Capítulo 11.

No transcurrió más de cuarenta minutos, cuando los cinco chicos ya se encontraban estacionando el automóvil para luego bajar de este y proceder a ingresar a la casa donde vivía el castaño, lo que no se esperaban es que dentro los estaba esperando un chico ansioso y muy preocupado por su pequeño niño, porque sí, para el chico; JungKook era su niño preciado, lo amaba como si fuera su hijo, y que lo llamasen de la universidad a comunicarle lo sucedido lo había puesto con los nervios de punta.

El azabache de labios delgados y belleza única, tenía su mente hecha un lio, ya que lo sucedido le recordaba la experiencia vivida años atrás. El castaño no había presentado esos síntomas desde hace ya bastante tiempo, bueno para ser exactos desde el incidente de años atrás, todos estos años lo había manejado con medicamentos, pero su médico les había advertido que en algún momento ya no funcionaría y menos si era expuesto a las feromonas de un alfa puro y por lo visto ese día llego. Ahora tendría que tener mucho cuidado con quién se acercara a su niño, no quería que se aprovecharan de él y lo dañaran. Aparte de que JungKook empezaría a sufrir fuertes dolores al no tener su pareja, su alfa para lidiar su malestar. Los medicamentos ya no ayudarían mucho, el efecto pasaría muy pronto, recuerdos dolorosos venían a la mente del azabache.

— Esta es la casa de mi JK. — Dijo Jimin cuando ya se encontraban estacionados. — Por lo visto ya llego mi taxi. Así que les encargo que lo ayuden a que ingrese a su casa, espero él se encuentre ya en casa y lo cuide.

El rubio observaba a su amigo que seguía pegado a aquel alfa y no se había separado de él en todo el camino, ya no tenía tiempo, se le hacía tarde para su cita. Así que le indico a NamJoon en que bolsillo de la maleta del castaño se encontraban las llaves y les indico que abrieran la casa, allí ya otra persona se encargaría de JungKook. Se despidió de su amigo con un beso en la mejilla y procedió a dirigirse al taxi. Ya dentro del auto observaba como llevaban al castaño hacia su casa.

— Vámonos. — Le indico al taxista y le dio la dirección de donde tendrían que ir ahora.

— Ustedes dos sostengan al chico y yo voy a abrir la puerta. — Dijo NamJoon mientras sacaba las llaves del bolsillo de la maleta del chico y procedía a ingresarla en la cerradura.

Pero JungKook no quería que nadie que no fuera TaeHyung se le acercara. Así que gruñó y dio un paso hacia atrás al sentir a Hobi acercarse a él para ayudarlo. No quería ser grosero ni mucho menos, pero no pudo controlar esa acción. Se sentía bien y seguro con TaeHyung a su lado. Tampoco pensaba que Hobi lo fuera a dañar, pero en definitiva su instinto animal estaba a flor de piel y no entendía el por qué.

— ¡¿Qué pasó?! Ahora... ¿Por qué se comporta así? — Inquirió el más alto, observando a los tres chicos.

— No sé, yo solo me acerque para ayudarlo y me alejó con ese gruñido. — Habló Hobi mientras observaba a NamJoon y luego dirigía su mirada a los otros dos chicos.

NamJoon observó a TaeHyung, el cual tenía una mirada que le decía que tampoco sabía porque el castaño actuó así. Miró al chico y dejo salir un suspiro pesado, estaba agotado mentalmente, ese día estaba de locos, y no sabía cómo carajos resulto siendo el niñero de un chico con el cual no había cruzado palabra alguna. Esperaba no tener que lidiar con algo más, rogaba a la Diosa luna que una vez abriera esa puerta lograra dejar ese día atrás e ir a descansar... Pero la vida le tenía preparada otra cosa y sus planes no saldrían como él quería.

— Hobi, ven, mejor ayúdame con su maleta y que Tae lo ayude. Vamos a dejarlo dentro de su casa y nos vamos. — Habló NamJoon dirigiendo su mirada nuevamente a la puerta de aquella casa.

