13. Cómo no enamorarte, según Ragnor
𝐋𝐀 𝐇𝐈𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐍𝐔𝐒 𝐁𝐀𝐍𝐄
𝑈𝑛𝑎 ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝓐𝓷𝓷𝓪 𝓡. 𝓞. 𝓙 [2017]©
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—Magnus está preocupado por ti —dijo Ragnor Fell, le entregó una taza de té.
—Magnus es dramático y lo sabes, estoy bien —contestó ella, tomando un sorbo.
—Tu abuela inquisidora también ha estado buscandote, tiene pocos meses que te escapaste de la academia.
—Me tomé unas breves vacaciones —dijo sarcástica.
—Solo quiero reiterarte que no voy a ser tu niñera —dijo en regañó Ragnor.
—Se cuidarme muy bien, no necesito una niñera.
—Bueno, si vas a quedarte un tiempo aquí, ¿No te gustaría que te enseñará a controlar tus poderes como bruja?
A Ragnor, siempre le había tenido afecto. La conoció desde que era pequeña y él le enseñó a ser cínica.
Chispas violetas crecieron en sus dedos, la magia levantó la tetera y la lanzó, haciéndola estrellar contra la pared.
—Lo tengo bajo control —dijo Anna.
—Y me debes una tetera, niña —intentó hacerse el ofendido.
—Escucha, se que todos están preocupados por mi, tú, Magnus, Catarina y la tía Tess. Pero me encuentro realmente bien, y no volveré a esa academia si estás buscando convencerme.
—Bueno, solo sé que a la inquisidora no le gusta que su nieta parte bruja se la pase buscando por todo el mundo a su chica pérdida —intentó suavizar la plática, pero solo la hizo más tensa.
—No sabía que eras el mediador de mi abuela —dijo Anna. — Como sea, no me importa lo que piense la inquisidora. Me abandonó cuando era una niña, en lo que a mí concierne no es de mi familia.
—No digas eso Anne, la familia es importante. Lo que tú necesitas son consejos de cómo no enamorarte.
—Y tú eres experto en eso —bromeó.
—Lo creas o no, sí. Y si fueras astuta también, dejarías a esa chica a su suerte.
—Lauren es mi novia.
—Era, en pasado. Quizá ella ya encontró a alguien que no está obsesionada con ella.
¿Así se veía ante todos? ¿Cómo una loca obsesionada por una chica que la abandonó?
—La encontraré —solo respondió Anna.
—¿Y si ella desea que no la encuentres?
Anna no respondió a eso, le dió un vistazo el periódico del día.
—¿No te gustaría ir a New York? —sugirió él.
—Solo quieres llevarme para que Magnus me haga entrar en razón sobre volver a la academia.
—Hey, muy pocas veces estoy de acuerdo con Magnus. Pero tiene razón, debes de abandonar esa idea de tu chica —dijo él—. Puedes decidir venir o no, pero yo iré a New York a visitar a un viejo amigo.
Hasta ahora, después de la carta del pixie, Anna no encontraba otra pista de Lauren. Y aunque una parte de ella pensaba que Ragnor y Magnus tenían razón, no quería abandonar su búsqueda.
—Bien, te acompañaré —aceptó ella. —Pero no iremos con Magnus.
—Sin Magnus —aseguró Ragnor.
Él hizo un portal hasta New York, el ambiente de la ciudad, llena de sonidos de los autos moviéndose, la gente en sus asuntos.
—Y en lo que tú buscas a tu viejo amigo, yo iré a buscar a uno mío —dijo ella.
Ragnor aceptó y cada quien fue por su lado.
El hotel Dumort era tan desagradable para ella, no solo porque lo lideraba la vampira más despiadada de las épocas, si no porque apestaba a sangre por todos lados.
—La niña prodigio volvió —dijo Camille cuando se la encontró.
—¿Ah, con que sigues bebiendo sangre de adictos? —bromeó Anna.
—Ciertamente no he desperdiciado mi tiempo buscando a una chica que no me quiere —mencionó Camille.
Anna soltó una risa, no sabía cómo la vampira despiadada sabía sobre su situación.
—Lo dice quién aún no supera a su ex novio brujo, después de tantos años.
—Quizá somos más parecidas de lo que crees.
Anna estaba apuntó de responderle, pero llegó Lily Chen, arrojándose para abrazarla. Lily era como una hermana mayor para ella, le había enseñado cosas como maquillarse o combinar su ropa. Pero Anna jamás había puesto interés en ello, aunque si le tenía cariño a la vampira.
Camille se había desaparecido, así que Lily la llevó con Raphael. Ahora parecían de la misma edad. La última vez que lo había visto, ella tenía 11 años.
—La cazadora que desafío a la inquisidora —dijo él a modo de saludo.
Anne hizo una pequeña reverencia —El vampiro amargado que tanto quiero —dijo ella.
Raphael solo sacó una pequeña sonrisa, extraña pues el nunca sonreía.
—¿Conoces Beca Gryndwed? —le preguntó Anna.
Beca había sido convertida por su novio, y cuando lo hizo, asesino a su novio vampiro. En el submundo se contaba su historia, que siempre fue solitaria y ahora era una mensajera para los amantes prohibidos. Así que ella contenía su próxima pista.
Raphael la llevó con ella y después se fue.
Abrió la enorme puerta dejando todo oscuro para la vista de Anna.
Olía a sangre seca.
—Así que tu eres la asombrosa Anna Herondale —una voz surgió de entre la oscuridad.
—Así es, soy la asombrosa Herondale.
El pequeño rayo de sol que se escapaba en la habitación, dejó ver a la chica.
Tenía el cabello corto hasta los hombros. Su boca estaba manchada de sangre. Estiró su mano con un sobre de carta.
Anna lo tomó.
—¿Cuándo te lo entregó? —preguntó Anna.
—Hace algunas semanas.
Anna abrió el sobre, leyó una carta en su interior.
"No necesito que me encuentres, estoy bien"
—L.
— Hay personas que realmente valen la pena recorrer todo el mundo solo para estar con ellas. Pero no creo que tú chica sea de esas —dijo Beca.
—¿Dónde te la entregó? —le preguntó Anna.
—No puedo decirte, y lo sabes.
Anna se fue del Dumort, cuándo volvió con Ragnor, ya estaba comenzando a anochecer. Ambos pasearon por el puente de Brooklyn.
—¿Sabes por que no quiero ver a Magnus?—le dijo Ann.
—¿Porqué?
—Porqué sé que él es el único que puede hacerme entrar en razón. Me haría cambiar de opinión.
Ragnor solo asintió.
—Quizá debas dejarla ir.
.....
Creación del Capítulo: 19/05/19
Primera Edición: 01/03/20
Segunda Edición: 10/07/22
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