┇𝟭𝟭

-Ya hemos dejado nuestras cosas y la conferencia empieza en la noche. Estamos a tiempo, así que podemos dar algunas vueltas por acá, ¿no les parece?

Minho se cubrió el rostro con la mano, mientras se ajustaba las gafas oscuras sobre sus ojos y maldecía el ambiente de campo. Los zumbidos de insectos le agijoneaban los oídos y el calor le jodia por todas partes. Movió la mirada desde Taehyung hasta Jisung, quién se encontraba asintiendo con la cabeza y sonriendo con los ojos brillantes de emoción.

-Anda y miralo tú, entonces. Yo no le veo nada interesante a caminar en un desierto con plantas y bichos picandote por el maldito cuerpo -masculló, quitándole la tapa a su botella de agua.

Taehyung suspiró con desgano.

-A mí se me hace mucha ilusión, iré a dar una vuelta, ¿vienes conmigo, Sunnie?

El menor volvió la mirada hacia Taehyung; la sonrisa de sus labios haciéndose más grande y siendo iluminada por los rayos del sol y el ambiente de campo. Sostuvo su bolso con emoción sobre su hombro y abrió ligeramente sus labios.

-No, él no puede -la determinada voz de Minho le corto de golpe-. Es mi empleado, ha venido conmigo y tiene que cargar mis cosas. La próxima trae el tuyo, aunque no creo que haya próxima.

El silencio cayó como rayo del cielo. Los ojos de Jisung perdieron su brillo y se limitó a observarlo todo con confusión. Taehyung suspiró otra vez.

-Bueno, no te preocupes, tendremos otra oportunidad más tarde, Sunnie -le elevó un pulgar y sonrió de nuevo-. Iré a llamar a mi padre para avisarle como va esto, los veo luego, ¿sí?

Minho elevó y descendió ambas cejas, observando como Jisung se mantenía con el rostro repleto de confusión. Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, descendió la mirada con el rostro enrojecido y una sonrisa en sus gruesos y provocativos labios. ¿Qué, no soportaba verlo a los ojos?, lo observó de pies a cabeza, notando los jeans negros y su camiseta blanca con letras rosadas alrededor. Todo le sentaba tan jodidamente bien.

-¿Querías ir con él, no?

Se llevó la botella a los labios y lo vió elevar la mirada un poco y negar desesperadamente con la cabeza, todavia sonriendo.

-No... no, no hay problema, Minho -tartamudeó, casi tropezando con una roca del pastoso suelo-. Sí tú gustas que me quede, yo me quedo.

Minho continuó caminando y no pudo evitar que una media sonrisa apática se colara entre sus labios. Su criado era un caso. Sí simplemente se hubiese abierto de piernas la primera vez que lo vió en la cocina, todo estaría muy distinto ahora. Pero debía aceptar que la situación estaba divertida. Al menos, soltando estupideces como esa, le había hecho olvidar el asco que le provocaba tener que relacionarse con gente de mierda como Taehyung.

-Creo que el paseo lo podemos dar los dos.

-¿En serio...? -la ilusión volvió a los ojos de Jisung-. Pero los mosquitos y las plantas...

-Ya no me importan. Me vale mierda eso ahora.

Jisung se encogió un poco, todavía sonriendo, mientras sus ojos se movían hacía el campo verde que le rodeaba. Había muchos árboles, estatuas y aves revoloteando entre las hojas y las personas escaseaban, porque casi todos estaban concentrados en el otro lado del campo, donde estaba el hotel y el resto de las construcciones. Nunca había visto algo tan hermoso como eso y creía no merecerse estar ahí. Estuvo al borde de caer de uevo, pero resistió.

-A mí me gusta mucho el campo. En donde vivía, habían muchos pájaros y plantas como acá, pero este lugar está mejor cuidado y es más grande.

Minho se mordió el labio y se acabó lo que quedaba de agua en la botella.

-No es la gran cosa, las otras conferencias son en lugares mucho mejores y con más gente.

Hundió una mano en sus modernos jeans rotos y sacó su celular de inmediato, quitándose las gafas y dándole una mirada de reojo a su criado, que se encontraba mirando todo su alrededor muy concentrado. ¿Cómo podía poner esa cara de estúpido por simples cosas como estas?

-Pero este lugar es muy bonito... el hotel también es muy grande y tiene una piscina de esas de verdad, ¿no es mucho gasto?

-He visto mejores hoteles en toda mi jodida vida. Y no me interesa, no lo pago yo.

Elevo su celular lo mas que pudo y luego maldijo en voz alta.

-Mierda, no hay señal, ¿el tuyo tiene señal?

Jisung elevo su confusa mirada, sin entender.

-Tu celular, ¿tiene señal o no?

-Oh, yo no tengo uno -susurro el menor, ruborizandose y descendiendo a mirada-. No tengo celular...

Minho lanzó la botella a un basurero cercano y se mordió el labio inferior, mirándole como para esperar que le dijera que era una broma, pero como no sucedió, terminó estallando en carcajadas.

-¿No tienes uno? -cuestionó, mientras el otro se enrojecía mucho más y también reía-. Oye, Jisung, ¿de dónde carajos vienes, precioso?

Lo observó soltar una risita nerviosa y bajar la cabeza. Minho exhaló, mientras se mordia el labio y se lo quedaba mirando, ¿de dónde carajos había salido alguien tan iluso y ridículo como él?

