☆ CIENTO VEINTISIETE
Sabia que un nuevo día estaba comenzando, prácticamente por el sol que entraba desde la ventana. Quería seguir durmiendo, al menos un poco mas, pero debía preparar el desayuno, solo para ellos dos, los demás que se preparen lo suyo.
Con aquella idea, se sentó en la cama y paso sus manos por su cabello, como si de esta forma se despertara mas rápido. Sin embargo, lo que si le funcionó, fue al no ver a Jisung durmiendo como siempre, así que de inmediato revisó su celular para saber la hora, dándose cuenta que eran las once y treinta del mediodía.
Rápidamente salió de la habitación, escuchando enseguida varias risas hasta mas no poder, incluida la de Jisung, algo que lo contagió por completo y terminó sonriendo. El rubio miró de reojo hacia las escaleras, y cuando notó a su novio, literalmente sacó de encima a Jeongin, quien estaba acurrucado debido al frio que sentía.
—¡Hyungcito! —corrió hacia él y lo abrazó con fuerza, siendo recibido gustosamente por el mayor—. ¿Durmió bien?
—Algo... ¿por qué no me despertaste? pudimos haber ido al restaurante a desayunar.
Jisung se alejó unos centímetros y comprobó que el rostro de su novio totalmente dormido, era algo muy lindo de apreciar.
—Tenia que dormir, y yo no lo iba a despertar para eso, podemos ir a almorzar, a merendar o a cenar. Tú tenias que descansar, te acostaste muy tarde...
—De hecho, a almorzar no, porque tenia preparado cocinar algo —llevó sus manos directo a las de Jisung para acariciarlas, notando algo extraño en una de sus uñas.
Las miró a ambas con atención, y lo que había tocado era un pequeño strass en forma de estrella, además de sus uñas pintadas en un rosa pastel.
—Oh, ¿le gusta? Felix quería hacerme ese diseño, no se para qué, es la primera vez que me las pinto así... lástima que se irán rápidamente, porque es esmalte normal.
—¿Cómo que esmalte normal?
—No importa, hyungcito, ¿le gusta?
—Claro, si a ti te gusta... además, te queda bonito.
Le soltó las manos para llevar la suyas hacia las mejillas abultadas, las apretó y luego simplemente las besó, hasta sentir las quejas del menor.
—¿Por qué diablos eres tan lindo? ¿Quieres ayudarme a cocinar?
—Oh... pues... estaba a punto de hacer pastel de chocolate.
—Entonces vamos a la cocina, tú de un lado y yo del otro, ¿te parece?
—¡Sí, hyungcito!
—Enano, arriba.
Trató de despertar a Jisung puesto que eran las cuatro y treinta de la tarde.
La idea era ir a merendar al restaurante y luego dar una vuelta por la playa, puesto que en la noche irían a cenar al centro. La idea de pasear por el mismo lugar en donde Yunho andaba, no era muy linda que digamos, pero a Jisung le encantaba la playa, le gustaba jugar con la arena y mojarse. Entonces no podía prohibirle y mas cuando él se lo dejó en claro momentos antes de dormirse, "no puedo dejar de ser feliz solo por él. Tiene que saber que no lo quiero, y estoy seguro que lo hará si me ve feliz al lado suyo, de mi único hyungcito". La idea no le parecía en absoluto, pero si su niño estaba seguro de querer ir allí, no era nadie para prohibirle, pero sí para defenderlo, si es que se llegaba entrometer.
—Hay que ir a merendar, despierta —dejó su mano en su cintura y sacudió levemente su cuerpo.
Solo recibió una queja, para luego darse la vuelta. Pensó que ya estaría despierto, pero no, sus ojos aun seguían cerrados y para su sorpresa, se colocó arriba suyo, como si él fuese una cama. Su peso era igual al de una pluma, y si pesara mas, ese no era el problema, sino el trasfondo de lo que aquella acción significaba. Recordaba como si fuese ayer cuando la señora Han le explicó que el menor se ponía así cuando tenia alguna pesadilla y necesitaba correr a un lugar seguro.
—Bebé, despierta.
Minho volvió a dejar su mano en su hombro, asustando por completo al menor. Sin comprender y perdido en su pesadilla, se sentó en el colchón, refregándose los ojos para no largarse a llorar, pero eso era tarde, ya que estos estaban derramando un par de lágrimas.
—No llores... hey, ¿qué pasa? —se sentó también para estar a su altura y llevó sus manos hasta las de Jisung, para sacarlas de su rostro totalmente mojado por el llanto.
