☆ CIENTO TREINTA Y SIETE
La tarde estaba concluyendo de lo mas bien, y sobre todo entretenido, por ello, se estaba pasando bastante rápido.
Había merendado yogurt con cereales, mientras terminaba su dibujo para luego dárselo a su novio. Claramente, lo hizo estando en la otra punta de la mesa, observando cada rato que Minho no estuviese espiando lo que estaba haciendo sobre la hoja, algo sumamente difícil, porque se volvía un poco insistente. Aunque ahora que ya lo terminó y solo faltaba entregar, poco insistente, le quedaba corto.
Sin embargo, para alivianar el estrés de la situación, algo que así lo llamó Hyunjin, pero él no encontraba en donde estaría el estrés, aún así lo dejó pasar, invitó a Minho para ir a jugar un partido de básquet, en una de las plazas cercanas a la casa, donde había una buena pista para jugar.
Siendo ya las siete de la tarde, el trio arcoíris disfrutaba de un juego de cartas, o al menos Felix, quien fue el primer ganador, veía todo desde la piscina, riéndose, hasta que Jeongin volvió a ganar.
—¡JiJi, lo tenias! —exclamó.
—No, Fefi, jamás lo tuve... —agachó la cabeza, totalmente triste, pero cuando sintiendo el abrazo de Jeongin, sonrió enseguida.
—Te quiero tanto, Ji —el rubio sonrió y le devolvió el abrazo.
—No importa cuantas veces me ganes, yo también te quiero, Innie.
—Me meteré a la piscina, si vienes te busco el salvavidas, a menos que te quedes sentado en la escalera... —Jisung negó.
—Iré a ducharme, así que estaré arriba —le sonrió. Observó a su amigo asentir y luego le acarició cabello, de despedida.
Lo último que escuchó fue la música demasiada alta. Subió lentamente la escalera, metido en su propio mundo mientras cantaba la canción que sonaba desde afuera.
Quería ducharse lo mas rápido que podía, pero al final, terminó tomándose su tiempo, aplicando shampoo y crema enjuague delicadamente para que su cabello quede bien. Luego, cuando salió y antes de vestirse, colocó su crema corporal, poniéndose contento por el aroma a coco.
Al salir, se secó su cabello, notando que no habían pasado ni veinte minutos desde que entró a ducharse. Al menos Minho había dejado un mensaje, avisando que pronto estarían allí sin embargo, escuchó el timbre y emocionado, salió corriendo para atender.
Claramente, bajó la escalera con cuidado, porque no necesitaba ningún golpe. Al llegar a la puerta, no preguntó quien era, sino que solo la abrió, arrepintiéndose enseguida.
—Hola, Sunggie.
El rubio lo vio sonreír, como si no hubiese pasado nada, como si no hubiese hecho nada, y eso le revolvió el estomago. Trató de cerrarle la puerta e ir a esconderse arriba, pero su fuerza era tanta, que cuando impidió ese movimiento, no pudo luchar por mucho tiempo, por ende, todo seguía igual que antes.
Solo quería que su hyungcito aparezca.
—¿Puedo pasar? vine con intenciones de comer algo y hablar, hace mucho no nos vemos —Jisung negó enseguida.
—No, ya merendé —quiso sonar lo mas cortante y frio posible.
—Bueno, entonces te dejaré lo que compré —elevó la bolsa que traía entre manos para mostrarla—. Así que solo hablaremos.
—No —trató de cerrar de nuevo la puerta, pero era imposible con lo rápido de Yunho era—. No quiero verte.
—Qué lástima, yo sí —y una sonrisa totalmente cínica, se asomó por su rostro.
Empujó a Jisung levemente para entrar, escuchando cierta música que no le gustaba, pero pudo ignorarlo. Dejó la bolsa sobre una mesa que vio por ahí, y luego se dio la vuelta, para observar el rostro asustado del menor.
