✿┋𝟏𝟒. 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐤𝐞 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭.

𝐢𝐭'𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐭𝐞𝐝
𝐢𝐭'𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐭𝐞𝐝
𝐢𝐭'𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐭𝐞𝐝

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El exámen de geometría en la tercer hora los tenía a todos los estudiantes extremadamente preocupados, ya que la gran mayoría parecía llevarse pésimo con la realización de las tareas.

Excepto por Eli y Demetri, ambos entendían la materia a la perfección y se veían tranquilos repasando para el exámen.

──Necesito ayuda y urgente──avisó Yasmine sentándose a un lado de su novio──Detesto geometría, las líneas y yo no nos llevamos bien.

Eli fruncio el ceño y decidió ignorar aquel comentario, se levantó de su asiento y se dirigió al primero que vió vacío.

──Hey..──saludó sin detenerse a mirar quien era y apoyó sus útiles en el pupitre.

──¿Qué crees que estás haciendo?──le preguntó una voz masculina que se encontraba detrás de él.

Eli elevó la vista notando que la persona junto a la cual iba a sentarse era Tory, por lo que al darse la vuelta, encontró a un Robby con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho.

──¿La historia larga o la corta?──indago Eli con una sonrisa burlona.

──Con la que puedas alejarte más rápido de ella──sentenció manteniendo su postura.

Tory entreabrio su boca con sorpresa, no se esperaba que Robby reaccionará así por ella, ni tampoco se imaginaba que ambos chicos estuviesen a punto de querer lanzar el primer golpe. Ninguno había notado que toda la clase se encontraba observandolos detenidamente.

──¿Si sabes que ella jamás va a corresponderte, verdad?──elevó una ceja el ojiazul──No tienes oportunidad con ella, ni luchando contra mi──se adelantó un paso para intimidarlo.

──¿Eso crees?──rió burlón el castaño──No me parece correcto hablar por Tory, pero creo que a ella no le interesaría jamás un cobarde que tiene que destruir cosas ajenas para sentirse suficiente.

La mandíbula de Eli se tensó y sus puños se cerraron de inmediato, si bien el karate de Miyagi-do lo había hecho cambiar levemente su personalidad, el joven forjado por Cobra Kai aún seguía allí y parecía querer resurgir.

──No tienes ni idea de lo que estás diciendo..──negó con la cabeza y prosiguió──Prefiero ser un cobarde, antes que un psicópata capaz de terminar en la correccional──retrucó intentando mantener la calma.

Aquello hirió el ego de Robby pero no lo derrocó por completo, parecía que los dos estuviesen dispuestos a ser participes de otra pelea en el Instituto.

──Si tienes suerte, jamás pisaras una. Pero si sigues molestandome──habló el ojiverde sintiéndose poderoso──O si llego a verte cerca de ella, juro que te haré saber lo que les enseñan allí a los novatos──finalizó haciéndolo sonar como una amenaza.

──Quiero ver que lo intentes──se burló Halcón mientras reía.

Al instante todos los estudiantes comenzaron a abuchear y alentar a dos bandos completamente distintos.

──¿Qué es lo que está pasando?──le preguntó Miguel a su amigo azabache, ya que recién se había adentrado en el aula.

──Robby y Halcón están haciendo un pacto de mejores amigos──le respondió sarcástico──¿Tú que crees? ¡Se están peleando!──le avisó como si fuese obvio.

Mientras ambos jóvenes se observaban con ojos de rabia y furia, la pelirubia se levantó de su asiento, tomó su cuaderno y pasó por entremedio de ambos dirigiéndose hacia la salida del salón. Apenas Tory pasó por allí, Eli tuvo la iniciativa de ir tras ella, aunque sabía que lo mejor era dejarla sola. Por otro lado, Robby soltó un bufido maldiciendose por dentro, para luego ir tras ella.

──¡Tory!──la llamó caminando rápidamente hacía ella, en el intento por alcanzarla se llevó puesto a una persona que terminó en el suelo.

