☆ CIENTO TREINTA

El carro de compras rebalsaba, y no por productos, sino por la pila de libros para colorear. La justificación era que encontró todos sus favoritos y de distintos tamaños y grosor, iban de las princesas de Disney hasta animales, mezclando algunos cuadernos con hojas lisas para dibujar.

Y Minho no dio ningún alto, y eso le molestaba un poco, porque estaba poniendo cualquier libro sobre la segunda pila ya armada, para saber cuando el mayor le daría un alto, pero nada.

—¿Por que no llevas la góndola directamente? —pregunto Minho con una sonrisa, mientras guardaba su celular en el bolsillo de su pantalón.

Jisung lo miro totalmente sorprendido.

—Dime que es mentira... —susurró.

—Bebé, fue sarcasmo. No me gusta decirte que no, pero eso ya es un montón.

—¡Gracias, hyungcito, era todo una prueba! ¿por qué no lo dijo antes? 

Minho sorprendido, corrió el carro con cuidado de que no se cayesen los libros y se acercó a su novio.

—Porque te ves lindo eligiendo, pero con esa cantidad, pareciera que te lo llevas para que nadie mas compre.

—Eso es maldad, yo no lo haría... —agachó la cabeza—. Fue en parte broma y experimento de... ay... no sé como llamarlo —se rascó levemente la mejilla.

—Eres tan lindo —acunó su rostro y acarició los cachetes rojos—. Poniendo a prueba mi limite, ¿no es así? —apretó levemente, haciendo resaltar las mejillas.

—¡Algo así! —sonrió—. Ahora que ya se dio cuenta, procedo a dejar la mitad.

—No tengo problema en que los lleves.

—¡Así no era, hyungcito! —exclamó, en parte enojado y sorprendido de nuevo.

El mayor largó una carcajada mientras bajaba las manos del rostro, para luego dejarle un beso en el lugar.

Se alejó para dejar algunos libros de vuelta en la góndola, solo los que subió porque sí, los que había elegido atentamente, estaban abajo de toda la pila, por ende, sabia que no eran tan importantes, que solo fueron parte de la broma y experimento, así como él lo llamó. Sin embargo, al dejar los pocos libros, algo le llamó la atención, así que se dirigió hacia el costado, en donde había varios stickers colgados, y especialmente, tomó los que tenían estrelladas doradas del mismo tamaño. 

Los recuerdos de un cruel Lee Minho, delante de un indefenso Han Jisung, inundaron su mente, y con ello, la tristeza.

Abrió el paquete y pegó una en su dedo, se dio la vuelta, notando que el rubio lo miraba con su ceño fruncido y la confusión se hizo presente ni bien se acerco a él.

—¿Qué sucede? lo noto triste, ¿por qué, si estábamos pasando un buen momento? ¿vio a alguien?

No contestó, solo quería pegarle el sticker en su lugar, es decir, en el pómulo izquierdo, y terminó de pegarla, con un pequeño beso.

—¿Tengo un poco que ver con la decisión que tomaste de no usar mas la estrella?

Jisung miró los ojos totalmente tristes de su novio, quería decirle que no era así, para que se sintiera bien, pero eso era mentir, y las mentiras eran malas, a la vez que lo convertía en una persona mentirosa. 

¿Acaso estaba justificado volverse una persona mala y mentirosa, solo para que sus ojitos no brillen de tristeza, sino de alegría? Estaba confundido, y estaba entrando en pánico, así que solo asintió, escuchando y sintiendo el suspiro de Lee cerca de su nariz.

—Fue la primera vez que me dijo cosas feitas, aun no sabía que me gustabas mucho, pero comenzaba a sentir algo por ti, creo que lo hice para que ya no te burles del detalle.

—¿Y luego de todo lo que pasó, por que no lo usaste de nuevo? sabias que no volvería a pasar, que no volvería a burlarme por eso...—Minho notoo como desvio los ojos hacia su pecho, dándose cuenta del tono de voz y en como utilizo esas palabras—. No quise que sonara tan mal, es que...

—Tranquilo, tiene razón, hyung. Me acostumbré a no usarlas, es eso.

—¿Si sabes que me arrepiento de todo eso? —esta vez sonó como un susurro, evidenciando la necesidad que tenia de que Jisung le respondiera algo positivo, así que se apresuró a tomar ambas manos, para enlazarlas.

—Hyungcito, no hay que volver al pasado. Cometió sus cagadas, pero lo importante es que no lo vuelva a hacer. Yo me sentí un poquito intimidado, pero también lo hice para gustarle en serio, así que no es todo su culpa. No se sienta triste, no me gusta verlo así.

Jisung atinó a abrazarlo, colocando su cabeza sobre su pecho y sintiendo enseguida como sus manos eran soltadas y llevadas a la parte baja de su cintura, lo mismo hizo el rubio, profundizando el abrazo.

—Mi hyungcito... yo lo amo mucho.

