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Dos días después, nos encontramos de nuevo, esta vez en un centro comercial para comer algo. Skandar y Daniela se retiraron para comprar la comida, dejándonos a Saeed y a mí solos en la mesa.

— ¿Te gusta el metalcore? —le pregunté a Saeed, mientras sacaba mis audífonos de cable.

Con una mirada de curiosidad, Saeed asintió y aceptó probarlos. Coloqué los auriculares en sus oídos y puse mi canción favorita, "Another Life". Pude notar su sorpresa al sentir cómo los auriculares se ajustaban en su lugar. Nos sumergimos en la letra de la canción y pude notar una especie de ademán extraño en la mano de Saeed mientras la música nos envolvía. Le entregué mi teléfono con amabilidad.

— Ahora te toca a ti, Saeed. Escucharemos algo que a ti te guste.

— ¿Estás seguro? — me preguntó con una mezcla de nerviosismo y curiosidad

Al principio, Saeed dudó, pero después de mi insistencia, finalmente accedió. Pidió algo de tiempo para encontrar la canción adecuada y, tras unos segundos de búsqueda, comenzó a reproducir "Enchanted" de Taylor Swift. Me sorprendió verlo elegir una canción tan diferente, pero no pude negar que era hermosa y tenía un mensaje encantador.

— ¿Escuchas a Taylor Swift? —pregunté, sintiendo una extraña emoción al darme cuenta de que Saeed estaba compartiendo algo personal conmigo.

Saeed asintió con una sonrisa tímida, y en ese momento, sentí un cálido cosquilleo en mi pecho. Aunque no suelo mostrar fácilmente mis sentimientos, la confianza que Saeed estaba depositando en mí me hizo sentir increíblemente feliz.

— ¿Por qué esa canción en particular, Saeed?

Tomó un momento para pensar — Esta canción me recuerda a un momento especial en mi vida. Cuando la escucho, me transporta a un lugar de nostalgia y alegría. Me hace recordar momentos felices y personas importantes en mi vida. Además, la melodía y las letras simplemente me hacen sentir bien.

— Entiendo. Es increíble cómo la música puede tener ese poder de transportarnos a lugares emocionales. Gracias por compartirlo conmigo, Saeed.

Después de escuchar la canción, noté cómo Skandar y Daniela nos miraban con sorpresa y curiosidad. Sus miradas furtivas no pasaron desapercibidas para mí, pero optaron por no comentar nada y comenzaron a tomar sus alimentos con naturalidad. En algunas ocasiones compartimos palabras y hablábamos de diferentes temas, disfrutando del silencio agradable en otras. Aunque el ambiente era relajado, podía sentir una corriente de energía palpable entre Saeed y yo, una conexión que se había forjado en apenas dos encuentros pero que parecía prometedora.

Poco a poco, a medida que la tarde avanzaba, sentí un calor reconfortante en mi corazón. Era un sentimiento extraño, uno que no estaba acostumbrado a experimentar. Me di cuenta de que me sentía cómodo con Saeed, de una manera que raramente me sentía con otras personas. Pero rápidamente reprimí cualquier pensamiento de permitir que esos sentimientos se profundizaran. ¿Podríamos ser solo buenos amigos, o tal vez había espacio para algo más? Me encontraba en un territorio desconocido, y la incertidumbre me hacía sentir un poco inquieto.

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Al anochecer, cuando nos despedimos y cada uno regresó a sus respectivos hogares, seguía sumido en mis pensamientos. Recordaba la tarde que habíamos compartido, cada risa, cada mirada compartida. Sin embargo, lo que más ocupaba mi mente era la pregunta de qué hacer a continuación. ¿Debería buscar a Saeed en las redes sociales? ¿O sería demasiado apresurado? Al final, decidí dar el paso y buscar su perfil en Instagram. Me tomó unos momentos encontrarlo, pero finalmente lo hice. ¿Cómo había obtenido su usuario? Fue Daniela quien me lo proporcionó, en respuesta a mi pedido casi impulsivo.

Al mirar su perfil, me sentí un poco nervioso. ¿Qué debería hacer ahora? Opté por enviarle un mensaje, aunque me sentía un poco torpe al escribirlo. No estaba seguro de qué decirle, así que decidí enviarle las fotos que habíamos tomado ese día.

Esperé con nerviosismo su respuesta, preguntándome qué pensaría de mi mensaje. ¿Se sentiría incómodo o tal vez estaría contento de volver a hablar? Las dudas y las expectativas se agolpaban en mi mente mientras aguardaba ansiosamente su respuesta.

— ¿Por qué me enviaste estas fotos? —pregunto

Y yo respondí rápidamente:

— Fui obligado por Daniela. No tenía otra opción

No pasó mucho cuando una nota de voz llegó.

— Jajaja, no puedo creer que Daniela te haya obligado. ¡Gracias de todos modos por enviarlas! — respondió entre risas

A pesar de haber recibido una respuesta positiva de Saeed, una sensación de inquietud seguía creciendo en mi interior. Me encontraba en un estado de cuestionamiento constante, analizando una y otra vez mis sentimientos hacia él. ¿Por qué me sentía tan atraído por Saeed? ¿Qué era lo que me hacía sentir esta intensa conexión con él?

Repasé cada momento que habíamos compartido, cada risa, cada conversación. Intentaba encontrar alguna pista que explicara esta inexplicable atracción que sentía hacia él. ¿Era simplemente su personalidad encantadora? ¿O había algo más profundo que aún no había descubierto?

Mis pensamientos se volvieron cada vez más tumultuosos, como si estuviera atrapado en un laberinto sin salida. Traté de apartar estos interrogantes de mi mente, pero seguían regresando una y otra vez, persiguiéndome incluso en mis momentos de soledad.

Por más que intentaba racionalizar mis sentimientos, no podía evitar la sensación abrumadora de que había algo especial en Saeed que me atraía de una manera única. A medida que seguía reflexionando sobre ello, me di cuenta de que tal vez era hora de enfrentar la verdad y explorar más a fondo lo que realmente significaba esta conexión que sentía hacia él.