𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞

―Gracias por acompañarme, Jules.

―No hay de qué ―responde él de manera desinteresada, aun suspicaz por el poco usual llamado de June, sin embargo, decide no consultar y ser paciente a pesar de que la curiosidad le carcomía por dentro.

De esa manera, los amigos caminan en contemplativo silencio por las agitadas calles del Upper west side de Manhattan. Era viernes por la tarde y June, como nunca lo hacía, había llamado a su amigo de manera breve la noche anterior, así ambos acordaron juntarse en la banca de siempre en Moon square. La pelirroja, aun vistiendo su pulcro uniforme de la preparatoria Dwight, llevaba su cabello ordenado en una apretada cola de caballo cual realzaba de gran manera sus verdes ojos sin una sola pizca de maquillaje. La chica lucía tensa, ansiosa, y aquello era sumamente extraño según su amigo, el cual, distraído sobre la menuda silueta de ella en junto, cuando decide preguntar, es súbitamente prevenido de seguir caminando; June sostiene su antebrazo derecho con fuerza, ya que, había dado el rojo.

Oh...

―¡Julian! ¡Debes mirar para ambos lados!

Él, aun algo desorientado, pestañea repetido y sonríe embobado.

―Literalmente moriría sin ti.

―Eso es preocupante.

Ambos pronto retoman el camino y Jules, cuando intenta reordenar sus pensamientos, de manera inesperada cae en cuenta de su actual ubicación.

―¿Columbia?

―Si... ―asiente cabizbaja―. ¿Recuerdas que no pude ir al cumpleaños de Nick hace dos semanas porque debía estudiar?

―Si. Sobre todo, porque él nos jodió toda la noche a Fab y a mí porque teníamos cara de culo ya que no estabas alrededor.

―Oh, vaya, lo tendré en cuenta ―sonríe irónica―. Bueno, fue porque Columbia y varias otras universidades de la Ivy league tienen un programa de méritos y, si aplicaba, quizá tendría la oportunidad de optar a una beca.

―Las universidades de la "Ivy league" son de la costa este ¿verdad? ―consulta acelerado y ella asiente ligero, de esa manera relajando el ansioso semblante de él―. ¿Entonces?

―Entonces ahora debo ir por los resultados para saber si mi ensayo les agradó lo suficiente para, al menos, considerarme digna de participar por la beca.

Julian abraza de manera confiada y reconfortante a su amiga por sobre los hombros para continuar con su ruta, ello hasta que la pelirroja debe ingresar al edificio de registro en el campus. En tanto, él, después de unos minutos, cae en cuenta que había olvidado un importante detalle: Aquella tarde había acordado ensayar con Nick y Fab, así es como se motiva a buscar una cabina telefónica en donde, ayudado de su libreta de notas, logra llamar a la residencia de los Valensi y es la hermana menor de su amigo quien toma el recado, confirmando que ambos ya estaban reunidos en el garaje; de seguro cuando se los encontrara lo golpearían como lo hacían cada vez que uno tenía que cancelar su participación en un programado ensayo.

Jóvenes estudiantes van de allá para acá entre facultades y el moreno pronto deja la cabina de vidrio, pensativo mientras sujeta con firmeza la funda de oscura tela en cuyo interior llevaba un cuaderno, lápiz y su guitarra acústica; aquella mañana en Five towns había sido bastante iluminadora, gracias a ocasiones como esa su música se veía realmente agraciada, su mente si era estimulada por la educación formal... Pero, solo a veces. Julian no podía evitar sentirse culpable por ello. Inocentemente, el año anterior él había pensado que a causa de tener el privilegio de estudiar lo que deseaba, él se sentiría satisfecho con cada aspecto de su vida académica, no obstante, a sus ojos había tanto que solo era maldito relleno, tanto que era innecesario, que sólo te mantenía en la teoría y que te asfixiaba bajo una montaña de contenido que jamás sería utilizado. El chico nuevamente se estaba viendo tentado a salir por la noche porque ahora sabía lo que hacía, pero, no vivía lo suficiente como para sentirlo en lo más profundo y retratarlo sobre el papel; se sentía vacío, aburrido.

―Fui seleccionada... ―anuncia algo tímida una vez que toma puesto junto a él sobre el césped al interior del campus universitario. Él le abraza apretado desde el cuello―. ¡Es solo la primera etapa! Las verdaderas pruebas de admisión especial serán en un par de meses, así que debo prepararme como nunca.

Los amigos pronto deciden ir por un sándwich para celebrar y así caminan a paso relajado en dirección a Low Manhattan, al hogar de ella.

―¿Así que no trabajas hoy?

―No. Nikolai se ofreció a cubrirme luego de que le explicase lo de la posible beca.