──¡Auch!──se quejó levantándose del suelo──¿Robby? ¿Qué está sucediendo?──le preguntó Sam.

Sin embargo, su pregunta no había sido respondida ya que al castaño le había importado poco y nada la persona con la cual se había chocado.

──¡Robby Keene!──lo llamó Sam aún sintiéndose confundida──No puedo creer lo manipulable que se ha vuelto.

Sadie se acercó a su prima y la observó de arriba a abajo, había escuchado aquel comentario y definitivamente no entendía nada de lo que allí pasaba.

──Hey.. ¿Has visto a Miguel?──le preguntó la pelirroja──Olvidé mi cuaderno en su casa la última vez que nos vimos para hacer el trabajo──le comentó jugando tontamente con su cabello.

──Debe estar en el salón──le respondió restandole importancia para luego seguir de forma determinante los pasos de Robby.

Sadie observó si su maquillaje se encontraba bien y caminó al salón, todos se encontraban en completo silencio y algunos cuchicheaban entre ellos sobre lo que acababa de pasar. La pelirroja buscó a Tory con la mirada y se detuvo en Miguel, si iba a pasar tiempo en Los Ángeles con su prima, debía por lo menos, intentar divertirse.

──Hola──saludó ella sentándose en el asiento de adelante y apoyando su bolso rosado en el asiento vacío que tenía a su lado.

──Hey Sadie..──le sonrió de lado──¿Has venido con Sam?

──Oh, ¿Sam? ¿Hablas de mi prima?──preguntó frunciendo el ceño.

──¿Si..?──Miguel comenzaba a sentirse confundido con aquella pelirroja.

──La vi recién, creo que iba detrás de un chico de cabello castaño, nada galán──aclaró ladeando su cabello──Creo que se llamaba Tobby, ¿Qué nombre extraño, no crees?

──¿Hablas de Robby?──abrió sus ojos de golpe sintiéndose aún más confundido.

──Eso creo. Como sea, no interesa──le restó importancia posando su vista en él──¿Qué harás hoy en la tarde?

Miguel se había quedado mirando un punto fijo estando completamente pensativo durante varios segundos.

──¿Me disculpas un segundo? Ya regreso──habló mientras se levantaba de su asiento.

──¿A dónde vas?──indago Eli caminando hacia su amigo.

──Voy a buscar a Sam──afirmó Miguel.

──Supongo que necesitarás refuerzos si vas contra Robby, voy contigo──se incluyó palmeandole la espalda.

──Voy con ustedes──se sumó Sadie tomando su bolso.

Los tres comenzaron a recorrer los pasillos hasta que Miguel divisó una cabellera castaña corriendo en otra dirección, al segundo supo que era ella y decidieron seguirla. Lo que ninguno sabía, era que aquello se había convertido en una persecución exhaustiva.

Robby continuaba siguiendo los pasos de la pelirubia, y ella sólo quería tener un momento a solas. Tory se adentró en el gimnasio del Instituto y tomó asiento en las gradas bajas, el castaño aún sin romper el silencio decidió sentarse junto a ella.

──Lo lamento..──murmuró el ojiverde.

──¿Quieres.. dejarme sola? No necesito hablar con nadie ahora──le contestó sin siquiera mirarlo.

Robby hizo una mueca y sin pensar en hacerle caso, tomó la mano de la pelirubia y entrelazó sus dedos. Lo siguiente que hizo fue con su mano restante tomar la barbilla de la ojiverde para que lo mirase.

──¿Está pasando algo más?──indago manteniendo sus ojos conectados.

──No quiero involucrarte en esto──negó bajando la vista──Ya tienes suficientes problemas que resolver. Además, no creo que valga la pena──soltó una pequeña risa de forma amarga, como si hubiese sido engañada durante mucho tiempo.

Robby le acarició la mejilla y acercó su rostro al de ella, por otro lado, Tory pasó saliva sintiéndose nerviosa ante tal cercanía, aunque no se alejó y tampoco dejó de mirarlo a los ojos.

