Capítulo 19.

El destino unió los hilos, inició a tejerlos nuevamente desde hace ya un tiempo, solo que por el dolor de un corazón al no ser reconocido inmediatamente; solo unos hilos se unieron, pero el lazo estaba formándose nuevamente. Poco a poco y paso a paso la unión se dará, solo queda esperar.

Dos cuerpos bañados en sudor se retorcían en su lugar, anhelaban ser liberados de la prisión de sus pesadillas. Sus corazones latían desenfrenadamente, sus lágrimas buscaban la liberación del dolor siendo expulsadas de sus cuencas.

Entre sueños su dolor era revivido noche tras noche, sentían que eran quemados vivos y que no existía bálsamo que los lograra aliviar hasta esa noche...

Un castaño se removía muy inquieto en su cama, pataleaba tratando de liberarse de lo que sea que lo estuviera aprisionando en su mente sumida en una horrible pesadilla o quizás un doloroso recuerdo. Balbuceaba entre sueños, lágrimas y sudor...

Por otro lado se encontraba el alfa de cabellos azabaches, Kim TaeHyung... Igual que el omega estaba bañado en sudor, su mente en sueños le estaba volviendo a reproducir ese recuerdo que lo lastimaba. Con su corazón a mil y gruñendo entre sueños, solo pedía una cosa...

Un fuerte grito se escuchó al unísono dentro esas cuatro paredes...

¡ALFA!

¡OMEGA!

Sus cuerdas vocales ardían por la intensidad del grito.

Seguido a eso, sus ojos se abrieron de golpe, sus aromas eran expulsados de sus cuerpos y lágrimas recorrían sus mejillas. Noche tras noche, pasaba lo mismo, pero en octubre, en las noches de octubre los sueños eran más dolorosos y recurrentes, se repetían en bucle y siempre tenían el mismo final.

Tras cada pesadilla, cada recuerdo en sueños, siempre terminaban así... Siempre solos con su dolor.

Pero ahora algo había cambiado...

En la oscuridad de la habitación solo resaltaba sus aromas, ninguno de los dos podía ver sus rostros, cada uno trataba de tranquilizar su acelerado corazón.

TaeHyung trataba de buscar el origen del aroma que golpeaba sus fosas nasales. Desesperado, movía su cabeza de lado a lado, trataba de recordar dónde estaba. No reconocía el lugar, pero el aroma, el aroma sí que lo reconocía... ¿Aun estaría dentro del sueño? Algo no cuadraba, siempre era el mismo escenario y ahora, ahora se encontraba desubicado. Inhaló profundo y pasó sus largas manos por su rostro. Si era un sueño dentro de su sueño; quería despertar, debía despertar.

JungKook por su parte reconocía el lugar, se sintió tranquilo al ver que era su habitación y acababa de despertar de su pesadilla. Pero un aroma que deseaba olfatear hace ya tanto tiempo, lo hizo removerse en su lugar... ¿De dónde venía ese aroma? ¿Acaso al fin la persona que tanto llamaba en sueños había llegado por él? ¿Pero cómo ingresó a su habitación?

— ¿Alfa estás aquí? — Preguntó en un susurro, buscando dentro de la oscuridad alguna silueta que le indicara que estaba acompañado. Movía su nariz constantemente para así encontrar el aroma que amó desde hace cuatro años. — Estoy loco, es obvio que no está aquí. Es mi mente jugando conmigo. — Dijo triste. Estiró su mano para encender la lámpara de su mesa de noche.

TaeHyung retiró sus manos del rostro propio y prestó atención a la voz que se escuchaba en la oscura habitación. Allí recordó que estaba en la habitación de JungKook. Confirmó que no era un sueño dentro de su sueño.

— Oh, entonces su aroma es... — Fue interrumpido cuando la habitación fue iluminada por la lámpara que encendió el castaño.

Los chicos se miraron directamente a los ojos, cada uno observaba cada gota de sudor, y el rastro de lágrimas en sus mejillas.

— TaeHyung...

— JungKook...

Cada uno pronunció el nombre del contrario, sus corazones estaban un poco más tranquilos.

— ¿Tuviste una pesadilla? — Preguntaron al unísono.

— Sí. — Respondieron nuevamente en sincronía.

Estos dos humanos... — Hablaron los lobos.

¿Qué pasa lobo loco? — Habló Tae con su animal.

Termina de despertar y te digo, humano virgen. — TaeHyung rodó los ojos, y decidió observar al omega que se encontraba en la cama con sus ojos acuosos.

— Ay, no. — Dijo preocupado. — Debió ser una pesadilla horrible, sus ojitos están muy tristes.

Humano asustadizo. — Llamó Cooky.

Dime Cooky. — Respondió a su lobo.

Enserio te harás el loco. — Refunfuñó.

