo que casi culminan. — Sobó el puente de su nariz. — Sabes que somos destinados y es muy difícil que nos controlemos cuando alguno entra en celo. Pero yo no quiero las cosas así y te lo dije; hicimos el nido, mi aroma te cubrió para ayudarte y tú solo...

— N-no lo digas Tae... — Interrumpió. — No me recuerdes mi mala acción. — TaeHyung negó repetidas veces con su cabeza. Sabía que era necesario decirlo, ya no había vuelta a atrás.

— Lo voy a decir. — Declaró. — Necesito que tú, como el lobo loco que tengo, se den cuenta de lo que hicieron. — Unas lágrimas iniciaron a rodar por las mejillas del castaño. — Mi lobo es terco y actuó por instinto, y tú eres igual que él. — Dijo. — Si no fuera por Cooky que me llamó, ustedes habrían apresurado todo de una manera que los cuatro hubiésemos odiado. — Le informó. — Tú y mi lobo se aliaron para obtener una marca, sin que tu lobo y yo estuviésemos de acuerdo. — Le recordó su acción. — Sabes JungKook, no lo quiero decir... — Suspiró y sus ojos se llenaron de lágrimas a punto de salir. — Pero me siento como solo un escudo que quieres para alejar a no sé quién y lo peor es que mi lobo estaba de acuerdo en esa idea. — El castaño levantó su mirada. — Yo no veo la marca como algo que diga ese omega es mío, me pertenece, es de mi propiedad... Aléjense de él porque tiene dueño.

— Yo tampoco la veo así, es solo que...

— Pues eso me diste a entender y parece que a mi lobo se le olvido que nosotros no somos así. — Interrumpió al castaño y habló hacia su lobo el cual cubrió su hocico con sus patas y agachó sus orejas. — Yo veo la marca como una unión entre dos almas que se amaran ante todo, un lazo que aún después de la muerte no se romperá ya que en la otra vida estaremos juntos. La marca para mí se debe realizar cuando los cuatro estemos seguros, tanto parte animal como humana. — Una lágrima traicionera rodó por la mejilla del azabache. — Yo deseo marcarte en un lugar hermoso, en donde los cuatro estemos en sincronía, que la luna sea testigo de nuestro amor... Eso, amor. Yo quiero que sea cuando estemos completamente convencidos de que esto es amor. Todo esto lo he pensado a partir del día que te vi por primera vez hace años. Me juré a mí mismo y a mi lobo que si te volvíamos a encontrar; me encargaría de hacerte feliz, amarte y darte una marca que fuera por producto de nuestro amor, de nuestro anhelo y felicidad. Jamás sería por algo como símbolo de propiedad.

— Tae, yo...

— Espera. — Dijo. — No te quiero marcar para ser un escudo, no deseo eso, tú no serás mi propiedad, ni mi objeto. — Más lágrimas rodaron por sus mejillas.

Mi alfa. — Aulló Cooky. — Siento no haber controlado a mi humano... — Susurró y Tae por segunda vez en esa madrugada lo escuchaba. El azabache simplemente negó dándole a entender al lobo que no era culpa suya. En realidad no era culpa de nadie, era algo que tenía que pasar. Quizás para que abrieran sus corazones y también para aprender a dominar sus instintos.

— Y viendo que al parecer tú me ves como eso, un escudo. — Mordió su labio inferior. Eso les dolería a los cuatro. — En mi mente solo está la idea de que tú en cualquier otra ocasión dejaras que otro alfa te marque.

— ¡Noooo! — Gritaron JungKook y Tata. Cooky solo estaba en silencio y TaeHyung sentía una presión en su pecho al decir aquello.

— Eso es lo que posiblemente pase. — Dijo. — Yo no te marcaré JungKook. No te marcaré, aún no. — Limpió sus lágrimas y luchó ante su instinto de ir a abrazar al omega que estaba hecho un rio de lágrimas. — Tú dices que no, pero puedes llegar a hacer eso al verte nuevamente en una situación como esta, y tú solo quieres que te reclamen para tener alejado a ese chico que...

— N-no, alfa, Tae. — Interrumpió en medio de hipeos. — Yo quiero tu marca... Solo la tuya.

