[ 💋 ] - 01: Imprudente.

Disclaimer: Detective Conan y sus personajes son propiedad de Gosho Aoyama.

Advertencia: Fanfic de genero Yaoi/BL con drama, amor, muerte de un personajes, peleas, lenguaje vulgar y romance.

Kaito Kid se fue, luego de besar sus labios y dedicarle dos palabras llenas de amor:

“Te amo”

Shinichi lo vio sonreír, con lágrimas brotando de sus hermosos orbes amatista. Sintiendo, de algún modo, que sus palabras no concordaban con sus acciones. Pero antes de siquiera articular una palabra, Kid se lanzó por el precipicio del edificio, donde se encontraban, y huyó.

Su blanco planeador se abrió y voló por el nocturno cielo elegantemente. Shinichi lo observó hasta perderlo de vista, sintiendo como si aquel ladrón se llevará una parte de sí con el.

La confusión y el asombro estaban plasmados en su rostro, así como un brillante rubor sobre sus mejillas. La emoción de saber que sus labios fueron tomados por aquel ladrón hicieron saltar su corazón. Sus labios cosquillearon, en su estomago mariposas brotaron y sus piernas temblaron. Estaba mal.

Tan felíz y emocionado, Shinichi volvió a sus sentido cuando la voz del inspector Nakamori resonó a su lado, gritando de disgusto al no haber capturado al de traje blanco.

Ginzo lo observó, tratando de descifrar el porqué de su rostro rojo, pero se rindió rápidamente. Shinichi suspiró aliviado.

Le vio hablar con uno de sus hombres antes de girarse y preguntarle por la joya robada aquella noche.

No fue hasta entonces que Shinichi se dio cuenta de que aquel ladrón no se la había devuelto.

El ópalo negro había sido robado.

Frustración y molestia.

Shinichi sintió sus entrañas retorcerse con disgusto cuando leyó en él periódico que "finalmente" Kaito Kid era un ladrón más del montón.

La joya que Kid había robado hace un par de dias aun no daba señales de aparecer, así como tampoco él de traje blanco.

Todo era extremadamente extraño, lo normal sería que Kid la devolviera, entonces... ¿Porque no lo hizo?, ¿Qué tenía esa joya que todas las otras no?, ¿Acaso era especial?

Esas y más preguntas rondaban por la mente de Kudo todo el tiempo. Qué farsa.

¡La joya era lo de menos! Porque Kid había besado sus labios aquella noche, le había profesado palabras de amor y había enternecido su corazón.

Delgados y ásperos, la sensacion de sus labios aun se encontraba grabada en su mente. Tan electrizante y dulce.

No, no. No debía pensar en eso. El tenía novia, por favor, era imprudente.

El caso era más importante, ¿Verdad? Tan extraño como intrigante. Justo como le gustaban.

Kid había robado por primera vez una joya, algo inesperado. ¿Porque de repente había cambiado de opinión? Tan misterioso.

Y si la situación de por si era extraña, todo empeoro cuando los dueños legítimos del ópalo retiraron su denuncia por robo.

Todo el caso se vio frenado de golpe y Shinichi no dudo en ir con ellos en espera de oír qué la joya había sido devuelta. Queriendo demostrar que todas aquellas notas en el periódico se equivocaban.

Pero su sorpresa fue grande al enterarse que la joya no había sido devuelta, si no que en su lugar, Kid les había entregado a los dueños un diamante lo suficientemente grande como para compensar, o incluso más, el ópalo perdido.

Un inesperado giro de acontecimientos. Tan molesto.

Shinichi no era capaz de encontrar lógica en sus acciones.

¿Porque entregaría una joya que valia mas de la mitad de la robada? ¿Qué sentido tenía eso?

No podía ser por algo monetario así que suponía lo hizo por capricho. Así como el beso de aquella noche. No, no. No debía pensar en eso. Imprudente.

Debía concentrarse.

Qué robara aquella joya por capricho tampoco tenía sentido, porque meses atrás Kid había irrumpido en un gran museo de joyas, donde había varios opalos incluyendo uno negro. Pero no robo ninguno y devolvió el zafiro por el cual había enviado el avisó.

Así que aquello lo hacía volver al comienzo, ¿Porque lo hizo? Por más que pensara y pensara, no era capaz de llegar a una respuesta.

¿Para qué quería aquella joya?

¿Era importante?

¿Algo necesario?

¿Porque le beso?

No, no. Eso no era importante.

Sintiéndose frustrado, optó por esperar al próximo atraco de Kid para poder interrogarlo y también dar una respuesta a la broma de aquella noche. Porque eso había sido ¿verdad? Una broma.

Sin embargo, un nuevo aviso nunca llegó, así como tampoco la oportunidad de volver a hablar con él.

Kaito Kid había desaparecido junto con una parte de su corazón.

— ¿Te das cuenta de qué te vez como la mierda?