¿Ahora qué? — Preguntó sin entender lo que le quería decir su lobo.

Enserio estos dos humanos están dormidos aun. — Dijeron los lobos.

TaeHyung intentó levantarse del sillón para ir hacia el castaño. Le dolía verlo con sus ojitos así. Quería abrazarlo y decirle que solo era una pesadilla. No se imaginaba que JungKook pensaba lo mismo.

Al ver como respiraba el azabache y como tenía rastros de lágrimas en sus mejillas, algo dentro del castaño le decía que TaeHyung también sentía dolor por la pesadilla que había tenido.

— Espera yo iré hacia ti. — Dijo el castaño cubriéndose con su manta y poniéndose de pie. — No te levantes Tae, yo voy hacia ti.

TaeHyung se quedó quieto, observó cómo lentamente el castaño se envolvía en la manta y trataba de limpiar sus lágrimas con esta.

Tan adorable. — Pensó. — Se ve hermoso, solo quiero protegerlo. — Se acomodó nuevamente en el sillón.

JungKook se dirigía a pasos lentos hacia el azabache, quería sentirse seguro.

Ustedes enserio están bien dormidos, son mensos, les falla el olfato o todas juntas. — Dijeron los lobos al unísono.

¿Ahora que hicimos? — Cuestionaron cada quien a su lobo.

Y todavía preguntan. — Les respondieron, aun sin saber que el contrario estaba teniendo la misma conversación. — Dejen de hacerse los locos, ustedes pueden olerlo...

TaeHyung y JungKook se quedaron pensando.

¿Oler qué? — Preguntaron.

Tenemos que darles un golpe. — Se comunicaron entre los lobos. TaeHyung y JungKook esperaban la respuesta a su pregunta. — No, mejor no les pegamos, van a quedar más mensos. Dijeron nuevamente, estando de acuerdo.

Cooky...

Lobo loco...

¡Ya vamos! — Les gritaron a sus humanos. — Enserio si son todas las opciones anteriores. — Gruñeron.

Tú, humano asustadizo, acabas de despertar y llamaste a nuestro alfa como todas las noches. — JungKook asintió. — Pero también lo volviste a llamar porque sentiste su aroma...

Tú, humano virgen. — TaeHyung lo miró de mala manera. — Despertaste igual que todas las noches, con ese aroma en tu memoria, pero... Pero el aroma lo sentiste más fuerte apenas abriste los ojos y no fue parte del sueño.

TaeHyung y JungKook se tensaron al caer en cuenta de lo que sus lobos les estaban diciendo.

Acabamos de percibir el aroma que hace años nos acompaña solo en sueños. — Dijeron al unísono. — Eso quiere decir que....

Sí. — Dijeron los lobos.

Sí es mi omega.

Mi alfa, Cooky, él es mi alfa.

Nuestro destino... — Hablaron los cuatro al mismo tiempo.

JungKook no pudo contener sus emociones, soltó la manta que cubría su cuerpo y se arrojó a los brazos de TaeHyung. Este último seguía sin creer que había encontrado a su omega. Necesitaba olerlo, sentirlo más cerca, así que abrió sus brazos y recibió gustoso al castaño.

Humano virgen... — Llamó a TaeHyung y este hizo un sonido con su garganta en señal de que lo escuchaba. — Ahora... ¿Si puedo liberar mi aroma?

Ya lo hiciste, lobo loco.

No, eso fue inconscientemente, producto de la maldita pesadilla.

Pero... Aún no sabemos si en realidad es.

¡Cállate descerebrado! Ya lo sabes es nuestro omega, es su aroma.

Pero ya no lo siento, su aroma ya no está. — Bajó su cabeza. Pensaba que era producto de su imaginación y su lobo solo se guiaba por una ilusión.

No te preocupes, tenemos un trato... — Habló. — Voy a liberar el aroma hasta que estés seguro y el lobito de JungKook me ayudará.

¿Qué vas a hacer? — Preguntó a su lobo, y en el proceso acomodo al castaño sobre su regazo para acariciar más cómodamente su espalda.

Tu tranquilo y yo nervioso. — Dijo con una sonrisa. — Ya sabes que hablo con el lobo del chico, pues el ayudará. Nomás no te metas o te muerdo en donde más te duele, aunque también me duela.

No seas agresivo....

No lo soy, solo déjame demostrarte que es nuestro omega y no seas necio.

TaeHyung se quedó callado en espera de lo que sea que fuera a hacer su lobo. Por su parte JungKook esperaba sentir el aroma de su alfa, pero no lo lograba detectar. Abultó sus labios decepcionado. Estaba empezando a creer que lo del aroma que percibió era obra de su mente.

Cooky. — Llamó a su lobo. — No percibo el aroma del alfa, creo que nos equivocamos. — Bajó su cabeza en decepción.

