Epílogo

El camino hacia la sanación es un sendero tortuoso y plagado de obstáculos, uno que no se puede recorrer fácilmente con pasos ligeros. A menudo, nos encontramos enfrentando nuestras peores batallas en los momentos más oscuros de nuestras vidas, cuando el mundo parece estar en su contra y la esperanza se desvanece como una vela consumida por el viento.

Cuando Saeed y yo decidimos tomar terapia juntos, no fue una decisión que tomamos a la ligera. Después de todo lo que habíamos pasado, después de todas las cicatrices que habían dejado nuestras batallas internas, sabíamos que era necesario buscar ayuda profesional para encontrar el camino de regreso a la luz.

Recuerdo los primeros días de terapia como si hubieran sido ayer, cada sesión una montaña rusa de emociones que amenazaba con arrastrarnos hacia la desesperación. Para mí, fue un desafío abrumador enfrentar los demonios que me acechaban en la oscuridad de mi propia mente. En algunas ocasiones, sentía que la terapia no estaba funcionando, que mis esfuerzos por sanar eran en vano y que estaba destinado a vivir en la sombra de mi propio sufrimiento para siempre. Pero en medio de la desesperación, encontré una chispa de esperanza que se negaba a apagarse. Sabía que tenía que seguir adelante, que dejar de sentirme mal no era solo un deseo, sino una responsabilidad que tenía conmigo mismo. Comprendí que el amor que sentía por Saeed no era suficiente para curar las heridas profundas que había sufrido, que la verdadera curación residía en mi capacidad para enfrentar mis miedos y luchar por mi propia salud mental. Fue un viaje lleno de altibajos, de lágrimas derramadas y risas compartidas, pero cada paso que dimos juntos nos acercó un poco más a la luz al final del túnel. Aprendimos a apoyarnos mutuamente en los momentos difíciles, a darnos fuerza cuando la otra persona flaqueaba y a recordarnos que juntos éramos más fuertes que cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Ahora, mientras miro hacia atrás en aquellos días oscuros, puedo ver lo lejos que hemos llegado desde entonces. Aunque el camino hacia la sanación nunca termina realmente, sé que con amor, determinación y el apoyo mutuo, podemos superar cualquier desafío que la vida nos depare. Y así, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, nos embarcamos en el próximo capítulo de nuestra historia juntos, listos para enfrentar lo que el futuro nos depare con valentía y determinación.

Han pasado años desde aquellos días oscuros, desde los momentos de lucha y desesperación que parecían no tener fin. Ahora, Saeed y yo nos encontramos en un lugar completamente diferente en la vida, rodeados de amor y felicidad que jamás habíamos imaginado posible. Ambos hemos encontrado nuestro camino profesional, siguiendo nuestras pasiones y construyendo una vida que nos llena de satisfacción y alegría. Saeed trabaja en un jardín de niños, compartiendo su amor y dedicación con los pequeños que llenan su vida de risas y travesuras. Mientras tanto, yo me dedico a mi pequeña empresa de diseño gráfico, dando rienda suelta a mi creatividad y buscando nuevas formas de expresar mi arte.

Recientemente, decidimos dar el siguiente paso en nuestra relación y nos casamos en una boda pequeña pero hermosa. Fue un día lleno de amor y alegría, rodeados de nuestros seres queridos que celebraban con nosotros este nuevo capítulo en nuestras vidas. Por supuesto, la sombra del pasado todavía se cierne sobre nosotros en ciertos momentos. Mi suegro y mi cuñado todavía creen que represento una amenaza, pero nunca permitiré que mis problemas vuelvan a lastimar a Saeed. Él es mi todo, mi razón de ser, y haré todo lo que esté a mi alcance para protegerlo y cuidarlo de cualquier daño.

Hemos empezado a hablar de formar una familia más grande, y la idea de tener un perrito y un gatito corre por nuestras mentes. Aunque sé que serán un desafío, también sé que llenarán nuestros días con amor y alegría, convirtiéndose en los compañeros perfectos para nosotros dos.En este punto de nuestras vidas, puedo decir con certeza que Saeed es mi luz en la oscuridad, mi roca en la tormenta. Juntos, hemos superado cada obstáculo que se nos ha presentado y hemos construido un amor que es más fuerte que cualquier adversidad. Y mientras miro hacia el futuro, solo puedo sentir gratitud y alegría por tener a Saeed a mi lado, compartiendo este viaje conmigo.

—¿Endrike, alguna vez has pensado en contar cómo Skandar y Daniela terminaron juntos y tuvieron dos hijos?

—¿Por qué querríamos hablar de eso? —respondí, reflejando la reticencia a revisar viejos recuerdos.

—Bueno, creo que es parte de nuestra historia, ¿no crees? Skandar es tu mejor amigo y Daniela también —continuó Saeed, tratando de encontrar una manera de explicar su perspectiva.

Suspiró, reconociendo la validez del punto de vista de Saeed. —Sí, lo sé. Pero no creo que sea necesario revivir viejos recuerdos. Además, si quieren saber entonces que les hagan su propia novela...