──¿Tanto espectáculo para que pudieran estar sólos?──indago Sam con los brazos cruzados observandolos desde la entrada al gimnasio que se encontraba a una amplia distancia.

Ambos giraron su rostro en dirección a la castaña, a Tory le hirvio la sangre en segundos, mientras que a Robby sólo conseguía darle lástima.

──¿Así que te gustan mis sobras, Nichols?──elevó una ceja acercándose──Primero; Miguel, ahora Robby, ¿Qué sigue?

Tory soltó una pequeña risa y bajó de las gradas caminando hacia la castaña a paso lento, siendo seguida por Robby.

──¿Acaso no te cansas de estar pendiente de mi vida? No sé tú, pero yo a eso le llamo fanstismo──se burló la pelirubia fijando su mirada en la oponente.

Segundos más tarde, los tres jovenes restantes se adentraron por una de las puertas en completo silencio, ninguno de los otros tres sabía que ellos estaban allí.

──O enamoramiento──dedujó Robby segundos más tarde──Sam, ¿Acaso te gusta mi novia?──sonrió de lado rodeando la cintura de la pelirubia con uno de sus brazos.

Eli tensó su mandíbula y soltó un bufido completamente impacientado con aquella escena, Miguel lo observó con el ceño fruncido y Sadie solamente hizo lo que no debía hacer, revisar su bolso dejando caer varios estuches, llamando así la atención.

Robby, Sam y Tory se giraron a verlos, la castaña aprovechó el momento y le lanzó una patada en el estómago a la pelirubia. Esta última tomó la pierna de Sam antes de que la bajará por completo y la tiró al suelo.

──Te ves bonita en el suelo, tal vez es donde te deje cuando te enfrente en la competencia──le sonrió Tory soltandola──No vuelvas a provocarme, no conoces mis límites.

──Tú tampoco conoces los míos──retrucó Sam levantándose para luego derribar a su contrincante.

La pelea entre ambas parecía que jamás culminaría, eran poderosas y tenían tácticas suficientes. Por lo que Robby decidió meterse, tomó el brazo de Sam y la alejó por completo de la pelirubia. Aquello bastó para que Miguel decidiera meterse y empujar al castaño con recelo.

Tory soltó un suspiro quitándose la chaqueta, dirigió su vista hacía donde se encontraba Eli, él estaba de brazos cruzados observando todo, a su lado Sadie se acomodada el cabello. Tory sintió unas inmensas ganas de correr hacía él y abrazarlo como lo habían hecho en la mañana sobre la cama de él, cuando las rivalidades no importaban y simplemente podían ser ellos mismos. Segundos después una patada la desconcertó, nuevamente se trataba de Sam, reaccionando así de la peor manera.

Miguel y Robby continuaban su pelea entre ataque y defensa de brazos, ninguno parecía querer rendirse, hasta que Sam dejó a Tory en el suelo y esta última llamó su atención de forma inesperada.

──¿Cuál es tu problema LaRusso? ¿No te bastó con emboscarme junto a Demetri?──soltó corriendose varios mechones del rostro.

──¿Qué hiciste que?──indago Miguel preocupado soltando el brazo de Robby de forma brusca.

──No sé de lo que estás hablando, ¿En serio vas a caer tan bajo como para inventar cosas?──rió Sam cruzandose de brazos──Acepta tu derrota y vete de aquí.

──Tory no está mintiendo──habló Robby caminando hacia ella.

Sadie sintió una preocupación inmensa por su mejor amiga, no creía que su prima fuese capaz de lastimar a nadie. Mientras que Eli se sentía impotente, no sólo no había participado en la pelea, sino que Tory no había confiado en él para contárselo, había confiado en Robby. Otra vez, alguien se le adelantaba en cada una de las situaciones en las que él creía poder corresponder.

──Aún así.. no creo en tu palabra Robby──habló Miguel colocándose a un lado de Sam.

El castaño ayudó a la pelirubia a levantarse y la tomó de la cintura sin pensar en alejarse.