Mi humano asustadizo. — Le respondió. — El aroma estaba, no te preocupes. Ya volverá, si es nuestro alfa, no te sientas decepcionado y no pienses eso. — Trató de animarlo. — Quiero que hagas algo...

Cooky fue interrumpido por el llamado del lobo de TaeHyung. Y JungKook quedó a la expectativa de lo que le pediría su lobo.

Dime lobo, ¿Qué necesitas? — Respondió al llamado del lobo de TaeHyung.

Cooky, lobito bonito. — Dijo mostrando sus colmillos alegremente al ver a su omega. — Veras... Mi humano cegatón aún tiene dudas y veo que el tuyo también.

Cooky levantó sus orejas en alegría al escuchar como su alfa lo llamaba.

Si, son tercos y ciegos. — Dijo Cooky. — ¿Qué vamos a hacer?

Eso ni como negarlo. — Lamió su hocico y Cooky sonrió en acuerdo. — Necesito que tu humano, nuestro JungKook deje salir su aroma... — Hizo una pausa. — Sé que tiene miedo de que lo lastimen si su aroma sale, pero no le haremos daño. Tú lo sabes, jamás lo haríamos. — Explicó. Pero mi humano solo dejará que esparza nuestro aroma si logra sentir el de ustedes. Así que ayúdame. — Suplicó.

Oww, yo tenía pensado decirle a mi humano que lo hiciera. — Respondió ante el pedido del lobo de Tae. — Se lo diré, le diré que con ustedes estamos a salvo. — Suspiró. Vamos a intentarlo lobito, alfa mío.

Ambos lobos aullaron en sincronía, esperaban que al fin dejaran las dudas, que se acercaran aún más. Ellos se comunicaban sin tener un lazo formado por una marca, era algo que sucedió sin darse cuenta, simplemente su conexión se dio.

JungKook se encontraba aferrado al cuerpo de TaeHyung, y este último lo acariciaba con delicadeza, solo quería sentirlo. Estaban sumidos en su mundo, en su pequeño momento que no se habían dado cuenta que una presencia los observaba desde el pasillo.

SeokJin al escuchar el grito de JungKook como todas las noches; corrió a consolarlo, pero esta vez el grito del castaño estaba unido al del alfa que había dejado dormir con su niño. Se levantó tan rápido como pudo y se dirigió a aquella habitación, solo quería abrazar a su niño, pero no ingresó. Se quedó observando la escena. Su corazón sintió calidez al ver como el muchacho que ha cuidado desde tanto tiempo encontraba refugio en otros brazos.

Así que siguió de pie en el pasillo, observando. Solo interferiría si veía que el alfa se fuera a propasar con su niño. Pero su lobo le decía que se tranquilizara, que ese alfa solo cuidaría de su cachorro. Sí, su cachorro.

Resulta que Kim SeokJin veía a JungKook como su hijo, es que prácticamente lo terminó de criar y ellos se volvieron más unidos desde el incidente de JungKook y la perdida de SeokJin. Uno era el soporte del otro.

Cooky... ¿Qué es lo que quieres que haga? — Habló JungKook al ver que su lobo se había quedado como en otro planeta. No se imaginaba que andaba hablando con el lobo de Tae. — Dime que debo hacer...

Los lobos dejaron su plática ante el llamado del castaño a Cooky.

Humano asustadizo, por favor no entres en pánico y escúchame...

Cooky no me asustes.

No te asustes, esto que te pediré nos ayudara para que reconozcas muy bien a nuestro alfa. — JungKook asintió con un poco de duda. — Mira... Necesito que dejes salir nuestro aroma...

¡No! Eso es malo, nos harán daño. — Empezó a llorar y su cuerpo empezaba a presentar temblores.

JungKook... Tranquilo, no nos harán daño. Dijo Cooky.

TaeHyung al sentir los temblores en el cuerpo contrario, lo abrazó con más fuerza pero sin llegar a lastimar.

Humano descerebrado, prepárate. — Avisó el lobo de Tae.

¿Para qué? Lobo loco. — Inquirió sin entender a su lobo.

Solo prepárate, ya verás o más bien olerás. Solo necesito que lo hagamos sentir seguro. — TaeHyung solo asintió y esperó. Se dedicó a abrazar al castaño, no lo soltaría, no quería hacerlo.

Nos lastimaran, nuestro aroma trae dolor. — Sus lágrimas empezaron a mojar la tela del pijama de TaeHyung.

— Hermosura, no llores, solo abrázame fuerte y no llores. — Dijo TaeHyung rápidamente al sentir como el castaño lloraba con más fuerza. JungKook se aferró al cuerpo del alfa.

