14. Consejos de Catarina
𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐍𝐔𝐒 𝐁𝐀𝐍𝐄
𝑈𝑛𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝓐𝓷𝓷𝓪 𝓡. 𝓞. 𝓙 [2017]©
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━━ ꨄ︎• 𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐇𝐄𝐑𝐎𝐍𝐃𝐀𝐋𝐄 •༄ ━━
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Anna no estaba lista para enfrentarse a Magnus.
Ella había accedido a quedarse en New York como promesa a Ragnor, según para olvidar viejos amores. Y, aunque las palabras fríamente motivadoras por parte del hombre verde fueron inspiradoras, sobre superar su romance obsesivo con Lauren Lovelace. Anna se mantenía firme con no abandonar su búsqueda, continuar sus viajes por el mundo. Por ello prometió permanecer un tiempo en la ciudad ruidosa, para poder distraerse de sus problemas románticos.
También quería visitar al instituto de New York, ver cuánto había cambiado Isabelle y los chicos. Ella aún no estaba preparada para verlos a la cara, después de tanto tiempo y por la forma en la que se fue...
Se mantuvo en contacto con Magnus por cartas mágicas y el uso del celular mundano, pero la última vez que lo vió fue cuando partió a la academia.
Ahora ella había cambiado, y mucho. No sería lo mismo el presentarse frente al hombre que la crío como un padre, después de tantos años.
Anna no tenía su glamour puesto, así que todos en la ciudad podían verla. Los chicos guapos le sonreían, incluso las chicas. Y ella suspiraba por alguien perdida. Ragnor llamaría a eso un desperdicio de tiempo.
Ella llegó al hospital cuando ya era de noche, esperaba la salida de Catarina quien trabajaba en aquel hospital mundano.
Vió salir a la bruja, completamente cansada, lucía como si pronto su glamour fuera a desvanecerse.
Se acercó para decirle —Requiero un hechizo, bruja azul.
Catarina se pusó muy tensa, giró despacio para encararla. La última vez que la vió fueron semanas antes de su partida a Idris. Cuando aún era una niña. Quizá Catarina no la reconociera, había crecido bastante.
—No hago tratos con nefilims desconocidos —se opusó la bruja.
—Yo no soy una desconocida —dijo ella—. Yo soy la asombrosa Anna Herondale.
En primera, Catarina dudó. Seguramente rebuscó en los recuerdos de su cabeza, pues segundos después su mirada se iluminó y la bruja sonrió.
—La pequeña Herondale —reconoció. —Mirate, cuánto has crecido.
—También estoy feliz de verte, tía Cat.
—¿Magnus sabe que estas aquí?— preguntó.
—Aún no, pero pronto lo visitaré —mintió.
Catarina simplemente asintió, conociendo sus intenciones. —Ven, iremos a cenar algo.
—¿Estás segura? Te ves cansada.
—Yo estaré bien, quiero saber más de ti. Cuéntame sobre tus aventuras —la animó.
Decidieron entrar a un centro comercial para comprar algo y cocinarlo en la casa de Catarina. A Anna le encantaban los mundanos, de hecho los admiraba. Llevaban una vida simple, sus preocupaciones eran entrar a la universidad, consegir trabajo. Sus metas sobre familia y éxito.
Después de las compras, fueron al departamento de Catarina. Un espacio bonito y arreglado, de paredes color arena y un enorme ventanal que mostraba la ciudad y sus luces.
Anna tenía su propia casa en Idris, había heredado la casa Herondale, que era pasada de generación en generación. Su abuela no vivía en ella, estaba abandonada desde que murieron sus padres y ella no deseaba ir a perturbar su abandonó. Una parte dentro de ella aún recordaba lo que sucedió aquel día, cuando vió a su madre despedazada por lobos.
—¿Te quedarás está noche?— preguntó Catarina sacándola de los malos pensamientos.
—He venido hasta acá con Ragnor, él se ha ido y yo decidí quedarme. Así que sí, me quedaré si lo permites.
—Por supuesto que lo permito, he querido hablar contigo sobre todo lo que dicen de ti en el submundo, sobre lo bueno y sobre los escándalos. Cuéntamelo todo.
En realidad, el submundo exageraba las anécdotas de sus aventuras, ella se las contó a Catarina, le contó la historia de como fue a un concierto mundano y tuvo que asesinar al vocalista pues era un demonio cambia-formas.
Pasaron parte de la noche contando recuerdos. A la mañana siguiente Catarina se había ido de nuevo al hospital ya que tenía el turno de la mañana.
Esa mañana se dirigió a la entrada de la Corte Seelie en el parque del centro, paso por el portal de agua para que unos seelies la recibieran de una forma nada cordial, la esperaban con las armas arriba.
—He venido a solicitar una audiencia con la reina —aclaró Anna.
Meliorn apareció con otros guardias.
—Por desgracia —anunció Meliorn—, la reina ha accedido a verte.
Los guardias seelies la guiaron por un camino distinto al trono, según por lo que le había contado el seelie del concierto, ese se llamaba el camino de espinas. Llevaba al jardín de la reina, el pasillo empedrado estaba rodeado por flores tan rojas cómo la sangre, las ramas repletas de espinas punzantes y rojas.
El jardín de la reina se parecía más a un invernadero, una pared de hierbas y flores flotaba en la entrada, era tan espacioso que unos sirvientes hada tocaban música para la reina en un espacio. La soberana de los seelies le daba la espalda, admiraba el primer resurgir de sus flores mágicas, irradiaban con luces verdes.
—La asombrosa Anna Herondale —mencionó la reina.
—Su majestad.
—¿Qué te ha traído hasta mi corte? —la reina se giró para mirarle. Llevaba un hermoso vestido rojo, tan oscuro como las rosas de su pasillo.
—Si no le molesta, quisiera hablar con usted a solas —pidió ella.
Meliorn pusó su cara obstinada, desconfiaba de que le hiciera algo malo a la reina. Pero si la quisiera matar, no tocaría necesariamente a su puerta.
La reina hizo una seña con su mano, para indicar a los guardias que se retirarán.
—Adelante, te escuchó.
—Escuché un rumor en el submundo —comenzó a decir Anna. —Escuché que está buscando el libro blanco.
La reina sonrió, no iba a admitirlo.
—Rumores falsos, seguro —dijo la reina.
—Realmente no tienes idea, aunque me preguntó —dijo Anne— ¿Qué hará el rey noseelie si se enterase qué buscas el libro blanco para vencerlo?
Eso en definitiva tomó desprevenida a la reina.
—No sabes de lo que hablas —le amenazó.
—Sé muy bien de lo que habló, así como sé también sobre el linaje de los Herondale con los seelies.
—Buscas algo niña, así que ve al grano —se dió cuenta la reina.
—Vas a hacer qué me traigan a alguien.
Anna tenía un plan, y no lo abandonaría a Lauren tan fácilmente. Un seelie demasiado fiestero y drogado reveló un secreto que le daba a Anna poder sobre la reina, ella conocía su nombre real. Así que la reina haría lo que le pidiese.
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Creación del Capítulo: 15/05/19
Primera Edición: 19/09/20
Segunda Edición: 25/08/22
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