— La quieres para mantener alejado a ese chico. — Dijo. — No es por el celo, estoy seguro. Es para tenerla de escudo y la marca no funciona así.

JungKook miraba a TaeHyung, sus ojos no veían con claridad a causa de las lágrimas, limpió aquella agua salina que le impedía ver a su alfa. El castaño no quería que el azabache lo viera de esa forma, muy erradamente pensaba que con una marca alejaría al alfa que lo perseguía. Una parte de su mente y su propio corazón le dictaba que eso fue una muy mala idea, ahora el chico que lo ayudaba se sentía utilizado y lastimado.

— Ta-TaeHyung. — Dijo entrecortado. — En parte tienes razón. — El azabache dejó salir una media sonrisa un poco amarga. — Ósea, digo... La marca en este momento la vi como un mecanismo para alejar a ese alfa. — TaeHyung simplemente se quedó callado bajando su rostro para mirar al piso. — Pero espera, Tae. — El nombrado apretó una de sus manos e inhaló profundo. — Lo digo porque lo escuchaste, ¡Tú mismo lo escuchaste! — El azabache solo movió su cabeza en afirmación, no quería verlo a los ojos. — Pero también sé que eso no funcionara, solo estaba actuando por desesperación. — Dijo. — Y tienes razón que no es por mi celo que pido la marca, porque mi lobito, Cooky me dijo que así no debía ser, pero me negué a escucharlo, solo fue mi desesperación... Claro que la deseo, pero no aún no, pero es que... — Pensó si decirle sus miedos y su condición. ¿Qué tal si se distanciaba de él? ¿Y si se iba para siempre de su lado?, Quizás no quiera a un omega defectuoso y perseguido por un obsesionado con él.

— Lo escuché JungKook, ese chico te quiere para procrear...

— Exactamente. — Dijo. — Pero Tae, escúchame bien. — Le pidió saliendo del nido y acercándose al alfa; tomándolo con manos temblorosas por sus mejillas y así conectar miradas. — La marca la veo como el vínculo sagrado entre almas destinadas, un lazo de amor que une nuestras partes humanas y animales en una sola. — Limpió con sus pulgares las lágrimas del alfa. — No me voy a dejar marcar por nadie que no seas tú, eso lo decidí el día que te vi y me auxiliaste hace cuatro años. — El omega sintió una punzada en el pecho al recordar ese día. — Perdóname por llevarte a este punto. — Miró la herida en el antebrazo del azabache. — Solo pensé en mí. Debí pensar en tus sentimientos y esfuerzo para no lastimarme de ninguna manera.

— Viste. — Murmuró Tae. — Si me viste como tu escudo y...

— Lo siento, si te vi así pero fue por mi miedo y sé que está mal. — Interrumpió al alfa. — Fui un estúpido, pero ten claro que no le entregare mi cuello a nadie, y mucho menos se lo volveré a ofrecer a tu lobo al menos hasta que los cuatro estemos seguros de hacerlo y sintamos todo lo que anhelamos sentir. — El azabache hizo el intento de sonreír. — Tu marca jamás será un escudo, no la veré así jamás. Te lo prometo.

— JungKook, entiendo todo lo que dices. — Habló. — Compartimos un pensamiento parecido en cuanto a la marca. — Cooky se removió inquieto. Estaba sintiendo que su alfa haría algo. — Yo te prometo que tendrás esa marca pero a su debido tiempo. — El omega sonrió dejando ver esas arruguitas que se formaban en sus mejillas. — Te dije que te ayudaría en tu celo y eso intente hacer. — El castaño lo vio intentando descifrar lo que quería decir el azabache, en el proceso TaeHyung se alejó un poco más del tacto ajeno. — Pero ya no puedo hacer más. — Dio unos pasos hacia atrás. — No voy a correr el riesgo de marcarte. — Corrió hacia la puerta y cerró rápidamente dejando a JungKook solo en la habitación.

El castaño no tuvo tiempo de detener al alfa, solo vio como la puerta era cerrada y en el proceso algunas de las velas se apagaron por la corriente de aire.