No, JungKook, no. — Negó Cooky. — El alfa que nos abraza en este momento jamás nos hará daño, su lobito me lo dijo. — JungKook sorbió su naricita. — Tú quieres sentir su aroma ¿Verdad? — JungKook asintió. — Bien entonces... Dejaremos salir nuestro aroma y él también lo hará.

¿Cómo sabes que dejara salir su aroma? — Cuestionó entre lágrimas.

Su lobito me lo dijo. — Respondió. — Confía en nosotros, mira si el alfa nos ataca, cosa que no pasara; yo me encargare de él.

Tú hablas mucho con ese lobo. — Cooky sonrió. — Oye, no, no le harás nada a Tae.

Solo hablo lo necesario con él, es para que ustedes dos abran los ojotes. — JungKook entrecerró sus ojos al sentir un beso que fue dejado en su cabellera. TaeHyung trataba de tranquilizarlo. — Ves, tú lo defiendes. Entonces en el fondo sabes que no nos lastimaran. — JungKook hizo un puchero.

Lo necesario dices... — Hipeó a causa del llanto. — Bueno es que me da miedo que nuestro aroma llame a esa persona y...

No pasara, estamos en casa. — Interrumpió. — Y él nos protege, nos lo ha demostrado. — JungKook asintió. — Entonces... ¿Dejaras que nuestro aroma salga?

Okay, estamos seguros en casa. — Dijo. — Es cierto. Hasta se quedó porque se lo pedí. — Despegó su rostro del pectoral de TaeHyung y le dio una rápida mirada al rostro contrario. Seguido a eso volvió a hundir su rostro en aquel lugar donde escuchaba los latidos del corazón del alfa. TaeHyung le sonrió con ternura y acarició el cabello castaño. — ¡Vamos a hacerlo Cooky! Vamos a dejar salir nuestro aroma.

Eso bastó para que Cooky le dijera al lobo de Tae que estaban listos.

Humano descerebrado, preparado. — Volvió a avisar.

No sé para qué, pero ahí voy, lobo loco. — Le respondió a su lobo.

Solo te digo que apenas suceda, dejaremos salir nuestro aroma. Y no tendré reproches tuyos. — TaeHyung abrió sus ojos en grande, pero asintió ante lo dicho. — Con esto ya estarás seguro que es nuestra luna, nuestro hermoso omega.

JungKook se removió en los brazos de TaeHyung, necesitaba ponerse de pie. Pero TaeHyung no deseaba que cortaran el contacto.

— T-Tae... — Lo llamó.

— ¿Qué pasó hermosura? Digo JungKook. — Se corrigió y el castaño dejó salir una risita nasal.

— ¿Podrías dejar que me levante? — Preguntó suavemente. Y TaeHyung abrió sus ojos en grande. Se preguntaba si el castaño estaba incomodo con su abrazo, cosa que al parecer JungKook logró escuchar su pensamiento porque rápidamente habló de nuevo. — No me incomoda estar así, pero... — Inhaló profundo. — Es que tengo que hacer algo y me gustaría verte directo a los ojos cuando lo haga.

— Está bien JungKook. — Respondió. — Pero si sigues temblando te abrazaré estando de pie y no te soltaré. — Dijo sin pensar bien lo que salió de sus labios.

— N-no te preocupes, Tae. — Dijo con nerviosismo. — Es que mi cuerpo no me ayuda, créeme que prefiero estar como ahora; así sentados, juntos en este espacio. Pero es mejor hacerlo de pie, a mi parecer. — Sus mejillas se tornaron rojas. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué decía eso?

SeokJin los seguía observando, pero ahora con más curiosidad, estaban actuando extraño. ¿Qué iban a hacer?

No nos vamos a meter. — Dijo RJ.

Eso lo veremos. — Replicó Jin.

No lo haremos. Esto será bueno para él. — SeokJin seguía mirando a la pareja. — Créeme que esto lo ayudará.

Okay, te dejare levantarte. Solo que con cuidado. — Lo tomó de la cintura para ayudarlo a levantar.

Eso es mano, voy a entrar. — Dijo SeokJin al ver la acción.

¡No! Solo lo ayuda, nos quedaremos quietos. — Regañó RJ.

— Perdóname por tocarte la cintura, no es con mala intención. — Se disculpó TaeHyung lamiéndose los labios. Una acción que hacía de vez en cuando, pero no era que estuviese pensando cosas.

— No te preocupes. — Le contestó JungKook tratando de mirar a otro lado.

— Bien, vamos... A la de tres. — Contaron al mismo tiempo y al llegar al número tres; JungKook estaba totalmente de pie frente a Tae. ­— ¿Necesitas que me ponga de pie? — Cuestionó, y nuevamente lamió sus labios. JungKook negó con su cabeza.

— Solo necesito que me mires a los ojos. — Jugó con sus dedos tratando de calmar sus nervios. Y TaeHyung asintió a la expectativa. — Espero si seas, esto lo hago porque mi lobo me dijo que tu lobo lo pidió... No me lastimes.

