No Siempre Sale Bien
Kenma deja su teléfono sobre la mesa para inflar sus pulmones de aire y su corazón de valentía. Debía hacerlo, no existía más la palabra "rendirse" o "huir".
Con la vida corriendo alocada por sus venas él decide sacudirse la inseguridad. Solo debe soltar tres palabras.
Hinata,
Me
Gustas.
Luego el destino sería el encargado de sumirlo en la eterna depresión o salvarlo con el denso poder del amor. Bastante cursi ¿Cierto?
Paso tras paso la puerta fue acercándose junto al brillo cegador que llevaba Hinata de un lado al otro. Sin dudarlo, abre la puerta para exponerse a los rayos del sol, su sol.
Hinata le sonríe mientras levanta una bolsa llena de videojuegos.
─¡Kenma, podrías haberte apurado! Más tarde tenemos que ir a entrenar, estamos perdiendo tiempo valioso─ la risa de Hinata se deja escuchar por todo el departamento mientra él entra, iluminando cada retazo del hogar temporal del gato enamorado.
─Eh... Hinata...─ su lengua se siente rara mientras intenta formular las palabras adecuadas, el corazón y sus latidos frenéticos no lo dejan pensar en paz.
Cada parte de él está totalmente tensa, sin saber como comenzar, qué palabras debe decir porque las ha olvidado en el corto lapso de tiempo que Hinata lleva dentro de su departamento. Kenma siente esa horrible presión volver a instalarse en su pecho, sin dejarlo sacar esas dulces palabras que necesita para saber si será o no correspondido por uno de sus mejores amigos. Es en ese momento que siente como posan una mano sobre su hombro derecho.
─Estaré aquí para ti, Kenma─ cree escuchar a la voz de Kuroo justo a su lado, aunque sabe perfectamente que ese chico también debe de estar luchando con sus nervios para poder expresar lo que siente a la persona que ama.
Sonríe, porque recuerda la promesa que le hizo a su amigo de la infancia y sabe muy bien que debe cumplirla.
Camina lentamente al lado de Hinata, que lo espera con una sonrisa aún más grande. Cuando lo ve directamente a los ojos siente una calidez extraña recorrer su cuerpo entero, quitando la horrible presión.
Solo debe articular 3 simples palabras:
─Hinata, me gustas.
~♫~
Las luces de su departamento seguían apagadas cuando decidió ser valiente y abrir la puerta. Oikawa seguía allí, erguido en todo su esplendor, con esa brillante sonrisa que le hacía perder la cabeza. Kuroo coloca una sonrisa sin poderlo evitar.
─Oikawa, pasa─ le pide, dandole el espacio suficiente para que el nombrado realice la acción─ ¿Te hice esperar demasiado, cariño?
Oikawa gira los ojos mientras ríe con soltura, entra mientras le da un golpe suave al hombro de Kuroo.
─No sé si sentirme feliz de verte regresar a la normalidad─ suelta Oikawa, dejándose caer sobre el sillón de Kuroo mientras saca un cuaderno, ese que le había prometido llevarle para estudiar─ ¿Acaso Ken-chan ya dejó de resistirse a tus encantos para darte el "sí" definitivo?
La expresión de extrañeza de Kuroo es merecedora de un premio a la confusión.
─Oh, vamos, Tetsu-chan, no finjas conmigo, llevamos mucho tiempo siendo amigos como para que intentes mentirme.
─Solo somos amigos─ Kuroo toma asiento a su lado, mientras le arrebata el cuaderno para hojearlo, tal vez así desviará la conversación a algo que le ayude más.
─Tetsu-chan, te la pasas llamándolo todos los días después de clases, cada vez que quiero pasar a hablarte o cuando salimos terminas pegado al teléfono─ un pequeño deje de molestia se tiñe en su voz, mientras se cruza de brazos y levanta la cabeza para disimularlo.
─Sigue siendo de mis mejores amigos y obviamente debo llamarlo en ocasiones para saber de él o para contarle algo─ se escuda, aunque luego coloca su sonrisa torcida para molestarlo un poco─ ¿O estás celoso, cariño?
Kuroo verdaderamente tiene la esperanza de que eso sea lo que estaba sucediendo dentro de Oikawa, pero este solo se ríe fuertemente.
─No, ya quisieras eso, Tetsu-chan─ mueve la cabeza a los lados, un gesto negativo totalmente que destruye de a pocos la confianza que mostraba Kuroo─. Me gustan mucho las chicas y por fin tengo algo de tiempo libre, así que discúlpame, porque este guapo chico tiene una cita con la chica más hermosa de la universidad dentro de una hora, y ya sabes como soy para eso de arreglarme.
Kuroo hubiese preferido no haber escuchado eso, hubiese preferido que lo torturaran a tener que escuchar esas palabras salir de la boca de Oikawa. Pero ya era muy tarde para que eso pudiese revertirse.
Su corazón, que se había estado calmado dentro de su pecho, ahora latía tan rápido y fuerte dentro de él que lo dejó sin saber como actuar en ese momento. Sintió como el bicho del llanto intentaba picarlo detrás de los ojos, todo esto mientras Oikawa le mostraba una expresión triunfante.
─Ya veo...─ fue lo único que logró articular sin soltar ni una sola lágrima.
─Sí, sí, Tetsu-chan, debo dejar tu nido para ir al de una chica, pero no te preocupes, regresaré cuando termine la cita para contarte como me fue y, tal vez, podríamos estudiar un poco más─ sin voltear a ver el deplorable rostro de Kuroo, Oikawa se levanta casi corriendo para salir del lugar─ ¡Vengo más tarde, Testu!
La puerta se cierra, dejando al corazón de Kuroo roto y abandonado en el pequeño espacio que él llamaba "hogar".
Como acto reflejo de su profundo dolor el chico se levanta para tomar su teléfono y marcar al número que tan bien conoce, ese que ni siquiera necesita ver el teclado para marcar.
Dos tonos después, contesta.
─Kuroo, todo salió bien, Hinata me dijo que también le gusto...─ la animada voz del chico se reduce cuando escucha el primer sollozo─ ¿Kuroo?
─¿Sabes, Kenma? No siempre sale bien.
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