—E-es que... so-soñé algo muy feo y... no quiero que se ha-haga realidad.
—Bebé, los sueños malos no se hacen realidad...
—¡Sí! ¿Recuerda cuando su papá le pegó en la cabecita? lo soñé antes... —el rubio lo abrazó fuertemente para intentar calmarse a sí mismo—. No quiero que este se haga realidad, no quiero.
—Me tienes que decir qué es lo que soñaste, sino yo no podré decirte con exactitud...
—Es que... era Yunho llevándome. Venia a la casa y me llevaba, como lo hizo aquel día en el supermercado.
—¿Quieres saber una cosa, bebé? Lo mato yo primero. Así de simple.
—No es tan simple matar a alguien.
—Sí, si daña a mi niño.
Jisung se alejó un poco y pudo ver el rostro tranquilo de Minho, sintiendo como aquello lo tranquilizó, o al menos su corazón ya no palpitaba tan ferozmente como antes.
—Por eso es mi lugar seguro, hyungcito.
Se volvió a acomodar sobre el pecho ajeno, solo que esta vez no estaba completamente encima. Sintió un dulce beso en su cabeza y tiernas caricias en su mejilla.
—Estoy dispuesto a hacerlo, porque se que tú harías lo mismo por mi.
—Es verdad, también lo mataría... —y cuando se dio cuenta de lo que dijo, salió de inmediato de la cama—. Ay, quien dijo eso...
—Tú.
—Escuchó mal.
Se metió en el baño, pensando que aquella mini pelea se había finalizado, por ende, pasó agua por su rostro, tomándose su tiempo. Se secó con una toalla y luego se cepilló los dientes, sintiendo algo raro de que Minho no haya entrado para seguir con la pelea de quien tiene razón y quien no. Sin embargo, cuando salió, lo vio acostado con su celular, posando la vista de nuevo sobre él.
—Y claro, el loco soy yo —siguió.
—Si hablamos de locos, sí —también le siguió el juego, solo que esta vez, ni siquiera lo miraba, puesto que había ido hacia uno de los espejos de pie, para ponerse brillo labial.
—También lo eres. Eres como medio loco, porque eres enano.
—¿Qué tiene que ver la locura con la altura? —frunció su ceño, sin entender qué tenia que ver.
—Que no cabe tanto en ti.
Jisung paró todo lo que estaba haciendo, se giró y lo vio con su típico rostro totalmente enojado.
—No sé si me ofende o me halaga, porque está diciendo que usted está mas loco.
—No, no, no. Lo que yo digo es que... —se levantó de la cama y se acercó al menor para tomarlo de la cintura, pegando sus ojos a los labios ajenos, notando el brillo labial—. Tú me vuelves loco, pero no por eso haría cualquier cosa por ti. Odiaría a todo aquel que se meta con mi felicidad, así de simple. Se meten contigo, se meten conmigo, por mas línea de drama o de historia que sea, es la verdad.
—Me gusta escuchar esas cosas, hyungcito... usted también me hace feliz y...
Sin embargo, Lee no pudo aguantar mas y lo besó, limpiando los labios de cualquier rastro del labial.
—No es justo, le quedó mas a usted que a mi —se quejó, limpiándole el brillo que le había quedado en las comisuras.
—Y bueno, es lo que hay. Te espero abajo —y finalizó aquello con un dulce beso en la mejilla ajena.
Las parejas habían terminado ya de merendar, y puesto que eran vacaciones, la hora en la que Jisung se dedicaba a hacer tarea, no sabia muy bien con qué reemplazarlo, hasta comenzar la universidad.
Al rubio le encantaba los planes, y desde temprana edad siempre supo qué es lo que estudiaría. Le encantaba dibujar, por ende, elegiría diseño de indumentaria y textil, junto con Felix, ya que a Jeongin le quedaba todavía un año en la escuela, pero sabia que pronto se uniría a ellos tres. Por ende, le encantaba los planes, por eso ellos habían planeado estudiar juntos en la misma universidad. Y si bien, no iría junto a su hyungcito, su universidad quedaba enfrente, así que no se preocupaba mucho por el tiempo que pasarían distanciados, o al menos pensaba Jisung, que Minho aun quería estudiar, como ya tenia todo heredado de Harim (según lo que le contó) no era muy necesario estudiar. Debía tener una charla seria con respecto al tema, pero parecía que siempre quedaba atrás.