Estamos listos. — Hablaron los lobos.

— Te miraré las veces que me pidas. — Dijo sonriéndole tiernamente. — Jamás te lastimaré, nunca lo haré, confía en mí. — Tomó la mano del castaño y dejó un pequeño beso, después la soltó lentamente.

JungKook sintió que su corazón se salía de su cuerpo. Ese alfa que lo molestaba en la universidad y que lo hacía rabiar, lo estaba tratando tan lindo y dulce.

— Okay, Tae. — El mencionado le volvió a sonreír. — Aquí vamos. — Inhaló varias veces, sacudió sus manos para así alejar sus nervios; se plantó derecho y cerró sus ojos.

Solo tienes que respirar. — Le dijo el lobo a Tae. — Respira y no lo dejes de mirar. — TaeHyung estaba expectante.

La habitación se tornó silenciosa, dos corazones latían expectantes y nerviosos. Unos ojos cafés oscuros observaban con detenimiento al lindo omega frente suyo. Pasaron segundos que parecieron minutos para JungKook, tenía miedo, pero no del alfa que lo acompañaba, ahora tenía miedo de que aquel chico siguiera sin reconocerlo y que cuando todo pasara volvería a estar solo. Él y su lobo esperando por un alfa que quizás nunca volvería a ellos.

JungKook abrió los ojos y un lindo destello dorado se pudo divisar, seguido a eso sus ojos parpadearon azules. TaeHyung adoró ver ese lindo destello y luego el fugaz azul que iluminó esos ojos que se tornaron negros como la noche. Se removió en su lugar en el momento en que un aroma golpeó sus fosas nasales.

Ese aroma hizo que todos los vellos de su cuerpo se erizaran, su lobo movió la cola eufórico. Extrañaba ese aroma, no, mejor aún, amaba ese aroma y al ser que lo portaba.

— Her-hermosura... — Tartamudeó. No podía creerlo. — E-ese... — Sus ojos empezaron a acumular lágrimas. — ¡Ese es tu aroma! — Dijo en casi un grito, no quería despertar al omega de su primo. JungKook asintió.

— ¿No te gusta? — Preguntó al ver que Tae no decía nada más. — Lo sabía, Tae no es nuestro alfa. — Dijo en un tono más bajo y triste.

No digas eso mi humano asustadizo. — Dijo Cooky. — Lobito, es su turno. — Se dirigió hacia el lobo de Tae. — Es hora que ustedes dejen salir su aroma y así se terminaran de reconocer, hazlo rápido, antes de que mi humano salga corriendo.

Voy. No más espero que ahora no queden en shock los dos. — Dijo. — Mi humano descerebrado se quedó procesando.

— Como no me va a gustar.... — Respondió a la pregunta de JungKook. — Sabes que yo....

¡Humano descerebrado! — Llamó. — Es hora.

No molestes, quiero hablar con el omega. — Respondió. — ¿Hora de qué?

Ahhh, enserio te voy a morder. — Dijo exasperado. — Es hora de que dejemos salir nuestro aroma. — TaeHyung solo miraba a JungKook. — Vamos, ahora, él piensa que no somos su alfa y quiere huir.

No me muerdas... ¡Encontramos a nuestro omega! — Dijo embobado por el aroma de JungKook. — ¡Cierto! Ahora mismo lo dejaremos salir. — Confirmó a su lobo. — ¡No! ¡Que no huya, es mi luna, mi destinado!

Ya quedó más pendejo que antes. — Refunfuñó. — Es nuestro destinado, humano virgen descerebrado, ¡Nuestro!

Di lo que quieras. Allí está mi omega. — Una lágrima se deslizó por su mejilla.

— Tae... — Lo llamó el castaño. — Sera mejor que...

— ¡Ahora humano descerebrado! — Gritó el lobo. — Se va a ir, no lo dejes. ¡Nuestro Omega! ¡Nuestro destino!

No se irá, de eso me encargo yo. — Le dijo a su lobo.

TaeHyung tomó una de las manos de JungKook para detenerlo, lo miró y aspiró ese dulce aroma que amaba.

— JungKook. — Dijo. — Hermosura. — Besó la mano del contrario. — Tú aroma... — El castaño bajó su mirada y sollozó. — Tu aroma es lo que he estado buscando desde hace tiempo, noche tras noche solo tengo el recuerdo de tu dulce aroma. Amo tu aroma, lo amo. — JungKook volvió a mirarlo a los ojos. — No huyas, no te vayas. — Suplicó.

— ¿Has estado buscando mi aroma? — Cuestionó.