— Lo siento JungKook. — Dijo tratando de trancar la puerta desde afuera. — Tengo miedo que nuestros instintos nos ganen y por más que lo hubiésemos hablado hace poco. — Las lágrimas lo traicionaron de nuevo. — Algo puede salir mal. — Completó. — Tú dormirás aquí en la habitación esta noche. Voy a buscar con que cerrar la puerta desde afuera ya que es por dentro que se cierra. — JungKook abrió sus ojos en grande y su cuerpo inicio a temblar. — Yo dormiré en el auto, estaré cerca de ti, pero no junto a ti.

Con eso último el omega castaño corrió hacia la puerta, dando golpes y jalando la perilla de puerta para abrirla. Llamaba a TaeHyung para que lo dejara salir.

— Perdóname... No sientas miedo. —Pidió el alfa mientras trancaba la puerta. — No quiero herirte, te dije que te protegería de mí mismo.

— ¡TaeHyung! — Gritó entre cada golpe que daba a la puerta. — Abre la puerta, no te pediré marca, me quedare quieto, incluso cubriré mi cuello con una bufanda. — Suplicó.

— Lo siento, pero no abriré. — Se recostó contra la puerta ya trancada y metió su cabeza dentro de sus piernas flexionadas contra su pecho. — Por favor no llores y ve a dormir. — Pidió. — Te acompañare hasta que te duermas y luego me iré al auto.

— ¡No! Por favor, no me encierres.

— Lo siento mucho hermosura, es por nuestro bien. — Acarició la reciente mordida que ya estaba cerrando por completo gracias a su saliva. — Más tarde te llevaré con el ginecólogo y luego con tu Hyung.

Golpes y más golpes se escuchaban en aquella cabaña; acompañados de las lágrimas y gritos del omega que poco a poco su mente recreaba un escenario lleno de sufrimiento. TaeHyung no se imaginaba que acaba de tocar un botón que detonaría el pasado del chico que tanto trataba de cuidar.

— JungKook, respira mi aroma, aquí está. — Dijo dejando salir su esencia al escuchar los sollozos de su omega. — Solo cálmate y ve a dormir.

El mencionado escuchaba la voz del alfa muy lejana, a pesar de estar allí cerca, no lo creía y su mente se encargaba de hacerle creer que estaba en peligro y así fue como de un momento a otro se transportó a su pasado...

— ¡Kai! — Gritó el castaño. TaeHyung seguía con su cabeza entre sus piernas tratando de contener sus lágrimas. Le dolía encerrarlo, pero fue una decisión que tomó después de despertar y ver tal escenario. — Kai, por favor, ¡Abre la puerta y déjame ir con mamá! — Seguía gritando. — No quiero estar encerrado y mucho menos ser tu omega. — Con eso último TaeHyung sacó su cabeza de entre sus piernas.

— ¿Qué dijiste?

— Kai, no seré tuyo jamás. Tú y tu padre irán presos por esto. — El castaño seguía hablando. — Abre la puerta Kai, nunca me entregaré a ti. — JungKook se recargó de espaldas en la puerta, ya estaba cansado de golpear la puerta y gritar.

— ¿Quién es Kai? — Preguntó TaeHyung. — JungKook... Respóndeme.

No obtenía respuesta, el castaño había cerrado sus ojos y tapaba sus oídos para así tranquilizar su mente y corazón.

— JungKook, por favor dime algo. — Dijo. — Me estás preocupando. — Dejo salir aún más su aroma para así llamar la atención del castaño.

El aroma de canela, pino y fresas llegó a las fosas nasales del omega. El castaño abrió sus ojos lentamente y buscó el dueño de ese maravilloso aroma.

— Hermosura...

— Tae... Alfa, eres tú. — Dijo iniciando a llorar de nuevo.

— Sí hermosura, soy yo. — Giró un poco su cuerpo y colocó su larga mano en la superficie de la puerta. JungKook al escucharlo imitó la acción del contrario. Cada uno no sabía que estaban haciendo lo mismo, y que incluso estaban enfrentadas sus manos a través de la superficie.

— ¿No estoy con Kai?...

— Mi niño lindo. — Le dijo. — Estás conmigo.