—Y yo a ti, bebé —le dejó un beso en su cabeza—. Te amo como no tienes idea.

—Con todo lo que me compra y sin decirme que no, claro que tengo una idea. La próxima solo diga, "te amo, hasta con mi tarjeta".

Minho largó una carcajada, sintiendo como Jisung se alejaba y reía un poco bajo.

—Ya hyung, se va a desinflar —se quejó, mientras el otro seguía riendo.

Y con sus mejillas un poco rojas, lo miró seriamente.

—Mi amor por ti no es material, así que nunca te diría eso —dejó en claro, mientras dejaba el paquete de stickers en el carrito.

—Eso lo tengo mas que claro, hyung. Vamos a seguir con las compras, sino nos demoraremos mas de lo que ya estamos

Fue el rubio quien emprendió camino, sin embargo, Minho los siguió unos segundos después, ya que aprovechó para tomar un par de planchas mas para que tenga suficientes stickers. Se acercó lo mas rápido al menor, quien estaba detenido mirando lápices de colores, pegó su pecho a la espalda ajena, dejando los paquetes dentro del carro, sin el mas mínimo cuidado, logrando que Jisung volteara su cabeza para ver de qué se trataba.

—Para que te decores todo el rostro si es necesario —Jisung volteó su cabeza hacia el otro lado para ver al mas alto, pero fue sorprendido por un beso en su mejilla, ocasionando que ambas se pusieran rojas.

—¿No hay caso en que me niegue, no? —Minho negó, totalmente complacido ante su pequeña victoria.

—Tómalo como una forma de disculpa.

—Si así lo quiere... pero ya sabe que no es necesario.

Ambos entraron a un pasillo donde había cosas para acampar, Lee detuvo el paso, porque lo que tenia que decir, lo tenia que hacer mirándolo atentamente, y no lanzarlo como un simple comentario.

—Es mi disculpa, tómala, sino realmente estaré mal, o no dejare de pensar en ello. Fue un detalle que te gustaba y yo provoqué que ya no te lo pusieras mas...

—Ya le dije como fue, y no quiero que esté triste por algo que ya es pasado. Hagamos un trato, yo acepto eso, pero de ahora en adelante quiero una preciosa sonrisa, la que siempre está en su rostro cuando estamos juntitos.

Minho sonrió, no solo porque se lo pidió, sino porque le causaba una inmensa ternura.

—Eres tan lindo, que bueno que eres mío.

—Solo mi hyungcito puede decir una cosa como esa en medio de esto...

—Ajá, tienes razón, ¿y sabe que mas puede hacer tu hyungcito? 

Condujo las manos hacia la cintura ajena, logrando que Jisung pensara que solo seria un abrazo, sin embargo, dio un pequeño salto cuando sintió como apretaba su trasero.

—¡Lee Minho!

—Ya, manos a fuera —elevó sus manos a la par de su cabeza, dejándolas a la vista del rubio.

—Por gracioso va estar delante mío, para saber lo que hace. Hyungcito castigado.

—Está bien, sí que me lo merezco.

—Muy bien, sí que sabe lo que le conviene.

Minho rio, dejando que el menor avanzara para terminar con el resto de las compras.

Jisung estaba feliz, habían terminado de hacer todo, sin problema alguno.

Esto debido a que tenia muy malos recuerdos al estar en un supermercado, y a pesar de que estuviesen en otra ciudad, esos recuerdos lo siguieron, porque la persona que los creó, estaba en alguna parte, cercano a ellos, y era algo que lo mantenía alerta todo el tiempo.

Pero cuando estaba con Minho, no tenia miedo alguno, quizás demoraron tanto haciendo las compras, porque no se alejaba de él, no quería irse de su vista y que por atrás apareciera Yunho para llevárselo. No quería que sus sueños se vuelvan realidad.

Si él no estuviese interfiriendo en todo lo que hacen, las compras se hubiesen hecho en dos segundos, porque pudo haber ido hasta corriendo para buscar cosas y cargarlo en el carrito, mientras Minho hacia fila para comprar un poco de carne. Pero no, no se alejó, ni se alejaría hasta saber que Yunho está cien por ciento lejos de ellos, y sobre todo, de su casa.

—¿Por qué esa cara? —preguntó Minho mientras cerraba el baúl del auto, luego de colocar todas las bolsas. 

Jisung estaba pensando todo eso mientras se apoyaba sobre el vehículo, sintiendo como el viento despeinaba todo su cabello. Cuando el mas alto le llamó la atención, desvió su mirada hacia los ojos ajenos e hizo un gesto para que vuelva a repetir la pregunta.

—¿Qué te pasa? hace dos segundos saltabas de la felicidad. 

El rubio no pudo aguantar y cortó la poca distancia que les quedaba con un abrazo, y Lee pudo sentir esa necesidad al percibir la fuerza del agarre.

—Me alegra que no haya pasado nada malo... por ahora.

—Tu cara dice lo contrario.