──¿Por qué mentiría? Yo no soy esa clase de persona──recriminó la ojiverde de forma molesta.

──Es verdad──habló Demetri, sorprendiendolos a todos. El azabache se encontraba allí hacía más de veinte minutos.

La máscara de Sam se había caído, Demetri la había traicionado, Miguel se sentía engañado y molesto, Eli no podía creer que el azabache fuese capaz de seguir las órdenes de Sam.

──Miguel.. yo──intentó detenerlo, pero fue en vano, el joven se alejó de ella lo más rápido que pudo.

Tory caminó hacía la castaña, no de forma amenazante, sino mostrándole que ella podía destruirla de a poco.

──No necesito dañarte físicamente o arruinar tu atuendo──habló observandola de arriba a abajo──Con una sola frase, tu relación se arruinó──finalizó con una pequeña sonrisa──Y todo lo que más quieres, te lo quitaré si sigues interponiendote en mi camino.

La pelirubia se dió media vuelta y salió del gimnasio siendo seguida por Robby. Mientras que Demetri fue el único que se acercó a su amiga castaña en forma de consuelo. Sadie tomó su bolso y fue tras Miguel, por último Eli decidió irse de allí, no iba a seguir a Tory y mucho menos iba a reunirse con Sam y Demetri. Lo más rápido que pudo hacer sin ser visto, fue montarse a su motocicleta y adentrarse en la carretera.

Tory y Robby debían esperar hasta la siguiente hora para tener clases, por lo que ambos fueron en busca de un café para cada uno.

──No estuviste mal──habló el castaño sentándose en el pasto debajo de un árbol junto con ella.

──El hecho de que no te he visto tirado en el suelo, me sorprende──se burló riendo.

──¡¿Eso te sorprende?!──rió atónito dirigiendo su mirada hacía ella.

──¿Acaso no puedo decirte algo.. lindo?──elevó una ceja para luego beber su café.

──Si eso es algo lindo, no imagino cual será tu definición de espantoso.

──La definición que encajaría perfecto eres tú──se burló de nuevo la ojiverde ganándose una mirada atónita del castaño.

──Era a Sam a quien tenías que arrojarle insultos, no a mi──se excusó bebiendo el café.

──Discúlpame Mr.Perfecto──rodó los ojos.

──¿Cómo te has tomado lo de Demetri?──indago acomodando su cabello hacía atrás.

──No creí que él dijera la verdad, sinceramente, él fué quien logró que sucediera todo──asumió concentrada en lo que estaba pensando.

──El que me cae definitivamente mal es Halcón──rodó los ojos con exasperación el castaño──Ni siquiera el haberse unido a Miyagi-do lo cambió.

──¿A qué te refieres?──preguntó intentando no mostrarse molesta.

──Me refiero a que por alguna razón cree estar en tu radar y además se cree completamente superior al resto──comentó terminando de beber su café.

──Bueno..──carraspeó para luego terminar su café──Puede que sea un poco egocéntrico y que actúe impulsivamente, pero él no es malo.

──¿Acaso te gusta ese flacucho?──frunció el ceño Robby.

──¿De qué estás hablando? No me ha gustado nadie luego de Miguel──bajó la vista arrancando los pequeños pastitos que se encontraban a su alcance.

──Claro.. te entiendo──murmuró desviando la vista hacía otro lado──Me ocurrió lo mismo con Sam.

La conversación se había tornado inconclusa e incómoda, ya que era algo de lo que ninguno quería hablar. Tory había mentido al igual que lo había hecho él, la única diferencia era que pensaban en personas distintas.

──¿Vuelta al infierno?──le preguntó levantándose del césped, por consiguiente le extendió la mano, el castaño soltó una risa y la tomó para levantarse y ambos caminaron en dirección a la entrada.

Por otro lado, en los asientos de la cafetería se encontraban un Miguel deprimido que apenas había bebido su batido y una pelirroja que intentaba animarlo con todo lo que se le pasaba por la mente.

──¿Y si.. te llevo a dar un paseo en mi auto?──propusó aplaudiendo levemente, buscando así las llaves en su bolso.