—¿En qué piensas? —preguntó Lee una vez alejados de sus amigos, cada pareja tenia sus planes hasta la cena, ya que quedaron en comer los seis.
—En la universidad. Estoy contento porque empezaremos una nueva fase en nuestras vidas, y estoy seguro que será algo muy tranquilo. Y también feliz de que la suya esté a pocos metros, pero como usted dijo que ya tiene todo heredado de su madre, no sé si querrá ir.
—Yo tampoco lo sé. Por un lado me gustaría, para aprender de las cosas que mi padre no pudo y hacerlas bien, por otro, pienso que yo ya sé lo suficiente de negocios como para no cometer los mismos errores.
—Yo opino que lo intente. Que intente tener estudios, y luego podrá colgar el diploma en su oficina, ¿no cree, hyungcito?
—Lo creo, sí. ¿Realmente quieres ir a la playa? porque me gustaría ir al muelle, si hay muchas personas podemos ir a otra parte. Creo que Changbiny Felix irían allí, tal vez los podemos encontrar.
El viento soplaba cada vez mas fuerte debido al mal tiempo, llovería pronto, pero estaba seguro de hasta que no caiga una gota, no se irían a su casa, además a Jisung le encantaba los días así, seria muy difícil convencerlo devolver si es que no estuviese lloviendo a cántaros.
Sus manos unidas hacían que todo sea perfecto, era uno de esos momentos mágicos, porque además, el muelle no estaba tan lleno de personas. Caminaban por un pasillo de maderas, era algo angosto y largo, pero en el centro, había como un mirador, bastante grande, también perfecto para sentarse y escuchar el ruido de las olas. Y como suponía Minho, allí estaban Changbin y Felix, a la vez que Hyunjin yJeongin también.
—Ahí viene Minhonnie —habló Seo—. ¿No ves? estamos destinados a estar juntos.
—No, no lo creo —dijo Jisung, frunciendo su ceño y apretando un poco mas la mano de Lee.
Ambos se alejaron para ir al otro lado del mirador y sentarse en una banca, sin reconocer a la persona que estaba sentado del otro lado.
—Tranquilo, que todo el mundo sabe que soy tuyo —le guiñó el ojo y con eso, Jisung supo que estuvo apretando su mano por unos largos segundos.
—Es que... no es por eso... yo si creo que nosotros estamos destinados, pero si era una bromita lo puedo entender, aunque no enseguida... usted sabe.
—Lo sé, por eso tienes que estar tranquilo, Changbin es de bromear así. No solo conmigo, y estoy seguro de que bromea mas con Hyunjin.
—Debe ser porque Felix y Jeongin captan esas bromas, y sobre todo le siguen, yo no puedo, pero si me dicen que es un chiste, sí. Ahora que lo sé, hyungcito, Changbin hyung puede bromear todo lo que quiera, se lo diré —se puso de pie para ir con la otra pareja, pero Minho lo detuvo y lo volvió asentar en el banco.
—No por favor, me tengo que aguantar que me llame Minhonnie cada dos segundos y cuando vea que tiene tu permiso, ni tú te lo aguantarías.
—¿Qué tiene de malo el Minhonnie?
—No lo sé, suena raro.
—Pero a mi sí me dejó llamarlo así. Me dijo que puede estar en la lista de apodos, y que lo puedo usar tranquilamente, pero no lo deja de la misma forma a su amigo...
Lee largó un suspiro y se apoyó en el hombro ajeno, sintiendo enseguida como el menor apoyaba su cabecita.
—No suena irritante, suena tierno y para nada sarcástico. Solo eso, pero por mas que me moleste, Changbin lo seguirá diciendo, así que ya ni me molesta.
—Está bien, ahora lo entiendo —musitó, mientras acariciaba la mano ajena.
Sin embargo, no se dio cuenta que la persona que estaba sentada del otro lado del banco ya que estos eran doble, se puso del mismo lado que el suyo, a pocos centímetros, y le ayudó el hecho de que cada pareja esté en su mundo, porque las otras dos ni siquiera lo notaron. Esta era su única manera de estar junto a Jisung.
A los pocos segundos, Minho recibió un mensaje del propio Changbin. Se le hacia raro que no le haya hablado personalmente, ya que estaba a unos metros al frente. Pero cuando leyó el mensaje, se dio cuenta el por qué. "No te alteres Minho, pero al lado de Jisung, está Yunho. Te mando este mensaje para que salgas de ahí disimuladamente y que Han no se ponga nervioso". Largó el aire que estuvo conteniendo, tomo fuertemente de la mano ajena, tratando de no asustarlo.
