☆ CIENTO DOS

Jisung se quedó pensativo, junto a Felix, que pensaba en qué decir luego de lo que su amigo le contó acerca de Wonwoo. Mientras que Jeongin estaba seguro que, pese al sufrimiento de él, no era excusa para tratar al mayor de los tres, como lo hacía siempre. 

En aquellos tratos, no había dolor, solo odio puro y nunca sabrían el por qué, solo escasas dudas que tal vez ninguna llevaba a la verdad. 

Felix miró a su hermano, y de inmediato supo lo que pensaba.

—No le creas, JiJi... Quiero decir, por más triste que sea su historia, él te molesta desde hace años, no desde ayer. Y por más que fuese así, no tiene derecho de hacerlo, solo lo deja como un mal tipo, de haber amado a alguien que era autista, pasa a odiarte... a ti. No digo que Mark mienta, solo que él está enamorado de Wonwoo, entonces busca alguna justificación, hasta creo para entender él mismo el por qué Jeon es así. No tienes por qué sentirte mal al respecto. 

El rubio agachó su cabeza y juntó sus manitos sobre su regazo, jugando torpemente con sus dedos. No quería llorar, no debía hacerlo, pero esa historia lo ponía demasiado triste, aún así, no pudo ignorar la verdad que las palabras de Felix expresaban. No había pensado en eso... en que las personas eran malas porque si.

—Ji, no te pongas mal —habló Jeongin acercándose al menor para dejar las manos en sus hombros—. Wonwoo es alguien difícil, nunca sabremos el porqué te molesta, ni mucho menos por qué molesta a alguien que es igual a la persona que amaba, porque si es así, él te trataría bien. Te ha hecho cosas muy feas JiJi, como para que ese sufrimiento sea reemplazado por la lástima...

—No es lastima es solo que... si en verdad lo amaba y lo vio morir... no sé, siento que algo parecido puede pasarme.

—¡JiJi! —gritaron los hermanos al unísono, regañándolo por lo antes mencionado—. Deja de decir estupideces —agregó el menor—. No te pasará nada, porque todos te cuidaremos, obligaré a Hyunjin a que lo haga también, si es necesario.

—Y yo a Changbin.

—Y hyungcito dijo que me cuidará más que a él mismo...

—¿Y entonces? —preguntó el pecoso—. ¿Por qué dices esas cosas?

—No lo sé... es que aún sigo un poquito triste —comentó, sintiendo como su pecho se estrujaba.

Jeongin se alejó y se volvió a sentar en la silla, sin nada que agregar, puesto que ya había dicho todo. Felix, por otra parte negó, tampoco diría nada, solo se levantó de la cama y lo abrazó, pero una vez terminado aquel abrazo que Jisung no pensó que necesitaría, pero al fin y al cabo, le resultó de ayuda para sentirse bien, observó a su amigo con una sonrisa.

—Cambiaré de tema, pero no se rían —dijo, volviendo a sentarse sobre el colchón, sus mejillas se encendieron en un carmesí—. Mi gordito tetón y yo, lo hicimos... solo les diré que fue mucho mejor de lo que imaginé.

—Oye, te pasas de confianza —espetó su hermano. 

Ambos rieron, sin embargo, el rubio quedó pensativo, hay muchas cosas quehacer en este mundo... ¿qué cosas habían hecho exactamente?

—¿Hicieron galletas? —preguntó, dejando que su hambre le ganara. 

Los hermanos se llenaron de ternura al escuchar aquello, pero fue Felix quien se acercó y lo miró a los ojos.

—JiJi, te quiero muchísimo, eres lo mejor que le pasó a este mundo, ¡y no miento! Si yo hubiese sido Minho, también hubiese caído así de fuerte... no le digas a Changbin, por fi —juntó sus manos implorando que no suceda eso.

—Está bien, no le diré nada... ¿Pero a hyungcito sí puedo? Yo no soy de mentirle y le cuento muchas cosas...

—No es mentir, es ocultar —acotó el menor del trio, sonriendo ante lo que dijo, pero recordó algo que le había hecho a Hyunjin cuando aún no estaban juntos y eso lo alertó—. Dime que no le dijiste que yo tiré el batido dentro de las zapatillas de Hyunnie, por favor, dime que no —cerró sus ojos, temiendo la respuesta. 

Jisung bajó su vista, buscando entre sus recuerdos, exactamente el momento en el que Jeongin compraba ese batido, para hacer una maldad y negó rápidamente.

—No... en ese tiempo, hyungcito y yo, no nos llevábamos muy bien —Jeongin respiró, aliviado—. Pero si quieres le digo.

—¡No, JiJi! Está perfecto así, que no sepa.

—Está bien —asintió con una sonrisa, devolviendo su vista a su otro amigo, quien se estaba desinflando de la risa—. ¿Entonces que fue lo que hicieron? No entiendo, Fefi. 

Cuando el pecoso se recuperó, tomó un poco de aire y volvió a centrarse en lo que tenia para decir, ruborizándose al recordar el momento maravilloso que pasó junto a su novio.

