𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭𝐞𝐞𝐧

June y Julian se reunirían en el parque de Moon square, cuya ubicación estaba casi a la perfecta mitad de distancia entre sus respectivos hogares. En la banca de siempre, June observa con impaciencia su reloj de muñeca, pronto suspirando resignada y decidiendo distraerse sin más con el hermoso paisaje que pintaba su entorno. Era la primera semana de junio y el día en que Fab estaba de cumpleaños según lo que Jules le había comentado, de hecho, todos debían reunirse en menos de una hora al otro lado de Manhattan, ello con la intención de asistir a una cena de cumpleaños sorpresa organizada por la familia Moretti, en donde sus amigos más cercanos también fueron invitados.

―¿Me veo bonito? ―consulta Julian de pronto, posando teatralmente frente a ella y bloqueando su visión a través de la cámara. June le observa ceñuda debido a su poco común ordenado peinado; él llevaba el cabello goteando.

―Quince minutos tarde y la rodilla derecha de tus jeans está sucia.

―¿Qué? Maldición... ―se lamenta resignado al comprobar lo dicho por su amiga. June sonríe para sí misma, entretenida, y le toma una casual fotografía sin que él lo notase.

Los amigos son raudos en dejar el parque y caminan hacia la avenida doce, cuadra en cual se ubicaban las oficinas donde se rendían los exámenes de certificación GED. El moreno, luego de haber obtenido un permiso especial por parte de la escuela Dwight, ahora elegiría su fecha y horario de rendición y quería a June ahí con él para decidir, ya que, se encontraba ansioso de tomar el test de una vez por todas, pero eso no era lo mismo que el temor. Julian se sentía confiado de lo que sabía, el problema era que muchas veces su cabeza le jugaba en contra y se congelaba, no recordaba, se mareaba. Por lo mismo, el doble esfuerzo de limitar lo que bebía, al ser casi agonizante, le motiva a desear terminar con el examen, luego podría volver a su placentera y decadente rutina. Así, ambos acuerdan el lunes treinta del mismo mes, o sea, tres semanas restaban hasta que él demostrara que la música para sí no era sólo un hobby, sino que una pasión más profunda, casi intelectual.

―¡Oh, sí! ―suspira June, casi eufórica cuando dejan el edificio. Julian, por su parte, camina relajado con ambas manos dentro de los respectivos bolsillos laterales de sus jeans―. Lo lograrás, claro que lo lograrás. Obtendrás un maldito 175 para ser directamente admitido en el programa de artes musicales en Five Towns. Lo sé, Jules.

Él sonríe ladino y no responde, continuando así su solemne caminata en la compañía de su pelirroja amiga. La chica leía concentrada las condiciones de la prueba, mientras que él observa su perfil, pronto notando que su piel lucía tersa y pálida.

―Te libraste por completo del acné ―se sorprende con ligera envidia―. ¿Cómo lo hiciste? Necesito el secreto. Los bastardos en mi mentón vuelven siempre con furia.

―Eso es porque comes y bebes pura basura.

―Ya no bebo tanto.

―¿Es en serio? ―June le observa alegre y él frunce sus labios, algo culposo.

―Bueno... No bebo todos los días. A veces día por medio.

―De igual forma, ese es un gran cambio. Sobre todo, cuando aun trabajas en el Catalyst ―le anima ella dándole un ligero codazo amistoso, manteniéndose así en silencio por casi una cuadra.

―Hey... ―dice ronco y la observa en junto, su amiga corresponde la mirada, atenta―. Lamento lo del otro día. Nick y yo estábamos borrachos y se nos ocurrió acosar a Fab porque nos sentíamos inspirados por la banda. No sospechábamos que él estaría acompañado.

―Bueno, en realidad si hubiese sabido que sólo se trataba de ustedes, me hubiese quedado. Pero, no lo sé... ―duda avergonzada―. Me asusté y tomé mis cosas y arranqué.

―Dejaste tu abrigo.