— Gracias a la luna. — Dijo suspirando pesadamente. — Por un momento me vi en esa horrible cabaña de hace años. — Sollozó.

— Tranquilo. — Le pidió. — Estás conmigo. — JungKook recargó parte de su rostro contra la superficie de la puerta. — Podrías decirme ¿Quién es Kai? ¿Es el alfa que te quería llevar hace unas horas? — El castaño mordió sus labios tan fuerte que salió sangre de ellos, y TaeHyung pudo identificar el olor a sangre gracias a su olfato de alfa puro. — ¿Estás sangrando?

— Tae... Pensé que estaba con él. — Sorbió su nariz. — Es una persona mala, un alfa que me quiere para...

— Entonces así se llama ese alfa. — No hubo necesidad de que el castaño continuara, con solo la frase del final fue suficiente para saberlo, y JungKook le respondió con un "si" muy bajito. — ¿Estás sangrando hermosura? ¿Dónde te lastimaste? — Preguntaba a través de la puerta.

— Kai es el alfa que cree que soy suyo. — Le confirmó. — Y solo estoy sangrando de mis labios, los mordí, pero no es nada...

JungKook estaba muy concentrado en el aroma y la voz de TaeHyung que no escuchó cuando el alfa destrancaba la puerta.

La puerta se abrió de golpe y el azabache rápidamente sostuvo el cuerpo del omega impidiendo que cayera de cara al piso.

— Déjame ver tus labios. — Estando de cuclillas revisó el rostro del omega. — No te lastimes hermosura. — Le pidió mientras ingresaba su dedo pulgar a su boca y lo mojó con su saliva. Luego dirigió dicho pulgar a los labios maltratados del castaño, acariciando suavemente la pequeña herida.

— Auchs, arde. — Dijo ante la sensación en sus labios.

— Perdón mi atrevimiento, pero así sanará más rápido.

— Gracias por cuidarme. — Dijo atrayendo el cuerpo del alfa hacia el suyo y fundiéndose en un abrazo. — No te alejes de mí. — Pidió. — Si es por mi celo... — Dijo buscando tener contacto de su nariz con el cuello del alfa. — Creo que la ola de calor ya bajó. Por favor no me dejes encerrado aquí.

— Siempre te cuidare. — Acarició la espalda ajena. — Solo me alejare unos metros, aquí te cuidare.

— No, por favor...

— Estás en celo y no quiero incidentes.

— Te dije que la ola de calor bajó. — Le recordó. — Solo quédate conmigo en nuestro nido. — Pidió. — Mira me pondré un suéter de cuello alto y una bufanda. — Se separó del abrazo y corrió hacia una de sus maletas poniéndose las prendas mencionadas.

— No creo que se hubiese ido tan rápido. — Dijo con notable duda. — Eres omega puro y los celos son... Bueno ya sabes. — Le recordó. — Qué lindo es mi omega. — Pensó al ver como el castaño añadía más ropa a su parte superior del cuerpo y cubría su cuello como lo había mencionado.

— Es que... — Habló mirando al alfa. — Mi cuerpo... — Estaba pensando si decirlo. — Es cierto soy omega puro, y los celos son fuertes y de varios días. — Completó lo que el azabache no quiso decir. — Pero mi cuerpo es defectuoso. Soy un omega defectuoso y mis celos no son como se esperan e incluso a veces ni son celos; muchas veces son solo síntomas y no pasa nada. — Habló rápidamente abultando el labio inferior al terminar de decir todo. Lo dije y ahora sí se alejara de mí. — Pensó y agachó su cabeza.

TaeHyung tensó su cuerpo y se quedó mudo al escuchar lo último. ¿Cuerpo defectuoso? ¿Omega defectuoso? ¿Celos que no son celos? ¿Qué significaba todo eso?, Cooky se encogió en su lugar y aulló lastimeramente.

No somos eso. — Susurró Cooky. — Al menos no fue por nuestra culpa. — Chilló. — Solo necesitamos el tratamiento indicado.

— Hermosura... ¿Por qué dices esas cosas?