—No hicimos galletas Ji, tuvimos relaciones sexuales... sexo —explicó ya calmado, con un tono de voz tranquilo, ya que era un tema que para él debía charlarse como algo normal, sin vergüenza alguna.

—Oh, sexo salvaje... —el rubio pestañeó varias veces y luego de comprender, alzó sus cejas y miró a Felix—. ¡¿Sexo salvaje?!

—No, no, fue de todo menos salvaje, fue realmente bonito. Él fue realmente bonito conmigo... ¡lo amo tanto!

—JiJi, si hubiese tenido sexo salvaje, no estaría caminando ahora —acotó el menor, con una sonrisa burlesca—. Ya que estamos, Hyunjin y yo... estamos a punto de dar ese paso... pero siempre nos interrumpen —dijo, con una expresión de llanto.

Jisung miró a sus dos amigos, quería preguntar varias cosas, pero había algo que le impedía poder largar las palabras y no sabía muy bien qué era. 

Agachó su cabeza y se sumergió en sus recuerdos recientes, más que nada en la sensación de las manos de Minho en su cuerpo, más que nada en su cintura, sin ir más allá. Recordó que se había sentido bien, ¿entonces por qué las manos no se movieron un poco más? ¿Debía decirle? ¿Darle señales? ¿Cómo lo haría?

—¿Co-Como llegaron para hacer eso? —preguntó inconscientemente, aún sin levantar su mirada—. ¿Cómo saben que ya es el momento? Porque hyung y yo lo hemos hablado, pero una vez... y quedó en que me esperaría a que estuviera listo, pero realmente... no sé como se siente estar listo, ¿eso está mal? —levantó sus ojos y los posó primero en Jeongin y luego miró a Felix, buscando una respuesta a esa pregunta.

—Sunggie, a veces las cosas fluyen... a veces empieza con un beso, comienza a profundizarse y esas ganas de nunca separarse o querer más, si sientes eso, solo tienes que dejar que fluya. Eso sí, puedes sentir que a la mitad aún no quieres, y eso está bien —explicó Jeongin, teniendo la aceptación a cada una de las palabras de su hermano.

—No te apresures —agregó el pecoso—. Si aún no te sientes listo para eso, puedes tomarte el tiempo que quieras, no hace falta que sea hoy, o mañana, es cuando creas que es el momento.

—Me gusta mucho cuando hyungcito pone sus manos en mi cintura, pero no arriba de la ropa, sino que toque mi piel... me gusta su tacto, ¿puedo decirle que me toque más?

—Claro —afirmó Innie—. Pero no delante de nosotros.

—JiJi, tener relaciones sexuales no solo son caricias y besos, la primera vez duele mucho, pero si lo haces con la persona correcta, ese dolor pasará muy pronto, me pasó cuando estuve con Binnie.

—Hyungcito sí es la persona correcta. 

Y aquella sonrisa que se plasmó en sus labios para no irse en un buen rato. 

Jisung largó un suspiro, un poco cansado de hacer dibujitos. La profesora de artes no había ido porque se enfermó, entonces él no había llevado las cosas necesarias para entretenerse, como el cargador de su celular para mirar series o el juego de preguntas y respuestas que jugaba junto a sus amigos, ya que había sido de sorpresa. 

Sin embargo, Minho lo había sorprendido con un libro para pintar de princesas y otro de animalitos, ya había pintado como tres hojas de cada uno y decidió dibujar, pero dibujó tanto que su mano dolía. Al menos ya tenía un regalito para su hyung. 

Largó otro suspiro, ya tenía sueño. Cómo la clase de artes era la última que tenia, decidió junto a sus amigos que esperarían a que el entrenamiento de básquet terminara, así se irían juntos luego, pero el rubio recibió un mensaje de su novio, mencionando que debían ir hacia el patio trasero, que estaban junto al árbol: se habían saltado el entrenamiento y fueron a comprar comida para hacer un picnic. Cansado y con el sueño entrando, además de las ganas de querer descansar en los brazos de su novio, Jisung, Felix y Jeongin, estaban dirigiéndose al lugar. Una vez alli, los vieron inmediatamente debajo de un árbol, siendo el rubio quién corrió primero hacia Lee.

—Bebé —llamó, sintiéndose feliz de al fin tenerlo cerca, ya que fue el menor quien no permitió que se levantara del suelo, sino que se sentó lentamente sobre sus piernas, para abrazarlo por la cintura y esconder su cabeza en la curvatura del cuello—. ¿Tienes sueño?

—¿Cómo supo? —susurró, tratando de que las ganas de cerrar sus ojos para dormir no le ganen al maravilloso momento que estaban pasando cómo sus amigos.

—Solo lo sé —se sinceró, dejando algunas caricias en su cabello—.Duerme, sabes que puedes. No vamos a merendar hasta las cinco, por si esa es tu preocupación.

—Eso es verdad, Sunggie, con Minho y Hyunjin almorzamos hace poco, así que si alguien quiere dormir, puede hacerlo —dijo con una sonrisa encantadora, mirando a su sol, quien ruborizado, le pego suavemente en el hombro.