—Se me olvidó, hay que ir al supermercado a comprar cosas para la parrillada de mañana, ¿quieres acompañarme, bebé? podemos comprar esas masas de colores que querías.
—Se llaman plastilina, y sí, claro que lo acompaño.
—Eso, no recordaba el nombre. Vamos —tiró suavemente de él y comenzaron a caminar por el pasillo de madera.
—Pero hyungcito... podemos disfrutar un poco mas... —señaló con su dedito el lugar donde estaban antes.
—Es que los supermercados cierran temprano aquí y...
—Lee, si Jisung no quiere, no quiere —espetó Yunho, poniéndose de pie.
Jisung se dio la vuelta y cuando vio que era él, de inmediato se puso detrás de su novio. Y mientras mas Yunho se acercaba a la pareja, Jisung mas se aferraba a Lee. Sus amigos también vieron el problema, y mas Changbin, que no le entendió en lo absoluto cuando le dijo "disimuladamente", pero bueno, allí estaban, acercándose para interrumpir cualquier situación se que se presentara. Pero si Minho lo comenzaba golpear, ya mucho no podía hacer, al menos quedaban solo ellos en el muelle.
—No puedo creer como dejas que te trate así.
—Mi hyungcito no hace nada malo, ¿cuando va a entenderlo?
—No, Sunggie, ¿cuando entenderás tú? no te trata bien, te tira del brazo, tienes que hacer lo que él te dice... ¿no te das cuenta que vives controlado?
Jisung comenzó a negar, tanto que se estaba mareando. Agradecía que allí estén sus amigos, quienes lo sostenían y le decían que todo iba a estar bien, que no había necesidad de escucharlo, pero si Minho no se daba la vuelta para regresar por el mismo camino, no lo dejaría solo.
—Eres una basura, Lee —Yunho no podía encontrar ese conjunto de palabras para desestabilizar a Minho, porque cada vez que abría la boca para decir algo, encontraba esa sonrisa socarrona y, encima Jisung apoyándolo, parecía totalmente inútil. Debía encontrar la forma de hacerle saber que su elección estaba mal.
—Ya, haces que mi niño se ponga mal —le restó importancia, ya que sabia que todo lo que decía era mentira.
Se volteó para ver a Jisung, notando que estaba verdaderamente mal. Sus lágrimas caían como cascadas y no dejaba de golpearse la cabecita, sabiendo a la perfección que le costaba respirar.
—Jisung, mírame —pidió Yunho, acercándose, pero Minho le dio un empujón.
—Di todas las mierdas que quieras sobre mi, pero a él no le tocas ni un pelo.
—¿En serio quieres a un novio tan agresivo, Sunggie?
—Cállate, mira como esta mi amigo —habló esta vez Felix—. ¿Por qué no te largas de una vez? Él no te quiere —se acercó a Minho para decirle algo al oído—. Lo llevaremos a la casa.
—¡Esperen! —llamó de nuevo la atención, logrando que únicamente Minho, Changbin y Hyunjin girasen—. Ninguno deja que Jisung elija, ¿tienes miedo de que no sea a ti, verdad? ¿Sabes algo? cuando Jisung me besó en el baño, jamás pensé probar unos labios tan lindos como los suyos ¿si sabes que me besó, no?
—Sí, sí claro.
Minho le restó completamente la importancia, lo único que quería era ir hacia la casa y abrazar completamente a su niño. Luego se encargaría del otro.
—¿En serio no te preocupa que haya probado su boca? Tenia un sabor a durazno que, estoy seguro de que pronto volveré a probar.
Y con eso, supo como encontrar al Lee Minho que quería. Se dio la vuelta y corrió hacia él, para literalmente darle vuelta la cara de un puñetazo.
—Sus labios no saben a durazno, imbécil, ni eso sabes captar.
Lo vio tirado en el suelo y como se llevaba su mano para parar la sangre que salía de su nariz. Quería mas, pero no podía evitar el hecho de que su niño lo necesitaba, y estaba seguro de que no le importaba si Jisung lo vio dándole ese golpe, solo quería llegar a él.
Y cuando lo hizo, simplemente lo alzó y lo llevo hacia a su auto, conocía un lugar a donde llevarlo para que se tranquilizara. Así como el debía tranquilizarse también.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top