—Sí, lo he buscado entre sueños, después de despertar. Lo he estado esperando. — Dijo. — No te imaginas las noches que he despertado anhelando tu aroma. Amo ese aroma con cada fibra de mi piel, mi lobo y yo solo queremos tu aroma, tu ser...

— Entonces... ¿A qué huelo Tae? — Inquirió bajito.

— Hermosura... Tú hueles, hueles...

¡A virgen! — Gritó Cooky y el lobo de Tae empezó a reír.

Cállate lobo, no digas eso. — Regañó el castaño.

No lo molestes. Los cuatro olemos a virgen. — Dijo el lobo de Tae tratando de controlar la risa. — Deja que el humano descerebrado hable con nuestro humano asustadizo.

Lo siento, es que quería molestarlo. — Sonrió. — Es que es para quitar el estrés, esos dos casi nos dejan sin pelaje. Que prosigan...

¡Tae! — Exclamó haciendo un puchero. — Dime a que huelo.

— Hermosura. — Besó la mejilla del castaño con delicadeza. — Mejor primero te muestro a que huelo yo.

A tu perfume carísimo Gucci. — Dijo el lobo de Tae.

Cállate, lobo loco. — El lobo volvió a reír a carcajadas acompañado de Cooky.

No, el huele a virgen con perfume carísimo Gucci. — Corrigió Cooky y el lobo de Tae se echó a reír panza arriba.

JungKook y TaeHyung ignoraron a sus animales.

— No te muevas hermosura, y mírame, ¿Okay? — JungKook asintió. — Ahora voy yo... — Respiró profundo, y otra lágrima se deslizó por su mejilla. Esta vez JungKook la limpió con delicadeza. — Hice una promesa hace años, promesa que más bien fue un pacto de fidelidad, pacto en el que mi lobo estuvo insistente en que hiciéramos. — JungKook escuchaba atento.

TaeHyung se sentó recto en el sillón, no se iba a levantar. Quería ver a su omega desde esa perspectiva. Inhaló y exhaló tres veces, en cada inhalación visualizó a su lobo, el cual giraba en círculos de la euforia.

Cerró sus ojos y cuando los abrió un destello dorado fue lo primero que vio JungKook. TaeHyung estiró su diestra y tomó las manos del contrario.

— Solo mírame a mí. — Le susurró mientras acariciaba las manos del castaño, este último hizo un pequeño movimiento en afirmación a la petición del alfa.

Volvió a cerrar los ojos, y al abrirlos nuevamente, un despampanante color rojo era protagonista en esos orbes. Seguido a eso rápidamente sus ojos cambiaron a su café oscuro. En ese momento las fosas nasales de JungKook fueron llenadas de un aroma que hizo su lobo aullar en alegría.

Los ojos de ambos chicos dejaban salir lágrimas en gran cantidad, sus corazones bombeaban con tanta fuerza que casi podían escuchar los latidos del contrario.

— Ta-Tae... Tu.

— Hermosura... Tu.

¡Humanos!

Sin esperar nada más, con sus aromas en la habitación y sus orbes fijos en el contrario; JungKook se lanzó a los brazos de TaeHyung, este último lo atrapó cuidando de no caerse con todo y sillón.

Se abrazaban mutuamente, con cariño y anhelo, cada uno aspirando el aroma contrario. JungKook inundaba sus fosas nasales y sentidos con el aroma de su alfa; canela, pino y fresa.

— Extrañaba tu aroma. — Dijo posando su nariz en el cuello del alfa.

— Y yo anhelaba con el alma el tuyo. — Expresó el alfa llevando su nariz al cuello del omega. — Tú aroma a rosas, chocolate y fresa; es mi perdición, mi adoración. — Dejó un dulce beso en el cuello del omega.

— Eres mi alfa. — Susurró lentamente.

— Y tu mi omega. — Atrajo aún más el cuerpo del castaño.

— Esos lobos necios no se equivocaron. — Dijeron al unísono.

— ¡Oílos a estos! — Expresaron los lobos. — Ustedes son los necios.

Continuaron por un buen rato, se sentían bien estando así. Sus aromas permanecieron en la habitación y SeokJin seguía observando. Sus ojos llenos de lágrimas al ver a su cachorro, su niño, un poco feliz.

Pero JungKook tenía una pregunta para su alfa y este último también tenía una para su omega, bueno tenían muchas preguntas, pero ahora querían despejar esa. Así que decidieron interrumpir el silencio y hablar.

— Tae. — Le llamó. — Quiero saber ¿Por qué no podía percibir tu aroma? — El nombrado sonrió de lado y lo tomó de la barbilla para conectar miradas.

— Hermosura, eso fue porque tenía un trato con mi lobo y pues no quería romperlo. — JungKook suspiró.