— Es que lo soy, soy todo eso junto. — Se subió a su nido y tomó entre sus manos una chaqueta de TaeHyung y se la puso. El alfa lo miraba como lo que era... Una bella flor. — Estoy defectuoso, mis celos no son normales y solo he tenido celos que se pueden llamar así, días después de que te conocí hace años. — Informó. — Cuando pasaron tres meses ya solo eran dolores o malestares pero jamás un celo como tal. — Abrazó una de las almohadas que se encontraba dentro del nido. — Soy un omega defectuoso que ni un celo decente puede tener.

TaeHyung escuchaba atento, no le gustaba escuchar al castaño referirse hacia su persona de esa manera.

Para el alfa azabache ese omega que se encontraba en medio de su nido, con su chaqueta cubriendo parte de su cuerpo y abrazado a una almohada con una sola mano; mientras reacomodaba la ropa que se había salido de su lugar cuando ellos abandonaron el nido momentos atrás. Para ese alfa, el lindo omega de allí, era el ser más perfecto del mundo. Eso fue lo que pensó cuando lo vio por primera vez y a la madrugada de ese día así seguía siendo.

— No digas eso. — Se acercó al nido pero no ingresó. — No eres defectuoso, eso no es así.

— ¡Si lo soy! Y como ya lo sabes, por eso dudas en entrar a nuestro nido.

— No lo eres, créele a tu alfa. — JungKook puchereo. — Es que no sé si deba entrar al nido.

— ¿Sigues diciendo que eres mi alfa?

— Es que lo soy. — Le sonrió. — Soy tu alfa.

— ¿Por qué dudas? — Le cuestionó. — ¿Por qué dudas para entrar a nuestro nido? Es nuestro...

— Claro, hermosura. Es nuestro nido. — Le afirmó. — Pero no es conveniente por tu...

— ¡Que ya no tengo olas de calor! — Gritó. — No creo que sea un celo de verdad, debe ser otros de esos episodios que me torturan. — Se acostó haciéndose bolita. — Soy defectuoso y me dejaras aquí solo.

— Omega... — Lo llamó, pero el castaño no lo miro. — JungKook... — Solo se escuchaba los sollozos. — ¡Ya me cansé! — Exclamó y el omega tembló en su lugar.

— Te lo dije... Te cansaste dices. — Dijo el castaño escondiendo su rostro en la almohada. — No quieres un omega defectuoso...

— ¡¿Quién dijo eso?!

— Tú, tú lo dijiste.

— Te dije que me cansé.

— Si ves, no quieres a este omega defectuoso.

— Ay, por todos los lobos. — Dijo. — Yo jamás dije que no quería un omega defectuoso. — Aclaró. — Porque tú eres perfecto, eres mi omega, mi alma, mi vida, mi destino, mi bella flor. — Le habló suave y pausado.

— ¿Entonces? — Preguntó el omega con una pequeña línea de sonrisa. Lo último dicho por el alfa era algo que no esperaba... Era su bella flor.

— Entonces... Digo que me cansé. — Y el omega borró su leve sonrisa. — Me cansé de escucharte decir que eres defectuoso, me cansé de frenarme para no estar junto a ti en nuestro nido. Cuando claramente puedo quedarme y seguir impregnando mí aroma en ti, puedo confiar en tu palabra de que no ofrecerás tu cuello a mi lobo. — Dijo rápidamente mientras ingresaba al nido y abrazaba por la espalda al omega. — Me quedaré contigo. No eres defectuoso. Te seguiré cuidando y más tarde veremos al ginecólogo para que nos ayude a buscar la manera de regular tus celos. — Besó la mejilla del castaño cuando logró retirarle la almohada que cubría su rostro.

— ¿Te quedaras conmigo? — El alfa asintió en un claro sí. — ¿Por qué eres así conmigo? ¿Por qué a pesar de tanta oscuridad que me rodea tú sigues quedándote? — El alfa en un impulso acarició el vientre del castaño.

— Yo soy contigo como debo ser. — Respondió. — Eres mi omega, tu aroma me indica que eres mi destino, mi felicidad. — Intentó retirar sus manos del vientre del omega, pero este se lo impidió. — Siempre me quedare contigo, y saldremos juntos de la oscuridad que nos rodea. Porque compartiré contigo la tristeza, las alegrías, tus berrinches y la oscuridad, esa oscuridad será eliminada de nuestras vidas, y no permitiré que vivas en ella nunca más.

