6. Años después

𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐍𝐔𝐒 𝐁𝐀𝐍𝐄
𝑈𝑛𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝓐𝓷𝓷𝓪 𝓡. 𝓞. 𝓙 [2017]©

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━━ ꨄ︎• 𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐍𝐃𝐀𝐋𝐄 •༄ ━━

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Dió una marometa en el aire, brincando por encima de Hodge.
Callendo perfectamente y haciendo de su cabello una cortina de ondas chocolate en su descenso.

Cuándo entrenaba, la adrenalina volvía a sus ojos chocolate en destellos morados, brillantes y mágicos como lo hacían los de Magnus.

—No estuvo mal —dijo su maestro.

Anna lanzó dos cuchillos, dando justamente en la posición exacta que ella quería.

—Tú abuela quiere que seas la mejor.

La niña lanzó otro cuchillo, rozando con el filo la nariz de Hodge.

—Y va a venir mañana —le dijo molestó por su casi ataque.

Hodge intentaba descifrar la mirada de la niña de trece años, ella era diferente a cualquier niño de su edad. Su mirada en ocasiones no mostraba emoción o reacción alguna, a veces lucía demasiado oscura y vacía.

—Bien —contestó la niña.

La puerta se escuchó, un crujido haciendo resonar por todo el instituto.

—Los Lightwood —dijo Anna, y salió corriendo arrojando las armas.

Finalmente una emoción.

Vió tres cabelleras, la de la pequeña Isabelle, la rubia dorada de Jace y por último, una mas alta, de color negro azabache. Corrió arrojándose al niño Lightwood más alto.

Alec era fuerte, así que pudo sostenerla.

Ellos dos eran mejores amigos, pero apresar de eso, Alec ya tenía a un parabatai. Entraron por la puerta dos siluetas más, la de Robert Lightwood y la que era de su abuela, Imogen Herondale.

Anna notaba en los ojos de su abuela, desprecio y los ojos de Anna, no mostraban nada, como siempre. Había aprendido a ocultar sus emociones desde hace ocho años.

Anna escuchó a Maryse, hablarle a sus hijos, y Anna no se había dado cuenta de que Alec sostenía su mano. Alec le dio un apretón a su mano, mostrándole apoyo y dándole valor. Se despidió silenciosamente de ella y fue con su madre.

La inquisidora vio, en los ojos de su nieta, un pequeño destello de morado. Sus dedos, sacaban leves chispas púrpuras, como lo hacían los brujos cuando estaban más que enojados.

Anna vió entrar a Magnus, le dio a la niña una mirada de preocupación.

Ella le regaló un gesto, con la mano, que indicaba que estaba bien.

—Hodge dijo que vendrías hasta mañana. —dijo Anna, tratando de que la voz no se le escuchara molesta.

—¿También te dijo a que vendría por ti?— su voz se escuchaba grutal.

—No —contestó, respirando profundo.

—Empaca tus cosas. Mañana al amanecer nos iremos. Vas a estudiar en el instituto de Idris.

—No puede hacer eso —le contestó Anna, tratando de ocultar la ira de su voz.

—Sí puedo. Y lo estoy haciendo.

—¡Magnus! —llamó Anna.

—Es tu abuela —le dio una respuesta corta.

Anna podía hacer un berrinche ahora mismo, o reprocharle el tiempo que no se hizo cargo de ella, pero no lo hizo. Reprimió sus lágrimas y fue a su habitación sin decir una sola palabra.

Magnus la miro irse, reprimiendo todas sus emociones, como siempre lo había hecho.

—¿Por qué quieres llevártela? —le preguntó Magnus a la inquisidora.

—Cada día se hace mas fuerte.

—¿Y la quieres como tú arma?

—Tiene que aprender a controlarse, brujo.

—Ella sabe controlarse. Es solo una niña, Imogen, no una mascota.

—Ella es una Cazadora de Sombras, y debe de aprender a serlo.

—Y que mejor manera hacerlo, que alejándola de todo lo que conocé.

—No te metas en la crianza de mi nieta, Bane.

—En ese caso, usted debió criarla todos estos años —fueron sus ultimas palabras del brujo.

Magnus sabía que no podía opinar más sobre la vida de Anna, por que él no era su verdadero padre.

Mientras tanto, Jace siempre creyó que él y Anna compartían un vinculo especial. Ambos habían perdido a sus padres, y eso en parte los unía. Subió al invernadero y ahí la encontró, sentada, observando las plantas de Hodge.

—Tú abuela me atrapó escuchando, mientras discutía con el brujo —explicó el rubio. —Creo que me odia.

—Sí. Ya somos dos —le dijo ella.

Jace pensó que Anna era muy bella, su largo cabello ondulado, color chocolate, pero lo que la hacía ver mas hermosa era la forma en que empuñaba su espada, y siempre lo sabía todo.

Anna siempre lo cuidaba, como si fuera su hermano pequeño y él la quería como una hermana mayor.

—Escuché que te va a llevar a Idris —dijo Jace.

—Mañana, por el amanecer.

—¿Ahora con quién entrenaré?, Alec no esta a mi nivel y mucho menos Izzy. ¿Quien va a patearme el tracero?

Ella por primera vez volteo a verlo y comenzó a reir.

Llego Alec interrumpiendo su conversación. Jace le dio una mirada y salió.

—Sé que te vas a ir ¿Por qué?

—Porqué mi abuela cree que soy un mounstro y por eso quiere tenerme bajo control —le contestó.

Alec vió caer de sus ojos, pequeñas lágrimas silenciosas. Y la abrazó.

—Vamos a extrañarte todos —le aseguró.

Para el amanecer del día siguiente, fue Tessa Gray quién abrió el portal hacía Idris.

—Adiós, tía Tess —abrazó a la mujer que hizo ver qué no estaba maldita. —Voy a extrañar nuestras lecturas nocturnas.

Tessa le sonrió, asintiendo.

Ya se había despedido de Maryse y Robert, al igual que de Jace y la pequeña Isabelle, pero era difícil despedirse de Alec, y sobre todo más de Magnus y Tessa.

Corrió a darle un último abrazó a sus padres brujos.

—¡Los quiero! —susurró sin romper el abrazo.

—Nosotros también, mi niña —dijo Magnus abrazándola con más fuerza.

Cuándo se soltaron, dió una última mirada a todos y con lágrimas en su rostro, cruzó el portal detrás de la inquisidora.

.....

Creación del Capítulo: 25/01/18

Primera Edición: 26/03/20

Segunda Edición: 09/07/22

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