— Bueno, Tae. Como el conejo rabioso anda sensible, hazte cargo... Tú lo seguirás cargando hasta que entremos a su casa, ya que por ti es que estamos aquí. — Dijo Hobi con una sonrisa al ver como JungKook seguía gruñéndole y se apegaba más a Tae, y el último mencionado no hacía más que abrazarlo para calmarlo y protegerlo, aunque no estuviese corriendo peligro en ese momento.

El castaño se veía tierno con sus ojitos oscuros, mostrando sus dientes y arrugando su naricita cada vez que se apegaba al cuello del alfa para aspirar su aroma. A Hobi no le importo mucho que le hubiese gruñido, incluso le parecía tierno y al verlo así se le vino a la mente una imagen de un conejo y para la situación le pereció perfecto otorgarle ese apodo.

— ¡Hobi! — Exclamaron Nam y Tae en unísono, el último mencionado rodó los ojos al cielo al escuchar a su amigo echándole la culpa de que estuvieran allí.

Es cierto estaban ahí a causa de sus acciones, pero él quiso irse y el castaño no se lo permitió y al verle sus ojitos cuando se encontraban en la universidad; su lobo lo convenció de no abandonarlo, solo estaba cumpliendo con algo que su lobo quería, nada más.

— Oye, no es del todo mi culpa. Yo solo quería que no saliera lastimado en la discusión que tenía con el minion. Pero todo se salió de control cuando se sintió mal y terminamos en la enfermería, ustedes saben perfectamente que no quiero omegas cerca de mí y...

— Enserio hoy está bien raro, ósea él siempre es gruñón en la universidad sobre todo con Tae. Pero extrañamente hoy solo quiere a este alfa terco y gruñón, que dice que no quiere que los omegas se le acerquen y decidió meterse en una situación que no le incumbe y no para de decir es Mi Omega. Par de indecisos que ni ellos mismos se entienden. — Dijo Hobi, interrumpiendo a su amigo y cruzándose de brazos.

— ¡Oye, no lo digas minion a Jimin! — Exclamó JungKook. — Es cierto es chaparrito pero no le digas así, alfa maleducado. Él es puro amor y su estatura no tiene nada que ver aquí, simplemente se exalto al ver el golpe en mi rostro y pensó que fuiste tú... Entremos de una vez a la casa y no vuelvas a llamar así a mi amado Jimin.

TaeHyung sintió su mandíbula tensarse en el momento en que el castaño le recordó el golpe, de inmediato volteó a ver el rostro del omega para tomarlo entre sus manos. Se quedó observando ese bello rostro por unos segundos, pasó su pulgar derecho suavemente por el labio inferior del castaño. No quería ver ese rostro lastimado y mucho menos esos labios que en ese momento se le antojaron besar. Pero se contuvo.

Volvió a la realidad cuando nuevamente lo inundaron unas fuertes ganas de salir a buscar a los malditos que se atrevieron a lastimarlo y golpearlos hasta que sus puños dolieran, sintió una pequeña punzada en su pecho cuando por último escuchó que el castaño le decía amado a Jimin, no le agrado para nada a él y a su lobo.

Ves, nos van a robar al omega, ¡Avíspate! Y ya que lo tienes así de cerca, lánzate e iniciemos el cortejo. — Habló su lobo, aprovechando que su parte humana había bajado la guardia.

Eso es una buena idea. — Contestó Tae. Acercaba sus labios lentamente a los labios de JungKook, mientras que con su mano izquierda agarraba fuerte la cintura del castaño y lo apegaba más a su cuerpo.

¡Hazlo! Besa al omega, nuestro omega... Mira como no se niega a tu cercanía, es nuestro. Ese tal Jimin no nos lo va a quitar.

Mmm, quiero besarlo, solo será un beso... — TaeHyung se estaba dejando llevar por el instinto y las palabras de su lobo. Estaba aún más cerca de los labios del castaño que podía sentir sus respiraciones fundirse en una sola. Se relamió sus labios al imaginar el sabor de esos rosados y delgados labios fundidos a los suyos, hasta que sus palabras retumbaron en su mente "Y para que no te preocupes de más, te digo que no me interesa para nada tu amigo". En ese momento dio un paso para atrás y soltó el agarre que ejercía en la cintura y rostro del contrario.