TaeHyung le explicó que hace años el y su lobo con todo el dolor que compartían, decidieron ocultar su aroma, que era para así también guardarle fidelidad a su omega y tener alejados a otros de ellos. También le comentó que desde el primer día que lo vio, su lobo le insistía en dejar salir su aroma y que lo marcaran con este.

— Eso es lindo. — Dijo. — Es una linda promesa la que hicieron. — Sonrió. — Pero eres un alfa menso. — Dejó salir una risilla.

— Fue nuestra manera de esperarte. — Dijo. — Óyeme ¿Ahora por qué me dices así?

— Porque tú no te diste cuenta de que yo era tu omega. — Contestó.

— ¿Y cómo querías que me diera cuenta? Si tampoco podía percibir tu aroma. — Dijo levantando una ceja. — Además ¿Tú me reconociste cuando me viste?

— Ah eso, pues verás... — Sonrió.

— ¿Qué veo?

— Pues tu lobito, es un poquito rebelde. — Apoyó su cabeza en el pectoral de Tae.

— ¿Qué hizo ese lobo?

— Pues por lo que veo es un lobo de palabra y su aroma lo ocultó. — Dijo. — Entonces como no había aroma, pues me dejo verlo. — Confesó.

— ¡¿Qué hizo que?! — Inquirió en exclamación.

— Me dejo verlo y allí yo me di cuenta que tú eras mi alfa.

— Que lobo loco. — Los lobos y JungKook sonrieron en complicidad. — Pero entonces, si tú ya me habías reconocido ¿Por qué no me dejaste percibir tu aroma?

— Allí es donde eres menso.

— No me digas así.

— Perdón, pero si lo eres. — Expresó. — Cuando tú te dirigiste hacia el lugar libre en el salón de la universidad. — Le acarició la mejilla a Tae. — Me puse nervioso y mi aroma por un instante salió.

— ¡Oh!

— Sí, ¡Oh! — Dijo. — Pues tú, grandísimo menso, no reconociste mi aroma. Yo me puse triste y furioso; entonces salí de allí.

— Pero hermosura, todo fue muy rápido.

— Lo sé, pero me sentí herido. — Hizo un puchero. — Tu lobo se dejaba ver, pero como tú te negabas a reconocerme; yo empecé a hacer lo mismo y así fue como nuestros días en la universidad eran una constante discusión.

— Perdón por eso. Es que mi lobo se ponía intenso y me colmaba la paciencia. — Sus ojos transmitían suplica. — Y pues yo te veía hacer rabietas y me gustaba ver tus caritas.

— Ya no importa. Al final ya nos dimos cuenta y nuestros lobos tenían razón.

— Si importa. — Contradijo. — Si hubiera aceptado lo que mi lobo decía, hace meses que estaríamos juntos.

— No pienses en eso. — Dijo. — Todo llega a su tiempo y pues quizás la Diosa luna lo quiso así.

— Bueno, tienes razón. — Besó la coronilla del omega. — Pero ahora... — JungKook lo miró expectante. — Dime ¿Por qué ocultabas tu aroma? — El omega se tensó nuevamente y ocultó su rostro en el cuello del alfa. — Tranquilo, no tengas miedo, aquí estoy. — Dijo tratando de tranquilizar al omega, al ver que había iniciado a temblar nuevamente. — Si no quieres decirme yo...

— Tae... — Lo interrumpió. — M-mi aroma lo oculté. — Abrazó fuertemente al alfa. — Mi aroma lo oculté, porque si dejo que lo perciban... Me dañaran, me lastimaran y me van querer hacer cosas en contra de mi voluntad. — Sorbió su nariz, había iniciado a llorar nuevamente. — Mi aroma es un peligro para mi lobo y mi persona.

TaeHyung escuchaba cada palabra, con cada sollozo y lágrima de su omega sentía que le taladraban el alma. Quería destrozar al causante del miedo de su destino, de su dulce omega.

— Tranquilo, no digas eso. — Habló tratando de no demostrar que le dolía lo que escuchó. — Yo te cuidare, mira, para que te sientas seguro... — Dejo salir aún más su aroma y JungKook inhaló profundamente aquel delicioso y calmante aroma. — Si gustas vuelve a ocultar tu aroma y solo lo dejas salir cuando estés solo conmigo y cuando quieras.

— ¿Te quedaras conmigo?

— Siempre, solo si tú me lo permites. — JungKook asintió.

— Entonces solo dejare salir mi aroma cuando este contigo. — TaeHyung sonrió y acarició los cabellos castaños. — Pero si no te molesta... — Se quedó callado, sentía que lo que iba a pedir seria mucho para el alfa.

— Continua hermosura, di lo que quieras.

— Si no te molesta, me gustaría que tú tampoco no dejaras que los demás perciban tu aroma. — Abultó sus labios y TaeHyung se derritió al ver ese gesto tan lindo. — Solo cuando estemos a solas nuestros aromas saldrán.