Shinichi apartó su vista de los documentos en sus manos y la elevo hasta Heiji. Su compañero y rival detective se encontraba en frente suyo, con sus manos dentro de los bolsillos de su característica chaqueta azul. El semblante en su rostro era sombrío.

— ¿Qué haces aquí? —cuestiono con molestia desde el mullido sofá de su biblioteca. Varios archivos y recortes del periódico se encontraban dispersos sobre la mesa de centro junto a un par de libros apilados. Sus prendas desaliñadas y su cabello alborotado proclamaban qué había pasado varias noches en aquel lugar.

Hattori lo observó con calma, analizandolo a profundidad, antes de finalmente volver a hablar.

— Vine a ver como estabas. —rodeo la mesa de centro y procuro no pisar ninguno de los archivos que había en el suelo, hasta llegar a estar junto al otro.

— ¿Ran te llamo? —dijo sin más. Sus palabras detuvieron a Heiji de tomar asiento a su lado, confirmado sus sospechas.

Miérda.

Hattori solto un pesado suspiro antes de dedicarle una molesta mirada y desesperada. Los puños de sus manos se encontraban cerrados con fuerza a cada lado de su cuerpo.

— Sabes qué esto está mal. —comentó. Shinichi no pudo evitar estremecerse al oírlo—. Joder, han pasado tres meses, ya dejalo. —sentenció.

Kudo sintió un nudo en su garganta al oír la realidad. Un molesto picor inundó sus ojos mientras su cuerpo se enfriaba.

Tres meses y veinticinco días desde que Kaito Kid dio su último aviso de robo. Por supuesto que lo sabía.

Aquel escurridizo ladrón de traje blanco había desaparecido como si de cenizas se tratase.

— Cállate y déjame solo. —pidió con frustración. Soltando las hojas en sus manos y cubriendo su rostro. Quería llorar—. Y dile a Ran que no se meta en mis asuntos.

Tan cruel y frío.

— ¿Estás oyendo lo que dices? —cuestiono horrorizado. El Shinichi que el conocia nunca trataría asi a Mouri–. Ella está preocupada por ti porque te ama, es tu novia. Así que, ¿porqué mejor no sales de este maldito lugar y vas con ella a cenar o algo?

Shinichi frunció su ceño. La palabra novia golpeó su pecho y causó un burbujeo desagradable en su estómago.

Ran era su novia, le amaba y él la amaba, ¿Verdad? Aquella era la realidad.

Así que, ¿Porque se sentía tan emocionado por el beso de Kid? ¿Qué sentido tenía eso?

Shinichi Kudo amaba a Ran Mouri, aquella mujer que creció a su lado y que siempre fue comprensiva con sus problemas. Si, así era. Sus sentimientos no cambiarían. No debían hacerlo.

Pero... ¿Y si ya lo habian hecho?

Habian noches en las que Shinichi no podia dormir por hacerse esa pregunta.

¿Que pasaria si sus sentimientos ya hubieran cambiado? En silencio y poco a poco para que no lo notase. Su tan aclamado amor por Ran se podria haber ido volando como una hoja con el viento.

Emocionarse por un beso, recordar el contacto, embriagarse con el recuerdo y anhelar más. Shinichi estaba cometiendo tantos errores.

Ran no se merecía eso. Él no la merecía.

— Hattori, por favor, vete. —dijo finalmente. Apartando sus manos de su rostro y dedicándole una sombria mirada al contrario.

Ya tenía suficientes problemas en su mente como para sumar sus ausentes sentimientos por Ran. Maldición.

— Kudo, tu en serio…

Hattori intento hablar, o más bien iniciar una pelea, pero se vio interrumpido por el timbrar del smartphone de Shinichi sobre la mesa.

Kudo obviamente no dudo en contestar, ignorando la molestia de Heiji.

— ¿Si? —masculló con cierto tono de molestia.

— Hey, Kudo, ¿Es buen momento? —la voz del inspector Nakamori resonó desde el otro lado de la línea.

— Si, esta bien. —comentó en calma. Hattori acababa de abandonar la biblioteca con frustración al ver que sería ignorado—. ¿Sucede algo?

— Pediste que te avisaramos si sucedía algo con Kid. —Shinichi separó sus labios al oir aquel nombre y se preparó mentalmente para cualquier cosa—. Recibimos un aviso suyo esta mañana.

— ¿Un aviso…? —cuestión con duda. El temor a que fuera mentira fue claro en su voz.

— Así es. —le confirmó Nakamori—. Ese estupido ladron a vuelto.

Hola gente bonita~ ♡ ¿Como estan? Espero que muy bien!

Aqui el primer capítulo de esta dramatica historia ;) Ojala les haya gustado.

Últimamente he tratado de pulir mi escritura y de seguir correctamente las reglas de puntuación pero aun estoy algo confundida, así que me disculpo si se ve algo extraño.

En fin, muchas gracias por leer!
Espero tengan un bonito dia ♡

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