―Lo sé. Pero no fue una noche fría ―dice lo último con una pensativa y sutil sonrisa. Julian entorna sus ojos, pícaro y curioso.

―Así que tú y el pequeño Fab...

―Oh, sólo calla.

―¿Qué tal todo? Nick y yo tenemos una antigua apuesta. Y yo creo que no.

―¿Qué apuesta Nick?

―Que sí.

―Si ¿de qué?

―De que Fab lloraría después de su primera vez... ―finaliza a duras penas porque la risa lo ahoga. June, ofendida, lo golpetea sobre el brazo y él intenta apartarse un par de pasos desde ella, aun riendo malévolo.

―¡Son unos idiotas! Ambos.

―¿Y lloró?

―¡Claro que no! ¿por qué lo haría?

―Esa fue mi misma pregunta. Es por eso que aposté en contra ―se defiende encogiéndose de hombros―. Y, resulta que gané veinte dólares. Se los cobraré a Nick durante la cena ―June vuelve a golpearle el brazo con fuerza y él continua con una sonrisa burlona adornando sus labios―. Ya que le llevas un par de meses de ventaja al pequeño Fab, desde tu perspectiva, ¿cómo se sienten los diecisiete?

―Caóticos ―responde sonriendo resignada para sí misma, él le imita casi instintivamente―. Para ti ¿cómo se siente estar tan cerca de la primera mayoría de edad y la universidad?

―Eterno.

Los amigos, luego de media hora de caminata, se encuentran con Nick y Nikolai a las afueras del moderno restaurant en donde la familia Moretti se reunía para celebrar al menor. De esa manera, a las seis y quince, el cumpleañero ingresa en compañía de su hermano mayor y es sorprendido por todos los presentes quienes aguardaban para animarle y felicitarlo por una nueva vuelta al sol. Así pasa la tarde, entre cánticos, anécdotas y risotadas; la familia del rizado era igual o más alegre que él, causando que el buen ánimo y la armonía invadieran el entorno sin recato y animaran a todo presente. Y ya para cuando anochecía, debido a que era lunes, la fiesta llega a su fin para la mayoría, pero no para el grupo de amigos quienes se dirigen hasta el apartamento de Julian, en donde Jeannette había permitido que ellos se reunieran para continuar la celebración, ya que, ella no estaría durante esa noche a causa de su artístico trabajo con Sam.

«... Quince hombres sobre el cofre del muerto ¡Yo, ho, ho! ¡Y una botella de ron! La bebida y el diablo se encargaron del resto ¡Yo, ho, ho! ¡Y una botella de ron!.. » cantan Nick, Fab y Julian en la sala del hogar del último, ello saltando entusiasmados sobre sus pies, abrazándose por sobre los hombros y Nick agitando una botella de ron oscuro sobre su cabeza mientras que Jules sostenía una de gaseosa. Nikolai, igualmente algo ebrio debido a lo consumido en la cena, pero quizá no tanto como sus amigos, desaparece por el pasillo con la intención de ir en búsqueda de vasos, ello mientras que una entonada y colorada June reía a carcajadas ante la alborotada vista que eran los otros tres chicos y sus afinados cánticos de piratas, capturando fotos a diestra y siniestra.

―En su primer disco debería haber un cover de esa canción ―propone la pelirroja y su novio, algo agotado, se echa a su lado y posa tiernamente su cabeza sobre su hombro, ella siendo quien le abrace protectoramente desde junto.

―Será la segunda cara del primer single ―coincide Julian entre risas, dejándose caer sobre la suave y despejada alfombra al igual que Nick, quien alza su brazo en alto para tomar la palabra.

―Y la fotografía de la caratula será de mi trasero.

Los amigos continúan bromeando mientras Jules arma un cigarrillo verde y se tardan en notar que un desorientado Nikolai ya había vuelto a la sala, pero algo despeinado y de manos vacías.

―Creo que me perdí... ―comenta luego de tomar puesto junto a Fab y June, notablemente agotado―. No tengo ni la menor idea donde están los malditos vasos... Ni la cocina...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top