―Pero no te tomó más de media hora ―replica un suspicaz Jules y ella sonríe para sí misma―. Bien por ti. Mereces un descanso y Nikolai los billetes extra.

―Aun así, siento algo de remordimiento, pero...

―¡Nada! ―exclama teatral y con la boca llena, desde ella saltando un tozo de lechuga hacia el piso. June se arruga de disgusto y le tapa la boca con una servilleta. De esa forma, ambos continúan con su caminata, Julian no pudiendo contener más su duda―. ¿Por qué me llamaste a mí y no a Fab?

―Eres mi mejor amigo.

―Pero él es tu novio.

―Lo sé. Por lo mismo, es diferente.

―¿Por qué?

Ella se toma el tiempo de comer lo que había mordido desde su sándwich y bebe algo de limonada antes de decidir qué responder.

―Porque, cualquiera sea la decisión que tome respecto a mi futuro, sé que de alguna forma te tendré a ti alrededor porque nuestra relación siempre ha sido reforzada por la distancia. En cambio, con él...

―Temes que si ambos se separan de manera drástica todo termine.

―Sí ―coincide casi interrumpiéndole. Sombría y triste―. Somos compañeros de escuela, frecuentamos el mismo grupo de amigos y... Me atemoriza la idea de eventualmente caer en negación. De no querer terminar la relación a pesar de que ya no hace sentido por el poder de la costumbre o por mera "compasión" ¡me aterra!

―Espera... Espera... ―la frena él a media oración y camino. Confundido―. ¿Quieres terminar con Fab? ¿Por qué?

―¡No! No quiero terminar con él. Me da temor pensar en algún momento tener que terminar mi relación con él porque es maravilloso, el mejor chico que he conocido ―dice conflictuada y Jules le observa algo ofendido―. No me mires así. Sabes que tú sólo has hecho mérito para no ser considerado un buen chico.

―Como sea... Creo que estoy algo perdido con todo el embrollo que planteas, June.

Ella asiente amarga y se abraza a sí misma.

―Fab quiere que estudie fotografía. De un tiempo a esta parte ha intentado convencerme a seguir mi "vocación" ―confiesa cabizbaja―. Es por lo que sólo tú y Nikolai saben sobre esta posibilidad de beca, ya que, de decirle a Fab, a pesar de que sé que me apoyaría en perseguir ingresar a una universidad de la Ivy league, de vuelta a casa estaría revoloteando y saltado alrededor de mí tratando de convencerme de seguir al arte y de que nada importa más que lo que el corazón dicta y ese tipo de cosas. Ya lo conoces. Es un optimista de corazón y a veces eso es agotador.

―Sí, entiendo ―sonríe melancólico―. La primera vez que le conocí, lo detesté por toda la clase de carpintería. Si no hubiese sido por Nick, de seguro le hubiese clavado mi lápiz de grafito sobre su maldita diestra inquieta ¡no dejaba de golpetear sus dedos sobre la mesa de madera! ―recuerda ceñudo y su amiga muerde su labio inferior con complicidad; era cierto, Fabrizio tenía clara hiperactividad―. Luego supe que era baterista y realicé que era el sujeto más dulce que había conocido, así que no pude evitar amarlo como a un hijo desde entonces.

―Entonces sabes a lo que me refiero, Jules. Lo adoro, pero, no creo que él entienda los motivos de mis prioridades. Y, bueno, no le veo caso a las discusiones. Así que agradecería que, al igual que Nikolai, omitieras este tema con Fab.

―Claro ―los amigos pronto arriban al complejo de apartamentos que ella habitaba y, cuando la pelirroja pretende despedirse, él no se lo permite, aferrándose de su mano y trayéndola devuelta desde los escalones de la entrada―. Vámonos de fiesta hoy. Sólo tú y yo.

―Jules...

―¡Oh, vamos! Me he portado bien, al igual que tú y...

―¿Bien? Por lo que he sabido has pasado bastante tiempo en compañía de Lana Roche ―replica ella soltándose del agarre y cruzándose de brazos con aire suspicaz.

―Sólo durante los fines de semana.

―No según Nina. Ella me contó hace un par de días que el lunes tú, Nick, ella y más chicos de NYU habían ido a una rave.

―¡Nunca he ido a una puta rave! ―se defiende―. Tuve la intención, pero, después me arrepentí porque tenía sueño.

―Mientes.

―No. De verdad tenía sueño. Había pasado todo el fin de semana despierto debido a algún tipo de anfetaminas que Lana consiguió.

Oh, Dios... ―musita June algo conflictuada. Julian intenta justificarse.

―Ya no salgo de fiesta tanto como antes. Bebo mucho menos.

―Pero consumes más drogas.