──¿Eso de que serviría?──indago confundido apoyando la cabeza sobre la mesa.

──Miguel, no puedes estar deprimido por siempre──apoyó su mano sobre el hombro de él──Sé que mi prima te mintió, te engañó y básicamente creyó que tú no notarías nada de eso.

El moreno la miró elevando una de sus cejas, en aquel momento Sadie entendió que parecía estar burlándose de los hechos.

──El punto es que..──volvió a hablar la pelirroja──¿No hay mal que por bien no venga?

Miguel negó con la cabeza intentando no reírse de los malos intentos de la pecosa por hacerlo olvidar de aquel mal momento.

──¡Miguel! No estás ayudando para nada──se quejó Sadie sintiéndose cansada──Tengo otra idea, ¿Quieres ir a mi casa?

El moreno nuevamente se sentía confundido, no entendía la situación, ni porque Sadie le estaba hablando más allá del trabajo que habían realizado juntos. Si bien, ambos de habían sentido cómodos el uno con el otro y Miguel sabía que podía bromear con ella, no le parecía apropiado que fuera a su casa.

──¿Sadie..?

──¡Como amigos!──aclaró rápidamente abriendo sus ojos de golpe──No le haría eso a mi prima──rió acariciandole levemente el cabello.

Ni tampoco se lo haría a Tory, a pesar de encontrarse distanciadas por el momento debido a las circunstancias, no podría meterse con el ex novio de su mejor amiga. Pero, si podría molestar a su prima mientras buscaba la amistad del moreno.

Mientras Miguel y la pelirroja debatían sobre que era mejor hacer, el timbre de cambio de salón sonaba por todo el Instituto, Tory y Robby se dirigían hacia allí para tomar el asiento del fondo. Una vez que lograron ubicarse, sólo les bastaba esperar a que el profesor se adentrara en el salón, cuando el tiempo pasó y la puerta se cerró, la pelirubia notó que alguien faltaba.

No podía ubicar a Eli en el salón, ellos compartían varios salones juntos, por lo que aquello les permitía observarse en silencio cuando el otro se encontraba distraído. Esta vez cuando Tory quiso hacerlo, no lo encontró y se desanimó por completo.

Sacó su teléfono celular del bolsillo y decidió enviarle un mensaje mientras Robby copiaba las consignas.

11:15 am. "¿Eli, estás bien? No
viniste a tu clase favorita.
¿Fuiste a casa?"

Veinte minutos más tarde, al no obtener respuesta, ella decidió enviarle otro mensaje.

11:35 am. "Sólo dime que faltaste
a clases porque no querías ver
a nadie relacionado con el
karate y lo entenderé."

Tory dejó su celular a un costado, realizó las consignas y cuando llegó la hora del almuerzo, ella tomó asiento en su mesa habitual y lo buscó con la mirada. Tampoco logró ubicarlo y se sentía culpable por ello.

12:38 pm. "Eli, si no apareces en la puerta del salón que compartimos
en los próximos veinte minutos,
te buscaré yo misma y no te
agradará en lo absoluto."

Nuevamente, Tory se adentraba al salón con la esperanza de que el pelirubio hubiese visto sus mensajes y le hiciera caso. Mentiría si dijera que él no le importaba, ya que nunca le había enviado tantos mensajes a alguien, ni siquiera a Robby. Y fue allí cuando llegó a enviar el cuarto mensaje.

13:15 pm. "No viniste, lo entiendo.
Sólo espero que no te olvides de
venir hoy a las 17:00 pm, Noah te quiere en su fiesta."

Tory soltó un suspiro sintiéndose extraña por haber insistido tanto, lo siguiente que hizo fue mirar a su compañero. Robby sintió aquellos ojos verdes sobre él y le dedicó una sonrisa para luego pasar su brazo por el respaldo del asiento de ella.

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Espero que les haya gustado!
¿Qué piensan de Sam y Miguel?
¿Quieren más protagonismo de otros personajes? ¿de cuales?

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