El Castaño estaba tan concentrado en cada movimiento y roce que tenía el alfa para con él, que por un momento su memoria lo llevo a una escena muy similar de años atrás, sentía su pecho arder y cada fibra de su cuerpo le indicaba que no se resistiera. Estaba a punto de cortar los milímetros que separada sus labios del contrario hasta que el abrupto movimiento del alfa lo sacó de su burbuja. Sintió su corazón doler, pero también agradeció que alguno de los dos reaccionara. No sabría cómo comportarse después si se hubiera consumado la acción que estaban a punto de hacer. Se odiaban, no se toleraban y en esos momentos no eran ellos mismos, él sabía que sus animales eran los que estaban actuando por ellos. Así se sintiera bien con aquel alfa en esos momentos, no debían pasar a nada más, el alfa solo lo estaba ayudando a llegar a su casa, y en eso debía quedar.

— Haremos de cuenta que no vimos nada, ¿Verdad? Nam. — Dijo Hobi, haciendo el ademan de taparse los ojos y así indicar que no vio  el casi beso que presenciaron. Pero su sonrisa pícara era más que evidente.

— Lobo, aprovechado... Tú y yo hablaremos más tarde, esto no se quedara así. — Le advirtió Tae a su animal.

— Tenia que intentarlo, vi la oportunidad y la tomé. Además no te hagas que bien que querías.

Definitivamente estás mal condenado. Tú y yo no somos de esos que se aprovechan de los omegas cuando están vulnerables, ¿Lo olvidaste? — Habló TaeHyung regañando a su lobo. —Odiamos eso. Recuerda que nunca pero nunca nos aprovecharíamos de un omega, debes tener presente lo que prometimos hace años al verlo, ¿Recuerdas? Esa escena nos dolió y más cuando nos dimos cuenta que él...

— Lo sé, perdón, pero es que sigues de terco y yo te digo que él es...— El lobo bajó sus orejas y se sintió mal al darse cuenta que estuvo a punto de hacer lo que más detestaba él y su humano. No era tan grave, iba ser solo un beso, pero de igual manera se iba a aprovechar de la vulnerabilidad del omega.

— Que él no es. Deja de decir eso. Cambiemos de tema ya ¿Sí? — Tae cambió su tono de voz al ver a su lobo agachar sus orejas. —Mira dejemos esto aquí, yo sé que lo extrañas y que aunque fue por un breve momento los dos lo amamos apenas lo vimos, pero él no está, se fue. Tal vez por eso estas tan aferrado a la idea que sea el omega que tenemos aquí. Pero no lo es.

— Tú también lo extrañas, pero como dices dejemos esto aquí. — El lobo fingió aceptar lo que decía su humano. — Te demostraré que estamos muy cerca de nuestro omega y que volvió para quedarse con nosotros. — Pensó el lobo. No daría su pata a torcer. Estaba seguro que lo que sentía por aquel omega no era un escape para el dolor que los acompañaba desde hace años. Eso era lo que le decía su humano todas las noches, pero si fuera así su parte humana no reaccionaria ante el omega y sin ser influenciado por su animal.

— Ya dejemos de perder el tiempo e ingresemos a la casa. — Habló Nam, y procedió a girar la llave en la cerradura abriendo la puerta...

— ¡Mi niño! ¿Por qué tardaste tanto en llegar? Y... — El azabache no pudo terminar de hablar, ya que cuando observo la puerta de la casa abrirse sus ojos divisaron a la persona que menos esperaba volverse a encontrar y menos en esta situación.

NamJoon abrió sus ojos en grande y se paralizo por completo al ver la persona frente a él. Su mente quedó en blanco, no podía gesticular palabra alguna, sentía un nudo en su garganta que le impedía bajar saliva.

— M-mí l-lu...— Cuando al fin medio pudo gesticular las palabras fue interrumpido por el azabache.

— No me llames así, no te atrevas... ¡LÁRGATE! ¡¿Qué demonios haces en mi casa?! ­— Decía y gritaba el azabache. Sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales amenazaban con salir de sus cuencas...

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