Visita

Kenma se quedó escuchando repetidas veces como sonaba el pitido de la llamada hasta que esta misma mandaba al buzón de voz de su mejor amigo.

Déjame un mensaje— pedía amablemente la voz del chico antes de anunciar que comenzaba la grabación.

—Kuroo— comienza a hablar, su voz tiembla levemente, intenta contenerse para no provocarle más nervios al mayor—, creo que sabes muy bien que... Llegó el momento, debes afrontar tu verdad y decirle a Oikawa adecuadamente lo que sientes ¿Sí? Estaré aquí para ti si me necesitas, así que... Llama luego de escuchar esto— y cuelga, sintiendo como su corazón dolía.

El pequeño de cabello naranja toma su mano y sonríe ampliamente para llamar su atención.

—¿Estás bien, Kenma?— pregunta al notarlo nervioso.

Kenma no puede evitar la pequeña sonrisa que se dibuja en sus labios, por más preocupado que se encuentre, no puede frenar que sus sentimientos por Hinata lo calmen en ese momento.

—Sí, solo son problemas con Kuroo— le explica, apretando su mano para guiarlo dentro de la sala de cine.

‡🌸‡

Kuroo había colgado en medio ataque de ansiedad cuando escuchó el llamado a la puerta.

Si se trataba de Oikawa ¿Qué le diría?

Disculpa, mi corazón eligió enamorarse de la persona menos indicada.

¡No! ¿Con qué cara diría eso?

¡Oikawa! ¿Te dió risa mi broma telefónica? ¡Puff! Me encanta molestarte.

Eso sería... Muy bajo.

Pero sus miedos se dispersan cuando la puerta vuelve a ser tocada, ahora acompañada de una voz muy familiar.

—¡Bro, abre esta puerta!— grita Bokuto.

Alivio corrió por el cuerpo de Kuroo en ese mismo intante. Oikawa realmente no había ido a buscarlo luego del vergonzoso intento de confesión que le dio por llamada.

─¿Bro?─ Kuroo asoma la cabeza, notando que el chico se encontraba solo en la entrada de la habitación. Era extraño, llevaba un tiempo sin toparse con Bokuto por los pasillos de la Universidad, cosa que le meritaba a su estrepitosa vida dentro del lugar.

El chico sonríe ampliamente, dando un salto a los brazos de su mejor amigo, su compañero de bromas. Los brazos de Bokuto a Kuroo le dan una sensación de calidez terriblemente nostálgica, provocando que sus ojos en menos de dos segundos se llenen completamente de lágrimas.

─¡Traje una película muy buena que salió recientemente y pizza para microondas!─ comenta Bokuto, soltándose de Kuroo para poder verle a los ojos. No se encuentra con nada aletandor─. ¿Qué pasó, Kuroo?

Los grandes ojos lo analizan de una forma un tanto exraña, pero Kuroo simplemente toma las bolsas de su amigo para adentrarse en el apartamento, dejando que sea Bokuto el encargado de cerrar la puerta de su pequeño hogar.

─Creo que soy demasiado cobarde aún como para decírtelo─ confiesa, sacando las mini pizzas para colocarlas en el horno de microondas─. ¿Dónde dejaste a Akaashi?

Bokuto vuelca su mirada al suelo, siendo sacudido por el nombre de otro gran amigo. En sus pequeñas reuniones, por lo general, Akaashi estaba presente.

─Está... En una cita, con una chica de su carrera─ cuando Kuroo posa sus ojos sobre el Búho nota el aura de tristeza que acaba de colocar sobre él, incluso siente como las puntas de su cabello se inclinan a los costados, mostrado el nivel de depresión en el que lo coloca el recuerdo.

Kuroo levanta una ceja, sorprendido.

─¿Y no viste a Ushijima por los pasillos?─ sabe que con eso podrá, por lo menos, traerle un poco de color a la vida de su amigo.

─Dijo que tenía que estudiar─ Bokuto se encoje de hombros─. Incluso vi a Daichi, pero huyó cuando lo llamé en medio del pasillo.

Kuroo suelta una risotada debido a eso, puede incluso imaginar la escena.

Era extraño, regresar a ese vida, fuera de la burbuja en la que lo tenía metido Oikawa. Las constantes llamadas a Kenma también se habían encargado de alejarlo un poco de su grupo, debido a lo apretado del tiempo y la forma en que empleaba lo poco que le quedaba en mantener la relación a distancia con su amigo de la infancia.

Un suspiro lastimero sale de sus labios.

─Llama a Ushijima, dile que estamos celebrando en mi apartamento y que traiga a Daichi─ ordena Kuroo, sacando una bolsa de palomitas para dejar a la espera de las pizzas.

─¿Y si se niegan?

─¿Qué perdemos con intentar?

La sonrisa de Bokuto regresa, iluminando la habitación.

─¿Le llamo a Oikawa también?─ pregunta, de lo más inocente, no sabe que con esa simple pregunta acaba de recordar una de las mayores tragedias que Kuroo podría recordar.

─Ah... No creo que sea necesario ¿Sabes? Creo que iba a salir con una chica por allí...

─Es verdad, Oikawa suele salir mucho últimamente con una chica bastante linda ¿verdad? No recuerdo su nombre─ los dedos de Bokuto se deslizan a lo largo de la pantalla de su teléfono, para luego añadir─ ¿Iwaizumi estará libre?

Kuroo saca las pizzas para cambiarlas por la bolsa de palomitas en es momento, mientras la llamada de Bokuto es contestada.

Llamada... Kenma, los ojos del chico se amplían cuando cae en la cuenta de que, en pleno ataque de pánico, le había colgado a su mejor amigo. Qué tonto, se golpea mentalmente, Kenma debe de estar preocupado.

Así que toma su teléfono para enviarle un mensaje rápido al chico que, justo ahora, debía de encontrarse en medio de su primera cita con el chico que le gustaba.

Kenma:

FALSA ALARMA

No se trataba de Oikawa

Bokuto vino a visitarme y probablemente los demás chicos se aparezcan para quedarse hasta tarde, así que te llamaré cuando se vayan.

¡Diviértete en la cita!

¡Recuerda que "sin sombrero no hay fiesta"!

Kuroo se siente mejor luego de enviar el último mensaje, prestando atención hasta ese momento a la forma despreocupada en la que se reía Bokuto con Ushijima.

─¿Viene en camino?─ pregunta Kuroo.

─Sí, dice que traerá más comida─ asiente Bokuto, aunque luego se dirige a la puerta para de la entrada, desde donde se encuentra Kuroo solo puede escuchar que esa misma se abre─ ¡Broooo!

Ese es el grito de festejo que Bokuto suele usar para esas noches, por lo que Kuroo se relaja mientras prepara las fritura de esa noche junto con el chocolate caliente que está seguro que le pedirá Bokuto a media noche.

Era agradable volver a ese ambiente.

─¡Kuroo, Oikawa está aquí!─ avisa Bokuto, rompiendo en miles de trozos las esperanzas de paz para esa noche.

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