— Claro, mi hermosura, mi dulce destino. — Dijo ante la petición del omega. — Sera como tú quieras y yo bien gustoso de solo dejarte percibir nuestro aroma. Porque es nuestro y nadie, absolutamente nadie dañara eso.

— Eres un alfa muy bueno. — Dijo dejando un pequeño beso en la comisura de los labios ajenos.

— Hermosura... — Trató de ignorar la electricidad que sintió con aquel pequeño beso. — Debes dormir.

— Perdón, me deje llevar.

— Tranquilo, me agradó.

— No quiero dormir solo. — Dijo con un puchero.

— No dormirás solo, yo estaré aquí en el sillón. —Expresó. — Ya sabes lo que dijo tu Hyung y pues no quiero morir, su mirada da miedo y allí decía que hasta me podría castrar.

JungKook dejo salir unas risillas a causa de lo último dicho, pero se le paso una idea por la cabeza.

SeokJin al escuchar que el alfa respetaría la condición para quedarse a dormir, dio media vuelta para dirigirse a descansar; pero se detuvo al escuchar a su cachorro.

— Mi Hyung dijo que tú no podías dormir en mi cama. — TaeHyung asintió en afirmación. — Pero no dijo nada de que yo no podía dormir contigo en el sillón. — Juntó sus dedos índices jugando con ellos y abultó sus labios.

— ¡Este mocoso! — Exclamó entre dientes SeokJin antes de girarse nuevamente hacia la habitación de JungKook.

No te meterás SeokJin, solo van a dormir. — Dijo RJ controlando el cuerpo de Jin para que no gritara y mucho menos ingresara a la habitación.

¡Pero lo escuchaste!

Sí lo escuche, pero el alfa no se va a propasar, solo van a dormir. — Regañó. — Ahora escucharemos lo que dirá el alfa de nuestro cachorro y nos vamos a dormir.

— ¿Q-qué dijiste? — Preguntó nervioso.

— Dije que... — Acercó sus labios al oído del alfa y le susurró. Mi Hyung dijo que tú no podías dormir en mi cama. TaeHyung tragó grueso. Pero no dijo nada de que yo no podía dormir contigo en el sillón.

No podemos hacer eso, te va regañar y a mí me va a castrar y luego matar.

Pobre alfita te tiene miedo. Dijo RJ y SeokJin rodó los ojos.

Si podemos. Sonrió dejando ver sus dientes delanteros y arrugando su naricita. Solo quiero dormir abrazado a ti. Besó el cuello del alfa. Y mi Hyung dijo que tú no podías dormir en la cama conmigo. Entonces yo dormiré en el sillón contigo. No estamos rompiendo su condición, no hay cama, hay sillón.

Ay Diosa luna ¡Ayúdanos! Exclamó. Tu lógica es buena. Vamos a dormir, pero tú te harás cargo del omega gruñón. JungKook aplaudió chiquito y eufórico.

Ni modo eso te pasa por no aclararles todo. Se burló RJ. Ahora nos vamos a dormir, y más tarde tu calladito.

El mocoso me salió inteligente. — Refunfuñó.

JungKook después de su pequeña celebración se levantó del regazo de TaeHyung y fue a buscar una de sus mantas, apagó la lámpara de la mesa de noche y con cuidado se dirigió hacia el alfa; este le iluminó el camino con la linterna de su celular, no quería que su omega se fuera a lastimar en la oscuridad. El castaño le retiró una de las almohadas y se acomodó nuevamente sobre el  alfa para cubrirse con la manta.

Ahora no necesitas esa almohada para abrazar. Tomó entre sus manos los brazos del alfa y los enrolló alrededor de su cintura. Al menos por lo que queda de madrugada me abrazaras a mí. Se recostó en el pecho de Tae y cerró sus ojos, no sin antes dejarle un besito en la mejilla.

TaeHyung sonrió al escucharlo, su omega era toda dulzura y belleza, pero la picardía no le faltaba. Dulces sueños hermosura, te abrazaré toda la madrugada. Besó la mejilla del castaño.

Y con esa escena RJ dirigió el cuerpo de SeokJin a su habitación y le repitió que su cachorro estaría bien, que estaba feliz y eso era lo importante.

JungKook y TaeHyung cayeron en un profundo sueño, abrazados y con sus aromas acompañándolos en la ambientación de la habitación. Sus lobos aullaron y se hicieron bolita para descansar.

Esa noche sus aromas habían entrelazado nuevamente el lazo de su destino, estaban juntos de nuevo y con ayuda de la Diosa luna no se volverían a separar...

Capítulo dedicado a KTH-ukiyo mi osita bebé 💚, te quiero muchísimo. 💋

Kokoros darks 🖤🤟💜, las leo en el próximo capítulo.
Recuerden siempre sonreír.

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