- Ara ara Tomioka-San - saludo - creí que te habías olvidado de mí

- pero si solo me ausente ayer - dijo desconcertado -

- adivino, el joven mortal - musito ignorando lo anterior -

- no es como si me viera con alguien más ¿sabes? - volvió a responder mientras tomaba asiento -

- si, pero es lindo saber que ya tienes a alguien que te acompaña y te quiere - admitió mientras servía el té de Manzanilla -

- gracias Shinobu - agradeció -

- siempre te sirvo té, ¿por qué lo agradeces? - preguntó desconcertada -

- me refiero a todo lo que has hecho por mí - explicó - gracias por aconsejarme siempre

- Tomioka-San...

Ese ambiente familiar les gustaba a ambos, al ser Dioses eran juzgados por ser seres incapazes de sentir.

Pero cada ser vivo tiene la capacidad de sentir, de manera diferente, pero sienten.

Y los Dioses no eran la excepción.

- creo que quiero conocer al mortal - comentó mientras bebía de su té - alguien capaz de hacerte amable debe de ser extraordinario

- Shinobu... Yamero - se quejo -

- jajajaja

Sip, una verdadera hermandad.

- ¡y luego comenzó a realizar un extraño pero hermoso baile al compaz del río! - exclamó emocionado -

- suena genial Nii-chan - admitió su hermanita -

- siempre supe que eras especial mi querido Tanjiro - alago su amable madre - me alegra que hayas entablado una amistad con un pilar

Su madre era una mujer muy fuerte y bondadosa.

Incluso después de la muerte de su padre, ella no perdía su tan gentil carácter.

Cuando llegó a casa, ella le preguntó todo acerca del Dios ya que Nezuko le había contado de su profunda investigación.

Y también del descubriendo de su hermano con respecto al pilar.

Tanjiro no dudo en contarle todo, y su madre no pudo estar más que contenta.

- tu padre también estaría contento - admitió - después de todo, estás ayudando a un ser divino

Tanjiro se sentía nostálgico, no recordaba muy bien a su padre.

Pero sabía que su madre tenía razón, después de todo el y Nezuko son el fruto de ese verdadero amor.

- Nii-chan es muy afortunado - alago ahora su pequeña hermana - ¿yo también podré conocer a un pilar?

- claro que si mi pequeña Nezuko, solo debes salir más seguido - explicó su madre -

Los tres acostumbraban a salir solo cuando era necesario, pero su madre Kie estaba consciente de que ellos no podían vivir encerrados para siempre.

En esa época el trabajo no era necesario, su humilde hogar fue hecho por su difunto padre.

Y los alimentos eran cultivados en el abundante y fertil césped.

- ¿lo dices enserio, Oka-San? - preguntó sorprendida -

- claro que si, es muy cruel de mí parte mantenerlos encerrados conmigo - dijo sonriente -

- ¡Oka-San no digas eso! - gritaron ambos adolescentes -

Y para evitar que su madre les contradiciera, la apapacharon demostrándole todo el amor que le tienen.

- ok ok - rió Kie - pero si deben conocer el exterior

- y desde ese día conseguí amigos en la aldea - chillo emocionado - se llaman Inosuke y Zenitsu

- ¿no me habías dicho que ya tenías amigos? - preguntó desconcertado -

- si, mi hermana Nezuko y mi madre - explicó feliz - ¿tu tienes familia verdad?

- bueno, básicamente todos los pilares somos hermanos - dijo desinteresado - aunque eso no impide el tener una relación romántica entre nosotros

- hablas del Pilar del amor y el Pilar del anfibio ¿verdad, Tomioka-San? - preguntó -

- si, parece que esos libros te han informado bien Tanjiro - admitió -

- y tú... ¿Has tenido una relación antes? - preguntó un tanto avergonzado -

De alguna manera le avergonzaba preguntar sobre esos temas.

- no realmente - admitió -

- que extraño - dijo el mortal - alguien tan apuesto como usted debería tener pareja

Y al ver la reacción del Pilar fue que Tanjiro se dio cuenta de lo que su gran bocota había dicho.

- gracias, supongo - balbuceo avergonzado -

En sus millones de años, nadie le había dicho que era apuesto.

- ¡d-de nada! - exclamó sonrojado -

Una sensación cálida los invadió a ambos.

Por esta vez la dejaron pasar.

Pero lo que se esconde nunca deja de aumentar.