—Es que... me puse un poco triste porque estoy a la espera de que algo suceda, por que siempre pasa... es una horrible costumbre.

Minho sonrió, pero por adentro, quería salir a matar a Yunho, esté o no esté presente, era un problema.

Inhaló un poco de aire y luego lo exhaló, condujo una de sus manos hacia su cabello, para proporcionarle algunas caricias.

—Pronto terminará, lo sé. Tú solo disfruta de estas vacaciones, nos quedan dos semanas, volveremos a Seúl y se acabará. No te preocupes, bebé —calmó el corazón palpitante de Jisung, a la vez que dejaba un tierno beso en su cabeza—. Por mi nos quedamos aquí y así, pero los demás ya deben estar muertos de hambre.

—Ay, los olvidé —el rubio se alejó por completo, entrando en un leve pánico y fue corriendo para entrar al interior del auto. Cuando Minho hizo lo mismo y notó que ya estaban en marcha, habló para luego sumirse en un capitulo de los Ositos Cariñositos—. No les vaya a decir que me olvidé de ellos por unos minutos, me van a pedir favores.

—¿Y qué tengo a cambio?

—Ah, no hyungcito, dígale nomas, no pasa nada —dijo ofendido por la pregunta—. También me olvidé por completo que usted es el aprovechador numero uno.

Minho rompió en risas y le acarició el muslo para que toda ofensa fingida, se vaya.

—No le diré a nadie, tranquilo.

Ambos se habían despertado de su siesta un poco tarde porque la actividad en el supermercado, mas todos los sentimientos encontrados en una fracción de segundos, los habían cansando bastante, y por el lado de Minho, estaba seguro de que si no fuese por las risas de sus amigos, se hubiesen dormido, de esa manera, retrasando la rutina.

Dejaron la bandeja con la merienda sobre la mesa del patio. Las lluvias se habían ido, y los días fríos también, ahora solo había un viento cálido y el sol trataba de lucirse, puesto que aun seguían algunas nubes, pero ninguna amenazaba con alguna tormenta.

Al empezar a comer, todo se había puesto en un silencio, no incomodo sino que era para procesar lo que estaban escuchando por parte del trio arcoíris.

—Queremos salir a solas, de hecho, iremos al centro comercial mañana, luego al cine y tal vez a algún lugar para comer, eso no lo sabemos —prosiguió Jeongin, para que entendiesen un poco mejor el plan que tenían, así ellos también pudiesen crear uno y quedarse encerrados en la casa.

Ninguno se oponía, además, ¿por qué deberían hacerlo? cada uno tenia la libertad de ir a donde sea, pero las circunstancias en donde estaban, no eran muy adecuadas. No conocían muy bien Jeju, pero eso se podía resolver, lo que no se podía, era el problema número uno del grupo: Yunho.

Minho puso su mirada y el hecho de que no se la devolvió como solía hacer, sabia que sentía la misma tensión que él. 

—Tú no eres de explicar a donde vas, y supongo que permiso no estas pidiendo porque no habría por qué pedir... —añadió Seo mientras se dirigía a su novio, gustándole la idea de que cada grupo, tenga su salida a solas, pero todo iba a un solo asunto—. Me molesta que ande Yunho por ahí y los vea.

Lee bajó la mirada, su amigo dio en el punto de su preocupación.

—Vayan a donde quieran —agregó Minho en tonto bajo—. Pero no se queden solos, vayan a lugares transitados, y no vuelvan tarde, pasada las doce, el camino por aquí es solitario. Aunque nos pueden llamar e iremos por ustedes —volvió mirar a su novio, que esta vez si le devolvió la mirada—. Sabes cual es mi preocupación, Ji... la de todos nosotros. Además, supongo que nosotros también saldremos, así que todos la pasaremos bien —trato de sonreír, para alivianar la tensión del momento.

—Lo sé, hyungcito...

Odiaba arreglar salidas para el solo, imagínense el arreglarlas para alguien mas. Sonaba controlador, no quería que fuese así, pero no había otra forma, no quería que por el afán de pasarla bien, termine en un mal momento, así que solo estaba dispuesto a ofrecer esas soluciones, porque el hecho de prohibirle una salida o algo por Yunho, nunca.

Sin embargo, confiaba también en los dotes de defensa de su novio, como aquella vez que le dio un golpe. 

Aquel recuerdo inundó su cabeza, provocando una risa sincera de su parte, además, un recuerdo que lleno de alegría y halagos a Jisung en esa merienda, para que el momento no se hunda en tensión.

Muchas gracias por bancar todo lo sucedido hasta ahora.

Tenia copia solo hasta el 129, así que ahora empiezan nuevos capítulos con lo que me acuerdo de todo lo escrito antes del cap 135.

Espero que les guste. No olviden dejar un comentario y votar. 

También pueden dejar recomendaciones de ideas, o lo que se acuerden de haber leído entre esos capítulos, los vamos a reconstruir entre todxs.

Gracias por leer y el amor este fic.❤

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