— TaeHyung... — El nombrado besó la cabellera castaña. — Eres un ángel para mí.

— No lo soy.

— Claro que lo eres. — Replicó. — Hace cuatro años caíste como si fueras un ángel y me salvaste.

— Al parecer no te salve del todo y llegué tarde. — Dijo con un dolor en su pecho. — No soy un ángel ya que deje que te hicieran no sé qué cosas y ahora tienes tantos miedos.

— Eres mi ángel. — Dijo nuevamente. — Y no llegaste tarde. — Le aclaró. — Llegaste en el momento indicado para no dejarme caer a un abismo. — Tomó entre su mano una de las manos contrarias y la besó. — El destino quiso que pasara todo eso para que ahora estuviéramos de esta forma.

— El destino es cruel a veces.

— Puede que lo sea, pero sabe lo que hace. — Le dijo. — Y como te dije hace años, Mi Aroma es Tu Destino, y venos ahora, por nuestros aromas y nuestros lobos estamos juntos. Aún tenemos que conocernos más y aclarar eso que nos pasó años atrás.

— Tu aroma es mi destino... Tu dulce aroma es mi vida entera omega. — Dijo suave al oído del castaño. — Si quieres hablar, ¿Podríamos aclarar esos sucesos en lo que queda de madrugada?

— Y tu aroma aparte de ser mi destino, es mi medicina y felicidad. — Sonrió antes de volver a besar la mano del alfa y este último seguía acariciándole el vientre con su mano libre. — Voy a contarte todo.

— Apenas tú termines, yo te contaré mi historia antes de conocerte. — Dijo. — Eso sí... Ten bien presente en esa hermosa cabecita que sea cual sea tu pasado o situación. — Habló volteando un poco el rostro del omega para mirarlo a los ojos. — Por nada el mundo te dejaré o apartaré de mi lado.

— Ya veremos, porque...

— Ningún veremos y ningún porque. — Regañó dulcemente. — No vayas a decir nuevamente que eres un omega defectuoso y que por eso te abandonaré. — Le advirtió. — Jamás lo digas y no pienses más en eso, porque contigo me quedaré hasta después de la muerte. — Un sollozo fue la respuesta a esas palabras. — Ahora inicia cuando estés listo.

— Bueno aquí vamos. — Respiró profundamente varias veces, tratando de eliminar su miedo.

— No tengas miedo. — Animó. — Perdóname por lo que haré pero quizás así te relajes un poco. — Y sin más con sus dedos índice y pulgar atrajo un poco más el rostro del omega hacia el suyo. Lo besó suave y tiernamente. — Yo estaré aquí contigo. — Se separó levemente de los labios ajenos y sonrió.

— No te perdono. — Dijo. — Porque quiero otro beso. — Y esta vez el que inició el beso fue el castaño.

— Te daré todos los besos que quieras. — Liberó el rostro del omega y se acurrucaron en la comodidad de su nido, olfateando sus aromas y escuchando sus corazones.

— Si eres mi ángel. — Entrelazó sus manos sobre las manos del alfa, las cuales habían vuelto a su vientre. — Ahora sí, aquí vamos. Hace cuatro años...

Como ayer 01 de Febrero del 2023 tuvimos un muy largo live de mi amor JK y no contento con eso, nos regaló un live TaeKook que nos hizo gritar y llorar de alegría... 💜💚💜💚
Tuve un poco más de inspiración y aquí tenemos la actualización. Este capítulo me hizo lagrimear. 🥺 Espero les hubiese gustado.

Bueno y como mis bebés se siguen acercando, abriendo su corazón y dejándose querer por el otro. Vamos a cambiar la portada, también porque tenia pensado cambiarla para este capítulo.

Gracias mi bella Techita por este otro regalo que me diste hace tiempo y hoy llegó el día de usarlo. Aun me quedan dos regalos por usar los cuales son de otra hermosa dama. Pero esos llegaran cuando lleguen a otra fase mis bebitos vírgenes.

Aquí dejo la linda portada realizada por Techita_ThJk 👇

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