-Si tuviera uno, yo... tomaría una fotografía de este lugar -susurro, sonriendo con la mirada en el pastoso suelo.

-¿Quieres una foto de esta porquería de sitio?

Movió su celular rápidamente y el flash resonó de un golpe, capturando la imágen. Elevó una ceja con una apática media sonrisa, mientras notaba como Jisung se sorprendía ante el sonido del celular y entreabría sus provocativos labios con confusión. Minho le planto la pantalla del aparato frente a su rostro y el menor alzo sus pobladas cejas con alegría, entendiendo finalmente. Abrió sus labios, como intentando decir algo pero Minho lo tomo bruscamente de la cintura, cerrando su mano con fuerza sobre su piel.

-¿Esa puta foto está bien o tomo otra?

Jisung sintió como los latidos de su corazón se aceleraban de inmediato y su mente se nublaba de la misma forma que siempre, dejando paso a las revoloteadoras mariposas que se paseaban de su mente hasta su estómago. Retembló un poco y no pudo retener la enorme sonrisa que cubrió su rostro. Tenía una relación con Lee Minho; alguen como Lee Minho lo quería. La emoción se extendió por todas sus venas y solo optó por bajar la cabeza. Jamás había pensado que los cuentos podían hacerse realidad.

-Joder, responde -Minho chasqueó sus dedos sobre su rostro.

-Esa está bien, gracias por tomar la foto.

-¿Por qué diablos te pones así de rojo? me jode demasiado.

El menor negó muchas veces con la cabeza, colocándose las manos sobre el rostro, mientras Minho lo soltaba con la misma brusquedad con la que lo habia tomado dos minutos antes.

-No-no lo haré nunca más, te lo prometo -respondió con una sonrisa.

Minho dejó de mirarlo y empezó a caminar de vuelta hacia el hotel, con Jisung siguiendo cada uno de sus pasos. El maldito calor continuaba aumentando y los zumbidos de los bichos parecían meterse hasta hasta en sus oídos. Cuando llegó a la amplia sala de recepción, sintió todas las miradas sobre él, ¿acaso no podían mirar hacia otro lado?, se mordió el labio y se volvió hacia su criado que esperaba con la misma sonrisa de antes.

-Voy a quedarme un rato aquí, ve arriba y haz lo que quieras -masculló, colocándose las gafas oscuras de nuevo y colando sus manos en sus rasgados bolsillos hasta sacar un juego de llaves y lanzárselo.

El menor asintió de inmediato, tomando las llaves entre sus torpes manos.

Lo observó marcharse y se dió media vuelta, caminando hacia uno de los mapas del hotel que se encontraba sobre una de las paredes. Necesitaba un trago que le refresque la garganta y le despeje la mente.

-¿Dónde está el bar? -preguntó a unos de los trabajadores.

-Está en el subterráneo, pero no abren desde las ocho.

-¿Desde las ocho?

Joder. A la mierda con todo.

Le dió una ojeada a su reloj y se dirigió hacia el ascensor, el cual subió con mucha rapidez. Sí no podría tomar, al menos podría dormir todas las horas que faltaban hasta que empiece la podrida conferencia. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, caminó hacia la puerta de su casi-departamento, tecleando unos números en el sistema de seguridad y metiéndose en el interior. Al parecer, estas plantas de tres habitaciones tenían un sistema que admitía tarjetas, llaves y claves de seguridad para poder abrir la puerta.

Notó el enorme silencio que rodeaba el ambiente y todas las maletas que continuaban en el lugar en el que las habían dejado. Sí su padre pensaba que él iba a aceptar estar en el mismo departamento que el imbécil de Kim Taehyung, estaba muy equivocado. Lo primero que haría después de salir de esa maldita conferencia sería beber toda la madrugada hasta estallar y luego largarse lo más pronto de ahí. Estuvo a punto de lanzarse al sofá, pero un ruido lo despistó. Movió sus ojos hacia los dormitorios y exhaló. Debía ser Jisung.

Jisung.

Se olvidó de la idea de lanzarse al sofá y caminó hacia el pasillo de los dormitorios estaba entreabierta y no esperó mucho para empujarla de a poco y observar lo que estaba sucediendo.

Jisung estaba de espaldas hacia él, casi junto a la puerta del baño y ahora se dedicaba a sacarse las medias con rapidez e intentar hacer lo mismo con su camiseta, fracasando en el intento. Los ojos de Minho recorrían cada centímetro de esa lechosa piel expuesta, mientras sentía como el calor reventaba contra su estómago y descendía hasta ubicarse en su entrepierna con brusquedad.

Oh, mierda.

El menor había elevado su camiseta inclinando su cuerpo hacia delante para lograr quitarla de una sola vez, pero sus manos se habían enredado con la tela y no podía continuar. Se colocó la camiseta de nuevo, intentando sacar primero un brazo y luego el otro con cuidado. Minho sintió que la maldita respiración se le aceleraba de tal forma que solo atinó por contraer los músculos de su cuerpo y apretar sus dedos en puños.

Mierda, Mierda, mierda.

Maldijo fuertemente y avento la puerta de un golpazo con una sonrisa aparentada y su lengua humedeciendo sus labios.

-¿Necesitas ayuda, nene?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top