—Está bien, adiós —dijo Hyunjin, acomodando su cabeza sobre las piernas de Jeongin, quien enseguida le corrió el cabello del rostro para que no le molestara. 

Jisung apartó su cabecita y miró a Minho, junto con un pucherito que el mayor se apuró en besar.

—¿Por qué no vamos a casita? Así duerme también, porque sé que en la noche no lo hizo.

—Sí dormí, solo que me levanté antes, entonces eso te da la sensación de que no lo hice —no mintió, solo que ocultaba cierta información, como el decir que solo durmió dos horas y que hasta ahora, el sueño no había tocado su cuerpo.

—¿No me está mintiendo? —preguntó, queriendo seriamente ir a casa paraque ambos pudieran dormir.

—No bebé, no te estoy mintiendo. Pero si quieres ir a tu casa para dormir más cómodo, nos vamos.

Jisung negó y volvió a dejar su cabeza sobre la curvatura del cuello ajeno, sintiendo como los brazos de Lee lo rodeaban tal y cómo imaginó.

—No, el día está lindo para dormir a fuera...

—Eres un dormilón.

—Hyungcito, no se vale, si soy... pero sí que quiere pelear, busque otra cosa, no puedo defenderme ante eso —susurró, antes de cerrar sus ojos y poder rendirse ante el sueño.

Sin embargo, a pesar de que el sueño lo estuviera derribando, Jisung juntó fuerza y fue a observar la sonrisa preciosa que Minho tenía en el rostro, dejándole un último beso en la mejilla, para luego esconderse nuevamente.

La noche se había acentuado y con ella muchas estrellas que Jisung estaba observando con amor y adoración, pero Minho, quien estaba a su lado, simplemente no podía mirar el cielo nocturno, sino que se quedó hipnotizado con el precioso rostro que su novio poseía; no se podía perder ninguna expresión, ya que cada una era más preciosa que la otra. 

—¿Hyung, me está escuchando? Le estoy diciendo que esa estrella junto a la luna, es mi papá, siempre está cuidándome. 

—Para ser sincero, escuché muy poco, es que me quedé mirándote, lo siento—pensó que se iba a enojar, o al menos un poco, pero fue lo contrario: pudo notar una sonrisa tímida y sus mejillas se ruborizaron, tanto que el menor se escondió en el cuello ajeno. 

—No diga esas cosas de la nada... 

—¿Y cómo no? No puedo avisarte, sino, no tendría estas preciosas reacciones de tu parte. Lo siento, niño, pero en esta ocasión te diré que no. 

—Al menos lo intenté... —susurró, acomodándose un poco más sobre el pecho de Lee—. Hoy fue un día bonito, porque fue diferente —agregó—. ¿Podemos hacer picnics más seguido? Me gustaría ir a merendar a la playa...y meter los piecitos en el agua, más no porque no sé nadar. 

—Yo tampoco sé nadar, pero puedo aprender... o podemos —afirmó, mirando las estrellas, específicamente la que Jisung señalaba diciendo que allí estaba su padre. 

—Tal vez, sería lindo hacer esa actividad, ¿lo haremos en el verano, verdad? 

—Claro, no falta mucho —le sonrió, a pesar de que Jisung no pudiese ver, así que le dejó un beso sobre la frente—. En el verano haremos muchas cosas, como por ejemplo... 

—¿Sexo salvaje? —preguntó, saliendo del escondite. No iba a decir eso, lo iba a mantener ocultado por unos cuantos días, pero simplemente, recordó la charla que tuvo con sus amigos en la mañana, y aquella pregunta salió por sí sola. 

—Caminar viendo el atardecer... Pero si quieres sexo salvaje, quien soy yo para negarme —largó una carcajada, volviendo a sentir como Jisung se escondía en su pecho—. Haremos lo que quieras, al tiempo que quieras, no hay apuro. 

—Lo estoy pensando —Minho alzó las cejas, sorprendido, percibiendo como su corazón comenzó a palpitar rápidamente—. En ir a dormir, ya es tarde hyungcito, y mañana tenemos que tener mucha energía para ir al centro comercial, iremos al cine y luego a los juegos, ¿no es así? 

—Claro, sí, a dormir —le costó un poquito salir de sus pensamientos para conectar con lo que Jisung le decía, pero al fin y al cabo, lo logró—. Vamos, bebé, yo también dormiré. Ambos se pusieron de pie, sin embargo, Jisung detuvo a Minho para abrazarlo fuertemente y sonreír de oreja a oreja. 

—Es mi turno de abrazarlo —dijo en un tono bajo. 

—Claro que sí, enano, no te vas a escapar de abrazarme. 

Quizás, la idea de tomar una pastilla para descansar todo lo que su cuerpo demandaba, no sonaba tan mal, pero la tomaría una vez Jisung estuviese dormido, y cerraría sus ojos una vez esté entre los brazos del menor, para asegurarse de que sí cumplió con su turno. 

Y ante esa idea, Minho solo sonrió al ver cómo el rubio se acomodaba sobre la cama. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top