—¿Y esa cara? —preguntó algo confundido, no debería tenerla—. No tienes porqué tenerme miedo. Todo lo que hice, fue porque Minho me obligó.
—¡No digas esas de mi hyungcito! nunca lo obligó a nada, usted solo hacia esas cosas.
Yunho largó un suspiro, cansado de todo esto, ¿cuándo le haría entender que Minho era un mal chico?
—¿Cuándo vas a llamarme por mi nombre? —ignoró completamente sus pensamientos, y se centro en lo que creía que correspondía: olvidarse de quien se metió en su relación.
—Así se llaman quienes son cercanos, y yo no lo siento cercano —agacho su cabeza, susurrando aquello, a pesar de que sabia que lo podía escuchar alto y claro. El miedo se estaba apoderando de él, y eso ocasionaba que su pies no se movieran.
—Te escuché hablar muchas veces, y a Minho lo sigues tratando igual que a mi.
—Eso es mentira. Yo a mi hyungcito lo trato con amor y respeto, a ti no. No quiero llamarte por tu nombre porque no quiero mencionarte... y por mas que así sea, Minho es mi novio y lo voy a llamar como yo quiera. No tengo porqué darle explicaciones.
El pelinegro lo observó temblar, de la cabeza hasta los pies.
Estaba temblando, rió. Parecía que pronto se golpearía la cabeza y comenzaría con el teatro que siempre hacía.
—Está bien, relájate. Vamos a sentarnos, podemos ver una película de terror, ¿qué te parece?
Yunho se movió hacia el área del sofá, sin embargo, se quedó apoyado en el respaldar, cerca de las dos pequeñas mesas que habían a modo de decoración.
—Vete. Hyungcito llegará pronto, y no quiero que él se lastime sus manitos.
—¿Y por mi? ¿No estás preocupado?
—Me importa un bledo lo que le pase.
Jisung visualizó su celular que estaba en el marco de la ventana, por esta, se podía ver al otro lado la cocina. Necesitaba llegar a él para llamar a su novio, para decirle que regrese rápidamente.
Sus piernas le correspondieron, pero a la hora de ejecutar su plan, no se dio cuenta que Yunho era capaz de tomarle del brazo y atraerlo hacia sí. Jisung trató de liberarse, pero era inútil, era muy fuerte, y mas, cuando lo había tomado de los dos brazos, dejándolo casi inmóvil. No se le ocurría que hacer para salir de ahí, no sabia si era el shock o qué, no podía pensar en nada, solo sentir su aliento mientras decía cosas que no entendía, además de las lágrimas descendiendo por su rostro.
—¿Vas a llorar? —preguntó casi riéndose a carcajadas.
—No me lleves, por favor. Solo quiero estar con mi amigos y mi hyungcito. No te quiero a ti.
—No me quieres... eso es porque no me das la oportunidad que necesito para hacerte saber que soy mucho mejor que tu hyungcito —Yunho apretó mucho mas su brazo, logrando que un quejido de dolor salga de su boca, pero no le importó en lo absoluto, solo siguió con lo suyo—. Cuando la obtenga, te darás cuenta que puedo ser mucho mejor que él.
—Minho nunca me trataría así... duele, suéltame, no te he hecho nada para que me hagas esto. Por favor.
—¿Tú en serio crees que a mi me importa como Minho te trate?
Jisung pudo ver como Yunho se acercó para besarlo, pero esta vez, él fue mas rápido y quiso empujarlo. Sin embargo, el hecho de que sea mucho grande, era un total impedimento para alejarlo, por ende, llegaron al forcejeo.
Jisung trataba de empujarlo y Yunho trataba de que no se alejara, tenerlo así de cerca para cuando Lee llegase, era algo que debía malinterpretar, y a raíz de eso, ellos dos ya no estarían juntos.
La fuerza del forcejeo era tanta, que los dos perdieron el equilibrio, pero solo uno se golpeó la cabeza contra la punta de la pequeña mesa, ocasionando mas que un duro golpe.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top