―¡Sólo los fines de semana! Y ¡no me he perdido ninguna clase!

―Ay, Jules...

La chica niega agotada para sí misma y el moreno insiste, tanto, que la sigue hasta el interior del apartamento en donde, luego de saludar a sus hermanitos, se pierde junto a su amigo en dirección a su habitación.

―¿Por qué parece que a Marcus no le agrado?

―Es porque no lo haces.

―¿Qué? ¿por qué? ¿qué he hecho mal?

―No lo sé. No le he preguntado. Pero se nota a millas que no le agradas ―ella se encoge de hombros y quita sus zapatos. Jules imita lo último, deja su guitarra de lado y quita su chaqueta de cuero negro para así sentarse junto a ella sobre la cama―. Nina me dijo que tú y Lana andan siempre juntos.

―Sólo pasamos el rato.

―Siempre dices lo mismo de las rubias con las que sales y usualmente terminas siempre en un pozo autodestructivo.

―¡No es cierto!

―Lo es. Primero Aileen, en primaria, luego de que fuese tu novia por un mes y te abandonara por el chico basquetbolista de intercambio, te emborrachaste tanto durante la fiesta de cumpleaños de tu papá que me vomitaste los zapatos ―la pelirroja hace una leve mueca de asco―. Luego Ashley, en secundaria, ella se aburrió de esperar que actuaras con una pizca de madurez y tú, en respuesta, fuiste ebrio a lanzarle piedras a su ventana durante la madrugada...

―Esas relaciones fueron de niños...

―Después, durante el período del intertanto en Suiza, cuando volviste y...

―¡No hablamos sobre eso! ―interviene tajante y ella suspira profundo, pronto viéndose obligada a golpearle fuerte sobre el brazo a puño cerrado al recordar lo sucedido―. ¡Ah! ―se lamenta debido al punzante dolor―. Bueno, sí, aun lo merezco...

―Eso nos deja con Maya. La que te desencadenó una tremenda crisis existencial al decir que tus letras no eran lo suficientemente profundas.

―Eso, ahora, lo veo desde otra perspectiva ¿sabes?

―¿Cómo?

―Como la crítica constructiva que siempre fue. Ella tenía y tiene razón.

―Oh... Muy bien ―asiente la chica con un puchero conforme cuando observa como su amigo afirmaba su espalda en contra de la pared, sentado en noventa grados sobre la cama―. ¿Qué ha sido de ella y su banda?

―No tengo la menor idea.

―¿Cómo se llamaba? La banda ―consulta alzándose de pie con aire pensativo en dirección a su computadora de escritorio.

Skirt riot ―la pelirroja toma puesto sobre su asiento y prende la aparatosa computadora bajo la atenta vista de su amigo―. ¿Tienes acceso a la red?

―Conexión a internet. Si. Yo misma pago la cuenta ―sonríe conforme mientras busca resultados de la banda en un portal musical―. ¡Bingo! ―se alegra al encontrar un par de artículos, decidiendo abrir el más reciente. Su amigo, hipnotizado, debido a su altura le resulta demasiado incómodo inclinarse, así que termina optando por sentarse sobre ella―. ¡Me aplastas!

June pronto se cambia de posición con él y también lee sobre la pantalla: La banda se había separado a puertas de firmar un contrato con una discográfica en Los ángeles y se rumoreaba que Maya sería solista.

―Siempre tuve esa impresión de ella.

―¿Qué cosa?

―De que era de un estilo demasiado "autosuficiente" como para conformar una banda.

―¿No eres tú así mismo?

―No. Yo busco hacer buena música, y para eso los chicos son tan necesarios como yo mismo ―ella sonríe para sí mientras se reacomoda sobre la firme pierna de él, ambos pronto cayendo en cuenta que un mensaje alertaba en la pantalla: era Fab. La pelirroja de inmediato comienza a escribir en respuesta y Jules, ceñudo, observa la conversación―. ¿Qué es eso?

AOL. Un portal de chat instantáneo ―explica distraída, aun escribiendo―. Salió el año pasado y ha sido bastante útil. Realmente lo prefiero a tener que hablar por teléfono.

―Oh, así que esta es la mierda que Nick siempre me recomendaba usar...

―Supongo. Tú tienes computadora con acceso a internet también ¿no?

―Si. Pero no la ocupo realmente.

―Bueno. Ya sabes que es útil ―dice abriendo ambos ojos con enormidad y para sí misma. Julian le observa suspicaz en junto.

―¿Te juntarás con Fab?

―No. Le dije que tenía mucho trabajo que hacer en la librería.

―¿Lo estás evitando?

―Quieres que nos vayamos de fiesta sólo nosotros dos ¿o no?

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